La
Administración Bush prevé aumentar sus tropas en Iraq, mientras
aumenta el número de bajas en combate
Ni
poder quedarse, ni poder irse: creciente pesimismo sobre la presencia
militar de EEUU
IraqSolidaridad,
16/08/05
"A
las declaraciones oficiales de que tras las elecciones previstas para
el 15 de diciembre de este año, EEUU iniciaría la reducción de sus
actuales 138.000 efectivos, se han sucedido a lo largo de los primeros
10 días de agosto la consideración, primero, de que esta reducción
será limitada y ya avanzado 2006, y, segundo, que deberá ir
precedida por un nuevo incremento de efectivos para garantizar las
siguientes etapas del proceso en lo que queda de año, el referéndum
sobre la Constitución del 15 de octubre y las mencionadas elecciones
legislativas de diciembre."
En
los días previos a la que debería haber sido la culminación de una
nueva etapa en el calendario estadounidense de institucionalización
iraquí -la presentación el 15 de agosto de una nueva Constitución,
finalmente pospuesta una semana- la Administración Bush ha debido
reconocer su empantanamiento en Iraq, dando indicios de flagrantes
contradicciones y reconociendo graves dificultades. Así, a las
declaraciones oficiales de que tras las elecciones previstas para el
15 de diciembre de este año, EEUU iniciaría la reducción de sus
actuales 138.000 efectivos (17 brigadas), se han sucedido a lo largo
de los primeros 10 días de agosto la consideración, primero, de que
esta reducción será limitada y ya avanzado 2006, y, segundo, que
deberá ir precedida por un nuevo incremento de efectivos para
garantizar las siguientes etapas del proceso en lo que queda de año,
el referéndum sobre la Constitución del 15 de octubre y las
mencionadas elecciones legislativas de diciembre.
Lawrence
Di Rita, portavoz del Departamento de Defensa, indicaba el lunes, 8 de
agosto que ante la previsión de un incremento de la actividad
resistente en los próximos meses, EEUU habrá de incrementar su
presencia militar en Iraq como ya hiciera en enero de este año, antes
de la elecciones legislativas, cuando aumentó hasta 160.000 soldados
sus tropas en este país [1]. Di Rita indicó que el Pentágono aún
no ha determinado cuántos efectivos adicionales enviará a Iraq en
esta ocasión, si bien posteriormente se ha hablado de un incremento
de una a dos brigadas adicionales, es decir, unos 10.000 efectivos.
Junto al traslado de efectivos desde EEUU o de ultramar (Afganistán),
se ha llegado a afirmar que, como ya ha ocurrido, parte del actual
contingente tendrá que prolongar su presencia en Iraq más allá de
los 12 meses previstos una medida particularmente impopular.
Tardía
y limitada retirada parcial
Muy
pocos días después, un alto oficial estadounidense declaraba a The
Washington Post, que "[...] los dirigentes [políticos] y
militares iraquíes serán incapaces de dirigir la lucha contra los
insurgentes hasta el próximo verano [de 2006] como muy pronto"
[2]. Tan solo el mes anterior, la Administración Bush había avanzado
que entre 20.000 y 30.000 soldados estadounidenses podrán abandonar
Iraq en la próxima primavera. Incluso tras la formación de un nuevo
gobierno iraquí tras las elecciones de diciembre "[...] lo más
temprano que [éste] va a poder asumir una campaña contrainsurgente
es el próximo verano", de aquí a un año, afirma el oficial.
Las
consideraciones sobre una retirada limitada de Iraq y un repliegue de
las restantes tropas a unas 14 bases en todo el país se basa en las
previsiones sobre la puesta en pie de un nuevo ejército iraquí, la
denomina Guardia Nacional, hasta ahora compuesta por pershmergas
kurdos y milicianos de al-Bader, el brazo militar del Congreso Supremo
de la Revolución Islámica en Iraq. El jefe de la Junta de Jefes de
Estado Mayor estadounidense, general Peter Pace, ha indicado en julio
que solo dos tercios del nuevo ejército iraquí "serían
parcialmente capaces" de combatir a la resistencia, y que apenas
la mitad de las unidades de policía están listas sobre el terreno.
Finalmente,
el propio presidente Bush, rechazaba el 11 de agosto
"especulaciones y rumores" sobre al salida estadounidense de
Iraq, y advertía contra "[...] una retirada previa al
cumplimiento de la misión [en Iraq]", una misión cada vez menos
clara [3]. Buena parte de las anteriores consideraciones optimistas
sobre una salida parcial de Iraq habían sido promovidas ante el
deslizamiento en la opinión interna estadounidense ante el coste
humano (ya no el material) de la presencia de las tropas de EEUU en
Iraq. Según una encuesta, solo el 38% de los estadounidenses aprueba
la gestión de su gobierno en Iraq; según otra de USA Today-CNN-Gallup
más de la mitad de los encuestados considera un error haber invadido
Iraq, y el 56% apoya la retirada total o parcial de EEUU de Iraq [4].
Sensación
de fracaso
La
sensación de fracaso es evidente. De nuevo The Washington Post citaba
a altos funcionarios gubernamentales admitiendo que "[...] la
Administración [Bush] está rebajando significativamente sus
expectativas sobre que puede lograr en Iraq", reconociendo que
"[...] EEUU logrará asentar menos logros de los que
originalmente imaginó durante una transición que ha de finalizar en
cuatros meses" [5]. Este sentimiento de frustración se basa
tanto en el deterioro de la situación interna (tanto civil y económica,
como militar) como en las limitadas pruebas de solvencia que las
nuevas autoridades iraquíes demuestran, un hecho de nuevo puesto de
manifiesto con las dificultades para la redacción del borrador de la
nueva Constitución y la postergación una semana de la presentación
del documento.
En
el aspecto militar agosto está resultando igualmente desalentador. A
fecha 14 de agosto, han muerto en combate en Iraq 50 soldados de EEUU,
ya más que en todo el mes anterior. La mayoría de los muertos en
combate son reservistas (del Cuerpo de Marines) y de la Guardia
Nacional, otro elemento que resalta la fragilidad de la presencia
militar de EEUU en Iraq. Según señalaba el 12 de agosto el general
de Brigada del Ejército estadounidense Yves Fontaine el número de
ataques contra convoyes estadounidenses de traslado de tropas y
suministros se ha duplicado hasta 30 por semana en el transcurso del
último año. Por segunda vez desde que se iniciara la ocupación de
Iraq el Pentágono está revisando el blindaje de sus vehículos
acorazados de transporte y combate, ante la que es la principal causa
de muerte entre sus tropas.
Notas:
1.
The Guardian , 8 de agosto, 2005.
2.
The Washington Post, 11 de agosto, 2005.
3.
The Washington Post, 12 de agosto, 2005.
4.
Idem.
5.
The Washington Post, 14 de agosto, 2005.
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