Triunfo del "sí",
no es tan claro como lo pintan
Análisis de Gareth
Porter
Inter
Press Service (IPS), 20/10/05
Los primeros resultados
difundidos del referéndum constitucional de Iraq en la provincia
sunita de Nínive son muy diferentes a los definitivas, en lo que
parece una operación para sugerir a la prensa que el triunfo del
"sí" fue más amplio que el real.
Los resultados
definitivos, obtenidos por IPS de un funcionario estadounidense en la
ciudad septentrional de Mosul, indican que en Nínive el proyecto de
constitución fue rechazado por un amplio margen de votantes, si bien
menos de los dos tercios requeridos para derrotarlo.
La diferencia entre las
primeras cifras de votación y las definitivas arrojan dudas sobre la
credibilidad de la información oficial emitida desde Nínive. Un alto
dirigente político sunita aseguró, incluso, que la cantidad total de
votantes en la provincia había sido alterada.
Según los muy
difundidos resultados preliminares presentados por el portavoz de la
Comisión Electoral Independiente de Iraq, 326.000 ciudadanos votaron
en Nínive en favor de la iniciativa constitucional, y 90.000 en
contra.
Según la Comisión,
estas cifras se basaban sobre el escrutinio de más de 90 por ciento
de las 300 mesas de votación instaladas en la provincia.
Sobre la base de estas
cifras, los medios de prensa informaron que el proyecto parecía
aprobado. Desde entonces, la Comisión no divulgó nuevos resultados,
y el resultado final del referéndum se conocerá este viernes.
De todos modos, el
enlace militar estadounidense con la Comisión en Nínive, mayor
Jeffrey Houston, informó que el resultado sería de 424.491 votos por
el "no" y 353.348 por el "sí".
De acuerdo con esos números,
los resultados preliminares divulgados el lunes representaban apenas
54 por ciento de la votación total, y no 90 por ciento, como se les
hizo creer a los medios.
Y los votos que no habían
sido incluidos en esa estadística rechazaban la iniciativa
constitucional por una proporción de 12 a uno.
Por su composición étnica,
tres cuartas partes de los 24 millones de iraquíes son árabes, 20
por ciento kurdos y el resto de pequeñas minorías.
En cuanto a la religión,
el Islam es la religión mayoritaria. Sesenta y dos por ciento de los
habitantes, concentrados en el sur del territorio, profesan el Islam
chiita, y 35 por ciento el sunita, predominante en el mundo árabe y
también en el gobierno iraquí entre el fin del imperio otomano, en
1919, y el del régimen de Saddam Hussein, en 2003.
Otras comunidades, como
los turcomanos y los cristianos, constituyen un porcentaje muy pequeño
de la población.
Según las normas que
rigen el referéndum, la constitución sería derrotada si dos tercios
de los votantes en tres provincias votaban contra ella.
Por lo tanto, una
enorme cantidad de votantes se registraron en las tres provincias de
mayoría sunita, las de Anbar (occidente), Nínive (norte) y Saladín
(centro), en contraste con la muy baja participación en los comicios
de enero.
Los votos que
aparecieron en los registros del enlace militar estadounidense solo
podrían proceder de los barrios sunitas de Mosul, una ciudad de 1,7
millones de habitantes.
Los votos en las zonas
urbanas densamente pobladas insume más tiempo que en poblados pequeños.
Eso podría explicar el desfasaje, pero el escrutinio de las áreas
sunitas tardó mucho más que el de las kurdas.
La evidencia sugiere, más
bien, que se trató de un esfuerzo deliberado por parte de dirigentes
chiitas y kurdos para confundir a los medios. De ese modo, al dar
cuenta de una gran ventaja par el "sí", aplacaban la
curiosidad de los medios.
Estos políticos sabían
que todos los ojos estarían puestos en Nínive, pues esa provincia
podría ser la que inclinara la balanza.
Por otra parte, las
cifras reveladas por el enlace militar estadounidense con la Comisión
sugiere una abstención que carece de credibilidad.
En una jornada
electoral en que participaron 88 por ciento de los votantes
habilitados de la provincia sunita de Saladín, por ejemplo, una
asistencia a las urnas de 60 por ciento de los de Nínive parece anómala.
Y si solo hubieran votado 70 por ciento, el total debía haber sido de
930.000.
El resultado final
sugiere que los sunitas, que manifestaron casi unánimemente su
postura contraria a la nueva constitución, serían minoría en la
provincia.
Eso contradice la
realidad ratificada en las elecciones legislativas de enero. Los votos
sumados de kurdos y chiitas en Nínive sumaron apenas 130.000,
mientras las organizaciones sunitas llamaron a un boicot de las
elecciones.
(*) Gareth Porter es
historiador independiente y analista en política exterior, además de
autor de "La tercera opción en Iraq: una responsable estrategia
de salida", en la edición de otoño de Middle East Policy.
|