Conferencia
de Bruselas
La
Unión Europea, por la consolidación de la ocupación en Iraq
Reflexiones
tras una visita a la Oficina de la Comisión Europea en Madrid en
relación con la Conferencia sobre Iraq de Bruselas
Por
Ángeles Diez (*)
IraqSolidaridad,
30/06/05
"La Conferencia de Bruselas es una apuesta por la
consolidación de la ocupación, por hacer viable el proyecto
estadounidense; una vez asumida la irreversibilidad de la ocupación,
hacer que la realidad instalada sea factible, que sea operativa para
no tener que enfrentarse militarmente, porque este tipo de
enfrentamiento militar supone altos costos que van en detrimento de la
rentabilidad del proyecto de ocupación. En suma, garantizar un mínimo
de seguridad, no para los iraquíes por supuesto, sino para el
desenvolvimiento económico y político."
Madrid,
25/06/05. La entrevista que sostuvimos el pasado 22 de junio
representantes de organizaciones y asociaciones de Madrid, y
profesores y profesoras de las universidades Autónoma y Complutense
con el director de la Oficina de la Comisión Europea en Madrid, Sr.
José Luis González Vallvé, con relación a la Conferencia sobre
que, co–patrocinada por la Unión Europea (UE) y EEUU, se estaba
celebrando en Bruselas ese mismo día [1], fue una lección en toda
regla sobre el tipo de interés que tiene la UE en Iraq y sobre la
talla de instituciones europeas.
Basta
detenerse a analizar las preguntas que nos hicieron, por qué les
interesaba saber esto y no aquello, por qué nos preguntaban por el
terrorismo o por la seguridad, y no por la violación de los derechos
humanos, o por las condiciones de vida del pueblo iraquí, para
dibujar el cuadro de sus preocupaciones, sus intenciones y la que será
la política europea en Iraq.
Nuestros
interlocutores conocían que una delegación de la CEOSI había estado
en Iraq en abril y desde ahí arrancaron sus preguntas. La primera de
ellas sobre la situación que se vive hoy en Iraq, especificando que
no querían tanto saber sobre las condiciones de vida, la violencia
etc., ya que daban por supuesto la situación crítica que vive el país
sino, concretamente, tras el nuevo gobierno, si pensábamos que
avanzaba hacia una normalización. No voy a comentar nuestra exposición
pero sí que se incidió mucho en la falta de legitimidad de las
nuevas autoridades iraquíes y en que ésta es una apreciación de la
mayor parte de la población. Asimismo, que existe un nivel de
violencia y un rechazo a la ocupación que impide cualquier salida
dentro del marco establecido por las elecciones y con la presencia de
tropas invasoras.
El
Sr. González Vallvé insistió en saber nuestra opinión sobre las
posibles salidas a la crisis de representación y se le trasladaron
las propuestas de las distintas organizaciones civiles, de los
interlocutores iraquíes que se están constituyendo como fuerzas
significativas y con autoridad para plantear un calendario para la
retirada de las tropas de la coalición multinacional que ocupa el país,
así como para la reconstrucción y la compensación por los daños
causados por la guerra. Pero nada de esto pareció interesarle a
nuestro anfitrión, todo lo contrario, daba por sentado que las reglas
del juego ya estaban establecidas y que, en realidad, lo que
preocupaba a la UE era la gobernabilidad.
En
este punto surgió la pregunta sobre los "grupos que perpetran
ataques terroristas". Nuestra respuesta no podía ser otra que la
que denuncia que realizan los propios iraquíes, incluida la
resistencia, que se desmarcan y rechazan este tipo de acciones. Se
sospecha que provienen de grupos externos y no cabe duda de que sus
consecuencias –dividir a la población, las muertes de civiles,
etc.– no benefician sino a la propias fuerzas ocupantes en su
estrategia de legitimar su presencia. La pregunta por las acciones
terroristas, así como la que le siguió sobre la existencia de
reivindicaciones por parte de países limítrofes, especialmente
refiriéndose al caso de Irán, estaban engastadas, sin duda, en la
que, a esas alturas de la entrevista, ya era la preocupación evidente
de los representantes de la Comisión: la seguridad [2].
De nuestra perplejidad y de lo que aprendimos
Al
hilo de las inquietudes del Sr. González Vallvé no nos queda otra
que preguntarnos ¿por qué interesa a la UE el normal
desenvolvimiento de las instituciones del país y no el drama de la
población iraquí, o la violación de sus derechos básicos de
ciudadanía o las denuncias constantes de torturas, bombardeos de
ciudades y hospitales por las tropas estadounidenses? ¿Por qué
Europa está tan interesada por el tema de la seguridad como los
propios estadounidenses y no por las consecuencias de la guerra? En
primer lugar, porque aun siendo consciente de la falta de legitimidad
de las nuevas instituciones iraquíes, la UE ha optado ya por su
aceptación. Según se nos informó, la pretensión es poner en marcha
proyectos, es decir, invertir en Iraq dinero, concretamente en el área
de "apoyo institucional". Aunque, bien es cierto que la UE
suele financiar proyectos finalistas: escuelas, carreteras,
aeropuertos, etc. (inaugurables); en este caso, como ocurre con relación
a la Autoridad Palestina (AP) se pretenden destinar fondos a la
consolidación del nuevo gobierno.
Cuando
se les planteó que precisamente, según señala el informe del
Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU), también los
recursos de esta institución se han destinado a ese área,
fundamentalmente a programas de formación, y que no han sido capaces
de controlar ni evaluar el cumplimiento de sus programas por los
problemas de seguridad y por verse obligados a hacer el seguimiento
desde fuera del país, no pareció que esta experiencia fallida les
preocupara especialmente. Tampoco la corrupción y el pillaje en el
que vive inmerso Iraq, ni el hecho de que al no contar con
instituciones legitimadas el último depositario de la autoridad en
Iraq sea el ejército estadounidense.
Futura Oficina Europea para Iraq en Aman
Es
cierto que el tema de la autoridad del nuevo gobierno transitorio
iraquí va rezagado, se nos dijo, pero lo importante es que lleguen
fondos y se gestionen eficazmente, porque "lo que realmente la
gente quiere es que se solucionen sus problemas de agua, de
transporte, etc." Así pues, se trataría de generar capacidad
para la absorción de los fondos que se destinen porque, se nos puso
el ejemplo de los fondos ya destinados por NNUU, que finalmente habían
sido gestionados por los estadounidenses y apenas se había podido
absorber un 4% de lo asignado.
Lamentablemente
todos estos problemas harán que, de momento, la UE esté programando
abrir una oficina en Aman y no en Bagdad, para poder gestionar los
fondos. En la distancia y a salvo de las bombas, los recursos europeos
es probable que sigan la misma suerte que los de NNUU pero,
probablemente, poco importe. Su función, la de la Comisión Europea,
es implementar políticas no "tomar decisiones políticas"
dijo el Sr. Vallvé.
El
director de la Oficina de la Comisión Europea en Madrid quiso saber
si hay otras organizaciones o agrupaciones de ámbito europeo que
estuvieran realizando solicitudes como la nuestra. Se nos planteó la
necesidad de contactar con otras organizaciones europeas y dirigir
nuestras demandas con relación a la mejor implementación de los
programas. La idea implícita que se nos sugería es la
correspondiente a los famosos lobbies tan caros a la gestión
comunitaria y tan útiles para dejar fuera de juego cualquier
planteamiento político por parte de la población. Es fácil deducir
que estas instituciones, no solo las europeas por cierto, se han
acostumbrado y su única relación con los movimientos y
organizaciones es este tipo de negociaciones o de intercambio de
complicidades en las que ellos establecen las reglas del juego (esta
es la política y estos los fondos) y los sujetos sociales contribuyen
y/o colaboran en la buena gestión.
Tratamos
de aclararles que nuestras demandas eran de orden político que, no
solo no teníamos nada que decir en relación con como se gasten mejor
el dinero (que es de todos) en Iraq, sino que denunciábamos la propia
celebración de la Conferencia de "apoyo a las nuevas autoridades
iraquíes".
Para
nuestra sorpresa, se nos sugirió, en términos muy diplomáticos, que
no era la Oficina de la Comisión quien tenía que atender nuestras
demandas, llegando a decir, literalmente, que "[...] ellos no
eran nuestros representantes", si no los representantes europeos
en el Estado español. Ante nuestras caras de asombro, dieron marcha
atrás tratando de explicarnos la complejidad de las instituciones
europeas y sus distintas atribuciones –del Parlamento, del Consejo y
de la Comisión–; que ellos, como Comisión, no tomaban decisiones
políticas sino que eran meros gestores de los recursos, bien es
cierto que también tomaban iniciativas que llevaban al Parlamento,
pero que su función no era política, etc. Ante el intento, un tanto
desesperado ya, por hacernos entender que tenían buena voluntad y que
éramos nosotros quienes no entendíamos el funcionamiento de las
instituciones, sugerimos la posibilidad de entrevistarnos con la
oficina del Parlamento europeo (dos pisos más abajo), nos volvieron a
explicar el complicado funcionamiento de las instituciones europeas y
por supuesto, que no era necesario este encuentro ya que ellos iban a
trasmitir nuestras demandas.
De
todas estas disquisiciones es fácil concluir que, también nosotros,
las organizaciones y movimientos no institucionalizados, como sociedad
civil, hemos de ser manejables. Eso esperan de nosotros los organismos
europeos. Tenemos que ayudarles en la gestión y de hecho asumir como
algo dado las políticas que se nos imponen. Lo máximo a que podemos
aspirar es a participar en la gestión y recibir a cambio algún tipo
de compensación/reconocimiento, etc. Curioso descubrimiento.
Sin grandes contradicciones entre EEUU y la UE sobre Iraq
La
UE atraviesa malos momentos –nos recordaron–, afirmación que
nosotros corroboramos gestualmente y que dio pie a una información
relevante: lo que tal vez se salve sea la política de seguridad. Lo más
interesante de este dato es que aun estando la política exterior común
cuestionada ya que el proyecto de Solana de unos servicios diplomáticos
comunes se ha aplazado, la política de seguridad parece ser uno de
los pilares más consistente al envite de la población europea que ha
rechazado la constitución y por tanto, indirectamente, el proyecto
diseñado por ella.
La
coincidencia entre los planteamientos estadounidenses y los europeos
es meridiana en este punto. No hay grandes contradicciones entre la
política de EEUU y la de la UE una vez materializada la invasión y
puesto en marcha el proyecto de ocupación.
El
informativo de la segunda cadena de la televisión española dio la
información sobre la Conferencia sobre Iraq convocada en Bruselas y
el locutor señaló dos tópicos: que de los 32.000 millones de dólares
aprobados en la conferencia de Madrid sólo se había desembolsado el
20% y que si de algo había servido esta nueva convocatoria era para
"[...] mostrar lo bien que se llevaban la UE y EEUU después de
las tensiones anteriores". Quizá las posiciones estén tan próximas
como sus respectivas oficinas en Madrid donde la embajada
estadounidense y las Oficinas europeas son colindantes por el paseo de
la Castellana.
El drama del pueblo iraquí como 'riesgo' del proyecto de
la ocupación
La
entrevista en su conjunto, sus preguntas y sus comentarios sobre la
política europea y sobre sus proyectos, nos dejaron claro que, la
preocupación central, junto con la seguridad es la gobernabilidad, es
decir, la manejabilidad de Iraq.
La
Conferencia celebrada en Bruselas es una apuesta por la consolidación
de la ocupación, por hacer viable el proyecto estadounidense; una vez
asumida la irreversibilidad de la ocupación, hacer que la realidad
instalada sea factible, que sea operativa para no tener que
enfrentarse militarmente, porque este tipo de enfrentamiento militar
supone altos costos que van en detrimento de la rentabilidad del
proyecto de ocupación. En suma, garantizar un mínimo de seguridad,
no para los iraquíes por supuesto, sino para el desenvolvimiento económico
y político.
De
este modo, el único interés para la UE es ayudar a las autoridades
iraquíes y a las fuerzas ocupantes en la consolidación de su
proyecto de gestión. Por eso, hicieron como que no les entendíamos
cuando en realidad eran ellos los que no querían entendernos porque
de lo que nosotros hablábamos era de otro proyecto, el de
independencia y soberanía del pueblo iraquí.
Una UE que nunca estuvo, en realidad, contra la guerra
Todos
los países europeos vivieron intensas movilizaciones antes de que se
produjera la guerra y también durante los primeros momentos de la
misma. Su enfrentamiento con EEUU tenía como objetivo tratar de
defender sus propios intereses económicos en la zona así como
responder a estas intensas movilizaciones de los ciudadanos. Estos
fueron los dos motores que condujeron a una política europea
aparentemente enfrentada a EEUU. Sin embargo, pasado el momento de la
invasión y convertida la ocupación en un hecho, la política europea
se ha orientado hacia su aceptación. No siendo capaces de defender
sus propios intereses en la zona y habiendo desaparecido las
movilizaciones de sus ciudadanos el único camino que les queda es el
pragmatismo del que siempre ha hecho gala Europa. En realidad, la política
europea no estuvo nunca en contra de la guerra, no hubo nunca un
proyecto europeo contra la guerra ya que, si lo hubiera habido, también
habría estado ahora en contra de las consecuencias de la guerra y sin
embargo todo lo que vemos apunta hacia la aceptación de estas
consecuencias, es decir, la estabilización de la situación de facto.
Para
la UE, se trata pues de buscar y apoyar por todos los medios y con
todos los recursos necesarios al nuevo gobierno iraquí. En este
sentido, llegar a la paz en Iraq es, no puede ser otra cosa para
Europa que contribuir a consolidar la ocupación para hacerse un hueco
en el negocio.
La
desmemoriada Europa ha perdido sus referencias históricas sobre la
ocupación nazi en la II Guerra Mundial. En ese momento el ejército
de resistencia en los países ocupados, especialmente en Francia, era
tratado como un ejército de liberación, y sus miembros eran
reconocidos como héroes en defensa de la nación. También los
resistentes europeos ponían bombas y se enfrentaban al ejército de
ocupación.
Por
su parte, la población europea ha aceptado la situación que vive
Iraq, tal vez por dos razones, una de ellas porque piensa que ya hizo
suficiente y que ya no hay remedio o no puede hacer nada para aliviar
la situación de los iraquíes. La otra razón son las trampas ideológicas
en que somos situados una y otra vez por los medios de comunicación
que en este caso, siguen unas pautas muy precisas: mostrarnos única y
exclusivamente los actos de violencia catalogados como terrorismo (los
coches bombas, las explosiones, los muertos civiles...). Nada que
permita ver o sugerir la imagen de un pueblo luchando por su
independencia. Así, la mayoría de los espectadores quedamos
atrapados en la siguiente paradoja: defender la resistencia del pueblo
iraquí es defender el terrorismo, y a su vez, el terrorismo es
utilizado para legitimar la ocupación –de la misma forma que se
utilizó la figura del dictador para legitimar la guerra preventiva.
Por
eso los medios de comunicación nos muestran todos los días la
violencia de las bombas y no las condiciones de vida infrahumanas,
tampoco nos hablan de las empresas que hacen negocio a costa de las
vidas iraquíes, ni del expolio de los bienes nacionales; nada que nos
permita relacionar la violencia con la ocupación o con la lucha por
la liberación. A lo anterior se suma la conversión de las noticias
sobre Iraq en noticias Guadiana que aparecen y desaparecen caóticamente
para impedir la construcción de una imagen sobre la situación de
guerra y a largo plazo para generar la imagen de normalización.
No
habría que descartar nunca este tipo de reuniones: nos sirven para
medirles a ellos, cosa que no solemos hacer, y nos dejamos medir una y
otra vez por ellos, que son quienes nos cuentan, nos pesan, nos
interrogan y nos ordenan sin que nosotros podamos nunca contarles,
medirles y pesarlos, hasta que podamos, algún día colocarles en el
lugar que les corresponde.
Notas de la autora y de IraqSolidaridad:
(*) Ángeles Diez Rodríguez es profesora del
Departamento de Sociología I (Cambio Social) de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de
Madrid, y miembro de la Asociación Cultural Expresiones "La
Piluka", también de Madrid.
1.
Véase en IraqSolidaridad: Iniciativas y campañas 2004–2005
2.
Significativamente este interés coincide con la preocupación de las
fuerzas ocupantes y de Naciones Unidas, expresado en el informe
elaborado por el Consejo de Seguridad del 7 de junio de 2005,
documento que plantea como tarea prioritaria para poder llevar a cabo
su Misión en Iraq el problema de la seguridad.
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