Conferencia
de Bruselas
¿Quién
legitima a quién en la derrota de EEUU en Iraq?
La
filtración de negociaciones con sectores de la resistencia es un
claro indicio de la debilidad estadounidense
Por
Carlos Varea (*)
IraqSolidaridad,
28/06/05
El
pasado 22 de junio, en la cumbre de Bruselas sobre Iraq, copatrocinada
con EEUU, la Unión Europea (UE) avalaba el proceso de
institucionalización de la ocupación en Iraq puesto en marcha por
EEUU en el otoño de 2003, legitimando así un ya evidente fracaso.
En
aquel entonces, el denominado "Acuerdo de noviembre", en
realidad un calendario impuesto por Paul Bremer, máximo responsable
de la Autoridad Provisional de la Coalición, al Consejo Gubernativo
iraquí (la primera instancia iraquí designada en junio por los
ocupantes), estableció un proceso formal pero fraudulento de
restitución de la soberanía a nuevas instituciones iraquíes a lo
largo de 2004 y 2005. Ya en tan temprana fase de la ocupación, la
Administración Bush había ya verificado que, debido a la consolidación
inesperada y rápida de la actividad insurgente, el primer modelo
imaginado de dominación hegemónica del país por parte de Washington
debía ser sustituido por otro que facilitara, en primer lugar, un
repliegue de los ocupantes tras nuevas instituciones y fuerzas de
seguridad iraquíes creadas a tal fin, y, en segundo lugar, gracias a
lo anterior, un renovado compromiso de la denominada "comunidad
internacional" en la estabilización de Iraq por medio de su
asistencia financiera y militar, bien bilateralmente, bien por medio
de instancias multilaterales, como Naciones Unidas o la OTAN.
El
calendario de esta iraquización de la crisis de la ocupación preveía
la redacción de una nueva Constitución provisional, la denominada
Ley Administrativa Transitoria (LAT), aprobada bajo fuerte presión
estadounidense en febrero de 2004; la cesión formal de la soberanía
a una nueva instancia iraquí, el gobierno de Iyad Alawi, en junio de
ese mismo años; la celebración de elecciones generales en enero de
2005; la redacción de una nueva Constitución en agosto de este año,
que deberá ser aprobada en referéndum antes del 15 de octubre; y,
finalmente, nuevas elecciones legislativas a finales de 2005, de las
que habrá de surgir un gobierno antes del 31 de diciembre que negocie
con las fuerzas extranjeras –ahora ya denominadas "Fuerza
Multinacional"– su continuidad en el país.
Posteriormente,
tras la aprobación de la LAT, el Consejo de Seguridad (CS) de
Naciones Unidas (NNUU), por medio de la resolución 1546 de 8 de junio
de 2004 [1] "Hace suyo [cursiva en el original] el calendario
propuesto para la transición política de Iraq hacia un Gobierno
democrático [...]", reiterando en el texto aprobado entonces la
secuencia de fases fijadas en el "Acuerdo de noviembre" y la
LAT. En suma, la comunidad internacional asumía la precaria
estrategia estadounidense en Iraq de "nadar y salvar la
ropa".
Conferencia
de Bruselas
La
conferencia de Bruselas ha reafirmado este calendario y ratificado
esencialmente la lógica estadounidense respecto a Iraq. El objetivo
esencial de la Administración Bush (fue el propio presidente
estadounidense el que propuso la celebración de la cumbre durante su
visita de febrero a Europa) queda satisfecho en el primer párrafo del
documento final de los reunidos [2], quienes "[...] resuelven
apoyar el elegido democráticamente Gobierno Transitorio Iraquí (GTI)
de acuerdo con la Resolución 1546 del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, y dan la bienvenida a la visión y estrategia
expresadas por el GTI".
Así
mismo, el comunicado avala la legitimidad de la presencia de las
fuerzas de ocupación en Iraq como "Fuerza Multinacional",
así como su continuidad hasta la formación de un nuevo gobierno en
Iraq en diciembre de 2005, tal y como es recogido en los párrafos 4 y
12 de la mencionada resolución del CS. El comunicado condena
"[...] todos los actos de terrorismo", que equipara con las
acciones de la resistencia, al incluir en aquélla única categoría
los ataques contra "[...] aquéllos que están ayudando a
establecer la estabilidad en Iraq", referencia evidente a las
fuerzas de ocupación.
"La
Conferencia reconoce la esencial interdependencia de las dimensiones
política, de seguridad y económica del proceso de transición [...],
subrayando la necesidad de una aproximación global al apoyo a Iraq",
concluye el comunicado, abriendo la puerta a compromisos en materia
económica (recuperación del compromiso de donaciones y condonación
parcial de la deuda externa, estimada en 120.000 millones de dólares)
y de seguridad no especificados (formación de cuerpos de seguridad o
de la judicatura, como es el caso del Estados español [3]).
Sin
embargo, la UE se equivoca radicalmente al avalar el proyecto de la
Administración Bush en Iraq, precisamente cuando se confirman
abiertamente por los gobiernos británico, estadounidense e iraquí de
transición los insistentes rumores previos sobre la apertura de
canales de comunicación entre ocupantes y determinados sectores de la
resistencia iraquí [4] –hecho ya avanzado por interlocutores
solventes en Iraq a la delegación de la CEOSI de visita en el país
en abril. Un año después de su puesta en marcha, la estrategia de
parapetarse tras las nuevas instituciones iraquíes se ha demostrado
ciertamente falaz, y ello tanto en el terreno militar, como en el político,
como a continuación repasaremos. La filtración de un diálogo con la
resistencia por parte de EEUU y Reino Unido, sean cuales fueren sus
dimensiones y objetivos, es un claro indicio de la debilidad de su
permanencia en Iraq.
Una
presencia militar, sin alivio
En
primer lugar, la implicación militar estadounidense sobre el terreno
no encuentra alivio, como se esperaba, en los nuevos cuerpos de
seguridad iraquíes, particularmente en la Guardia Nacional (el nuevo
ejército iraquí), cuyos únicos batallones operativos y fiables en
las zonas de combate (antes en Faluya, ahora en al–Qaim) no son más
que destacamentos de las milicias de la Organización al–Badr del
Congreso Supremo de la Revolución Islámica en Iraq y peshmergas de
las formaciones kurdo–iraquíes tradicionalmente asociadas a EEUU
[5]. EEUU mantiene en Iraq 139.000 efectivos, es decir, más tropas
que las que invadieron el país dos años atrás, mientras que la
contribución de una veintena más de países, incluido Reino Unido,
apenas suman otros 20.000 soldados, mientras los principales
contribuyentes de tropas (es el caso de Polonia, por ejemplo) siguen
advirtiendo de la salida de sus contingentes en torno al cambio de año.
Es
más, si la literalidad de la LAT y de la resolución 1546 del CS señala
que "[...] el mandato de la fuerza multinacional [...] expirará
al concluir el proceso político" (resolución 1546, párrafo
12), tanto la Administración estadounidense –en a penas 24 horas,
primero el secretario de Defensa Rumsfeld y después el propio
presidente Bush acompañado por el primer ministro iraquí Yaafari en
Washington [6]– como las nuevas autoridades iraquíes se niegan a
considerar esa fecha como definitiva y niegan como poco realista o
razonable establecer un calendario de reducción o repliegue del
contingente de ocupación. Establecer este calendario cerrado para la
retirada de las tropas de ocupación "[...] podría ser un juego
en manos de los terroristas", afirmaba Yaafari a The Washington
Post [7], mientras ya se insinúa que la LAT permitiría un retraso de
la salida de las tropas o su reducción– hasta mediados de 2006,
"[...] si bien lo expertos temen que ello podría alentar la
desilusión pública y la insurgencia" [8].
Como
es bien sabido dentro y fuera de Iraq, la supervivencia de las nuevas
instancias iraquíes depende de la continuidad de las tropas
estadounidenses y de terceros países, y éstas no pueden prever ser
sustituidas ni tan siquiera a medio plazo por fuerzas iraquíes. Así
lo admitía igualmente el pasado 21 de junio desde Bagdad el teniente
general estadounidense John R. Vines, comandante en jefe de las tropas
de ocupación en Iraq [9]. La fecha del 1 de enero de 2006 es
inimaginable a todas luces. Expertos y congresistas estadounidenses
estiman que al menos en dos años, EEUU no podrá reducir
significativamente sus tropas en Iraq [10].
Lo
cierto es que junio se configura ya como el mes más sangriento de
2005 para EEUU, con una media diaria de entre 2 y 3 militares de esta
nacionalidad muertos en combate. Si la prensa internacional, al son de
las autoridades de ocupación y las instancias iraquíes a éstos
asociados, enfatizan las víctimas civiles que causan los atentados
indiscriminados de dudosa paternidad, lo cierto es que la resistencia
legítima centra clara y eficazmente en las tropas de ocupación su
actividad armada. Según The New York Times del día 23 de junio, este
pico en las bajas en combate estadounidenses se debe al
perfeccionamiento por parte de la resistencia de las denominadas
"improvised explosives devices" ("artefactos explosivos
de fabricación manual"), que son situados en las carreteras y
arcenes, y explosionados al paso de los convoyes. En mayo el Pentágono
contabilizó alrededor de 700 ataques de esta modalidad, la más
propia de la resistencia [11].
Fragilidad
política interna
En
segundo lugar, en el aspecto político la Administración Bush, ya sin
preocuparse en disimular su irritación, procura que los nuevos
gobernantes iraquíes surgidos de las elecciones de enero de este año
cumplan por lo pronto con el plazo de tener una nueva Constitución
redactada en agosto. Misión tan difícil al parecer como la de
construir los nuevos cuerpos de seguridad: se le quiera dar la
legitimidad que se desee a las elecciones de enero de 2005, lo cierto
es que su resultado –por lo demás previsible– ha establecido una
manifiesta polarización sectaria y territorial entre las formaciones
confesionales chiíes asociadas a Irán (habrá que esperar el impacto
en Iraq de los resultados electorales iraníes del pasado sábado y la
victoria de Ahmadineyad) y la lista kurda, que a su vez se resiente de
la histórica rivalidad entre Talabani, ahora presidente de Iraq, y
Barzani, presidente de la región autónoma kurda.
Por
otra parte, la legitimidad externa que EEUU y la UE puedan otorgar a
las nuevas instancias iraquíes está más que cuestionada por la
población. Del limitado respecto a los derechos humanos de las
autoridades iraquíes, del anterior y del actual gobierno transitorio,
dan buena cuenta los informes de las organizaciones de defensa de los
derechos humanos del interior, una realidad a la que no podía dejar
de hacer alusión el propio Kofi Annan en su último informe sobre
Iraq ante el CS [12]. Por ejemplo, el número de desaparecidos es tal
alto como incierto: entre 5.000 y 15.000.
Por
lo demás, las condiciones de vida de los iraquíes, el espejo en el
que debería reflejarse el proceso en curso de normalización
institucional, se deterioran de día en día, como un reciente informe
del PNUD y del propio gobierno iraquí no podía tampoco dejar de
admitir [13], mientras las fuerzas estadounidenses y las iraquíes
expanden su política de "tierra quemada", con la destrucción
premeditada de las instalaciones públicas, particularmente las
sanitarias [14].
"Estrategia
de salida"
Por
todo ello, resulta incomprensible que los países integrados en la Unión
Europea, tan abiertamente divididos en su día sobre la invasión de
Iraq, hayan dado por bueno en Bruselas un proceso que en el interior
de EEUU carece de toda credibilidad y que está situando a la
Administración Bush contra las cuerdas, tanto en las Cámaras –y
por parte de representantes demócratas y republicanos– como en la
calle, donde, según una encuesta de Gallup de la pasada semana, seis
de cada diez ciudadanos estadounidenses apoyan la retirada parcial o
total de sus fuerzas destinadas a Iraq, el porcentaje más alto desde
el inicio de la ocupación [15].
Mientras
en EEUU se habla abiertamente de una "estrategia de salida"
de Iraq, en Bruselas los países europeos suscriben un documento final
que asume punto por punto el espejismo en el que parecía moverse
hasta el momento la Administración Bush, la Fantasilandia de la que
hablaba hace ya bastantes meses el analista estadounidense y profesor
de la universidad de Georgetown Anthony Cordesman [16]. La Unión
Europea se une así, tardía e innecesariamente, al periclitado
proyecto estadounidense en Iraq, cuando en Washington ya llevan meses
contemplando abrir una negociación directa con la resistencia.
Notas:
(*)
Carlos Varea es coordinador de la Campaña Estatal contra la Ocupación
y por la Soberanía de Iraq (CEOSI).
1.
S/RES/1546 (2004), disponible en castellano en www.un.org
2.
Véase en su versión en inglés en:
http://europa.eu.int
3.
El gobierno español ha elevado recientemente el rango de la
representación del Estado español en Bagdad de Oficina de Negocios a
Embajada, una vez reconocido como legítimo el gobierno surgido de las
elecciones de enero.
4.
La primera declaración en tal sentido fue efectuada a Reuters por el
ministro iraquí de Interior, quien reconocía contactos con sectores
"nacionalistas" de la resistencia anti–estadounidense
"[...] a fin de que vengan a la mesa [de negociación]"
(recogido en al–Jazeera, 23 de junio de 2005). Posteriormente, la
Administración Bush reconocía contactos propios con la insurgencia (The
Washington Post, 27 de junio de 2005), y luego el gobierno británico.
5.
Un artículo de The Washington Post del pasado 10 de junio señalaba
que, si bien el número de policías y militares iraquíes ya
entrenados y armados alcanzaría los 169.000 efectivos, según datos
del Pentágono, de los 107 batallones operaciones militares de la
Guardia Nacional y especiales de la Policía solo tres serían capaces
de operar independientemente de las fuerzas estadounidenses.
6.
The Washington Post, 24 y 25 de junio de 2005.
7.
The Washington Post, 24 de junio de 2005.
8.
Idem.
9.
Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004–2005/docs/hasan_23–06–05.html
10.
The Washington Post, 21 de junio de 2005.
11.
Véase en IraqSolidaridad: Entrevista de David Pestieau a Muhammad
Hasan. Resistencia en Iraq: certezas y falsedades
12.
Informe del Secretario General presentado de conformidad con lo
dispuesto en el párrafo 30 de la resolución 1546 (2004), 7 de junio
de 2005, documento 2/2005/373, particularmente las páginas 15 y 16.
13.
Véase en IraqSolidaridad: Informe conjunto de Naciones Unidas y el
ministerio iraquí de Planificación: Iraq, devastado tras 15 años de
sanciones y guerra
14.
Véase en IraqSolidaridad: Sabah Ali: 'La estrategia estadounidense de
asalto a hospitales: destruir hasta el punto que reparar sea
imposible' y las restantes crónicas de Imán A. Hamás y Sabah Ali.
15.
The Washington Post, 16 de junio de 2005.
16.
Véase en IraqSolidaridad: Balance de la resistencia iraquí en
diciembre de 2004
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