Operaciones
encubiertas
La
estrategia de la CIA para crear una falsa "resistencia iraquí"
Por
Manuel Freytas
IAR–Noticias, 23/09/05
Cómo,
porqué y para qué la CIA ha creado un falso movimiento de
"resistencia iraquí" con sus propios
"terroristas" infiltrados para provocar una "guerra
civil". Bush, el Pentágono y la estrategia del
"tercer frente" para escapar de Irak.
¿"Han
creado los EEUU, como parte de una operación encubierta de
inteligencia, un falso "movimiento de resistencia"
construido con sus propios "terroristas" de al–Qaeda?".
La
pregunta se la formula el profesor Michel Chossudovsky, en Global
Research, 18 de septiembre de 2005, y descorre un interrogante que
muchos expertos se vienen planteando con respecto a los ataques
indiscriminados a la población civil de origen chií.
Para
explicar esos ataques, como el del Puente sobre el Tigris o contra los
obreros de la construcción en Bagdad, hay diversas teorías sobre tácticas
operacionales que tanto la guerrilla como las fuerzas norteamericanas
estarían desarrollando en el Irak ocupado por EEUU.
Para
un conjunto de especialistas, en el que se incluye Chossudovsky, está
claro que los ataques explosivos contra la comunidad civil y las
sinagogas chiítas buscan detonar un conflicto armado entre esa
comunidad y la de los suníes, de donde provienen la mayoría de los
combatientes de la resistencia iraquí.
Lo
que no está claro en la versión de esos especialistas, es el beneficiario político de esos ataques que ya han causado
miles de muertos, y cuya efectividad destructiva se favorece por la
masividad de sus blancos, principalmente en concentraciones
religiosas.
Hay
quienes, como el profesor Chossudovsky, ubican
a la CIA como principal ejecutora y organizadora, pero no
especifican claramente cual es el objetivo que tendría Washington al
promover un enfrentamiento armado entre chiíes y suníes.
En
otras palabras, cuál sería
el beneficio para Bush, en caso de desatarse una guerra civil en Irak.
Hasta
antes de las elecciones de enero pasado, las operaciones de la
resistencia se orientaron hacia dos frentes: las fuerzas
norteamericanas y el aparato civil y policial de los colaboracionistas
iraquíes, mayoritariamente de origen chií.
La
resistencia y el "cuarto frente"
En
vísperas de las elecciones, y según lo demostraron los hechos, se
agregó un "tercer frente" contra los clérigos y los políticos
de esa comunidad.
Posteriormente,
luego del triunfo electoral de los chiíes y la formación de un
gobierno cipayo formado por kurdos y chiíes, los rebeldes agregaron supuestamente un "cuarto frente" de ataque cuyo
blanco principal son los pobladores y las mezquitas de origen chií.
Precisamente,
es en este "cuarto frente" donde se sospecha que actúan
grupos islámicos infiltrados, entrenados y financiados por la CIA,
cuya estación en Irak (la más grande del mundo) cuenta con 600
agentes operando en terreno.
La
resistencia "infiltrada"
Si
bien líderes y asociaciones religiosas suníes han denunciado que Al
Qaeda no es representativa de la resistencia iraquí, nunca nadie
explicó cual es la diferencia metodológica y objetiva entre la
guerrilla iraquí y el grupo conducido supuestamente por Al Zarqawi.
Ningún
representante, teórico o estratega de la resistencia explicitó
claramente sus diferencias con Al Qaeda, o desmintió tajantemente que
los secuestros, atentados, reivindicados por Al Zarqawi en Internet
sean parte integrante de la resistencia iraquí.
Señala
el profesor Chossudovsky refiriéndose
al grupo Al Qaeda supuestamente conducido por Al Zarqawi:
"Sus ataques suicidas afectan bastante más a los civiles que a
los militares estadounidenses"
Para
Chossudovsky los atentados suicidas tienden a alimentar las divisiones
sectarias no sólo en Irak, sino en todo Oriente Medio. Sirven a los
intereses de Washington. Contribuyen a socavar el desarrollo de un
movimiento de resistencia más amplio, que una a chiíes, sunníes,
kurdos y cristianos contra la ocupación ilegal de su patria iraquí.
Así mismo intentan crear a nivel internacional divisiones en el
movimiento pacifista y contra la guerra.
Aquí
Chossudovsky, como la mayoría de los que analizan la cuestión, no
explican para qué, con qué objetivo, Washington quiere ahondar la
divisiones, y se olvidan de las diferencias políticas y económicas
entre suníes y chiíes que no permitirían jamás una convivencia pacífica.
Suníes,
chiíes y kurdos: todos contra todos
Veamos
las diferencias por las cuales ni chiíes, ni kurdos, ni suníes podrían
integrarse en un frente común de resistencia a EEUU:
A)
Los chiíes quieren controlar hegemónicamente Irak por medio de un
gobierno fundamentalista pro–iraní, lo que los lleva a chocar
simultáneamente con los norteamericanos, los suníes y los kurdos.
B)
Los suníes intentan expulsar a los norteamericanos e instalar un régimen
político controlado por ellos, lo que los lleva a chocar simultáneamente
con EEUU, y con el proyecto político de los chiíes y de los kurdos.
C)
El proyecto político de los kurdos (autonomía y control del petróleo
del norte iraquí), choca simultáneamente
con la política de ocupación norteamericana, con los suníes
y con los chiíes.
D)
En un marco estadístico de proyección estratégica todos estos
conflictos, larvados o en ebullición, convergen en el mismo punto: el
enfrentamiento de "todos contra todos", en una suerte de
"afganización" o "iraquización", donde la única
opción posible es la guerra permanente.
E)
Un escenario de guerra civil en Irak, con suníes y chiítas como
protagonistas centrales, por su implicancia étnica y religiosa,
arrastraría en su vorágine a todo el Medio Oriente y a los países
árabes y musulmanes del planeta.
Un
cuadro muy aproximado a aquella sentencia "bíblica" que
situaba a Irak como la "madre de todas las guerras".
Operaciones
encubiertas
En
un contexto de derrota militar estratégica de EEUU en Irak, con el país
en anarquía y con sus tres comunidades principales (como se demostró
más arriba) enfrentadas entre sí por razones políticas, religiosas
y económicas, sería lógico que la CIA infiltre a grupos de la
resistencia con la finalidad de profundizar el enfrentamiento entre
chiíes y suníes.
El
año pasado, el líder espiritual de Irán, el ayatolá Jameini, acusó
a la CIA (quien cuenta con una estación local compuesta por 600
agentes) de estar detrás de los secuestros a extranjeros junto con
los británicos y los servicios israelíes en Irak.
Medios
árabes y organizaciones internacionales han denunciado el
reclutamiento sistemático de marginales y desocupados por parte de
los servicios de inteligencia con la finalidad de alistarlos en
"escuadrones de la muerte" o en operaciones de secuestros de
extranjeros.
Esos
mismos escuadrones de la muerte ya están actuando en secuestros y
exterminios de suníes que integran o apoyan la resistencia, y
conforman las antípodas de los ataques con bombas a la comunidad
chií.
Para
algunos expertos –en Irak o fuera del mismo– la CIA, los servicios
británicos, y el Mossad israelí,
infiltran y arman simultáneamente tanto a los
"escuadrones de la muerte" que actúan contra los suníes,
como a los grupos operativos que realizan los atentados con bombas
contra los civiles chiíes.
Es
decir, que la inteligencia militar ocupante controla los dos procesos
esenciales para el detonante de una guerra civil entre chiíes y suníes
con implicación de los kurdos, que también integran los
"escuadrones de la muerte".
En
general todos las organizaciones islámicas niegan que los secuestros
y las decapitaciones a rehenes extranjeros tengan que ver con sus
creencias o su metodología operativa, y señalan que los mismos son
ejecutados por mercenarios al margen de los grupos que integran la
resistencia iraquí contra las fuerzas invasoras de EEUU.
La
presencia operativa de agentes británicos, israelíes y de la CIA en
Irak está largamente documentada en las investigaciones llevadas a
cabo por los casos de torturas a presos iraquíes, particularmente en
la prisión de Abú Ghraib en
Bagdad.
Este
proceso se mueve en dos niveles simultáneos: el "oficial",
que cuenta con el conocimiento de Washington y las autoridades del
Pentágono, y el "clandestino", conformado por operaciones
paralelas que no son comunicadas al Pentágono ni a las distintas
autoridades de inteligencia.
Los
secuestros "oficiales", por decirlo de alguna manera, se
inscriben dentro de objetivos de la "guerra
contraterrorista" y se orientan a dar réditos políticos a la
administración Bush recreando el "peligro del terrorismo islámico"
que azota Irak.
A
este universo, y utilizando la misma estrategia y medios operativos,
se habría sumado en estos últimos meses el diseño y preparación de
atentados terroristas indiscriminados contra la población civil con
el objetivo de detonar una guerra civil.
Pero
¿para qué querría detonar un guerra civil EEUU en Irak?
Para
qué una "falsa resistencia"
Volvemos
a la pregunta de Michel Chossudovsky del principio: "¿Han creado
los EEUU, como parte de una operación encubierta de inteligencia, un
falso "movimiento de resistencia" construido con sus propios
"terroristas" de al–Qaeda?".
Todas
las señales, evidencias, opiniones de especialistas y acusaciones
provenientes del mundo árabe señalan a la CIA
y a la inteligencia israelí y británica operando un falso
frente de "resistencia iraquí" que sirve a los propósitos
de EEUU.
Parte
de esa trama quedó expuesta esta semana con la detención de dos
agentes secretos británicos disfrazados de árabes y portando
explosivos y equipo de comunicaciones en medio de una concentración
religiosa chíi.
Ahora
bien, si la CIA está operando con sus "propios terroristas"
(como sostiene Chossudovsky) para crear un enfrentamiento armado entre
chiíes y suníes ¿Cuál sería el propósito de EEUU con una guerra
civil en Irak?.
En
primer lugar, las dos estrategias ensayadas hasta ahora por EEUU para
controlar Irak: A) la "opción militar", B) la "opción
iraquí", fracasaron estrepitosamente ante la indetenible
escalada mortal de ataques de la resistencia iraquí que –según la
estadísticas oficiales– ya mató a más de 1900 soldados de EEUU,
hirió a más de 14.000, y ha exterminado, solo en el curso de este año,
a más de 2500 soldados y policías colaboracionistas iraquíes.
EEUU:
para qué la "guerra
civil"
La
"opción militar", intento de control por medio de ataques
militares en gran escala tuvo su entierro en Faluya, donde los
tanques, aviones y marines de EEUU, pese a convertir en ruinas la
ciudad, no pudieron terminar con la resistencia que emergió más
fortalecida de los ataques.
La
"opción iraquí", intento de control por medio de un
gobierno títere electo en la urnas y con el aparato de seguridad
cipayo iraquí reemplazando a las fuerzas norteamericanas, también
fracasó estrepitosamente con la falta de unidad para formar gobierno,
la exclusión de los suníes, y la impotencia de la policía y el
ejercito iraquí para controlar a la resistencia.
En
este contexto, una "guerra civil" (promovida por los
"terroristas de la CIA" infiltrados en la resistencia)
conformaría una tercera estrategia de control por medio de la cual
Washington intentaría salir del pantano en que se encuentra en Irak.
El
primer punto de
"aprovechamiento" de una guerra civil en Irak para
Washington se encuentra en el impacto que la misma produciría en el
plano internacional.
Con
Irak sumido en un conflicto armado entre suníes, kurdos y chiíes, a
la administración Bush le sería relativamente fácil operar en el
Consejo de Seguridad de la ONU la intervención de una "fuerza
multinacional de paz" que tenga a la OTAN como sustento militar.
Algo
de eso ya adelantó Talabani cuando durante la Cumbre de la ONU, hace
dos semanas, pidió a la Unión Europea que se involucre más para
"salvar del terrorsimo a Irak".
Frente
a un Irak desangrado y en caos por una "guerar civil" (y
como ya sucedió en Haití) nii
Francia, ni España, ni Alemania, hoy países "críticos" a
la política militar de ocupación de Irak, podrían negarse a
integrar una "coalición de paz", aún sabiendo que detrás
de ella se encuentra la mano de Washington y del Pentágono.
En
ese escenario, con la guerra civil como telón de fondo, Bush y los
halcones seguirían controlando la administración, el petróleo, y
los negocios de Irak, mediante un gobierno títere y la supremacía de
su fuerza militar sobre la OTAN y las potencias "aliadas".
Una
"guerra civil" le serviría a Washington para concretar una
intervención extranjera tipo Haití en Irak, y de esa manera sacar a
sus tropas del primer plano mediático y fusionarlas en un
"ejercito de paz" aparentemente conducido por la ONU y la
OTAN, como se sabe, títeres de los objetivos de EEUU.
Medios
y analistas árabes, así como autoridades comunitarias y líderes
religiosos, vienen sosteniendo desde hace meses que EEUU quiere
enfrentar a los chiíes con los suníes para quebrar el frente de la
resistencia armada que diezma a diario su ejército de ocupación.
El
principio de esta tesis es muy sencillo: si hay un conflicto armado
entre la resistencia iraquí de origen suní con los chiíes, se van a
reducir al mínimo los ataques diarios y mortales contra las tropas
norteamericanas y el aparato de seguridad colaboracionista iraquí.
De
esta manera, y con una guerra civil desangrando Irak, las fuerzas
norteamericanas (y el gobierno de Bush) podrían salir del centro de
los ataques y convertirse en "mediadores", antes que en
represores.
Por
lo tanto, y en este contexto estratégico, la guerra civil es la carta
en la manga con que cuentan Bush y el Pentágono para evitar la
exposición directa de sus tropas al fuego de la resistencia iraquí,
y, consecuentemente, parar la muerte de sus soldados cuyos féretros
conducen a un síndrome Vietnam a corto plazo en EEUU.
|