Dos
agentes británicos
preparaban un atentado contra una concentración religiosa chiíta
Fueron
liberados violentamente por el ejercito ocupante
IraqSolidaridad
/ El Mundo, 20/09/05
Después de que tanques de
las fuerzas británicas de ocupación liberaran a la fuerza a los de
sus soldados [a
la derecha de la imagen] detenidos por la
policía iraquí cuando viajaban disfrazados de árabes en un coche
cargado de armas y material explosivo–, una multitud indignada atacó
el lunes 19 de septiembre a los blindados y a sus dotaciones.
En los incidentes han
resultado muertos al menos dos iraquíes. Portavoces del clérigo chiítas–Sáder han afirmado que estos dos individuos "se disponían
a disparar contra la gente congregada en un santuario chií de
Basora", en el marco de una semana de duros enfrentamientos en
esta ciudad entre chiíes y británicos a raíz de la detención de
dos representantes de Muqtadar as–Sáder acusados de terrorismo. Los
dos militares fueron interrogados ayer por un juez. «Conducían un
coche civil y estaban vestidos con ropa civil cuando se produjo el
tiroteo con la patrulla civil», informó un funcionario iraquí, «estamos
investigando». Fotografías de prensa mostraban a uno de los dos
soldados con un vendaje en la cabeza. Fuentes de la Policía afirmaron
que los militares vestían ropas tradicionales árabes durante su misión
secreta.
Al
resultar sospechosos, los agentes se aproximaron a ellos, que
respondieron con fuego. «Los policías les capturaron», relató
Mohamed al Abadi, funcionario del Gobierno de Basora. En el coche
encontraron armas y material para fabricar explosivos.
Tras
conocerse lo ocurrido, una turba enardecida trató de incendiar un
carro de combate británico y atacó a un soldado. Dos iraquíes
murieron en los disturbios. El blindado trató de retroceder pero fue
alcanzado por cócteles de gasolina y rodeado por la multitud. El
carro ardió. Un soldado saltó en llamas de su interior mientras la
multitud lo apedreaba. Los manifestantes reclamaron que los detenidos
fueran enviados a la cárcel. Las tropas británicas rodearon la sede
de los servicios secretos con blindados y exigieron la liberación de
los militares. Los responsables del centro se negaron. Las autoridades
británicas en Basora investigan el incidente. En Londres, los
liberales pidieron la retirada de las tropas de Irak.
El
diputado chií Fatah al Sheij, representante del clérigo radical
Muqtada al Sadr, afirmó que tenía informaciones de que los británicos
detenidos «se disponían a disparar contra la gente congregada en un
santuario chií» de Basora.
A
pesar de que en el momento de la detención los británicos
disfrazados hicieran fuego contra los policías iraquíes, fuentes
oficiales británicas afirman –paradójicamente– que sus dos
soldados "actuaban de forma encubierta de acuerdo con las
autoridades [iraquíes]". Las mismas fuentes británicas aseguran
también que los prisioneros "no fueron liberados por la
fuerza", todo ello después de que varios blindados derribaran
los muros para acceder al centro de detención y liberar a ambos
detenidos. Estos hechos parecen demostrar, una vez más, la implicación
directa de los ocupantes (en este caso sin intermediarios locales) en
la oleada de atentados terroristas indiscriminados contra objetivos
civiles que sufre Iraq, al tiempo que –frente a toda evidencia–
siguen adjudicando su autoría a la resistencia.
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