Consiguiendo
el Dedo Púrpura
Por
Naomi Klein
AlterNet, 11/02/05
Traducción de Julio Fernández Baraibar para NAC & POP
“El
pueblo iraquí dio a América el más grande –gracias– y de la
mejor manera que hubiéramos esperado.” (Betsy Hart).
Leyendo
este análisis de la elección de Betsy Hart, una columnista del
Scripps Howar News Service, me hallé a mí mismo pensando sobre mi
anciana abuela. Medio ciega y una verdadera amenaza sobre las ruedas
de su Chevrolet, adamantinamente se negaba a entregar las llaves de su
automóvil.
Estaba
convencida que condujese adonde condujese (atropellando las mascotas
caseras de Filadelfia a lo largo del camino) la gente la saludaba con
la mano y le sonreía. –¡Son tan amigables! Tuvimos que
darle las malas noticias. –No te saludan con toda la mano,
Abuela, sólo con su dedo medio.
Así
ocurre con Betsy Hart y los otros observadores cortos de vista:
piensan que el pueblo iraquí finalmente ha enviado a América esas
largamente esperadas flores y caramelos, cuando los votantes sólo le
han dado el dedo (púrpura). [El dedo pintado con tinta roja era la
prueba de que se había votado. Nota del traductor]
Los
resultados electorales son: los iraquíes votaron abrumadoramente
expulsar al gobierno instalado por los EE.UU. de Iyad Allawi, que se
negó a solicitar a los EE.UU. que se fueran.
Una
mayoría decisiva votó por la Alianza Iraquí Unida; el segundo punto
de la plataforma de la AIU llama a –un cronograma para el retiro
de las fuerzas multinacionales de Iraq.
Hay más mensajes de un solo dedo incrustados en la plataforma
de la coalición vencedora. Algunos remarcan: –Adoptar un sistema
de seguridad social según el cual el Estado garantiza un trabajo para
cada iraquí sano. y ofrece facilidades a los ciudadanos para
construir su hogar.
La
AIU también promete –anular las deudas iraquíes, cancelar
reparaciones y usar la riqueza petrolera para proyectos de desarrollo
económico. Resumiendo, los iraquíes votaron para repudiar las
políticas de radical libre mercado impuestas por el ex jefe enviado
por los EE.UU., Paul Bremen y aseguradas por un reciente acuerdo con
el Fondo Monetario Internacional.
¿Apoyará
la gente que se amontonó mirando a los iraquíes acudir en masa a las
elecciones estas demandas democráticamente elegidas? –No fijen
ningún cronograma, dijo George W. Bush cuatro días después que
los iraquíes hubieron votado exactamente eso.
De
la misma manera, el Premier británico Tony Blair llamó a las
elecciones magníficas, pero descartó el establecimiento de un
cronograma. Las promesas de la AIU de expandir el sector público,
conservar el petróleo y declarar la moratoria de la deuda sufrirán
seguramente un destino similar. Por lo menos si Adel Abd al–Mahdi
consigue su objetivo.
El
es el ministro de economía de Iraq y el hombre que repentinamente está
siendo anunciado como el jefe del próximo gobierno iraquí. Al–Mahdi
es el caballo de Troya de la administración Bush en la AIU. (Uds. no
se habrán pensado que iban a poner todo el dinero en Allawi, ¿verdad?)
En
octubre dijo ante un grupo de personas en el American Enterprise
Institute que planeaba reestructurar y privatizar las empresas
estatales (de Irak) y en diciembre hizo otro viaje a Washington
para revelar planes sobre una nueva ley petrolera –muy
prometedora para los inversores americanos. Fue el propio al–Mahdi
quien supervisó la firma de un torbellino de acuerdos con la Shell,
BP y ChevronTexaco durante las semanas previas a las elecciones y es
el quien negoció el reciente acuerdo de austeridad con el FMI.
Sobre
el retiro de las tropas, al–Mahdi no suena como la plataforma de su
partido y en cambio aparece con Dick Cheney en la Fox News: Cuándo
se irán los americanos depende de cuando nuestras propias fuerzas estén
listas y cómo la resistencia responda después de las elecciones. Pero
acerca de la Ley Sharia, se nos ha dicho que está muy cercado a los
clérigos.
Las
elecciones de Irak fueron retrasadas una y otra vez, mientras la
ocupación y la resistencia crecían cada vez más mortalmente. Ahora
parece que dos años de derramamiento de sangre, de sobornos y
pulseadas tras bambalinas condujeron a esto: un acuerdo en el cual los
ayatollahs obtienen el control sobre la familia, la Texaco obtiene el
petróleo y Washington obtiene bases militares permanentes (llamen a
esto el –programa mujeres por petróleo).
Todos
ganan menos los votantes, que arriesgaron sus vidas para poner sus
boletas para un muy diferente paquete político. Pero esto no importa.
El 30 de enero, se nos dijo, no fue importante por lo que los iraquíes
votasen.
Lo
fue sólo por el hecho de que votasen y, más importante aún, por cómo
su coraje hizo que los americanos sintiesen su guerra. Aparentemente,
el verdadero propósito de las elecciones era probar a los americanos
que, como George Bush lo dijo, –el pueblo iraquí valora su
propia libertad. Sorprendentemente, esto llega como una noticia.
El columnista del Chicago Sun–Times, Mark Brown, dijo que el voto
fue –la primera señal clara de que la libertad realmente puede
significar algo para el pueblo iraquí.
En
el Daily Show, el periodista de la CNN Anderson Cooper lo describió
como –la primera vez que tenemos algo así como un indicador de
tiempo sobre si ellos están dispuestos a dar un paso adelante y hacer
cosas.
Es
un público un poco pesado. El levantamiento shiíta contra Saddam en
1991 no fue suficientemente claro para convencerlos de que los iraquíes
estaban dispuestos a hacer cosas para ser libres. Tampoco lo
fue la demostración de 100.000 personas llevada a cabo hace un año
demandando inmediatas elecciones o las elecciones locales espontáneas
organizadas por los iraquíes en los primeros meses de la ocupación,
ambas sumariamente aplastadas por Bremen.
Resulta
ser que en la TV americana, la ocupación completa ha sido un largo
episodio de Factor Miedo, en el cual los iraquíes han superado obstáculos
cada vez más desafiantes para demostrar las profundidades de su deseo
de recuperar su propio país.
Habiendo
sido arrasadas sus ciudades, siendo torturados en Abu Ghraib, siendo
tiroteados en los retenes, habiendo censurados a sus periodistas y
cortados el agua y la electricidad, todo esto era sólo el preludio de
la última prueba de resistencia: bombas inteligentes y balas para
llegar al cuarto oscuro. Por fin, los americanos fueron persuadidos de
que los iraquíes realmente quieren ser libres.
Y
¿cuál es el premio? ¿Fin a la ocupación, como los votantes
exigieron?
No
sean tontos.
El
gobierno de los EE.UU. no se someterá a ninguna cronograma
artificial. ¿Trabajo para todos, como prometió la AIU? No se
puede votar por tonterías socialistas como esa. No,
ellos obtuvieron las lágrimas de Geraldo Rivera (–Me
siento revitalizado), el maternal orgullo de Laura Bush (–Fue
tan conmovedor para el Presidente y para mí ver a la gente saliendo
con el dedo púrpura) y la sincera disculpa de Betsy Hart de nunca
dudar de ellos (–Uau, ¿debo ser corregida? ).
Y
esto debería ser suficiente. Porque si no fuera por la invasión, los
iraquíes nunca hubieran tenido la libertad de votar por su liberación
y luego lograr que su voto fuese completamente ignorado. Y este es el
premio verdadero: la libertad de ser ocupados. ¡Uauu!, ¿debo ser
corregida?.
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