Votar
entre las balas
Por
Dahr Jamail
Inter Press Service (IPS),
24/01/05
Bagdad.
Los preparativos para las elecciones de Iraq el 30 de este mes
trajeron más caos y división que unidad y esperanza entre la población.
El
primer ministro interino, Iyad Allawi, designado por Estados Unidos,
reconoció que será imposible garantizar plenamente la seguridad
durante los comicios, a pesar de las severas medidas aplicadas hasta
ahora.
El
gobierno anunció que entre el 29 y el 31 de este mes cerrará todas
las fronteras, suspenderá los servicios de telefonía móvil y
satelital, prohibirá el viaje entre 18 provincias y limitará el uso
de automóviles.
La
vigilancia en las urnas será rigurosa. Los planes del gobierno
consisten en colocar tres cercos de seguridad alrededor de cada uno de
los 9.000 centros de votación.
No
obstante, el gobierno se prepara para una jornada sangrienta. El
Ministerio de Salud anunció que preparará más camas, medicamentos y
funcionarios para ese día en todos los hospitales.
Los
soldados de Estados Unidos realizarán patrullajes extra para
responder de inmediato a eventuales atentados.
Ocho
candidatos fueron asesinados, y muchos otros recibieron constantes
amenazas de muerte en las últimas semanas. La campaña se ha limitado
a la distribución de volantes y la colocación de carteles, muchos de
los cuales fueron destruidos por manifestantes el mismo día.
Además,
el propio proceso electoral es confuso para la población. En los
comicios participan 83 coaliciones de partidos con un total de 7.785
candidatos, la mayoría desconocidos.
Catorce
millones de iraquíes habilitados para votar elegirán los 275
miembros de la Asamblea Nacional y las legislaturas provinciales. El
nuevo parlamento designará al gobierno que remplazará al presidido
por Allawi.
También
podrán votar 1,2 millones de iraquíes exiliados en 14 países.
Las
boletas tienen nombres generales y similares entre sí, como ”La
lista de la seguridad y de la estabilidad”, ”La lista de la
seguridad y la justicia” y ”La lista de Iraq”, lo que contribuye
a confundir a los votantes. Muy pocas contienen fotografías de los
candidatos.
Allawi
integra la lista con el lema ”Por un Iraq fuerte, seguro, próspero,
democrático y unificado”.
En
la mayoría de las hojas de votación no se hace ninguna mención ni
alusión a la ocupación militar estadounidense de Iraq.
”Hagamos
que las urnas sean nuestra respuesta a los atentados y a la
inseguridad”, reza uno de los carteles de la campaña. En otro se
promete la restauración del servicio eléctrico.
Las
consignas de los partidos kurdos se concentran en reclamar el control
de la septentrional ciudad de Kirkuk y obtener puestos clave en el próximo
gobierno iraquí.
Mientras,
los dirigentes de la rama musulmana chiita, a la que pertenecen seis
de cada 10 iraquíes y que fueron marginados por los anteriores regímenes
--incluido el de Saddam Hussein--, postulan un sistema federal y, en
algunos casos, un gobierno teocrático similar al de Irán.
En
tanto, la Asociación de Eruditos Musulmanes, de la rama sunita, llamó
a boicotear los comicios en protesta por la destrucción de la central
ciudad de Faluya por parte de las fuerzas de Estados Unidos.
Se
prevé que cerca de 90 por ciento de los sunitas no asistan a las
urnas. En cambio, los chiitas obedecerán a su líder espiritual, el
ayatolá Alí Al Sistani, quien promulgó una ”fatwa” (decreto
religioso) exhortando a participar de los comicios.
”Iré
a votar porque Sistani nos dijo que eso ayudará al país, y estoy
listo para hacer cualquier cosa por mi país”, afirmó Abdel Hassan,
un zapatero del distrito de Karrada, en Bagdad.
Pero
otros iraquíes parecen estar firmemente en contra de las elecciones.
”¿Cómo
podemos votar cuando no conocemos a ninguno de los candidatos? ¿Y cómo
podrán ayudar ellos a un país ocupado por invasores?”, se preguntó
Ghassan, un chiita.
Además,
el miedo a la violencia es suficiente para disuadir a muchos
interesados en sufragar.
”No
sabemos cuándo vendrá la próxima bala, y por eso nos quedamos en
casa la mayoría del tiempo. Yo votaría si hubiera seguridad, pero
estas elecciones son muy confusas y ya están causando muchos
problemas”, dijo Abdulá Hamid, de 35 años, un vendedor de verduras
de Bagdad.
Sin
embargo, otros creen que votar es una forma de contribuir a que mejore
la situación.
”Yo
votaré a Allawi porque creo que puede ayudar a Iraq. Creo que él
puede traer seguridad”, dijo Suthir Hamiz, cuyo esposo trabaja en un
campamento militar estadounidense.
Pero
Hamoudi Aziz, un taxista, sostuvo que los preparativos de los comicios
han empeorado las cosas.
”No
estoy siquiera a salvo en mi casa. ¿Cómo esperan que vaya a votar a
ese parlamento loco”?, afirmó.
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