La
guerra que no termina
EE.UU.
podría seguir en Irak "varios años"
Así
lo manifestaron altos jefes militares norteamericanos
Admitieron
que la misión estadounidense "podría fallar" y que la
policía local aún no está preparada para enfrentar a la insurgencia
Agencias
AFP y AP
La
Nación, Buenos Aires, 20/05/05
Washington.
Desalentados por la ola de violencia que se desató en Irak desde la
designación del nuevo gobierno -que ya dejó más de 500 muertos-
varios generales norteamericanos dieron marcha atrás en su evaluación
positiva de la situación en el país árabe y expresaron en los últimos
días su pesimismo sobre el futuro de la misión de Estados Unidos allí.
Jefes
militares destinados en Washington y Bagdad coincidieron en señalar
que la presencia de las tropas norteamericanas en Irak podría
extenderse durante "varios años". Uno de ellos incluso dijo
que podrían pasar "muchos años" antes de que puedan dejar
el país. Este panorama es mucho menos optimista que el planteado por
los jefes del ejército en las últimas semanas, cuando señalaban que
los avances en Irak podrían permitir una masiva retirada de soldados
estadounidenses a fines de este año o principios de 2006.
Las
advertencias de los militares coincidieron con una nueva jornada de
violencia en Irak, que ayer dejó por lo menos 16 muertos y que volvió
a despertar los fantasmas de una guerra civil.
El
general John Abizaid, máximo comandante estadounidense en Irak, afirmó
en una conferencia de prensa que uno de los problemas que enfrenta
Estados Unidos es la falta de progresos en el entrenamiento de las
nuevas fuerzas de seguridad iraquíes. El comandante señaló que la
nueva policía iraquí no está lo suficientemente cohesionada como
para reemplazar a las tropas estadounidenses y hacer frente de manera
efectiva a la insurgencia.
Abizaid
fue uno de los cinco generales que, tanto desde el Pentágono como
desde Bagdad, expresaron esta semana su preocupación por los
problemas que enfrenta la fuerza de 138.000 soldados que Estados
Unidos tiene desplegada en Irak.
Temor
al caos
Un
alto oficial en Bagdad señaló que, pese a los recientes éxitos en
la desarticulación de células rebeldes, el cumplimiento de las metas
de Estados Unidos en el país árabe no está asegurado. "Creo
que esto todavía podría fallar", afirmó el oficial, en
referencia a la campaña estadounidense en Irak. "Es mucho más
probable que tenga éxito, pero aún podría fallar."
"Si
nosotros quitamos nuestro pie de la garganta de la insurgencia, el país
podría volver a la guerra civil y al caos", admitió. El militar
agregó que, en buena medida, esto depende de que el nuevo gobierno
iraquí, que asumió el 28 de abril último, logre reforzar la
confianza pública. Según una encuesta reciente de la Universidad de
Bagdad, la confianza de los iraquíes en sus autoridades cayó al 45%,
frente al 85% que se registró inmediatamente después de las
elecciones celebradas en enero. Señaló, asimismo, que para lograr la
confianza, el gobierno deberá reducir la cantidad de atentados y
mejorar los servicios públicos, como el de la electricidad.
La
preocupación expresada por los generales se sumó a la incertidumbre
que generó la sorpresiva visita a Bagdad de la secretaria de Estado
Condoleezza Rice, la semana pasada, para apoyar al nuevo gobierno e
instarlo a que se acerque más a la minoría sunnita.
La
insurgencia iraquí -formada en su mayoría por sunnitas- incrementó
sus ataques desde que se anunció la formación del nuevo gobierno,
dominado por los chiitas. Un clérigo chiita fue enterrado ayer en
Bagdad, un día después de ser asesinado por hombres armados. Otro
religioso chiita y dos clérigos sunnitas fueron muertos en los últimos
días, hechos que han alentado los temores de una guerra civil.
Uno
de los altos oficiales en Bagdad dio un dato revelador sobre el nivel
de violencia al que ha llegado Irak. El militar señaló que 21 coches
bomba explotaron en Bagdad sólo durante el mes de mayo y 126 en los
últimos 80 días. Durante todo el año pasado, dijo, se habían
registrado en Bagdad sólo 25 ataques con coches bomba.
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