El
borrador de Constitución: fin del Estado iraquí y de los derechos
ciudadanos de su población
Por
Carlos Varea (*)
IraqSolidaridad,
06/09/05
"Este
modelo, de imponerse finalmente, cuadra bien con los intereses
estadounidenses en esta situación de quiebra del proyecto de dominación
hegemónica imaginado para Iraq por la Administración Bush antes de
la invasión pero desbaratado por la resistencia. EEUU de grado o
por fuerza- ha de admitir que a efectos reales Iraq quede
desarticulado como Estado, y que las dos áreas de producción petrolífera
del norte y del sur se conviertan en enclaves autónomos gestionadas
por los aliados kurdos y confesionales chiíes. Sin duda, Israel e Irán
pasarán a ser interlocutores privilegiados de ambas entidades,
respectivamente."
Tras
varios aplazamientos, el 28 de agosto el comité parlamentario
encargado de elaborar el borrador de la nueva Constitución iraquí
daba por concluida su tarea, presentando un texto que no sería
sometido a votación en el Parlamento, ello a fin de evitar que
diputados sunníes o chiíes de la corriente de Muqtadar as-Sader
manifestaran su rechazo. Ese mimo día eran emitidos dos comunicados
contrarios al borrador consensuado finalmente entre el bloque kurdo y
el confesional chií, los de la Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM)
y la Alianza Patriótica Nacional (APN, anteriormente Alianza Patriótica
Iraquí). [1]
La
primera de estas formaciones es, ciertamente, la máxima instancia
religiosa sunní del país, integrada en el Congreso Fundacional
Nacional Iraquí [2], y con su rechazo, no solo del borrador de
Constitución ahora presentado, sino de todo el proceso de
institucionalización puesto en marcha por los ocupantes en el otoño
de 2003, pone en evidencia la cuestionable representatividad de
quienes han pretendido o aún pretenden enmendar el texto en nombre de
la "minoría sunní" (minoría si se olvida que los kurdos
son mayoritariamente sunníes).
Ciertamente,
para EEUU y el Reino Unido es esencial que la Constitución sea
aprobada en el referéndum del 15 de octubre, a fin de que el proceso
en curso de iraquización de la ocupación pueda culminar con las
nuevas elecciones generales de diciembres, de las que habrá de salir
un nuevo gobierno, ya no transitorio. Para ello es igualmente esencial
que el texto de la nueva Constitución cuente con la sanción de unos
supuestos representantes sunníes, siempre siguiendo el criterio de
los ocupantes de fragmentación de la ciudadanía iraquí en
comunidades religiosas o étnicas. De ahí las fuertes presiones e
injerencias directas estadounidenses para que el borrador fuera
presentado en agosto. De hecho, se afirma que no hay aún una versión
definitiva del texto, básicamente para lograr, con nuevas enmiendas,
el apoyo final de algunos interlocutores sunníes, como el Partido Islámico
[3]. Nuevas negociaciones se estarían manteniendo al respecto en los
primeros días de septiembre, según informa al-Jazeera este sábado,
4 de septiembre.
Este
punto es también recogido y denunciado en el comunicado de rechazo al
borrador de la APN, una formación que aglutina (recientemente ya como
partido) a sectores laicos baasistas, naseristas y comunistas
contrarios en su día a Sadam Husein pero igualmente a la intervención
exterior, y que, junto a otras formaciones (entre ellas, el propio
Partido Baaz o los comunistas de la Unión del Pueblo), impulsa la
creación de un Frente de Liberación Nacional [4]. Su rechazo al
borrador de la Constitución permite asimismo cuestionar la
argumentación de que quienes se oponen a la misma o resisten a los
ocupantes son partidarios del depuesto gobierno o miembros de una
comunidad, la sunní, que se revuelve contra la pérdida de los
privilegios que habría gozado antes de la invasión y ocupación de
Iraq.
La
cuestión federal
A
su regreso de Washington, Paul Bremer impondrá en noviembre de 2003
un proceso de institucionalización interna bajo ocupación que se
iniciaba con la disolución de la Autoridad Provisional de la Coalición
y la cesión formal de soberanía a una nueva instancia iraquí en
junio de 2004, proceso que ha seguido con las elecciones de enero de
2005 y ahora la redacción de la nueva Constitución -igualmente
temporal hasta 2006. Las fuerzas anti-ocupación rechazan no tanto el
borrador en sí de Constitución presentado, sino la totalidad de este
proceso auspiciado por EEUU, que no es nada más que la respuesta de
los ocupantes a la situación de crisis que el fenómeno de la
resistencia armada impone muy tempranamente. Así, el rechazo radical
a la formulación federal que incluye el borrador de la Constitución
que ambas formaciones denuncian en sus comunicados no se debe ni a la
negación del carácter plurinacional y multiconfesional de Iraq ni a
la defensa de los privilegios amenazados de los sunníes como se
afirma habitualmente. Es más, en relación a los derechos nacionales
kurdos no hay adelantos significativos respecto al marco jurídico
previo (instituciones, co-oficialidad lingüística, etc.), mientras
que la imposición de la ley islámica como "fuente básica de
legislación" (no se podrá legislarse contra la ley islámica
según el Artículo 2) y el carácter confesional del Estado
(igualmente establecido en el Artículo 2) pone en entredicho derechos
básicos de las minorías religiosas y anula el concepto laico e
integrador de ciudadanía.
Lo
relevante del proceso es que el texto constitucional recoge básicamente
los intereses de la jerarquía chií iraquí, directamente asociados a
los de Irán, particularmente las tendencias secesionistas de las tres
provincias del sur de Iraq (Maysan, Basora y Dhiqar) y ello en relación
a la gestión petrolífera. Esta zona se encuentra de hecho bajo
control directo de las milicias confesionales de ad-Dawa y del
Congreso Supremo de la Revolución Islámica en Iraq, al parecer con
una notoria penetración iraní [5]. Efecto colateral previsto o no,
ello es el resultado de la apuesta de la Administración Bush por el
confesionalismo chií como gestor del control interno de Iraq tras la
invasión (en detrimento de sus tradicionales interlocutores iraquíes)
y de su imposición de la celebración de las elecciones en enero de
este año, en contra de la opinión de otros aliados internos, como el
propio primer ministro de entonces, Iyad Alawi, y de Talaban y Barzani.
Islámico,
pero no árabe
El
modelo federal está ampliamente desarrollado en los Capítulos 3 y 4
del borrador, en los que se establece un nuevo marco legislativo,
compartido ahora por el Parlamento y un nuevo órgano, el
"Consejo de la Unión" (de representantes locales), que explícitamente
(Artículo 108) tendrá competencias económicas (incluida la gestión
de la renta petrolífera), relaciones exteriores, educación [6], etc.
Este
modelo, de imponerse finalmente, cuadra bien con los intereses
estadounidenses en esta situación de quiebra del proyecto de dominación
hegemónica imaginado para Iraq por la Administración Bush antes de
la invasión pero desbaratado por la resistencia. EEUU de grado o
por fuerza- ha de admitir que a efectos reales Iraq quede
desarticulado como Estado, y que las dos áreas de producción petrolífera
del norte y del sur se conviertan en enclaves autónomos gestionadas
por los aliados kurdos y confesionales chiíes. Sin duda, Israel e Irán
pasarán a ser interlocutores privilegiados de ambas entidades,
respectivamente.
Muy
simbólicamente, según el texto constitucional propuesto, Iraq deja
de ser de hecho un país árabe, si bien pasa a ser por el contrario
un país confesional, como ya hemos comentado. El Artículo 2.1.
explicita que "El Islám es la religión del Estado y la fuente básica
de legislación", mientras que y el tercera afirma que Iraq
"[] es parte del mundo islámico y su pueblo árabe es parte de
la Nación Árabe".
El
precio publicitario a pagar por los "libertadores de Iraq"
es el evidente retroceso que ello supondrá en derechos económicos,
sociales y, particularmente, de la mujer, que, si bien formalmente están
recogidos en el primer Capítulo de la Constitución, desaparecerán a
efectos reales junto con el marco jurídico integral del Estado iraquí.
Por primera vez en la historia contemporánea de Iraq, sus habitantes
pierden, por encima de su pertenencia étnica, nacional o religiosa,
el referente integrador ciudadano y son forzados a retornar a otros
sin duda más regresivos -gestionados además por colaboracionistas
corruptos- a fin de poder acceder a derechos que se supone son
universales.
Notas:
1.
Véase en IraqSolidaridad: El borrador para una nueva Constitución
iraquí: Comunicados de la Asociación de Ulemas Musulmanes y de la de
la Alianza Patriótica Nacional
2.
Véase en IraqSolidridad: Reunión de la Delegación de la CEOSI con
el Partido Baaz, la Unión del Pueblo y la Alianza Patriótica Iraquí
- Proyecto de creación del Frente de Liberación Nacional
3.
La página web del gobierno iraquí incluye una versión en inglés
traducida del árabe por Associated Press: www.iraqigovernment.org/index_en.htm
4.
Véase en IraqSolidaridad: Reunión de la Delegación de la CEOSI con
el Partido Baaz, la Unión del Pueblo y la Alianza Patriótica Iraquí
- Proyecto de creación del Frente de Liberación Nacional
5.
Youssef, N.A., "Proposal to divide Iraq into semi-autonomous
states gains ground", Knight Ridder Newspapers, 24 de mayo de
2005.
6.
El borrador acepta la educación y la sanidad privadas, antes de la
invasión exclusivamente públicas.
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