La
Organización de las Naciones Unidas y su conducta durante la invasión
y ocupación de Iraq
Por
Denis Halliday (*)
Tribunal Internacional sobre Iraq
IraqSolidaridad, 07/12/05
Traducción del inglés de Loles Oliván
"Debido
a la corrupción del CS y a la violación de la Carta de la ONU,
particularmente por los cinco miembros permanentes, la invasión
ilegal, la ocupación de Iraq y las muchas consecuencias trágicas
derivadas de las mismas no han conducido a la condena del CS de la
ONU. De manera escandalosa, EEUU y Reino Unido siguen disfrutando de
los beneficios de los Estados miembro en posición privilegiada, del
mantenimiento de sus poderes de veto y de asientos permanentes en el
Consejo. No se les ha obligado a poner fin a la acción militar ilegal
dentro del Estado soberano de Iraq. No han sido forzados a retirar sus
fuerzas militares de ocupación. No han cumplido con sus obligaciones
como potencias ocupantes de acuerdo con el derecho internacional. Han
robado y abusado de los limitados recursos financieros iraquíes y han
malgastado sus propios fondos que públicamente se obligaron destinar
a la reconstrucción y al desarrollo."
Introducción
y antecedentes
Desde
1990, el pueblo de Iraq ha sido la víctima de la continua agresión
del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dirigido por EEUU y el
Reino Unido. Desencadenada por la toma de Kuwait por parte de Iraq,
esta agresión contra el pueblo iraquí no puede justificarse. Digo
esto sin defender en modo alguno la invasión iraquí de Kuwait porque
no puede haber justificación para tal agresión. Por el contrario,
este punto de vista refleja el rechazo de EEUU a las ofertas de
retirada pacífica de Iraq debido a la determinación de Washington de
destruir el potencial de Iraq y derrocar violentamente a un ex amigo y
aliado que ya no resultaba útil en Bagdad.
La
resultante Guerra del Golfo [de 1991] respaldada por la ONU, los crímenes
de guerra cometidos en nombre de la ONU por las fuerzas armadas
durante aquella guerra, establecieron un modelo de agresión bélica
contra el pueblo de Iraq que se ha mantenido hasta hoy. El resultado
ha sido la pérdida ingente de vidas civiles por negligencias tanto
políticas como militares, otras han sido intencionadas, en las que se
da un elemento esencial en la definición de genocidio. Esta respuesta
inicial de la ONU contra este Estado–miembro y fundador [de la ONU]
mediante las sanciones asesinas de la ONU [impuestas] hasta 2002 se
mantiene tristemente en la actualidad tras la invasión ilegal de 2003
y mediante la ocupación militar e ideológica de las tropas de Bush
II y Blair.
Desde
1945, manipulado y corrompido por los cinco miembros permanentes, el
CS de la ONU ha sido a menudo brutalmente utilizado para servir a los
espurios intereses de los poderosos. Así fue entendido por los
vencedores de la Segunda Guerra Mundial, si leemos entre líneas los términos
de referencia del Consejo tal y como establece la Carta de la ONU.
Como
resultado la ONU se estructuró para abandonar al pueblo de Iraq y
sigue haciéndolo en todos los aspectos. Me refiero a la denominada
coalición de la ONU dirigida por EEUU en la Guerra del Golfo de 1991
que destruyó vidas civiles e infraestructuras en violación de las
Convenciones de Ginebra y sus Protocolos, que masacró a miles y
enterró en vida en fosas comunes a centenares de soldados iraquíes.
El liderazgo de EEUU desplegó esa nueva arma nuclear a su antojo, a
saber, centenares de toneladas de misiles de uranio empobrecido y
obuses con horrorosas consecuencias cancerígenas que aún hoy siguen
aflorando.
Además,
la ONU aceptó en silencio las absolutamente ilegales zonas de exclusión
aérea [impuestas por] EEUU y Reino Unido en Iraq que culminaron con
"ataques ligeros", preliminares de la ilegal invasión de
2003. Más de 12 años de sanciones genocidas de la ONU constituyen
una violación completa de la propia Carta de la ONU. Me refiero a los
artículos 1 y 2 en particular [1] y subrayo las incompatibilidades a
este respecto.
Por
todos estos medios, la ONU ha destruido por sí misma los derechos
humanos básicos del pueblo iraquí a través del incumplimiento
deliberado de los artículos 22–28 [2] de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos. la ONU faltó a sus obligaciones de proteger
y salvaguardar a los niños y niñas y al resto de las personas antes
y después de la invasión de 2003. Y tal y como las escasas pero
honestas informaciones demuestran, la ONU sigue faltando a sus
obligaciones en Iraq y a su pueblo hoy, a mediados de 2005, al mismo
tiempo que este Tribunal se celebra en Estambul.
La
invasión de Iraq por EEUU y Reino Unido
Una
vez anunciadas las intenciones de invasión de EEUU, ¿Dónde estaban
las voces de la ley moral y de la integridad de la ONU?, ¿Dónde quedó
el escándalo?, ¿Dónde estuvo la intervención del Secretario
general como es su obligación por exigencia del artículo 99 de la
Carta?, ¿Dónde estaban tantos Estados miembros comprometidos en la
protección de la Carta de la ONU y en los principios del derecho
internacional? Dado el aforo de la Asamblea General y el poder de la
mayoría, ¿Dónde estaban los Estados dispuestos a detener la estratégica
agresión militar por petróleo descaradamente perseguida por Bush y
Blair? La respuesta es que ni estuvieron ni se hicieron oír en ningún
sitio.
El
respeto por los derechos humanos y por el derecho internacional,
incluida la propia Carta de la ONU, quedó escondido tras el
contaminado y turbio mundo de los propios intereses de los miembros de
la ONU que tiernamente abrazan al régimen de Bush. El mundo vio a
Bush amenazando a Jefes de Estado presentes en la Asamblea General de
septiembre de 2002 y después le vio, a él y a Blair, mintiendo a
todo el que pareciera dispuesto a dejarse engañar, un engaño que
culminó, a comienzos de 2003, con el General Powell mintiendo al CS
sobre las armas de destrucción masiva y sobre el "peligro"
que representaba Iraq.
Se
nos pidió que creyésemos que el espíritu del artículo 51 de la
Carta de la ONU relativo a la autodefensa nacional [3] justificaba de
algún modo la invasión de EEUU de Iraq al igual que la invasión de
Afganistán. Blair nos informó de que Bagdad podría atacar Londres
por sorpresa en 45 minutos con armas terribles e ilegales. Se refirió
a armas químicas y biológicas que fueron vendidas a Iraq por el
propio Reino Unido o por amigos europeos y estadounidenses cuando con
anterioridad Iraq invadió gran parte de Irán debido al apoyo urgente
y activo de Washington y Londres.
Argumentar
que a comienzos de 2003 el CS actuó con valentía al rechazar el
apoyo a la invasión prevista por EEUU y Reino Unido es un bonito
pensamiento, pero nada más. la ONU no se engrandeció, repito, no se
engrandeció por lo que hizo, o por lo que no hizo, para proteger al
Estado soberano de Iraq de la brutal agresión militar de EEUU y Reino
Unido. Aquel fue quizá el punto más bajo alcanzado nunca por la ONU
en su corta historia. Ni siquiera la tiranía del [sistema de]
"veto" salvó la credibilidad de la ONU, lo que podría
haber ocurrido si las tres potencias restantes con [derecho a] veto
hubiesen usado ese mecanismo dictatorial. No lo hicieron. Y la
debilidad de los restantes Estados miembro al no retirarse, dimitir,
mantenerse firmes y ser tomados en cuenta fue, y sigue siendo,
simplemente repugnante. Cuando 20 meses después el Secretario general
recordaba su responsabilidad de pronunciarse según el mandato del artículo
99, musitó entre dientes pero, tristemente, era demasiado tarde.
Sin
la autoridad que reside en el artículo 42 [4] de la Carta y una
resolución del CS autorizando el uso específico de la fuerza, la
invasión anglo–estadounidense de Iraq viola completamente el
derecho internacional. Los crímenes de guerra cometidos en esa
descarada agresión militar, el más grave de los crímenes
internacionales, deben ser imputados a Bush, como comandante en jefe,
y a Blair, como Primer ministro, que abusaron de los poderes de
guerra. A Bush hay que acusarle de terrorismo de Estado por inaugurar
la salva de [la operación] "Conmoción y pavor" [5]
bombardeando Bagdad, [una operación] diseñada para aterrorizar a la
población civil con ataques físicos y mentales. Esa es la clase de
terrorismo de Estado que nos trae el trágico recuerdo del crimen
nuclear cometido por EEUU al bombardear Hiroshima y Nagasaki. Es la
clase de terrorismo de Estado al lado del cual la resistencia
"terrorista" de baja escala empalidece en su comparación
Sin embargo, ambas formas de terrorismo son ilegales e inaceptables
internacionalmente [6].
Los
Estados miembro de la ONU escucharon mudos y se tragaron, algunos con
pesar, los falsos argumentos de la capacidad iraquí para amenazar no
solo a sus vecinos –ninguno de los cuales parecía compartir ese
temor–, y las amenazas físicas a Reino Unido y EEUU. El mundo
intentó desesperadamente creer el sin sentido de un cúmulo enorme de
armas de destrucción masiva dentro de Iraq. Y por encima de todas las
mentiras y basura de EEUU y Reino Unido, se lanzó la acusación de un
estrecho vínculo ente Iraq y "Al Qaeda" y con el ataque
contra esas Torres Gemelas de la codicia capitalista de la ciudad de
Nueva York el 11 de septiembre de 2001. Para aquellos que comprendimos
la naturaleza laica del Gobierno de Bagdad y la filosofía baasista,
ese supuesto vínculo fue la gota que colmó el vaso de la
credibilidad. Y la ONU siguió sin inmutarse por ello. Incluso hasta
la fecha de hoy, el CS se niega a definir [el concepto de] terrorismo
por temor a que el terrorismo de Estado empleado por los cinco
miembros permanentes pudiera, en consecuencia, ser limitado.
Así,
la invasión de marzo de 2003 se produjo violando todas las leyes
internacionales conocidas, ejecutada con la aplicación de terrorismo
y cometiendo crímenes de guerra, incluidos el posterior uso masivo de
uranio empobrecido. la ONU, sus Estados miembro y su Secretario
general incumplieron su obligación de utilizar todos los instrumentos
posibles para proteger al pueblo de Iraq, peor aún, la ONU fue
percibida, en general, en el mundo [con actitud] conforme y
colaboradora. Irónicamente, al mismo tiempo, los estadounidenses se
escandalizaron porque la ONU no había apoyado la política exterior
de EEUU ni su interesada agresión militar contra Iraq, pero esto es
materia para otra sesión...
La
colaboración de la ONU con la ocupación anglo–estadounidense
Si
la invasión se produjo en violación del derecho internacional
–aunque facilitada por la condescendencia de la ONU– y fue
condenada globalmente, la ocupación ha sido en cambio aceptada con
mayor disposición como una nueva aunque ilegal realidad. La ocupación
fue apoyada por Estados miembros y agencias de donantes y después
respaldada activamente por la ONU. Ese respaldo e intervención activa
es colaboración. Y la colaboración de la ONU con el enemigo ocupante
ha sido, y sigue siendo, un error trágico. Una colaboración de este
tipo supone un papel inaceptable para la ONU.
Todos
estamos familiarizados con los derechos del pueblo de Iraq a la
autodefensa y a resistir la ocupación militar extranjera, tal y como
establece el artículo 51 [7] de la Carta de la ONU. Estamos
igualmente familiarizados con las consecuencias frecuentemente
asesinas de la colaboración que la resistencia francesa hizo famosas,
e incluso extrañamente gloriosas, bajo la ocupación en los años 40.
No hay nada glorioso en asesinar, sea al enemigo o a alguien del
propio país, mujeres u hombres que, por la razón que sea, deciden
colaborar [con el enemigo].
No
ha habido ni hay nada glorioso en la colaboración de la ONU [con la
ocupación] en Iraq, ni nada glorioso en sus consecuencias: el mortal
coche bomba contra el edificio de la ONU en Bagdad el 19 de agosto de
2003 en el que unos 20 empleados de la ONU murieron. El CS y
particularmente el Secretario general, responsables del bienestar de
sus funcionarios, parecen no haber comprendido que la ONU era, incluso
antes de la colaboración, la organización más odiada en Iraq. ¿Por
qué?, ¿Cómo no serlo tras doce años de sanciones mortales de la
ONU que costaron la vida a más de un millón de personas, la mayoría
niños y niñas, seguidas de una visible colaboración con el enemigo
común iraquí, es decir, EEUU y Reino Unido, el enemigo ocupante?
Después de 12 años de humillación y pérdida de la dignidad por la
búsqueda impertinente de armas de destrucción masiva [llevada a
cabo] por la UNSCOM, ¿Por qué todo el mundo se sorprendió?
El
Secretario general y su equipo estaban obligados a quedarse al margen
de la ocupación ilegal, como mínimo sin participar. A menos que
hubiese sido invitado por un gobierno legítimo iraquí para prestar
asistencia, y no quedaba ninguno en Iraq tras el ilegal derrocamiento
del Gobierno de Bagdad, la ONU no tenía cabida en el país. La ONU no
tenía mandato para estar en Iraq. Una exigencia de EEUU y/o de
Londres no constituye una invitación legítima. Y los regímenes títeres
no pueden ser reconocidos por la ONU, ni siquiera si han sido
establecidos por dos Estados miembros permanentes del CS.
Aerotransportar antiguos expatriados iraquíes junto a sus propias
mafias armadas y mercenarios y colocarlos como gobierno interino no
convierte a un gobierno en representativo o legal con el que la ONU
pueda tratar legítimamente.
Violación
de las leyes de la ocupación
Sin
embargo, se considera que la ocupación, incluso una ocupación
ilegal, debe cumplir con las obligaciones establecidas en el derecho
internacional. Tales obligaciones incluían el mantenimiento de la
legislación nacional, la protección de la propiedad estatal y
privada y quizás y más importante, la protección y el bienestar de
la población civil como exige la legislación internacional. Las
fuerzas de ocupación de EEUU y de Reino Unido han incumplido
descaradamente esas obligaciones. Han permitido, incluso facilitado,
la quiebra absoluta de la ley y el orden. Miraron para otro lado
cuando tuvieron lugar los saqueos y la destrucción de las ciudades y
los pueblos de Iraq. Según fue pasando el tiempo no hicieron frente a
las necesidades básicas de la población, que incluyen comida,
vivienda, agua, electricidad, sanidad, educación y empleo. Y trágicamente
la ONU, de forma cobarde, permaneció en silencio mientras
estadounidenses y británicos creaban el caos. La ONU continuó
callada cuando los ocupantes desmantelaron las fuerzas de defensa
iraquíes, incluida la guardia fronteriza, abriendo así el país a
los miles de intentos de intrusión y al saqueo en pleno caos. Además
del coste en bienestar de los civiles iraquíes y de las vidas, los
invasores también llegaron para atacar al, enemigo común ocupante de
la región, es decir, a las invasoras y odiadas fuerzas armadas de
EEUU, los temibles cruzados del fundamentalismo de Bush. De nuevo, la
ONU no cumplió con su obligación de proteger los derechos soberanos
de Iraq; el CS y el Secretario General estaban amordazados.
Privatización
de los servicios públicos
Antes
de que la economía iraquí pudiera siquiera comenzar a recuperarse de
las sanciones de la ONU y de la invasión militar, los ocupantes
estadounidenses abolieron el Programa "petróleo por
alimentos". Incluso tras la invasión, este programa siguió
siendo la primera fuente de alimentos y otros bienes esenciales para más
del 85 por ciento de una población de 24 millones. Con una tasa de
desempleo de más del 70 por ciento, además de los miles de miembros
del personal de la defensa recientemente desmantelada, los daños de
la guerra y la invasión y el incremento de las personas sin hogar, la
situación socio–económica del pueblo iraquí se ha deteriorado aún
más.
Ignorante
y tremendamente irresponsable, Washington puso la vista en el modesto
sector privado iraquí para, de repente, vender alimentos, medicinas y
otros bienes básicos a una población mayoritariamente en paro y
empobrecida frente a la creciente inflación. En cuestión de semanas
una economía que había estado centralizada y todo el sector público
dirigido por [el sistema de] las sanciones de la ONU fue desmantelado
con resultados muy dolorosos. Bajo la ocupación de EEUU y de Reino
Unido, por ejemplo, se ha incrementado la tasa de mortalidad infantil
y ha aumentado la malnutrición. ¿Dónde estaba la voz de la ONU para
proteger los intereses los intereses civiles esenciales y exigir que
EEUU y Reino Unido cumplieran en su totalidad con las obligaciones de
la ocupación?
La
desarticulación de las fuerzas de seguridad, de los servicios
sociales, de la sanidad, de la educación y [la cobertura] de las
necesidades básicas sido casi total [8]. En otras palabras, las
fuerzas militares de ocupación han incumplido en todos los aspectos
sus responsabilidades según establece el derecho internacional. Y la
ONU ha permanecido callada.
La
ONU también ha permanecido en silencio mientras EEUU construía unas
14 bases militares para sus propias necesidades estratégicas
militares a largo plazo en la región. Se trata de estrategias
relativas a la presencia militar [estadounidense] en la región, a las
reservas de gas natural y de petróleo y al su control. Sin embargo,
poco se ha hecho en relación con la reconstrucción y las nuevas
inversiones en infraestructuras destruidas por la Guerra del Golfo de
1991, por las constrictivas sanciones de la ONU y después aún más
debilitadas por la invasión de Bush y Blair. Por el contrario, la
presencia de las fuerzas de EEUU y Reino Unido ha creado el caos y la
resistencia armada a su ocupación militar. Ha puesto en contra a la
mayor parte de la población de manera previsible pero, además, ha
fragmentado a este país laico en divisiones religiosas y étnicas que
habían quedado enterradas hace mucho tiempo bajo una identidad
nacional iraquí. ¿Ha dicho algo la ONU al respecto?
Por
primera vez en muchos años, la ocupación extrajera ha creado la
espantosa posibilidad de guerra civil que, a la usanza de un viejo régimen
colonial, ha descubierto los beneficios del divide y vencerás con
resultados desastrosos. ¿Dónde está la exigencia de la ONU de poner
fin a la ocupación militar y a la ya tardía devolución de Iraq al
pueblo iraquí?
Malversación
de fondos iraquíes y corrupción
Al
inicio de la ocupación, la ONU transfirió unos ocho mil millones de
dólares a la Autoridad Provisional [de la Coalición] presidida por
un estadounidense [Paul Bremer]. Ese no era dinero de la ONU. Eran los
ingresos del Gobierno de Iraq obtenidos por la venta de petróleo en
el marco del Programa "petróleo por alimentos". Aún peor,
se ha revelado recientemente que la ONU no supervisó ni auditó el
gasto de esos ocho mil millones de dólares y parece ser que buena
parte fue malversado y no está contabilizado por las autoridades
estadounidenses. Unos cuatro mil millones de dólares fueron
entregados a cambio de nada, sin licitaciones ni ofertas, a la
corporación estadounidense Halliburton, relacionada con la Casa
Blanca a través de Cheney, el Vicepresidente [de EEUU]. Se han
desembolsado cientos de miles [de dólares] en metálico para los
"nuevos" ministerios, establecidos por los estadounidenses,
integrados y gestionados por estadounidenses, sin que se hayan
contabilizado. Esos miles de millones de dólares indebidamente
entregados por la ONU eran propiedad del pueblo iraquí. De nuevo, la
ONU ha incumplido sus responsabilidades.
Para
desviar la atención de los desastres de su propia ocupación, de los
costes y pérdidas de vida, Washington ha atacado el Programa
"Petróleo por Alimentos" dentro del cual parece que ha
habido alguna mala administración, contratos baratos, poco control de
los activos iraquíes, y quizá algunos hurtos que alcanzan quizá la
cantidad de 150.000 dólares. Sin embargo, este programa singular y de
éxito de 65 mil millones de dólares alimentó y proveyó las
necesidades básicas, desde 1997 hasta 2002, a más de 24 millones de
iraquíes.
El
escándalo no reside en la mala gestión de la ONU, sino en la venta,
aprobada por Washington, de miles de millones de dólares en petróleo
por parte de Bagdad fuera del marco del Programa de "Petróleo
por Alimentos"; el escándalo reside en la concesión del 30 por
ciento de los ingresos del petróleo iraquí sujeto a este Programa de
la ONU a Kuwait, mientras los niños y niñas iraquíes morían por la
falta de inversiones financieras en electricidad y agua potable. El
escándalo está en el genocidio que la ONU perpetró contra el pueblo
iraquí durante más de doce años de estrangulamiento bajo un régimen
de sanciones absoluto.
Conclusión
Hoy
en Iraq nos encontramos con un caos político y social casi total. La
ocupación militar extranjera ha intervenido en acuerdos provisionales
que no son representativos y que no cuentan con la confianza de muchos
iraquíes. Hallamos el caos y la miseria del pueblo iraquí convertido
en mendigo por la brutal acción militar de EEUU y Reino Unido en áreas
civiles y pueblos como los vistos en los barrios de Bagdad y Faluya
con horribles bajas civiles. Para los supervivientes, el resultado ha
sido la mendicidad, el desempleo y la escasez. La sanidad y la educación
están desapareciendo porque las familias temen enviar a sus hijos e
hijas a las clínicas y a las escuelas por miedo a que sean
bombardeados y secuestrados. La mortalidad infantil y la malnutrición
se están incrementando. La seguridad personal no existe. Los
estudiantes universitarios no continúan [sus estudios] por miedo. El
colapso en el mantenimiento del orden desde [el inicio de] la ocupación
ha conducido a un nivel de asesinatos y homicidios desconocido en un
Iraq libre antes de la ocupación. Muchos funcionarios, intelectuales,
doctores y educadores, esenciales por su experiencia, han sido
asesinados. La ONU permanece mayoritariamente en silencio [9].
A
pesar de la valentía de muchos iraquíes que han votado en
condiciones casi imposibles y que trabajan para remplazar un sistema
de gobierno, las instituciones nacionales siguen en muy mal estado.
Tanto el capital humano como el financiero es escaso. La muy necesaria
constitución que ha sido redactada bajo la supervisión y la
interferencia estadounidense probablemente va a recorrer un largo y
duro camino para ser aceptada [10]. Necesitará indudablemente muchas
reescrituras una vez que el país tenga un gobierno elegido y
representativo y esté libre de la ocupación extranjera. Se prevé
que Iraq rechace muchas presiones estadounidenses, incluida la
privatización, a manos de corporaciones extranjeras, de sectores públicos
básicos tales como el agua, los recursos petrolíferos y la
electricidad. Se teme que la interferencia del FMI conduzca a ajustes
estructurales que destruirán los restos del sistema de bienestar del
que tantos iraquíes han aprendido a depender durante muchos años.
Debido
a la corrupción del CS y a la violación de la Carta de la ONU,
particularmente por los cinco miembros permanentes, la invasión
ilegal, la ocupación de Iraq y las muchas consecuencias trágicas
derivadas de las mismas no han conducido a la condena del CS de la
ONU. De manera escandalosa, EEUU y Reino Unido siguen disfrutando de
los beneficios de ser Estados miembro [y estar] en posición
privilegiada, del mantenimiento de sus poderes de veto y de asientos
permanentes en el Consejo [de Seguridad]. No se les ha obligado a
poner fin a la acción militar ilegal dentro del Estado soberano de
Iraq. No han sido obligados a retirar sus fuerzas militares de ocupación.
No han cumplido con sus obligaciones como potencias ocupantes de
acuerdo con el derecho internacional. Han robado y abusado de los
limitados recursos financieros iraquíes y han malgastado sus propios
fondos que públicamente se obligaron destinar a la reconstrucción y
al desarrollo.
La
ONU ha sido testigo de la pérdida de vidas en Iraq. La ONU ha sido
testigo de los crímenes de guerra de EEUU y Reino Unido, incluido el
negligente bombardeo contra civiles y el uso de uranio empobrecido,
aunque de nuevo sin hacer ningún comentario. La ONU ha sido testigo
de la gran pérdida de vidas inocentes, más de cien mil según se ha
estimado hasta ahora. Como Uds. saben, a las fuerzas de ocupación de
EEUU no les preocupa el recuento de civiles que asesinan y/o mutilan.
La ONU ha sido testigo de la contratación de unos 80.000 pistoleros
al servicio de las autoridades estadounidenses sin sujeción a ninguna
ley conocida. La ONU ha visto en silencio la violación estadounidense
de los derechos humanos, la tortura y el asesinato de prisioneros
iraquíes detenidos y encarcelados sin respecto por sus derechos
humanos o sin explicación alguna a sus familias.
Habiendo
debilitado de manera trágica a Iraq y a su pueblo durante 12 años de
sanciones, la ONU no ha tomado ninguna medida para frenar, condenar o
castigar las escandalosas transgresiones por parte de EEUU y Reino
Unido de la Carta de la ONU, de los derechos humanos y de otras
disposiciones del derecho internacional.
El
mundo ha sido testigo en Iraq de los más graves crímenes
internacionales, el crimen de la agresión militar contra un Estado
soberano miembro [de la ONU] por las fuerzas estadounidenses y británicas.
El mundo espera que se dé al pueblo de Iraq una oportunidad para
tomar sus propias decisiones y resolver sus diferencias como solo
ellos pueden esperar hacer: sin ocupación extranjera y sin
interferencia. El mundo espera que la ONU actúe respetando las
disposiciones del derecho internacional, que incluye la aplicación de
las disposiciones del Tribunal Penal Internacional contra Bush, Blair
y sus secuaces, hombres y mujeres que han violado los principios básicos
de la Carta de la ONU, la Declaración de los Derechos Humanos y las
Convenciones y Protocolos de Ginebra.
Mientras
tanto, este Tribunal Internacional de Estambul tiene esta oportunidad
y la obligación de exigir el procesamiento internacional de los
dirigentes bélicos y de los criminales de guerra de EEUU y Reino
Unido implicados en la destrucción de Iraq, de las vidas de su pueblo
y de sus derechos humanos, y su bienestar mediante la ilegal e
injustificable invasión armada y subsiguiente ocupación militar.
Notas
de IraqSolidaridad:
(*)
Denis J. Halliday, de nacionalidad irlandesa, coordinó hasta su
dimisión el Programa de Naciones Unidas para Iraq "Petróleo por
Alimentos". Halliday ha visitado en varias ocasiones el Estado
español invitado por la Campaña Estatal por el Levantamiento de las
Sanciones a Iraq, CELSI, precursora de la CEOSI
1.
Ambos artículos establecen los propósitos de la organización, entre
otros: "Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal
fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar
amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros
quebrantamientos de la paz [...] Los Miembros de la Organización, en
sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la
amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado [...] y se abstendrán de
dar ayuda a Estado alguno contra el cual la Organización estuviere
ejerciendo acción preventiva o coercitiva [...]". Véase
www.un.org/spanish/aboutun/charter/index.htm
2.
El artículo 22 señala que "La Asamblea General podrá
establecer los organismos subsidiarios que estime necesarios para el
desempeño de sus funciones." Mientras que los artículos del 23
al 28 establecen la composición, funciones y poderes, procedimiento
de funcionamiento y votación del Consejo de Seguridad.
3.
"Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho
inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de
ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto
que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para
mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas
por los Miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán
comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en
manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la
presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime
necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad
internacional."
4.
"Si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata
el Artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá
ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción
que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad
internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones,
bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o
terrestres de Miembros de las Naciones Unidas."
5.
Nombre de la operación militar con que el Pentágono bautizó la
invasión de Iraq del 20 de marzo de 2003.
6.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Enfrentamientos entre la
resistencia y Al Qaeda en Iraq
7.
Véase nota 3.
8.
Véase en IraqSolidaridad: Informe sobre la violación de los Derechos
Humanos en Iraq bajo la ocupación – Report on Violations of Human
Rights in Iraq under occupation
9.
Véase en IraqSolidaridad: Una guerra encubierta para borrar la
cultura y el futuro de los iraquíes: Lista ampliada de profesores
universitarios asesinados en Iraq durante el período de ocupación y
Profesores y profesoras universitarios asesinados en los primeros 10 días
de noviembre
10.
Véase en IraqSolidaridad: Las formaciones contrarias a la ocupación
llaman al pueblo iraquí a rechazar la Constitución y enlaces
relacionados.
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