El
acceso al petróleo iraquí: Objetivo frustrado de la invasión de
EEUU a Iraq
Las
exportaciones de petróleo iraquí alcanzan su punto más bajo en
noviembre de 2005
Por
Heiko Flottau (*)
ISN
Security Watch, 07/12/05
IraqSolidaridad, 15/12/05
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde
"Las
exportaciones de crudo iraquí de los dos últimos años alcanzaron el
punto más bajo en noviembre de 2005. Una mala gestión del trabajo de
reconstrucción, una extendida corrupción entre las figuras del
gobierno y el sabotaje de la resistencia son las razones de esta caída.
Los expertos dicen que la estrategia estadounidense de la intervención
militar en las regiones ricas en petróleo solo puede disminuir, más
que aumentar, el suministro a los mercados mundiales."
Las
exportaciones de crudo iraquí de los dos últimos años alcanzaron el
punto más bajo en noviembre de 2005. Una mala gestión del trabajo de
reconstrucción, una extendida corrupción entre las figuras del
gobierno y el sabotaje de la resistencia son las razones de esta caída.
Los expertos dicen que la estrategia estadounidense de la intervención
militar en las regiones ricas en petróleo solo puede disminuir, más
que aumentar, el suministro a los mercados mundiales [1].
Dos
años y medio después de la invasión estadounidense de Iraq, la
industria de petróleo del país está todavía desorganizado. Un
representante del ministerio de Petróleo en Bagdad declaraba a ISN
Security Watch, bajo anonimato, que "no sabemos la cantidad
exacta de petróleo que estamos exportando, no sabemos los precios
exactos a los que lo estamos vendiendo y no sabemos a dónde van a
parar los beneficios del petróleo".
Según
informes de la prensa de Bagdad, los beneficios de las exportaciones
no son todavía suficientes para cubrir el presupuesto estatal de Iraq.
El gobierno se ve obligado a solicitar préstamos de los bancos
internacionales para cubrir sus gastos corrientes. A pesar de que EEUU
ha invertido alrededor de 1.300 millones de dólares en la
rehabilitación de las plantas petrolíferas en malas condiciones por
la falta de mantenimiento durante 13 años de sanciones de Naciones
Unidas (NNUU), el producto diario de aproximadamente 1,3 millones de
barriles queda muy por debajo de los 2,5 millones de barriles del
nivel de producción de Iraq antes de la guerra. El objetivo de
producción para diciembre de 2004 de tres millones de barriles al día
establecido por EEUU y el gobierno iraquí no se alcanzará en un
futuro próximo, según manifestaron a ISN Security Watch expertos del
ministerio iraquí de Petróleo. El gobierno iraquí establece las pérdidas
en ocho millones de dólares al año correspondientes a las ganancias
potenciales no obtenidas de petróleo, debido al mal estado actual de
la industria energética.
El
desastre de la reconstrucción
Una
de las razones para el declive de la industria es el estancamiento en
las tareas de reconstrucción debido a serias deficiencias en la
dirección. Por ejemplo, Halliburton, la empresa subsidiaria de
Kellogg Brown & Root (KBR), fue premiada con un contrato de 225
millones de dólares, sin una oferta, para rehabilitar la planta de
agua de Qarmat Ali al sur de Iraq, según un informe de Los Angeles
Times. La planta se utiliza para bombear agua en la tierra para crear
presión que empuje el petróleo a la superficie. Sin embargo, el
contrato no incluye la reparación de las tuberías que llevan el agua
a los campos de petróleo. Cuando el agua se bombea en la tierra, las
viejas tuberías explotan, lanzando grandes cantidades de agua en el
desierto. Además, los granjeros a menudo agujerean las tuberías de
agua para irrigar sus campos. Los responsables estadounidenses echan
algo de culpa en el retraso en la rehabilitación de la industria del
petróleo a su propio cuerpo de ingenieros del ejército.
Durante
los primeros meses después de la guerra, al Cuerpo de Ingenieros se
le dio la responsabilidad de la primera fase de las reparaciones de
los oleoductos y tuberías. Miembros de esta unidad de Ingenieros no
tienen experiencia en trabajar con la tecnología complicada y
obsoleta que Iraq importó de la antigua Unión Soviética. Un miembro
del Cuerpo declaraba tiempo después en una comparecencia ante el
Congreso: "El Cuerpo de Ingenieros no posee capacidad en absoluto
en lo que se refiere a la producción de petróleo".
En
Kurdistán, KBR firmó un contrato de 70 millones de dólares para
rehabilitar parte del sistema de tuberías. Según Los Angeles Times,
KBR sólo ha podido realizar la mitad del contrato. Un par de millones
de barriles que ya se habían extraído no se pudieron transportar y
tuvieron que ser reintroducidos en los pozos, una práctica que los
ingenieros consideran dañina para los campos petrolíferos [2].
Ataques
de la resistencia
Los
analistas consideran los constantes ataques de la resistencia al
sistema de conducción del petróleo un obstáculo añadido a la
recuperación de la industria del petróleo. Entre mayo de 2003 y
finales de octubre de 2005, los observadores contabilizaron 282
ataques contra el sistema iraquí de transporte del petróleo. El
primer incidente fue un ataque el 1 de junio de 2003 contra el
oleoducto de Kirkuk-Ceyhan, que transporta el petróleo desde el norte
de Iraq hasta la costa mediterránea de Turquía. Según los
observadores, el ataque más reciente se produjo el 24 de octubre de
2005 en la misma zona cerca de Kirkuk.
A
pesar de que las fuerzas estadounidenses intentan proteger el
oleoducto de Kirkuk-Ceyhan y las terminales de descarga [del petróleo]
en el norte del Golfo Pérsico, las exportaciones de petróleo se
interrumpen con frecuencia. En abril de 2004, un atentado suicida
desde una lancha golpeó la zona iraquí de la terminal de descarga en
Jor al-Amaya, en el Golfo, muriendo tres soldados estadounidenses.
ISN
Security Watch habló sobre el tema con un periodista del periódico
de Bagdad al-Mada, que no quiso identificarse:
"El
gobierno iraquí paga mucho dinero a los jefes tribales que dicen que
protegerán los oleoductos. Sin embargo, nadie puede asegurar
completamente los miles de kilómetros de oleoductos que cruzan los
desiertos."
La
Institución Brookings [de Washington] advirtió en junio de 2004 que
el nuevo "terrorismo de petróleo" podría convertirse en un
modelo para los militantes islamistas fuera de Iraq. El informe decía
que los oleoductos, que transportan más del 40 por ciento de la
producción mundial de petróleo atravesando regiones inseguras como
la de Oriente Próximo, podrían fácilmente convertirse en
"atractivos objetivos terroristas". El 6 de diciembre, un
dirigente de al-Qaeda lanzó un llamamiento a los yijadistas de la
región para atacar las instalaciones de petróleo "[...] para
combatir a las empresas occidentales que están desposeyendo a los
musulmanes de su petróleo".
En
otro estudio, hecho público en 2003, la Institución Brookings
advirtió que la campaña de sabotaje contra los oleoductos iraquíes
podría dañar la economía estadounidense. "Sin el petróleo de
Iraq -argumenta el informe- los contribuyentes estadounidenses tendrán
que soportar una carga más pesada que la anticipada por el coste de
la reconstrucción". El informe añadía que el sabotaje petrolífero
está contribuyendo a las primas de los seguros de alto riesgo para el
transporte de petróleo. Cada dólar que sube el barril de petróleo
le cuesta a la economía estadounidense aproximadamente cuatro
billones de dólares al año.
Corrupción
Los
analistas afirman que la tercera razón para la disminución de la
producción de petróleo iraquí es la corrupción extendida dentro
del ministerio iraquí de Petróleo. En marzo de este año, el
ministerio despidió a 450 empleados por la venta ilegal de petróleo
y productos derivados.
El
mismo mes, el director general de perforaciones del ministerio,
Mohamed al-Abudi afirmó que "[...] la corrupción administrativa
está tomando muchas formas. Los hurtos y los robos se producen
diariamente en todos los niveles, [...] cometidos por empleados del
gobierno de bajo escalafón y por altos funcionarios en puestos
directivos del estado iraquí", indicó. Ejemplos de fraude
incluyen la manipulación de los instrumentos de medida al final del
oleoducto y la aportación de datos inexactos en las cargas de petróleo
de los tanques. La supervisión de la carga de los tanques, que se
hace normalmente mediante el control de los documentos del seguro, en
muchos casos ha dejado de hacerse. Los expertos de la industria del
petróleo afirman que la corrupción no ha terminado con el despido de
450 empleados del ministerio.
A
menudo, los jefes tribales y las bandas criminales agujerean los
oleoductos, robando al gobierno significativos beneficios del petróleo.
Las bandas de delincuentes roban los camiones que transportan gasolina
a las gasolineras, mientras que hombres armados con frecuencia atacan
las gasolineras incluso en el centro de las ciudades. El petróleo que
se consigue por ese medio se vende en el mercado negro o se transporta
a países vecinos como Irán [3].
En
respuesta a la pregunta de ISN Security Watch, portavoces del
ministerio de Petróleo en Bagdad predijeron que el trabajo de la
reconstrucción y la lucha contra la corrupción no producirá
resultados significativos en los próximos años. Es más, esperan un
constante estancamiento, e incluso un futura descenso en la producción.
Una
estrategia fallida
Los
sabotajes y la corrupción, si se deja que continúen, dañarán
gravemente el futuro de Iraq. La economía del país, dañada por las
dos guerras del Golfo, la invasión de 2003 y los 13 años de
sanciones de NNUU, necesita urgentemente un período de reconstrucción
pacífica y de explotación de nuevos campos petrolíferos. Solo 15 de
los 70 campos conocidos se han desarrollado adecuadamente. Normalmente
se tarda, como mínimo, cinco años en poner un nuevo campo en
funcionamiento.
El
tamaño de los campos de petróleo iraquíes y el aumento de la
producción de petróleo del país fueron dos de los motivos más
importantes para la invasión estadounidense de Iraq. Cuando se le
preguntó en septiembre de 2002 si EEUU podía permitirse una operación
militar costosa como la que se planeó contra Iraq, el asesor económico
de la Casa Blanca, Larry Lindsay, dijo al Wall Street Journal: "Sí,
nos lo podemos permitir". Lindsay agregó que después de un
cambio de régimen en Iraq se podrían incrementar el suministro de
petróleo mundial de tres a cinco millones de barriles al día y que
el petróleo iraquí les reportaría alrededor de 50 mil millones de dólares
en los años próximos. Linsay manifestó que Iraq podría fácilmente
pagar los trabajos de reconstrucción.
Michael
T. Klare, un catedrático de Paz y Seguridad Mundial en la Universidad
de Hamsphire y autor del libro Sangre y Petróleo, escribe que es
"[...] un artículo de fe entre los políticos estadounidenses
experimentados -demócratas y republicanos, da igual- que la fuerza
militar es una herramienta efectiva para asegurar el control de las
fuentes de petróleo extranjeras". Predice que EEUU seguirá
enviando tropas en un futuro a regiones políticamente débiles debido
al problema de la dependencia estadounidense del petróleo proveniente
de esas zonas. Sin embargo, Klare concluye:
"El
crecimiento del caos iraquí ha demostrado que la utilización de la
fuerza militar puede tener un efecto muy contrario; puede disminuir,
en lugar de aumentar, el acceso de EEUU al petróleo extranjero."
Notas
de IraqSolidaridad:
(*)
Heiko Flottau, de nacionalidad alemana, es corresponsal en Egipto de 'ISN
Security Watch'. Ha escrito durante muchos años para Süddeutsche
Zeitung en Belgrado, Varsovia, y El Cairo. Heiko es el autor de Desde
el Nilo hasta el Índico. Oriente Próximo y el Nuevo Orden Mundial
(Alemania, 2004)
1.
Véase en IraqSolidaridad: Philip Thornton: El petróleo de Iraq, botín
de guerra - El PDK y la petrolera noruega 'DNO' alcanzan un acuerdo de
perforaciones en Zakho y enlaces relacionados.
2.
Sobre acuerdo con empresas extranjeras en el Kurdistán iraquí véase
en IraqSolidaridad: Philip Thornton: El petróleo de Iraq, botín de
guerra - El PDK y la petrolera noruega 'DNO' alcanzan un acuerdo de
perforaciones en Zakho
3.
Diversas fuentes iraquíes, incluidas de la resistencia armada y
sindicales del sector en Basora (véase en IraqSolidaridad: "Lo
importante no es el número de combatientes, sino el número de
civiles que les apoyan". Una entrevista con la resistencia iraquí)
han confirmado a la CEOSI que sabotajes presentadas como ataques de la
resistencia son en realidad sustracciones encubiertas de mafias
vinculadas a las autoridades colaboracionistas, particularmente en el
sur del país.
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