El
sistema Dick Cheney, vicepresidente de los Estados Unidos
La
fabricación de la guerra contra Irak
Por Thierry Meyssan (*)
Red
Voltaire, 15/05/05
De 1998 a 2003, bajo la dirección del vicepresidente de
los EEUU Dick Cheney, un reducido grupo crea un aparato secreto para
organizar la manipulación sobre las "armas de destrucción
masiva" iraquíes. Sus miembros se infiltran en los centros
especializados del Departamento de Estado, del Consejo de Seguridad
Nacional y del Pentágono y se apoderan progresivamente del control de
estos. El grupo fabrica informaciones ficticias y recluta testigos
falsos que lleva a los medios de difusión. La Red Voltaire revela los
detalles de esta manipulación del aparato estatal norteamericano y
los nombres de los responsables.
Después
de las declaraciones de David Kay, ex–jefe del grupo de inspección
en Irak, según las cuales Irak no disponía de «armas de destrucción
masiva», George Tenet, director de la CIA, asumió la defensa de su
agencia.
El
señor Tenet, que no había tomado la palabra en público desde el 23
de mayo de 2003, lanzó su ofensiva el 5 de febrero de 2004, durante
su conferencia anual en Georgetown. Esta prestigiosa universidad de
Washington DC, fundada por los jesuitas, ha dado numerosos cuadros a
la CIA. El propio Tenet estudió en ella. Los vínculos actuales entre
los jesuitas estadounidenses y la CIA pasan por el cardenal Avery
Dulles, sobrino del fundador de la CIA.
George
Tenet reconoció [1] que sus oyentes tenían «derecho a saber» en qué
había parado el asunto de las armas iraquíes de destrucción masiva
pero que necesitarían «tiempo y paciencia» y terminó diciendo, en
definitiva, que «cuando todos los hechos se hayan compilado, se verá
que ni estábamos completamente equivocados ni teníamos toda la razón».
Los estudiantes aplaudieron calurosamente esa defensa pro domo pero
uno no puede menos que preguntarse de qué sirve una agencia de
inteligencia que se contenta con informaciones inexactas.
No
se esperaba menos de Tenet, quien tiene la reputación de «tapar» a
sus subordinados cuando se ataca a la agencia [2]. Lo que se le
reprocha, sin embargo, no es tanto haberse equivocado como haber
permitido que el Pentágono destilara informaciones falsas. La CIA y
el Departamento de Estado se mantuvieron siempre en una posición
evasiva en lo tocante a las armas iraquíes, mientras que el
Departamento de Defensa había creado una comisión ad hoc que dio
origen al engaño.
En
realidad, Tenet está atrapado en su propio juego. A lo largo de la
crisis sus servicios produjeron múltiples informes previniendo sobre
las exageraciones del Departamento de Defensa, pero, para salvar su
propio presupuesto, acabó aceptando publicar un documento de
conveniencia que daba crédito a lo que él sabía que era falso.
Vamos a contar aquí cómo lograron los políticos meter en cintura a
los servicios de inteligencia y obligarlos a aceptar el discurso que
ellos querían.
La organización del sistema de intoxicación
Hay
que recordar, en primer lugar, que la decisión de atacar Irak no fue
tomada en 2002 sino el 29 de septiembre de 1998 cuando el Congreso de
Estados Unidos votó la ley sobre la liberación de Irak [3] como
resultado de una campaña del Proyecto por un Nuevo Siglo
Norteamericano (PNAC) [4], que no es otra cosa que el think tank
[Centro de investigación, de propaganda y divulgación de ideas,
generalmente de carácter político. Nota del Traductor] electoral de
George W. Bush. Se trataba, entonces, de derrocar a Saddam Hussein, no
de desarmarlo [5].
El
presidente Clinton se había negado a aplicar esa decisión del
Congreso. Pero, desde su nominación como candidato, e incluso antes
de su llegada a la Casa Blanca, el presidente Bush planificó su
aplicación. En efecto, durante el traspaso de poderes en el Pentágono,
el 9 de enero de 2001, Bush interrumpió a los generales que le
presentaban sus balances de trabajo para preguntarles qué planes habían
preparado para atacar Irak [5].
George
W. Bush vaciló en explotar los atentados del 11 de septiembre en
función de la invasión de Irak, pero se decidió en definitiva a
aprovecharlos para atacar Afganistán [6]. Ante la opinión pública
interna, el régimen de Bush tenía que encontrar una forma de
presentar esa expedición colonial como una respuesta en legítima
defensa. Era necesario, por consiguiente, un pretexto para la guerra.
La
operación de intoxicación se llevó a cabo por encargo directo de la
Casa Blanca y el Pentágono. Fue dirigida directamente por Lewis «Scotter»
Libby, jefe de gabinete del vicepresidente, y por Douglas J. Feiht,
subsecretario de Defensa encargado de la planificación política, por
cuenta de Dick Cheney y Ronald Rumsfeld.
Abogado
internacional, Libby se dio a conocer defendiendo personalidades judías
de la mafia como Marc Rich [7]. Premiado por la Organización Sionista
norteamericana, Douglas J. Feith también es abogado internacional. Su
socio en el gabinete Feith & Zell es el vocero de una organización
de colonos israelíes. El propio Feith fue consejero del primer
ministro Benjamin Netanyahu y milita a favor de la anexión de la
totalidad de los territorios palestinos por Israel y la deportación
de los habitantes de Gaza y Cisjordania a Irak.
La
operación fue confiada inicialmente a Harold Rhode, de origen lituano
y especialista en la solución final, quien presidió la Sociedad Judía
de Genealogía del Gran Washington [8]. Rhode es también un eminente
especialista del Medio Oriente. Habla árabe, farsi, hebreo y turco.
Trabaja en el Buró de Evaluaciones del Pentágono [9], un grupo
burocrático encargado de evaluar la validez de los programas en
aplicación. Andrew Marshall dirige ese grupo desde su creación, en
1973. exasperado ante el anticomunismo primitivo y pasado de moda de
Marshall, Bill Clinton había tratado en vano de cerrar este buró.
Con
el pretexto de una evaluación, Rhode y Marshall comenzaron a purgar
los servicios del Pentágono que debían ocuparse de Irak, en primer
lugar la Sección de Asuntos del Medio Oriente y el Sur de Asia, bajo
la dirección de William Luti.
A
finales de 2001, Harold Rhode empieza a reclutar nuevos colaboradores.
Para hacerlo con la mayor discreción, las entrevistas ni siquiera se
desarrollaron en las oficinas del Pentágono sino en las del American
Enterprise Institute [10]. Algunas se hicieron en presencia de Richard
Perle. Todos los candidatos seleccionados fueron sometidos a la
aprobación de Douglas J. Feith.
Uno
de los primeros reclutados de peso fue David Wurmser, quien trabajaba
en el American Enterprise Institute, para el cual publicó en marzo de
1999 El aliado de la tiranía: el fracaco de América en vencer a
Saddam Hussein [11], con prefacio de Richard Perle. Se trata además
de uno de los siete autores del estudio místico–político
intitulado Una ruptura clara: nueva estrategia para la seguridad del
reino de Israel [12], que inspiró la política de Benjamin Netanyahu.
Entre los demás firmantes de la obra están Richard Perle y Douglas
J. Feith, así como su esposa Meyrav Wurmser. Esta última es una de
las responsables del MEMRI, agencia de presa conducida por oficiales
de Tsahal (el ejécito israelí).
La
segunda recluta fue F. Michael Maloof, un maronita libanés que había
sido asistente de Perle en el Pentágono en los años 80.
Una
veintena de persona fue reclutada así en poco tiempo. A principios de
2002, Feith creó en el Pentágono un Buró de Planes Especiales al
que se incorporó todo ese personal, bajo la dirección de Abram N.
Shulsky, un veterano en operaciones psicológicas y especialista
universitario en el filósofo predilecto de los neoconservadores, Leo
Strauss.
Shulsky
comenzó su carrera como asistente del senador Daniel P. Moynihan en
la Comisión de Inteligencia del Senado. Trabajaba en aquella época
con Gary Schmitt (actual director del Proyecto para un Nuevo Siglo
Norteamericano) con quien trabó amistad. Juntos publicaron, en 1991,
La guerra silenciosa: comprender el mundo de la inteligencia [13].
Shulsky trabajó después en un think tank anticomunista, el National
Strategy Information Center [14], bajo la dirección de Prescott Bush
Jr. Finalmente redactó varios estudios para la Rand Corporation en la
época en que Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice eran sus
administradores, específicamente un informe sobre el remodelaje de
Asia central que firmó junto a Zalmay Khalilzad, actual representante
especial de George W. Bush para Afganistán e Irak [15].
Para
acreditar sus informaciones falsas, el Buró de Planes Especiales
utilizó testigos que habían visto las «armas de destrucción masiva»
y conocían sus escondites. Estos testigos fueron reclutados entre los
exilados iraquíes por el coronel William Bruner con ayuda del
Congreso Nacional Iraquí de Ahmed Chalabi.
El
Congreso Nacional Iraquí es una organización títere creada por el
gabinete de relaciones públicas Rendon Group por encargo de la CIA y
el Pentágono. Después de la caída de Bagdad, el Congreso Nacional
Iraquí habría podido jugar el papel de gobierno iraquí provisional
si los franceses y los rusos no hubieran expresado su oposición. Su
presidente, Ahmed Chalabi, ha sido descrito a menudo como un estafador
internacional después de la quiebra del banco Petra que dirigía en
Jordania. Muy pocos saben que Chalabi fue escogido por Richard Perle,
quien lo conocía por medio de su suegro, Albert Wohlstetter, el teórico
de la bomba norteamericana. En aquella época, Chalabi estudiaba matemáticas
en Chicago. Actualmente lo apadrina James Woolsey, ex–director de la
CIA [16].
Por
ejemplo, fue por esa vía que se reclutó a Hussain al–Shahristani
cuyas seudo revelaciones alimentaron los informes del Foreign Office
británico y varias espectaculares conferencias de prensa [17].
La neutralización de la oposición
Sin
embargo, las «informaciones» que recogió el Buró de Planes
Especiales del Pentágono fueron desmentidas punto por punto por el
Buró de Asuntos del Medio Oriente y el Sur de Asia del Departamento
de Estado. Pero Dick Cheney, que había previsto el surgimiento de
este contra–informe, tenía previsto también cómo neutralizarlo.
Cheney había obligado a Colin Powell a incluir a su propia hija,
Elisabeth Cheney, en el seno de su dirección. Esta última expulsó a
los funcionarios rebeldes, entre ellos a Greg Thielmann.
El
mismo problema habría podido aparecer en el Consejo Nacional de
Seguridad. Previsor, Dick Cheney había incluido en él, en junio de
2001, a su amigo Elliot Abrams para que se ocupara de los asuntos del
Medio Oriente. Abrams empezó su carrera como colaborador del senador
demócrata Henry «Scoop» Jackson, junto a Richard Perle. Después
trabajó para el senador demócrata Daniel P. Moynihan junto a Abram
N. Shulsky y Gary Schmitt.
Durante
las administraciones de Nixon y Reagan, supervisó los escuadrones de
la muerte en América Central y participó activamente en el Irangate.
Fundamentalista judío, creó el Centro para la Ética y la Política
Pública donde estudió y denunció la influencia del materialismo
estadounidense sobre la sociedad israelí. Es también uno de los
mayores adversarios de los Acuerdos de Oslo.
Finalmente,
para garantizar el éxito de la operación, Dick Cheney tenía que
neutralizar también las posibles iniciativas de paz de Saddam Hussein.
El Buró de Planes Especiales organizó una compleja operación para
hacer esperar al presidente iraquí y que este creyera, durante el
mayor tiempo posible, que sería posible alcanzar una solución pacífica
a la crisis. Era absolutamente necesario impedir que Saddam Hussein
aceptara plenamente las demandas de los expertos de la ONU.
El
miembro libanés del Buró, Michael Maloof, se puso en contacto con
los iraquíes y Richard Perle dirigió negociaciones secretas en
Londres. El procedimiento utilizado fue exactamente el mismo que en
1991, cuando Bush padre recurrió a François Mitterrand (ex
presidente francés) para hacer esperar a Saddam Hussein enviándole
dos emisarios franceses, Marc Bourreau d’Argonne y Edgard Pisani
[18].
En
definitiva, toda la operación fue conducida por Dick Cheney gracias a
un pequeño equipo de fieles colaboradores. Cheney no vaciló en
implicar a su esposa Lyne –quien monitoreó las actividades del
American Enterprise Institute– y a su propia hija Elizabeth –quien
impidió la interferencia de Colin Powell en el Departamento de
Estado.
Casi
todos los cuadros de la operación fueron reclutados en los medios
sionistas más extremistas con la promesa de acabar con Irak y de
enviar allí a los palestinos algún día. La mayoría son miembros
del Centro para la Política de Seguridad [19] y habían publicado
juntos una carta abierta al presidente Clinton, en 1998, pidiendo un
ataque contra Irak.
Notas:
(*)
Periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire y de la sección
francesa Réseau Voltaire con sede en París, Francia. Es el autor de
“La gran impostura” y del “Pentagate”.
[1] Cf. Iraq and Weapons of Mass Destruction, por
George Tenet, Remarks at Georgetown University, 5 de febrero de 2004.
[2]
Ese comportamiento explica su longevidad en la dirección de la CIA. Cf.
The CIA at War de Ronald Kessler (St Martin Press, 2003). El
autor, muy tolerante con Tenet, insiste en ese aspecto.
[3]
Iraq Liberation Act, S. 2525, 105 Congreso, 2da sesión, 29 de
septiembre de 1998.
[4]
El Project for a New American Century publicó, el 26 de enero de
1998, dos cartas abiertas dirigidas al presidente Clinton y, el 29 de
mayo de 1998, a los presidentes de los grupos parlamentarios
republicanos.
[5]
Cf. las audiencias organizadas ante el subcomité de asuntos del Medio
Oriente y el sur de Asia de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Senado, el 2 de marzo de 1998.
[6] Cf. Bush at War por Bob Woodward (Simon &
Schuster, 2002).
[7]
Propietario de Glencore, Marc Rich realizó operaciones de destrucción
industrial en Francia. Jacques Chirac lo calificó entonces de «patrón
delincuente».
[8]
La Jewish Genealogy Society of Greater Washington trata de reunificar
a las familias de los judíos víctimas del nazismo.
[9] Office of Net Assessment.
[10]
El American Entrerprise Institute fue creado en 1943, pero fue
recuperado por las redes stay–behind a fines de los años 70.
Actualmente emplea a la esposa de Cheney.
[11] Tyranny’s Ally: America’s failure to Defeat
Saddam Hussein, por David Wurmser, American Entreprise Institute Press,
1999.
[12] Una versión resumida puede ser consultada en
Internet: A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm,
Institute for Avanced Strategic and Political Studies.
[13] Silent Warfare: Understanding the World of
Intelligence, por Abram N. Shulsky y Gary J. Schmitt (Brasseys Inc,
1991).
[14]
El periodista francés Xavier Raufer era miembro corresponsal de dicho
instituto. Cf. nuestro artículo «Christian de Bongain, alias Xavier
Raufer», texto en francés.
[15] The United States and Asia: Toward a New US
Strategy and Force Posture, por Zalmay Khalilzad, David T. Orletsky y
Abram N. Shulsky (Rand Corporation, 2001).
[16]
Al igual que George W. Bush, Woolsey es miembro de una sociedad
secreta de ex–estudiantes de Yale, los Skulls and Bones.
[17]
Ver nuestro artículo «Témoin surprise», texto en francés, por S.
A., Réseau Voltaire, 25 de febrero de 2003.
[18]
Ver nuestro artículo: «Le double jeu de François Mitterrand» (El
juego doble de François Mitterrant) texto en francés, por Thierry
Meyssan, Réseau Voltaire, 3 de noviembre de 2003, y el libro de
testimonio Irak, guerre ou assassinat programmé?, por Marc Boureau
d’Argonne (François–Xavier de Guibert éd., 2002).
[19]
Ver nuestra investigación: «Los manipuladores de Washington» por
Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 11 de enero de 2005.
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