Condena
del Tribunal Mundial sobre Iraq
EEUU
sin atenuantes
Por
Dahr Jamail
Inter Press Service (IPS), 27/06/05
Estambul.
Activistas y académicos presentaron nuevas evidencias de crímenes de
guerra y violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas
de Estados Unidos, al participar de la última sesión del Tribunal
Mundial sobre Iraq (WTI, por sus siglas en inglés) en esta ciudad
turca.
El
tribunal es una ”corte popular” integrada por académicos,
defensores de los derechos humanos y representantes de la sociedad
civil que intentan hacer una investigación independiente sobre las
acciones de los soldados de Estados Unidos y Gran Bretaña en
territorio iraquí.
Está
inspirado en el Tribunal Bertrand Russell, creado a instancias de ese
filósofo británico para investigar los crímenes cometidos por EEUU
durante la guerra de Vietnam (1964–1975).
La
sesión de tres días en Estambul ––la número 21 en una serie de
reuniones realizadas en los últimos dos años–– tuvo como marco
otro brote de violencia en Iraq, que dejó 41 muertos el domingo,
entre ellos cuatro estadounidenses.
El
WTI arguye que su legitimidad reside en la ”moral universal” y en
los derechos de los habitantes del planeta, ya que la guerra contra
Iraq fue lanzada ”a pesar de la resistencia de los pueblos y
gobiernos de todo el mundo”.
En
Estambul sesionó el domingo un ”jurado de conciencia”, integrado
entre otros por la escritora india Arundhati Roy y el sociólogo belga
Francois Houtart, quienes también formaron parte del Tribunal
Bertrand Russell en los años 70.
Cincuenta
y cuatro personas dieron testimonio sobre crímenes cometidos por las
fuerzas estadounidenses en la invasión y ocupación de Iraq.
”La
agresión a Iraq es una agresión a todos nosotros, a nuestra
dignidad, a nuestra inteligencia y a nuestro futuro”, dijo Roy el
domingo.
”Reconocemos
que el WTI no tiene capacidad de dar sentencia ni autoridad en la ley
internacional, pero nuestras ambiciones superan eso. El WTI se basa en
la conciencia de millones de personas en todo el mundo que no desean
quedarse paradas y ver cómo la población de Iraq es masacrada,
subyugada y humillada”, añadió.
Entre
quienes presentaron su testimonio al tribunal se destacó el irlandés
Denis Halliday, quien renunció a su cargo de asesor del secretario
general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en protesta
por las sanciones adoptadas contra Iraq en los años 90 por el foro
mundial.
”La
ONU aceptó silenciosamente las totalmente ilegales zonas de exclusión
aérea en Iraq, impuestas por Estados Unidos y Gran Bretaña, que
serviría luego para los ataques de la también ilegal invasión de
(marzo de) 2003”, sostuvo.
Las
zonas de exclusión fueron impuestas contra el gobierno de Saddam
Hussein luego de la primera guerra del Golfo en 1991.
”De
esta forma, la ONU destruyó por sí sola los derechos humanos básicos
del pueblo iraquí a través de una deliberada negación de los artículos
22 y 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además,
no protegió a los niños y niñas iraquíes antes y después de la
invasión de 2003”, añadió.
El
médico estadounidense Thomas Fasy, profesor en la Escuela de Medicina
Monte Sinaí de Nueva York, presentó pruebas de que las
malformaciones congénitas en los bebés iraquíes aumentaron siete
veces entre 1999–2001.
Fasy
también señaló que los casos de cáncer en menores de cinco años
se multiplicaron por 26 entre 1990 y 2002 en la meridional ciudad
iraquí de Basora.
Fadhil
Al Bedrani, periodista de la agencia de noticias Reuters y de la
cadena británica BBC que cubrió el asedio estadounidense a la
central ciudad de Faluya en noviembre pasado, presentó evidencias de
castigos colectivos a civiles por parte de las fuerzas de ocupación.
Por
su parte, la activista iraquí Hana Ibrahim señaló que 90 por ciento
de las mujeres de su país están desempleadas, y muchas son víctimas
frecuentes de violaciones.
”Desde
el día en que empezó la ocupación en Iraq hay violaciones sistemáticas
contra las mujeres”, señaló.
Herbert
Docena, investigador de la organización Focus on the Global South
(Enfoque en el Sur global), con sede en Bangkok, habló ante el
tribunal sobre los intereses políticos y económicos detrás de la
invasión.
”En
febrero de 2003, Estados Unidos ya había terminado de elaborar lo que
el periódico The Wall Street Journal llamó ‘desesperados planes
para rehacer la economía iraquí a la imagen estadounidense'”, señaló
Docena.
El
experto indicó que, aun antes de que se iniciaran los bombardeos,
Washington tenía previsto acabar con todas las leyes e instituciones
iraquíes, excepto aquellas que coincidieran con sus proyectos.
El
WTI reconoció ”el derecho del pueblo iraquí a resistirse a la
ocupación ilegal de su país”.
El
tribunal pidió un ”inmediato e incondicional repliegue de todas las
fuerzas de ocupación” y llamó a ”los gobiernos de la coalición
invasora a pagar una completa compensación a los iraquíes por todos
los daños”, además de exigir que se anulen ”todas las leyes,
contratos, tratados e instituciones creadas bajo la ocupación”.
También
llamó a realizar una inmediata investigación sobre los crímenes
contra la humanidad cometidos por los gobiernos del presidente de
Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro de Gran Bretaña,
Tony Blair, y al resto de los gobiernos que integraron la coalición
invasora.
El
WTI incluso pidió que se llevara a la justicia a los periodistas y a
los responsables de los medios de comunicación que ”mintieron y
promovieron la violencia en Iraq”, así como a las grandes
corporaciones que se beneficiaron del conflicto.
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