Cindy Sheehan, líder
de los antiguerra y cuyo hijo soldado murió en Bagdad, dejó la
acampada para ir a ver a su madre enferma
La protesta contra
la guerra de Iraq se extiende del rancho de Bush a todo EE.UU
Por Andy Robinson
Corresponsal en Nueva York
La Vanguardia, 20/08/05
De riguroso luto, Cindy
Sheehan abandonó ayer el campamento Casey -así llamado en homenaje a
su hijo muerto en Iraq el año pasado- para visitar a su madre
enferma. Pero la protesta ante el rancho presidencial en Texas sigue
con la presencia de decenas de padres de jóvenes caídos en Iraq, y
empieza a generar escisiones no sólo dentro del Partido Republicano
sino entre los demócratas.
Ayer se hizo más
evidente en el seno de los republicanos el descontento que está
provocando la actuación del presidente Bush. Chuck Hagel, senador por
Nebraska, dijo que están "surgiendo similitudes con lo que pasó
cuando Vietnam", destacando que el ejército "se empantana
en Iraq", mientras que "las protestas se extienden a todo el
país". Y criticó a Bush: "Debería haberla invitado al
rancho", en referencia a Cindy Sheehan. George Allen,
representante republicano de Virginia, lamentó también que el
presidente no se haya reunido con ella.
Sheehan, de 48 años,
ha tenido una semana de fuertes emociones. Convertida instantáneamente
en estrella mediática y líder de facto del movimiento anti guerra,
ha recibido en tan sólo tres días la solicitud de divorcio de su
marido y la noticia de que su madre de 74 años ha tenido un derrame
cerebral. Visiblemente frágil y apoyada en dos compañeras mientras
embarcaba en el aeropuerto de Dallas rumbo a San Francisco, Sheehan
dijo que volverá en cuanto pueda al campamento.
El miércoles hubo
actos de apoyo a Sheehan en cientos de ciudades. "Acabamos de
rezar pidiendo fuerzas para buscar una salida de este desastre",
declaró Celeste Cappala, desde Crawford, madre de un reservista
muerto en Bagdad en el 2004.
El senador Hagel es el
portavoz más destacado de una corriente de opinión republicana que
presiente un desastre en las elecciones al Congreso de noviembre del
2006 si no se dan señales claras de que Bush tiene una
"estrategia de salida" en Iraq.
El influyente
republicano Newt Gingrich dijo The New York Times que "cualquier
intento de decir que Iraq marcha sobre ruedas es un sinsentido".
En la oposición demócrata también hay divisiones. Mientras las
bases se solidarizan con la reivindicación de Sheehan de salir de
Iraq, presidenciables como Hillary Clinton o Joseph Biden creen que
pueden ganar votos de la derecha acusando a Bush de que prepara una
salida oportunista, e incluso muchos líderes demócratas apoyan
reforzar la presencia en ese país.
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