Entrevista a un capitán de la 'Guardia Nacional
de Allawi' que huyo de Al-Fallujah
"Me ofrecí con el ejército ocupante por la
compensación monetaria pero ahora estoy arrepentido de luchar contra
la resistencia"
Por corresponsal de Mafkarat al-Islam
Argenpress,
03/01/05
El corresponsal de Mafkarat al-Islam en Bagdad se
encontró con Capitán 'Abu Hasan' en el área de Madinat ath-Thawrah
en la capital Iraquí, un hombre que tomó parte como oficial en la
'guardia nacional de Allawi' en la ofensiva norteamericana en al-Fallujah.
El Capitán Abu Hasan estaba involucrado en los combates de hace unos
días atrás como comandante de un destacamento que huyó de uno de
los barrios norteños de la desafiante ciudad
Mafkarat al-Islam: ¿Por qué huyó de al-Fallujah?
Abu Hasan: Pienso que ésa es una palabra
muy dura. Pero mi retiro junto con mis camaradas de armas fue
simplemente racionalidad. Cuando vi que el ejército más poderoso en
la tierra estaban arrancando como los perros y vi a los hombres
armados del pueblo de al-Fallujah y sus aliados disparándonos desde
todas partes, nos dimos cuenta de lo que significa la Resistencia. Me
pareció que mis camaradas en armas y yo mismo éramos como pequeñas
moscas dando vueltas en la cabeza de un camello.
Cuando los norteamericanos escuchaban los gritos
de los Mujahideen '¡Allahu akbar!' [¡Dios es más grande!] y 'Labbayk
Allahumma, Labbayk!' [Estoy aquí, Oh Dios, Estoy aquí!] ellos se
estremecían de miedo, incluso antes de que ellos les alcanzaran, a
300 mts de distancia. Déjeme decirle algo. A veces yo me regocijaba
dentro de mí cuando veía a los Mujahideen matando y matando muchos
de ellos [a los norteamericanos], porque no hay nadie que prefiera a
un norteamericano sobre un iraquí o un árabe musulmán.
Antes de que usted me pregunte por qué me ofrecí
para la 'guardia nacional' permítame decirle que fue por la
compensación monetaria. Tengo una familia grande. Pero ahora estoy
arrepentido, después de haber visto lo que yo vi en al-Fallujah,
porque los Mujahideen no están solos. Teníamos que luchar contra
todo allí desde los perros negros perdidos -supongo usted escuchó
sobre ello - a los sonidos de las llamadas a la oración y los '¡Allahu
akbar!' Por Dios, ésos son igual a miles de combatientes.
Hermano, ellos [los norteamericanos] no entienden
el árabe. Ellos no conocen el significado de las palabras proferidas
por los combatientes armados. Pero en cuanto ellos escuchan las
palabras, sus cuerpos se agitan con el miedo y vienen a nosotros y nos
preguntan lo que ellas quieren decir, nosotros les decimos, 'es el Corán,'
o 'son las palabras de Mahoma, nuestro Profeta'. Y ellos regresan con,
'No, es algún tipo de magia. Usted los Árabes son famosos por su
magia.'
Incluso cuando capturan a uno de los
combatientes, tienen miedo de acercarse a él, aún cuando esté
desarmado. Nos piden que seamos nosotros. Le cuento, yo nunca decía
mis oraciones, pero ahora, después de sentir el miedo que esas
palabras despertaron en mí y qué todavía guardo en mis oídos, he
empezado a orar. Y estoy arrepentido de luchar contra los Mujahideen,
porque estoy convencido que Dios me castigará por ello. Los infieles
nos habían lavado el cerebro.
Mafkarat al-Islam: ¿Hay algo que le
gustaría decirnos que los medios de comunicación no han informado
pero que usted y sus camaradas en armas son testigos?
Abu Hasan:
Hasta el último día cuando
salí, el ejército norteamericano estaba trayendo a sacerdotes y a
otros clérigos cristianos e incluso judíos para dar sermones y
tranquilidad para sus tropas, porque cinco norteamericanos usaron sus
armas para suicidarse después que se volvieron locos o histéricos.
Todas las noches yo los desafiaba, yo los desafiaría mil veces para
recordar que todas las noches ellos encontrarían diez o quince de sus
soldados muertos. Había una corresponsal norteamericana que intentó
informar ese hecho, pero los oficiales de inteligencias
norteamericanos la sacaron y no sé lo que se pasó con ella.
Mafkarat al-Islam: Así que ellos están
sufriendo grandes pérdidas. ¿No es así?
Abu Hasan:
Sí. Ellos evacuan por término
medio entre 150 y 220 soldados entre heridos o muertos todos los días
y el 80 por ciento de ellos están muertos.
Mafkarat al-Islam: ¿Puede decirnos dónde
estaba usted en al-Fallujah y con qué unidad?
Abu Hasan: Lo siento, no puedo. He puesto
mi confianza en usted, no haga que me retire.
Mafkarat al-Islam:
¿Qué consejo le daría
a sus camaradas en armas en al-Fallujah?
Abu Hasan: Salir de al-Fallujah, porque
Dios está mirando lo que hacemos. Por Dios, todo el dinero que recibí
en mi sueldo mensual de 'guardia nacional' fue a parar al doctor o a
la nada. Empecé a tener muchos problemas físicos. ¿De dónde?, no
lo sé. Todos mis niños están enfermos ahora. Pienso que es el
castigo de Dios. Por Dios, si pensara que ellos me aceptarían como
uno de ellos, iría y lucharía con esos Mujahideen armados pero soy
Shi'i y ellos son Sunni, aunque pienso que ellos no me defraudarían.
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