La
guerra en Iraq consume al Ejército estadounidense
Más
de un millón de soldados de EEUU han combatido en el extranjero desde
el 11–S
Por
Mark Benjamin
Salon,
12/04/05 / IraqSolidaridad, 21/04/05
Traducción
de Beatriz Morales
Hasta
los expertos están sorprendidos por el inmenso número de soldados
estadounidenses desplegados tras el 11 de septiembre [de 2001]. Aun
cuando el año próximo se reduzca el número tropas en Iraq, las
Fuerzas Armadas de EEUU puede verse perjudicado de manera permanente.
Tres
años y medio han pasado desde que las bombas estadounidenses
empezaron a caer sobre Afganistán y desde entonces el Ejército
estadounidense se ha visto implicado en combate en el extranjero. Sin
embargo, lo que probablemente no sepan la mayoría de los
estadounidenses es precisamente cuántos soldados estadounidenses han
sido desplegados. Según datos dados a conocer por el Pentágono a
Salon, bastante más de un millón de soldados estadounidenses han
estado luchando en [diferentes] guerras desde el 11 de septiembre de
2001. A 31 de enero de 2005 la cifra exacta era 1.048.884,
aproximadamente un tercio del número de soldados que llegaron a estar
estacionados en o alrededor de Vietnam durante los quince años de
aquel conflicto.
Sorprende
más el número de soldados que han sido enviados a la guerra desde el
11 de septiembre, han vuelto a casa y han vuelto a ser enviados a la
zona de combate. Según el Pentágono, de todas las tropas enviadas a
Afganistán o a Iraq, un tercio ha estado más de una vez. En el Ejército
regular el 63% de los soldados ha entrado en combate al menos una vez
y de ellos casi el 40% ha vuelto a ir a la guerra. El número más
alto de despliegues corresponde por primera vez a la Reserva del
Cuerpo de Marines: casi el 90% ha combatido.
La
lógica del post 11–S
Los
datos arrojan nueva luz acerca de lo devastadoras que han sido para el
Ejército estadounidense las guerras post–11 de septiembre y sugiere
que en particular lo han sido para las fuerzas terrestres
estadounidenses.
Cada
vez más expertos militares consideran que se está abusando de estas
fuerzas (el Ejército de tierra y los marines), hasta el punto de en
unos meses llegarán a una grave disfunción. La situación en Iraq
debe seguir estabilizándose. De no hacerlo y de seguir la
Administración Bush rechazando tanto la idea de un reclutamiento
obligatorio como los esfuerzos por aumentar permanentemente las
dimensiones del Ejército de tierra y de los marines, las fuerzas
terrestres estadounidenses se desmoronarán hasta un extremo
desconocido desde el momento inmediatamente posterior al fin de la
guerra de Vietnam [1].
"A
menos que las cosas empiecen a mejorar, en seis o nueve meses
empezaremos a ver graves problemas", afirmó Bernard E. Trainor,
un general retirar del Cuerpo de Marines tres veces condecorado y
subdirector general de personal del Cuerpo de Marines durante la
Administración Reagan. "Creo que ellos [el Pentágono] están
apostando que las cosas van a mejorar. Pero esto puede ser un error de
cálculo", afirmó Trainor. "Esta gente ha sido bastante
propensa a los errores de cálculo", añadió.
Es
más, la revelación de que más de un millón de soldados
estadounidenses han luchado en Iraq y Afganistán sorprende hasta a
los observadores militares cercanos. "Ésta es una cantidad
enorme [...], mucho mayor de lo que yo creía" , afirmó John
Pike, director de Global Security, una página web de información de
defensa que sigue la trayectoria de la logística de la guerra [2].
Pike considera que es demasiado pronto para afirmar qué impacto tendrá
en el Ejército regular, pero afirma que los repetidos despliegues ya
han roto las fuerzas de reserva.
Servir
en Iraq
El
particularmente agotador servicio en Iraq da a las tropas una impronta
especial de desgaste, como demuestra, entre otras cosas, el índice de
enfermedades mentales entre los soldados que vuelven a casa. Según un
reciente estudio publicado en el New England Journal of Medicine,
entre los veteranos que han servido en Iraq y que solicitan cuidados médicos
en el Departamento de Asuntos de Veteranos, a uno de cada cuatro se le
están diagnosticando problemas mentales. En Iraq no hay líneas de
frente: las compañías de transporte, la Policía Militar y los
soldados [dedicados a] Asuntos Civiles se enfrentan a los mismos
riesgos de emboscadas aleatorias o a morir a consecuencia de las
bombas situadas en las carreteras. El estrés funciona 24 horas al día
durante todo el turno de servicio. (Los turnos varía según las
unidades: algunos soldados de infantería sirven durante turnos de
hasta un año y los marines turnos de siete meses). Veteranos de
Vietnam afirman que esto les suena inquietantemente familiar.
Durante
los 15 años de la guerra de Vietnam sirvieron allí en torno a
2.400.000 soldados, según un estudio de los datos del Pentágono
realizado por el Heritage Center for Data Análisis. También se
calcula que durante este tiempo en torno a otro millón de soldados
estuvo en servicio en los países limítrofes.
EEUU
empezó a enviar nuevas tropas hacia Vietnam en 1956 y el número de
soldados en Vietnam llegó a su nivel más alto en 1968 cuando había
cerca de medio millón de soldados. Informes más recientes acerca de
la actual implicación militar insisten en el número de soldados
desplazados hoy a Iraq: según el Pentágono en Iraq hay 150.000
soldados [3] y otros 20.000 en Afganistán.
Según
el Sistema de Servicio Selectivo, EEUU reclutó a cerca de dos
millones de personas durante la guerra de Vietnam, pero no activó las
reservas militares como están haciendo ahora los militares para la
guerra de Iraq. Pero nadie en la Administración Bush ha pronunciado
la palabra "D" para esta guerra. Bajo intensas presiones del
Congreso, la Administración Bush ha accedido a incrementar
temporalmente las dimensiones del Ejército hasta 2008, pero afirma
que debido al coste no desea incrementar permanentemente las fuerzas
de tierra. Pero si el gobierno no hace nada para aliviar la tensión
de las tropas, los analistas militares temen que Iraq se convierta en
otro Vietnam –pero no como cree la mayoría de la gente al hacer la
comparación.
Los
expertos militares, en cambio, afirman que el ‘tempo’ de la guerra
de Iraq podría socavar al Cuerpo de Marines y a la Infantería hasta
llegar a un estado de deterioro parecido al que había después de la
guerra de Vietnam, cuando la moral, la disciplina y la preparación
para entrar en combate fueron considerados por algunos historiadores
peores que nunca. El Ejército se estaba recuperando de una guerra en
la que los soldados habían matado a sus oficiales superiores.
Proliferaban las drogas. Algunas unidades en Vietnam se habían negado
a luchar. Costó una década solucionarlo, mientras los militares
pasaban del reclutamiento obligatorio hasta llegar en 1973 a una
fuerza formada exclusivamente por voluntarios y empezaban a purgar a
los oficiales que habían actuado mal.
Algunos
de los factores que contribuyeron a la crisis militar post–Vietnam
fueron específicos de este conflicto y no se pueden aplicar a Iraq;
muy en particular, la era post–Vietnam incluía una gran cantidad de
soldados reclutas. El moderno soldado profesional está más motivado
y mejor preparado. La sabiduría convencional afirma que un Ejército
moderno de soldados voluntarios puede durar más en la guerra y se
recupera más fácilmente. Pero sigue existiendo el riesgo de
presionar demasiado a los soldados.
La
guerra de Iraq, consumiendo a las tropas
Existen
muchas anécdotas y ejemplos que muestran la tensión que sufren
actualmente los militares. La guerra de Iraq está consumiendo a las
tropas. Además de los soldados que están siendo tratados en
hospitales militares, cerca de 50.000 veteranos de Iraq y Afganistán,
incluyendo aquellos exentos por heridas y lesiones, están ahora fuera
del ámbito militar y reciben tratamiento médico del Departamento de
Asuntos de los Veteranos, según informa este Departamento. Según el
comando de transporte del Pentágono, unos 25.000 soldados han sido
evacuados de Iraq y Afganistán por motivos médicos.
Además,
desde el año 2000 casi se han triplicado las llamadas a la Línea de
los Derechos del Soldado, una línea telefónica gratuita puesta en
marcha por grupos sin ánimo de lucro para atender a los soldados y
proporcionarles información sobre exenciones militares. El año
pasado la línea recibió 32.200 llamadas de soldados que no querían
ir a Iraq, o que no querían volver. "La mayoría de las llamadas
eran de personas que estaban tratando de salir", señala el
director de la línea, Steve Morse, coordinador de los derechos del
soldado del Comité Central de Objetores de Conciencia de Oakland,
California. La mayoría de las llamadas son de soldados ausentes sin
permiso que buscan ayuda o están interesados en hacerse objetores de
conciencia o en lograr algún tipo de exención. Un artículo del mes
de febrero de la revista Harper afirmaba que desde la invasión de
Iraq hay 5.500 soldados "ausentes sin permiso".
2006,
año clave para el Ejército de voluntarios
Las
buenas noticias son que la situación en Iraq puede mejorar
verdaderamente. La semana pasada el Pentágono informó de que el número
de "incidentes terroristas" había descendido a los niveles
más bajos desde marzo de 2004. Este año está descendiendo el número
de caídos en combate, que había fluctuado desde la invasión en
marzo de 2003. Pero esta situación puede cambiar en cualquier
momento. Y ahora el Ejército estadounidense está en un precario
punto de inflexión. Incluso algunos de los actuales dirigentes del
Pentágono han expresado su preocupación. "Lo que me quita el
sueño cada noche", afirmó el mes pasado ante la mesa del Senado
el vicedirector de personal del Ejército, el general Richard A. Cody,
"es cómo será en 2007 esta fuerza de voluntarios".
Oficiales
del Pentágono declararon recientemente al New York Times [4] que para
principios del año próximo Estados Unidos debe ser capaz de reducir
el número de tropas en Iraq a 105.000 –si la violencia no remonta
de nuevo. El artículo indica que el año pasado se congelaron planes
similares después de que aumentara la resistencia.
Algunos
expertos militares afirman que para principios del año próximo ya
será demasiado tarde para evitar daños graves a las fuerzas de
infantería estadounidenses.
"Si
se desea preguntar cómo destruir el Ejército de voluntarios, la
Administración Bush ha proporcionado un caso de libro", declaró
Lawrence J. Korb en un debate sobre el reclutamiento celebrado este
mes en el Centro para el Progreso Estadounidense. Korb, que fue
secretario asistente de Defensa bajo la Administración Reagan, afirmó
que pronto la tensión puede llegar a ser insoportable –y Bush no
está haciendo lo suficiente al respecto: "Puede que en algún
aspecto hayamos forzado demasiado las fuerzas de voluntarios,
tendremos que hacer otra cosa".
Korb
afirmó que él consideraba que tres turnos de combate es el límite.
Algunas unidades de combate, como la famosa Tercera División de
Infantería, están ahora en Iraq por segunda vez. Irónicamente,
mientras algunos expertos consideran que el reclutamiento obligatorio
había exacerbado la desolación del Ejército después de la guerra
de Vietnam, otros sostienen que es una opción para mantener la
seguridad nacional dada la tensión actual sobre los soldados
voluntarios. "Estados Unidos tiene una elección. Puede ser la
superpotencia mundial o puede mantener el actual Ejército de
voluntarios, pero probablemente no pueda hacer ambas cosas",
escribieron el mes pasado Phillip Carter y Paul Glastris en el
Washington Monthly.
“Parar
las deserciones”
El
Pentágono ha empezado a detener la desbandada, aplicando políticas
de "parar las deserciones" para evitar que algunos soldados
abandonen el Ejército. Han acudido a la Reserva Individual Preparada,
soldados que consideran que hace años tenían fuertes vínculos con
el Ejército. Los críticos han afirmado que estas políticas forman
parte de un "[]reclutamiento encubierto". La Administración
Bush sólo ha accedido a incrementar de forma temporal el tamaño del
Ejército hasta 2008, y está reconfigurando las unidades de combate
para reclutar más soldados de a pie.
Pero
también el reclutamiento está fallando, especialmente en las
unidades del Ejército de Reserva. El mes pasado Pentágono afirmó
que entre los objetivos de reclutamiento para este año está tanto
las fuerzas de servicio activo como las de reserva. La Guardia
Nacional está por debajo del 25%. El Pentágono está añadiendo
nuevos reclutadores para tratar de rellenar los huecos: la Guardia
Nacional del Ejército ha afirmado que añadiría otros 1.400.
"Para los componentes de la reserva este va a suponer un reto en
relación al reclutamiento", declaró el mes pasado ante el
Congreso Charles S. Abell, vicesubsecretario principal de Defensa para
Personal. Esta tendencia continúa aun cuando los militares firmen más
bonos y bajen sus requisitos para el alistamiento. (Muy recientemente
el gobierno decidió que la nueva [edad] para las reservas podía ser
de 39 [años] en vez de 34.)
Los
senadores R. Chuck Hagel y D. Jack Reed (un veterano de Vietnam y un
ranger [soldado de las tropas de asalto] del Ejército,
respectivamente) desean incrementar permanentemente el ejercito con
30.000 soldados y añadir 3.000 marines. La Administración Bush se ha
mostrado reacia argumentando el coste de 3.000 millones de dólares.
Lo que puede que haga más presión es el asunto de las reservas.
Temiendo una violenta reacción política si desplegaban a Vietnam
guerreros de fin de semana, el presidente Lyndon Johnson obvió las
reservas y en vez de ello utilizó el reclutamiento obligatorio. De
hecho en aquella época los puestos en la Guardia Nacional eran
especialmente codiciados, como revelaron claramente las elecciones
presidenciales de 2004 y los índices de la Guardia Nacional de Bush.
Sin
reservas
Después
de Vietnam, el Pentágono reorganizó al Ejército de manera que no
pudiera luchar en una guerra por tierra importante sin movilizar a las
reservas. La idea era impedir que el presidente emprendiera una guerra
sin el pleno apoyo de la parte central del país. Las unidades de
servicio–activo se basan ahora en unidades de reserva para llevar a
cabo funciones vitales en una movilización importante. Pero
voluntariamente, por voluntad propia. Creo que [para solucionar este
asunto] tendrán que las reservas se están quedando muy atrás en
lograr sus objetivos de reclutamiento. Puede que los largos
despliegues hayan sido especialmente chocantes para los soldados,
muchos de los cuales simplemente no sabían que era eso lo que estaban
firmando. La dureza del trabajo está haciendo que disminuyan las
reservas y ahora pocas personas desean alistarse a esto. El director
de la Reserva del Ejército, el teniente general James Helmly escribió
a finales del año pasado en un memorando dirigido al Director de
Personal del Ejército, general Peter Schoomaker, que el estrés
significaba que la Reserva del Ejército estaba degenerando a una
fuerza rota".
Pike,
de GlobalSecurity, afirma que la situación de las reservas es
funesta. "La Guardia esta destrozada y no se puede
arreglar", afirmó Pike. "No creo que nadie pueda entrar en
la Guardia Nacional plantearse declarar una nueva misión".
Notas
de IraqSolidaridad:
1.
Véase en IraqSolidaridad: Ann Scott Tyson: Dos años después, la
guerra de Iraq agota el poder militar de EEUU 2. Su web es:
www.globalsecurity.org 3. En la actualidad, 142.000 efectivos, según
el Pentágono. 4. www.nytimes.com
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