Irak resiste

 

La administración Bush no le otorga validez a los informes

La inteligencia de EEUU ve un panorama de "guerra civil"

IAR-Noticias, 17/12/04

Agencias estadounidenses, incluida la CIA, estiman que, de concretarse las elecciones y ganar la coalición chiíta del ayatolá Sistani (mayoritaria y favorita en la encuestas) ni los suníes ni los kurdos aceptarían un gobierno pro-norteamericano y pro-iraní conducido por esa facción, lo que detonaría inmediatamente ataques y atentados contra sus dirigentes e instituciones. Grupos chiíes pro-iraníes como las milicias Badr, del CSRII, o de al-Dawa, ya operan en Irak contra los rebeldes sunies con la protección de las fuerzas de ocupación. Las proyecciones para Irak 2005 que la administración Bush no quiere divulgar.

En la última semana de octubre el Archivo de Seguridad Nacional (NSA), una institución dedicada a la publicación de documentos gubernamentales secretos, presentó una demanda contra la CIA para que hiciera público un informe de inteligencia sobre la situación y perspectivas de Irak.

El documento, titulado "Estimación de Inteligencia Nacional de Irak" (NIE) para 2004, fue elaborado por el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC), que entrega sus conclusiones al director de la CIA y establecía tres posibles escenarios que se podrían desarrollar en el país ocupado hasta finales de 2005.

En el peor caso de esos tres escenarios, los analistas preveían para el 2005 un agravamiento escalonado de los conflictos cuyo desenlace se encaminaba a una guerra civil entre las tres fracciones que disputan la hegemonía del poder político en Irak: chiíes, kurdos y suníes.

El periódico The New York Times había revelado el pasado 16 de septiembre la existencia del documento de inteligencia, pero el gobierno de George W. Bush se negó a hacerlo público argumentando que el informe se hallaba incompleto.

Sin embargo, el Consejo Nacional de Inteligencia Extranjera (NFIB), que asesora al director de la CIA, reconoció la existencia del informe y su aprobación por la CIA, al igual que el entonces director en funciones de la Agencia, John E. McLaughlin.

El NSA había señalado en su demanda judicial que estaba "buscando la intervención judicial para exigir a la CIA que acelere el procesamiento de la solicitud" de publicación de documentos, posibilidad contemplada en la Ley sobre Libertad de Información.

"Este es un caso clásico para acelerar el proceso. Hay un enorme interés público en la situación de Irak y el compromiso de EEUU en Irak, los medios de comunicación han dedicado significante atención al NIE y los miembros del Comité de Inteligencia del Senado han solicitado que se haga público", afirmó Meredith Fuchs del Archivo Nacional de Seguridad.

Según una revelación de The New York Times, otra estimación nacional de inteligencia preparada en julio y enviada a la Casa Blanca en agosto por servicios norteamericanos también presentaba un pronóstico oscuro para el futuro de Irak para finales de 2005, dice el Times.

Entre los tres escenarios posibles descritos en ese documento, el mejor caso era una estabilidad precaria, en tanto que el "peor escenario" relataba una cadena de acontecimientos que inevitablemente conducirían a una guerra civil.

El Times recordaba en agosto que después de haber leído esos informes de la inteligencia nacional, y luego de que estos trascendieran en los medios, el presidente Bush consideró sus conclusiones como nada más que una conjetura.

La semana pasada The New York Times, citando como fuente a "altos cargos de la Casa Blanca", reveló un informe clasificado elaborado por el jefe de la CIA en Bagdad, en el cual se advierte que la situación en Irak se está deteriorando y puede agravarse en cualquier momento.

El informe, confeccionado el último mes, presenta un panorama pesimista de Irak en materia de política, economía y seguridad, y reitera las conclusiones de un alto funcionario de la CIA que visitó recientemente Irak, según el diario neoyorquino.

En el documento se describen las posibles dificultades que puede enfrentar Irak, entre las que se incluyen más violencia y choques armados, si no existen mejoras sustanciales por parte del gobierno iraquí, en términos de su capacidad de afirmar autoridad y reconstruir la economía.

Al igual que los informes anteriores recibidos por la Casa Blanca, el documento de la estación de la CIA en Bagdad señala que la violencia en Irak ha aumentado, y que puede agravarse con la participación de una milicia de chiíes creada para realizar ataques contra los combatientes de la resistencia suní, así como contra los grupos kurdos que hoy operan en alianza con EEUU.

A medida que se aproximan las anunciadas elecciones iraquies, la posibilidad de una guerra de suníes contra chiíes, o de chiíes contra kurdos, se torna cada vez más factible.

Los analistas de inteligencia estiman que, de concretarse las elecciones y ganar la coalición chiíta de Sistani (mayoritaria y con más posibilidades) , ni los suníes ni los kurdos aceptarían un gobierno pro-norteamericano y pro-iraní conducido por esa facción, lo que detonaría inmediatamente ataques y atentados contra sus dirigentes e instituciones.

Grupos chiíes pro-iraníes como las milicias Badr, del CSRII, o de al-Dawa; ya operan en Irak con la protección de las fuerzas de ocupación y que, y al igual que los peshmergas kurdo-iraquíes, han sido integradas a las filas de la recién creada "guardia nacional" y nueva policía iraquí colaboracionista que combaten a la resistencia iraquí de origen sunita.

Parte de estas fuerzas, entrenadas por oficiales norteamericanos e israelíes, han sido conformadas en un cuerpo de elite, que el informe de la CIA local destaca como la fuerza chií creada especialmente para realizar ataques contra los combatientes de la resistencia suní, y contra los grupos kurdos aliados de EEUU.

Una potencial transferencia del gobierno a los chiítas de Sistani tras los comicios detonaría un conflicto armado de difícil predicción, una brutal guerra civil, que convertirá a Irak en una guerra de "todos contra todos" con el ejército de ocupación norteamericano en el medio.

Las estimaciones sobre la situación iraquí reflejadas en el informe de la estación CIA en Bagdad, marcadas por el pesimismo, se contraponen con el cuadro de situación optimista difundido públicamente por la administración Bush y sus generales antes de las elecciones programadas para el mes próximo, señala el Times citando opinión de funcionarios en Washington.

Sin embargo, y contradiciendo sus expresiones públicas de un "Irak bajo control" el pasado miércoles, el Pentágono anunció el envío de refuerzos militares, que aumentarán a 150.000 el número de soldados estadounidenses desplegados en Irak, la mayor cifra desde el comienzo de la invasión militar, en marzo de 2003.

En su discurso, el presidente se mostró optimista sobre la situación en Irak pese a la violencia e insistió a los soldados que, con ofensivas en Faluya, Babel o Mosul "estamos atrapando a los terroristas. Estamos interrumpiendo sus planes".

El informe local fue elevado a la jefatura de la CIA luego de que los comandantes militares norteamericanos describieran la toma de Faluya, principal bastión de la resistencia iraquí, a mediados de noviembre, como una "victoria significativa" de las fuerzas norteamericanas.

Según el Times, funcionarios de Washington dijeron que el embajador estadounidense en Irak, John Negroponte, ordenó archivar el informe de inteligencia por considerarlo demasiado negativo y en oposición a los progresos que EEUU viene realizando en el combate contra la insurrección iraquí.

Negroponte, considerado como la fuente del poder real en Irak, es el arquitecto del proceso electoral que tiene a la coalición liderada por el ayatolá Sistani y los clérigos chítas como favorita a ganar las elecciones.

Contrastando con la posición del embajador, el comandante militar norteamericano en Irak, general George W. Casey, también leyó el informe y no ofreció inicialmente ninguna objeción, señalaron los funcionarios de la Casa Blanca al Times.

Casey expresa la opinión off the récord de la oficialidad norteamericana en Irak, quienes se oponen a la elecciones en el actual marco de ofensiva generalizada de los rebeldes, y solicitan más tropas al Pentágono para exterminar los focos de la resistencia antes de cualquier proceso electoral.

En meses recientes, algunos republicanos, incluyendo senador de Arizona, John McCain, han acusado a la CIA de intentar minar la credibilidad del presidente Bush divulgando informes de inteligencia cuyas conclusiones contradicen las políticas de su administración, señala el Times.

Ante la divulgación del documento de la estación de la CIA, altos funcionarios de inteligencia incluyendo John E. McLaughlin, el ex director interino que fue suplantado tras el nombramiento de Porter Goss, salieron a confirmar la validez del mismo y su total coincidencia con los informes anteriores entregados a la Casa Blanca por otros servicios de inteligencia estadounidenses.

En julio pasado, un estudio del Instituto Real de Asuntos Internacionales de Inglaterra concluyó que las varias regiones de Irak, por razones disputa de poder, podrían separarse y converger en una guerra civil, y que eso "podría ser la chispa para trastornos regionales".

La institución británica señalaba que la insurgencia podría extenderse a todo el país, EEUU podría cancelar las elecciones, o podría haber un conflicto entre EEUU e Irán.

Las elecciones, cuya meta es crear un gobierno (títere) iraquí más estable, podrían desestabilizarlo más, señaló el instituto inglés, uno de cuyos analistas comentó "En vez de cicatrizar las heridas, unas elecciones mal preparadas podrían ahondarlas".

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