Tras el 15 de
diciembre, Iraq estará a merced de las corporaciones de EEUU
Por
Michael Arvey
Online Journal, 14/12/05 / CSCAweb, 16/12/05
Traducción de Natalia
Litvina
"Tan pronto
como el nuevo gobierno iraquí proyecte una apariencia de legitimidad
democrática se firmarán y sellarán grandes contratos petrolíferos,
conocidos como Acuerdos de Reparto de la Producción (ARP) entre
empresas estadounidenses y el recién nombrado y amistoso gobierno
iraquí. La gran meta de la invasión de Iraq será un hecho consumado
: la victoria de las fuerzas de la privatización sobre toda una nación
barrida por completo".
No nos engañemos; las
políticas de George Bush respecto a Iraq no están tan perdidas como
parecen: hay una estrategia en este caos organizado.
Las recientes
declaraciones de Bush sobre un "plan" para la victoria en
Iraq dieron la impresión de ser todo un ejercicio de retórica vacua,
a menos que sepamos a qué victoria se estaba refiriendo. Tras los
resultados de las elecciones del 15 de diciembre en Iraq, la victoria
descansará sobre todo en los bolsillos de los corporaciones y sus
contrapartes en la administración.
Ya que el debate
nacional se centra sobre estrategias de salida, democracia, tortura,
atacantes suicidas, etc... se diría que la intención básica de Bush
es mantenerse en Iraq hasta el 15 de diciembre, momento en el que
comenzará a abogar, con aparente ceño fruncido, por una retirada
militar. ¿Qué ocurrirá tras el 15 de diciembre? Las corporaciones
estadounidenses habrán impuesto su cerradura sobre la economía iraquí,
sobre todo en sus reservas de crudo, aunque se nos dijera en su
momento que no tenía ningún sentido que el petróleo fuera la
principal razón de la invasión, entre todas las acusaciones que Bush
pretende evitar o minimizar.
Tan pronto como el
nuevo gobierno iraquí proyecte una apariencia de legitimidad democrática
se firmarán y sellarán grandes contratos petrolíferos, conocidos
como Acuerdos de Reparto de la Producción (ARP) entre empresas
estadounidenses y el recién nombrado y amistoso gobierno iraquí. La
gran meta de la invasión de Iraq será un hecho consumado : la
victoria de las fuerzas de la privatización sobre toda una nación
barrida por completo. Cuando Bush afirma que "reconstruir una
nación devastada por un dictador es una tarea a largo plazo",
demuestra, una vez más, el alcance de sus proyectos.
El Foro de Política
Global explica como se alcanzará este escenario:
"La nueva
constitución iraquí de 2005, muy influenciada por consejeros
estadounidenses, contiene un lenguaje que garantiza un mayor papel
para empresas extranjeras. Los negociadores esperan alcanzar en brece
ARPs que otorguen a las compañías el control sobre docenas de campos
petrolíferos, incluyendo los vastas reservas de Majnún (casi en la
frontera con Irán, n. De CSCA), pero no se podrá firmar nada hasta
que tras las elecciones un nuevo gobierno tome posesión de sus
cargos."
Mas aún, y de acuerdo
con informaciones del 22 de noviembre de Reuters, "para los
empresarios del petróleo internacionales, a quienes se les negó el
acceso a las reservas iraquíes durante décadas, los ARP a largo
plazo ofrecen la posibilidad de reservar participaciones en las
propias reservas de crudo, protección en caso de legislación
posterior adversa, y jugosos beneficios en caso de épocas de precio
del crudo a la baja". ¿No nos vienen a la mente ciertos nombres
de empresarios petroleros de renombre venidos a menos?
Junto con la Orden
Ejecutiva unilateral nº 13303 de marzo de 2004, lanzada por Bush, por
la que se tomaba control pleno de los ingresos por el petróleo iraquí,
Paul Bremer, antiguo responsable de la Autoridad Provisional de la
Coalición, emitió 100 órdenes destinadas a controlar la economía y
la vida cotidiana iraquíes. El 5 de agosto de 2004, Los Angeles Times
informaba, por ejemplo que la orden nº 39 de Bremer representaba una
auténtica paliza económica: 1) privatización de las 200 empresas
estatales iraquíes 2) propiedad al 100% extranjera de las empresas
iraquíes 3) "tratamiento nacional" , lo que significa que
no habrá preferencias entre las empresas locales y extranjeras, 4)
remesa de exenciones ilimitadas de impuestos en todos los beneficios y
otros fondos y (5) licencias de propiedad de 40 años."
Consideremos también
la orden nº 49, la cual "arroja el impuesto máximo del 40%
sobre las corporaciones al 15%", y la orden nº 40, que
"permite a los bancos adquirir el 50% de los bancos iraquíes".
Todas estas órdenes son dictados para convertir la economía iraquí
en una privatizada; ¿a quien beneficia un cambio forzado semejante?
Ciertamente, no a los ciudadanos iraquíes por los que Bush derrama lágrimas
de cocodrilo.
El plan desde un
principio ha estado muy claro: saquear y privatizar, privatizar.
Curiosamente, cuando los soldados de EEUU invadieron Bagdad, llamaron
a sus primeros campamentos Camp Shell y Camp Exxon; incluso ellos sabían
que mas tarde éstos serían el motivo de la guerra. Y el 15 de
diciembre, justo a tiempo para Navidades, la misión de Bush estará
cumplida.
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