Al
finalizar el plazo para cerrar las negociaciones este lunes, los
partidos políticos de Iraq no lograron un acuerdo sobre la nueva
Constitución, a pesar de la intensa presión de Estados Unidos
Callejón
sin salida constitucional
Por Mohammed Amin Abdulqadir
Inter Press Service (IPS), 22/08/05
Arbil,
Iraq. Portavoces de la comunidad chiita aseguraron haber acordado un
borrador de Constitución con los kurdos, pero los sunitas niegan que
exista tal acuerdo, lo que agravó la incertidumbre política.
Dadas
las grandes diferencias sobre asuntos fundamentales, los líderes de
los distintos grupos que participan de las negociaciones tienen cada
vez menos esperanzas en que pueda encontrarse una solución.
Los
chiitas y los kurdos, al contar con la mayoría del parlamento, podrían
acordar una Constitución sin el apoyo de los sunitas, pero los
observadores políticos lo consideran poco probable.
"Es
realmente imposible que las conversaciones tengan un resultado en el
poco tiempo que queda, ya que las posturas son demasiado distantes
entre sí", dijo a IPS desde Bagdad el negociador kurdo
Falakaddin Kakayee.
"Los
chiitas presionan para crear un estado religioso con muchas
restricciones a las libertades individuales, así como a los derechos
de las mujeres y de las minorías. El tema aquí no son las demandas
kurdas. El problema es que las libertades básicas y la democracia están
en juego", señaló.
La
Asamblea Nacional Iraquí aprobó por unanimidad el 15 de este mes la
extensión una semana más del plazo para llegar a un acuerdo sobre la
nueva Constitución. Sin embargo, las grupos mantienen sus
discrepancias.
Tres
cuartas partes de los 24 millones de iraquíes son árabes, 20 por
ciento kurdos y el resto de pequeñas minorías. El Islam es la religión
predominante.
Sesenta
y dos por ciento de la población es de la rama chiita del Islam,
concentrada en el sur del territorio, y 35 por ciento de la sunita,
que predomina en el mundo árabe. Hay una pequeña minoría cristiana.
Las
últimas discusiones han sido sobre todo entre chiitas y kurdos, y las
principales diferencias tienen que ver con el sistema federal, la
distribución de los recursos naturales entre los distintos grupos, el
papel del Islam en los asuntos estatales y los derechos de las
mujeres.
Los
kurdos demandan un alto grado de autonomía para el Kurdistán, en el
norte iraquí, con su propia administración y Constitución. También
exigen una importante porción de los recursos naturales de la zona,
rica en petróleo.
Las
demandas chiitas son muy similares. A inicios de este mes, el líder
del poderoso partido chiita Consejo Supremo para la Revolución Islámica
en Iraq, Abdul Aziz al–Hakim, dijo en una reunión con sus
seguidores en la meridional ciudad de Nayaf que "es necesario
establecer una región chiita en el sur de Iraq" con amplia
autonomía.
Esta
declaración causó una fuerte preocupación en la comunidad sunita,
que ha gobernado este país desde su fundación a comienzos de los años
20 y hasta la caída del régimen de Saddam Hussein con la invasión
de Estados Unidos en 2003.
Los
sunitas consideran que los reclamos de federalismo tanto de los kurdos
como de los chiitas podrían desintegrar Iraq.
Otra
señal de peligro son las diferencias sobre el papel que debe tener el
Islam. Durante la redacción de la Constitución interina en marzo de
2004, los partidos religiosos chiitas accedieron a incluir una cláusula
que considera a la religión musulmana sólo como una fuente de
legislación.
Sin
embargo, ahora reclaman que el Islam sea la principal fuente de las
leyes iraquíes.
Esa
demanda es rechazada por los kurdos y otros sectores seculares. Los
grupos iraquíes defensores de los derechos de la mujer realizaron una
serie de manifestaciones contra la pretensión chiita.
"Esto
no es sólo un golpe a los derechos de las mujeres, sino los de todos
los iraquíes, porque restringe las libertades individuales y crea
discriminación de género", dijo a IPS la activista y
parlamentaria kurda Khaman Zirar, de 31 años.
Un
dirigente del Partido Democrático del Kurdistán, liderado por
Massoud Barzani, señaló que existe la posibilidad de que "los
kurdos opten por la opción de disolver" la Asamblea si las
negociaciones fracasan.
"Las
conversaciones han durado días y, en vez de un progreso, hemos
constatado un retroceso en varios asuntos", afirmó.
También
negó las versiones de que los kurdos hayan renunciado a sus demandas
de autonomía.
"El
concepto de respetar la Constitución puede ser interpretado de
diferentes maneras", sostuvo.
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