Una primera valoración de
los resultados del referéndum constitucional
Ocupación, irregularidades
manifiestas
y amplia abstención
IraqSolidaridad, 27/10/05
"Asimismo hay que
denunciar el papel de la mayoría de los medios de comunicación
internacionales, los cuales, sin apenas presencia en el interior de
Iraq, han dado por buenos los resultados, minimizando tanto la
excepcionalidad de la situación de ocupación y guerra que vive el país
como las palmarias irregularidades. Han seguido además a pies
juntillas la lectura sectaria del proceso, que contrapone a los sunníes
a las demás comunidades del país y anula la dinámica de confrontación
entre los sectores anti–ocupación y los sectores
colaboracionistas."
El pasado martes, 25 de
octubre, diez días después de celebrado el referéndum, la Comisión
Electoral Iraquí (CEI) ha dado por aprobado finalmente el borrador de
la nueva Constitución iraquí votado el día 15. La Campaña Estatal
contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI) avanza a
continuación una primera valoración de lo sucedido y de la decisión
final de la CEI, que reitera lo ya indicado en la declaración previa
a la votación [1]:
1.
Más allá de la inadecuación
de proceder a un proceso de votación bajo ocupación y sin que estén
debidamente garantizados los derechos de expresión y libre elección
de los ciudadanos y ciudadanas iraquíes, la presentación de los
resultados finales permite albergar dudas más que razonables sobre el
recuento de votos.
Como era sabido, si en tres
de las 18 provincias iraquíes el borrador era rechazado por dos
tercios de los votos, el proceso de institucionalización de la
ocupación quedaría interrumpido [2]. Por ello, después de que la
CEI aceptara que en las provincias de al–Anbar y Saladino se había
rechazado ampliamente el borrador, se ha procurado establecer, en
contra de los datos preliminares, que en las otras dos provincias
donde era posible esperar que ocurriría lo mismo (Nínive, capital
Mosul, y Diyala, capital Baquba) no había sido así. Los datos
preliminares parecen confirmar, particularmente en el caso de Nínive,
y concretamente en la ciudad de Mosul, que los resultados han sido
alterados. De ahí la dilación en hacerlos públicos.
La agencia IPS recogía el día
19 de octubre declaraciones del enlace del mando militar
estadounidense con la CEI, mayor Jefrrey Houston, que cuestionaban
abiertamente el avance de resultados aportados por la Comisión, pese
a que los datos de las mesas se conocían una semana atrás. Los
primeros resultados oficiales arrojaban un 76,6% a favor del borrador
y un 21,5% en contra [3]. En Mosul la población kurda es solo el 6% y
los propios mandos militares de ocupación han confirmado que las
comunidades cristianas y turcomanas de la capital y del conjunto de la
provincia habrían votado mayoritariamente no, como ya habían
adelantado los portavoces de sus organizaciones locales. Los datos
finales dados a conocer sitúan los porcentajes en un limitado margen
del 55,08% en contra frente al 44,92% a favor. Los resultados finales
no cuadran así con la consideración reiterada de que la comunidad
sunní (además de las mencionadas) habría votado no al borrador y sí
las comunidades kurda y chií, minoritarias en Mosul. El periodista
independiente Dahr Jamail, junto a portavoces de formaciones locales,
acreditaba que los votos negativos habrían alcanzado entre el 75 y el
80% de los emitidos [4].
Algo similar ha podido
ocurrir en la otra provincia mencionada, Diyala, también de activa
presencia insurgente y de mayoría sunní. El resultado oficial fue
emitido por la CEI tan apresuradamente como el de Nínive, y arrojaba
un ligero porcentaje superior de votos negativos frente a los
positivos, el 55% de 727.000 electores [5]. El resultado final es aún
más apurado: 51,25% en contra del borrador y 48,73% a favor, según
los definitivos datos oficiales. Como al–Anbar y Ramadi, Diyala y su
capital son escenarios de abierta confrontación entre ocupantes y
resistencia.
La baja proporción de votos
contrarios a la Constitución reconocidos en Bagdad –con grandes
sectores de población contraria a la ocupación, incluidos chiíes
(barrios de Kadimiya, Medina as–Sader) es también de dudosa
aceptación.
Junto a las irregularidades
apuntadas, igualmente confirmaría la nulidad del referéndum el hecho
de que los resultados en las nueve provincias de mayoría chií del
sur y las tres de mayoría kurda del norte hayan sido dados a conocer
inmediatamente y con porcentajes de apoyo al referéndum de casi el
100% de los votantes, porcentajes que fueron calificados por miembros
de la propia Comisión Electoral de "inusualmente altos"
[6]. Pese a ello, los datos finales se mantienen: por ejemplo, por
encima del 99% a favor del borrador en Erbil, y Dohur, casi el 99% en
Suleimaniya y Mutanna, y en torno al 96% en Basora, Karbala, Dhi Qar o
Wasit.
2. Votar 'no' o
abstenerse
Tampoco se han hecho públicos
datos concretos sobre cuántos votantes inscritos han ejercido
finalmente su derecho al voto, es decir, sobre el grado de abstención.
Se ha indicado que la participación a escala estatal ha sido del 63%
y que 15,5 millones de electores habrían podido votar en el referéndum
[7]. Siendo así, habrían votado unos 9,76 millones de iraquíes, de
los cuales el 78% habría dicho sí al borrador, casi ocho millones;
2,25 millones, no.
El número oficial de
participantes en los comicios legislativos de enero de este año fue
fijado en 8.456.266 votantes sobre un total de 14,7 millones de
inscritos y de 20 millones de potenciales votantes [8]. Cabe recordar
que en enero no votaron sectores anti–ocupación que ahora sí lo
han hecho, y que la participación en las provincias del sur
(inicialmente mayoritarias a favor del sí) habría bajado
ostensiblemente respecto a las elecciones legislativas –entre el 54
y el 58%, excepto en la de Basora, por encima del 60%) [9].
Así, junto a los más de
dos millones de nuevos votantes que han dicho no al borrador, habría
que considerar cuanto a casi siete millones de iraquíes que o bien no
se han inscrito para votar o bien no han votado pese a estar
inscritos. Podrían representar las corrientes anti–ocupación que,
antes que llamar a votar no (opción impulsada esencialmente por
formaciones islamistas, e inicialmente por el Partido Islámico antes
de su cambio de posición), promovieron el boicot al referéndum en el
marco del rechazo global al proceso impuesto por EEUU y a la propia
ocupación. Son parte de las organizaciones del Congreso Fundacional
Nacional Iraquí y el embrión de Frente de Liberación Nacional e Islámico
(baazistas, nacionalistas y comunistas) [10]. Ciertamente, los
sectores anti–ocupación no han seguido una estrategia común cara
al referéndum y el peligro de división aumenta cara a las elecciones
de diciembre.
El clérigo chií al–Sader,
muy ambiguo en sus posicionamientos, siguiendo esta tónica, ha dado
libre opción a sus seguidores ante el referéndum, de nuevo para no
oponerse frontalmente a la jerarquía chií representada por al–Sistani.
Inmediatamente tras el referéndum, portavoces de al–Sader han
anunciado que se presentarán en una misma lista junto a formaciones
islamistas chiíes en los próximos comicios de diciembre, y tres
grupos que se autodenominan como sunníes, entre ellos el Partido Islámico
(PI la corriente iraquí de los Hermanos Musulmanes), han anunciado
su participación en estas próximas elecciones [11]. Así, grupos
inicialmente asociados a los ocupantes (el propio PI, que participó
en las sucesivas instancias creadas por los estadounidenses hasta el
asalto a Faluya de noviembre de 2004), que se arrogan la
representatividad de la comunidad sunní abundando con ello en la
estrategia sectaria de ocupantes y colaboracionistas, llamaron a votar
sí en el referéndum ante las promesas de cambios menores en el
borrador ahora aprobado por parte del futuro Parlamento que surgirá
de las elecciones de diciembre.
3. Votar bajo ocupación
La opacidad y dudas sobre el
escrutinio es el resultado de las peculiares condiciones en las que de
nuevo ha votado Iraq. Amplias zonas de Iraq están o sometidas a
operativos militares estadounidenses en curso (oeste, centro norte y
centro sur), o están controladas –como es el caso de las provincias
del extremo sur y norte del país– por las milicias (como tales o ya
insertas en los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes) asociadas a las
formaciones colaboracionistas, interesadas en la aprobación del
borrador. El clima de terror e intimidación es cotidiano en unas y
otras áreas. No ha había, además, presencia territorialmente amplia
de medios de comunicación internacionales, ni observadores
independientes.
Hay que ser extremadamente
críticos de nuevo con el papel jugado por Naciones Unidas. NNUU, que
ha aceptado un proceso de institucionalización interna bajo ocupación
y ha avalado y dado por buenos procesos de sufragio universal –en
enero y ahora, y en pocas semanas el 15 de diciembre– sin garantía
alguna. Su secretario general, Kofi Annan, aún cuando apoya el
proceso, reitera en sus informes periódicos sobre Iraq que lo que él
denomina "situación persistente de inseguridad" en el país
que impide la presencia de personal del organismo internacional, al
tiempo que apunta discretamente la reiterada violación de derechos
humanos por parte de las fuerzas de ocupación y de las nuevas
autoridades [12]. Sin personal sobre terreno, en esta ocasión la
supervisión de NNUU ha sido igualmente irrelevante, si bien la
portavoz del organismo internacional en Bagdad, Carina Perelli, no ha
dudado en afirmar ante la propia CEI, el día de la presentación de
los datos finales, que su trabajo de supervisión de la votación
"[...] se ajusta a los más altos estándares
[internacionales]" [13]. Cabe señalar que el control de la
votación no se ha efectuado en los mismos colegios electorales, si
no, una vez traslados votos y cómputos, en las oficinas de la Comisión
en Bagdad. 135 denuncias de irregularidades quedan pendientes de
resolución, ha informado el portavoz de la Comisión, quien ha añadido
que no alterarán los resultados [14].
Asimismo hay que denunciar
el papel de la mayoría de los medios de comunicación
internacionales, los cuales, sin apenas presencia en el interior de
Iraq, han dado por buenos los resultados, minimizando tanto la
excepcionalidad de la situación de ocupación y guerra que vive el país
como las palmarias irregularidades. Han seguido además a pies
juntillas la lectura sectaria del proceso, que contrapone a los sunníes
a las demás comunidades del país y anula la dinámica de confrontación
entre los sectores anti–ocupación y los sectores colaboracionistas.
4. Ocupación y
resistencia
Más allá de todas estas
consideraciones sobre el procedimiento, que además de obligadas
permiten cuestionar abiertamente la legalidad de los resultados y de
las posteriores etapas inmediatas del proceso impulsado por EEUU y
Reino Unido, hay que reiterar lo ya indicado en la anterior declaración
de la CEOSI. Los hombres y mujeres de Iraq no han sido libres para
conocer y debatir un texto que modificará radicalmente sus vidas y
las de las futuras generaciones iraquíes al desbaratar los pilares
del proyecto de construcción de Iraq como Estado soberano, plural e
integrador, y democrático. El conjunto del proceso de
institucionalización en curso y el propio contenido de la Constitución,
dada ya por aprobada, determinan para el futuro de Iraq una deriva
impredecible de cantonalización sectaria efectiva, la cual, en
beneficio de los intereses de los ocupantes y de algunos vecinos de
Iraq –Irán e Israel, particularmente–, rompe el marco jurídico
de ciudadanía de la población iraquí y la avoca a marcos
legislativos y jurídicos fragmentados territorialmente, gravemente
regresivos en sus contenidos, de merma esencial de derechos democráticos,
económicos y sociales.
Sobre el terreno el balance
entre el campo anti–ocupación y el campo de los ocupantes y las
formaciones sectarias colaboracionistas se mantendrá, al igual que
una cotidianidad extremadamente difícil para la población. El
cumplimiento del calendario impuesto por Bremer persigue básicamente
satisfacer como "progresos sobre el terreno" una opinión pública
interna en EEUU que se muestra ya mayoritariamente crítica con la
ocupación de Iraq y la sangría económica (5,9 mil millones de dólares
al mes) y humana (una media diaria de casi dos militares muertos en
combate) que está suponiendo.
Muy significativamente, el
mismo día que se daba por aprobada en Bagdad la Constitución, EEUU
alcanzaba la cifra de 2.000 de sus militares muertos en combate en
Iraq desde abril de 2003, más caídos en acción que en los cuatro
primeros años de la guerra de Vietnam e igualmente más que en los
dos últimos años previos a la salida de este país [15].
Notas:
1. Véase en IraqSolidaridad:
Bajo ocupación, sin soberanía ni libertades ciudadanas: No al referéndum
sobre la nueva Constitución iraquí
2. En el otoño de 2003,
Paul Bremer, máxima autoridad civil de la ocupación, impuso al
Consejo de Gobierno iraquí un programa para la institucionalización
de la ocupación, cuya última fase, tras el referéndum
constitucional, han de ser las elecciones de diciembre de 2005 y la
formación de un nuevo gobierno. La denominada Ley Administrativa
Transitoria, aprobada en marzo de 2004 y elaborada por Bremer, incluía
el calendario completo del proceso. La Ley incluía además la
consideración indicada.
3. AP, 17 de octubre, 2005,
y al–Jazeera, 21 de octubre, 2005.
4. Counterpunch, 20 de
octubre, 2005 y Al–Jazeera, 17 de octubre, 2005.
5. AP, 17 de octubre, 2005.
6. Ídem..
7. Al–Jazeera, 25 de
octubre, 2005.
8. Véase en IraqSolidaridad:
Carlos Varea: Polarización sectaria e interinidad en una nueva fase
de ocupación
9.
The Washington Post, 17 de octubre, 2005.
10. Véase en
IraqSolidaridad: El borrador para una nueva Constitución iraquí:
Comunicados de la Asociación de Ulemas Musulmanes y de la de la
Alianza Patriótica Nacional | 'Por un Iraq democrático e
independiente': Declaración conjunta del Partido Baaz Árabe
Socialista, la Alianza Patriótica Iraquí y la Asociación de
Intelectuales contra la Ocupación | Las formaciones contrarias a la
ocupación llaman al pueblo iraquí a rechazar la Constitución
11. Al–Jazeera, 26 de
octubre, 2005.
12. Véase en
IraqSolidaridad: La cifra de soldados estadounidenses muertos en Iraq
se ha duplicado en un año – Kofi Annan reconoce en su último
informe sobre Iraq graves e impunes violaciones de los derechos
humanos por parte de las fuerzas de ocupación y cuerpos de seguridad
y la referencia de la nota.
13. Al–Jazeera, 26 de
octubre, 2005.
14. BBC News, 24 de octubre,
2005.
15. 1.800 entre 1961 y 1965,
y 1.600 entre 1971 y 1972 (http://www.ascribe.org/cgi–bin/behold.pl?ascribeid=20051024.120319&time=13).
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