EEUU aumentará su presencia
militar
Por Carlos Varea
CSCAweb,
02/07/04
Tras el "traspaso de
poder" adelantado del pasado lunes, 28 de junio, la Administración
Bush incrementará su presencia militar en Iraq con el objetivo
prioritario de proteger a las nuevas autoridades iraquíes y la
infraestructura del país. Ya el martes, el Pentágono anunció la
llamada a filas de otros 5.600 reservistas de la Guardia Nacional [1].
El Comando Central de EEUU podría solicitar el envío a Iraq de otros
25.000 soldados, a sumar a los actuales 138.000, una previsión que el
nuevo jefe de operaciones del Ejército en Iraq, el general George W.
Casey Jr., ha calificado como "prudente planificación"
de la continuidad militar estadounidense en este país [2].
Al tiempo, pese a la petición de
EEUU a la OTAN para que entrene a las nuevas Fuerzas Armadas iraquíes,
EEUU ha determinado que Iraq será un país prácticamente
desmilitarizado, según adelantó pocos días antes de la
"transferencia de poder" el denominado "asesor
jefe" estadounidense para la Seguridad Nacional Iraquí,
Frederick C. Smith: "Por el momento, tanques o armamento pesado
no son necesarios. Lo que se precisa son tropas disciplinadas y bien
entregadas con el armamento adecuado" [3]. Smith es uno de los
cargos estadounidenses que, tras la disolución de la Autoridad
Provisional de la Coalición y la salida de Iraq del propio Bremer,
controlarán los distintos ministerios iraquíes establecidos tras el
28 de junio: cada ministro cuenta con su "asesor
jefe" y su equipo de estadounidenses y británicos.
Frente a los 400.000 efectivos del
último período del depuesto gobierno de Sadam Husein, las nuevas
instancias iraquíes designadas por los ocupantes contarán de momento
con una fuerza de 35.000 soldados (correspondientes a tres Divisiones
de Infantería), equipados con armas ligeras y sin vehículos
blindados, informó Smith el pasado jueves, 24 en Bagdad. De esta
cantidad, 30.000 provendrán de los paramilitares Cuerpos de Defensa
Civil, ahora rebautizados como Guardia Nacional. Buena parte de la
oficialidad y tropa del nuevo ejército serán miembros de las
milicias kurdas del PDK y UPK y del shi'í Consejo Supremo de la
Revolución Islámica en Iraq, que acordaron hace unas semanas con
Allawi su disolución. La fuerza área contará por el momento con dos
aviones de reconocimiento.
El nuevo
presidente del país,
el millonario Ghazi al-Yawir ha pedido a EEUU que se doble esta
fuerza.
El nuevo ejército iraquí será
instaurado bajo el mando del general estadounidense David H. Petraus,
nombrado director de la nueva Oficina para la Seguridad de la Transición
en Iraq. Petraus dirigió la 101 División Aerotransportada durante la
invasión, el pasado año.
Hasta una cifra total indeterminada
(Wolfowitz ha hablado de 200.000 efectivos) a este contingente militar
se sumarán los de otros cuerpos de seguridad: policía y guardia de
fronteras, entre otros, además de una denominada "Fuerza Civil
de Intervención" (una especie de SWAT iraquí) destinada a
reprimir protestas sociales [4].
'Proteger' a los vecinos
EEUU ha destinado cinco mil millones
para dotar exclusivamente con armamento ligero, vehículos ligeros y
chalecos antibalas a los soldados iraquíes.
La lógica de los estadounidenses es
que el ejército iraquí se dedique a la lucha contrainsurgente en
tareas de apoyo a los 138.000 efectivos estadounidenses y otros 20.000
de una veintena de países (de ellos, 16 de la OTAN), no que se
convierta en una fuerza capaz de intervenir en un conflicto de
"alta intensidad" contra Estados vecinos, como éstos ya han
advertido a Washington. Particularmente Israel ha considerado históricamente
la capacidad militar de Iraq -un país hasta ahora con recursos
humanos y materiales- como una amenazada a su hegemonía estratégica
en Oriente Medio, consagrada desde su fundación en 1947-48.
Establecidas en 1921, las Fuerzas
Armadas iraquíes llegaron a contar con 1,75 millones de soldados
durante la guerra contra Irán, en la década de los 80, además de
con 6.000 tanques soviéticos y 4.000 piezas de artillería. Durante
la intervención multinacional de 1991, Iraq hizo aterrizar sus flotas
aéreas de combate y civil en Irán y otros países vecinos, a fin de
protegerlas. Nunca las recuperó.
Tras la Guerra del Golfo de 1991 y
debido al régimen de sanciones, el país, aun cuando estaba
autorizado por Naciones Unidas a disponer de fuerzas defensivas
convencionales, quedó prácticamente desarmado, como se demostró
durante la invasión de 2003.
Notas:
1.Al-Jazeera,
26 de junio de 2004.
2.Financial Times,
30 de junio de 2004.
3.Baltimore Sun,
28 de junio de 2004.
4.
Idem.
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