Vietnam, Guatemala,
Grenada, Yugoslavia – destrucción sistemática y obligaciones
violadas
La deconstrucción de
Iraq
Por
William Blum
peacepalestine
/ Rebelión, 16/01/06
Traducido por Germán
Leyens
El letrero en la
fachada dice: “Iraq está abierto para los negocios”. Leímos lo
que hace y lo que dice el presidente iraquí, o el ministerio de esto
o de aquello, y es fácil quedarse con la impresión de que Iraq se
convierte en un Estado soberano, aunque no sea particularmente laico y
a pesar de que emplea la tortura; pero después de todo, es un Estado
independiente, que funciona, ¿no es cierto? Luego leemos que el FMI y
el resto de la mafia financiera internacional – con USA en su papel
sine qua non de costumbre – otorgan inmensos préstamos al país y
condonan deudas, con las condiciones de costumbre; en la situación
actual, que se acabe con los subsidios gubernamentales para el
combustible y otros productos del petróleo. Y así el gobierno
comienza a reducir los subsidios para estos productos que afectan casi
cada aspecto importante de la vida, y los precios se quintuplican rápidamente,
provocando amplio descontento y protestas. [1]
¿Quién querría
sumar más sufrimientos a un pueblo como el iraquí que ya está por
los suelos, en esta nación soberana? Pero la mafia financiera
internacional se preocupa sólo de que los países cumplan con ciertos
criterios consagrados en Economics 101[curso de economía básica,
N.d.T.], como ser un presupuesto equilibrado, privatización,
desregulación, haciéndose así más atractivos para los
inversionistas internacionales.
En caso de que la
presencia de 130.000 soldados usamericanos, una cantidad cada vez
mayor de bases de USA en crecimiento descontrolado, y todas esas leyes
restrictivas de la Autoridad Provisional de la Coalición, diseñadas
en Washington, que siguen vigentes, no basten para tener a raya al
gobierno iraquí, esto lo hará: Iraq tendrá que aceptar que su
economía sea dirigida por el FMI durante la próxima década. El
mismo FMI que Joseph Stiglitz, el economista laureado con el premio
Nobel y disidente ex jefe economista del Banco Mundial, describe como
“ha llevado a Rusia y a Argentina al desastre y dejado una huella de
economías en desarrollo devastadas por su camino.” [2]
A esto se agrega la
revelación del despilfarro por la ocupación usamericana del recurso
más valioso de la nación: el petróleo. Hay que leer el nuevo
informe: “"Crude Designs: The Rip-Off of Iraq's Oil Wealth"
de la organización no-gubernamental, Platform. [Vea http://www.rebelion.org/noticia.php?id=23876]
Entre sus
conclusiones: El informe revela cómo una política petrolera
originada en el Departamento de Estado de USA iba a ser adoptada en
Iraq, poco después de las elecciones de diciembre, sin debate público
y a un coste potencial inmenso. Esa política adjudica la mayoría de
los campos petrolíferos de Iraq – que representan por lo menos un
64% de las reservas de petróleo del país – a su desarrollo por
compañías petroleras multinacionales.
El coste estimado
para Iraq durante la duración de los nuevos contratos petroleros es
de entre 74.000 y 194.000 millones de dólares, en comparación con la
permanencia del petróleo en manos públicas.
Los contratos
garantizarían masivos beneficios para las compañías extranjeras,
con tasas de rendimiento entre un 42 y un 162 por ciento. El tipo de
contratos que asegura estos rendimientos es conocido como acuerdos de
compartimiento de la producción. [PSA por sus siglas en inglés] Los
PSA han sido enérgicamente impulsados por el gobierno de USA y por
los grandes del petróleo y tienen el respaldo de altos personajes en
el Ministro Iraquí del Petróleo. Sin embargo, los PSA duran entre 25
y 40 años, son usualmente secretos e impiden que los gobiernos
alteren posteriormente los términos del contrato. [3]
El autor y principal
investigador de "Crude Designs", Greg Muttitt, dice: “El
tipo de contratos que está siendo impulsado constituye la opción más
cara y antidemocrática disponible. El petróleo de Iraq debería
beneficiar al pueblo iraquí, no a las compañías petroleras
extranjeras.” [4]
Noam Chomsky señaló
recientemente: “Esperan que creamos que USA habría invadido Iraq si
fuera una isla en el Océano Índico y sus principales exportaciones
fueran pepinillos y lechuga. Es lo que esperan que creamos.” [5]
Reconstrucción,
tu nombre no es Usamérica
La administración
Bush ha anunciado que no va a pedir más fondos adicionales para la
reconstrucción de Iraq en la solicitud de presupuesto que será
presentada al Congreso en febrero. Cuando se haya gastado el resto del
presupuesto de reconstrucción, los funcionarios usamericanos en
Bagdad han dejado en claro que otros donantes extranjeros y el novato
gobierno iraquí tendrán que encarar lo que las autoridades dicen que
son decenas de miles de millones de dólares en trabajos que aún
quedan por realizar sólo para asegurar servicios fiables de
electricidad, agua y otros, para los 26 millones de iraquíes. [6]
Hay que señalar que
estos servicios, incluyendo los servicios sanitarios, fueron en su
mayor parte destruidos por los bombardeos usamericanos – la mayor
parte de modo bastante deliberado – comenzando con la primera Guerra
del Golfo: los bombardeos duraron 40 días y noches, demoliendo todo
lo que conforma una sociedad moderna, seguidos por 12 años de
implacables sanciones económicas, acompañadas por 12 años de
bombardeos, a menudo diarios, que supuestamente servían para proteger
las así llamadas zonas de no-vuelo; finalmente, el bombardeo, la
invasión y la devastación generalizada que comenzó en marzo de 2003
y que continúa mientras lees estas líneas.
“USA nunca tuvo la
intención de reconstruir Iraq por completo,” declaró a periodistas
el general de brigada William McCoy, comandante del Cuerpo de
Ingenieros del Ejército que supervisa el trabajo, en una reciente
conferencia de prensa. En una entrevista de la semana pasada, McCoy
dijo: “Esto no iba a ser más que un arranque rápido.” [7]
Es un modelo notable
por su coherencia a través de los años: Usamérica tiene un
prolongado historial de bombardeo de naciones, de reducción a
escombros de vecindarios enteros y de gran parte de las ciudades,
destruyendo la infraestructura, arruinando la vida de los que no
mueren bajo las bombas. Y después hace espantosamente poco o
literalmente nada por reparar el daño.
Vietnam
El 27 de enero de
1973, en París, Usamérica firmó el “Acuerdo sobre la Terminación
de la Guerra y la Restauración de la Paz en Vietnam”. Entre los
principios que aceptó Usamérica se encontraba el declarado en el Artículo
21: “En cumplimiento de su tradicional [sic] política, Usamérica
contribuirá a remediar las heridas de la guerra, y a la reconstrucción
de la República Democrática de Vietnam [Vietnam del Norte] y en toda
Indochina.”
Cinco días más
tarde, el presidente Nixon envió un mensaje al primer ministro de
Vietnam del Norte en el que estipuló lo siguiente: (1) El Gobierno de
Estados Unidos de [Norte] América contribuirá a la reconstrucción
de posguerra en Vietnam del Norte sin ninguna condición política.
(2) Estudios preliminares usamericanos indican que los programas
apropiados para la contribución de Usamérica a la reconstrucción de
posguerra serán del orden de 3.250 millones de dólares de subvención
de ayuda durante 5 años. No pagaron ni un centavo de la ayuda
prometida para la reconstrucción. Ni lo pagarán jamás.
Durante el mismo período,
Laos y Camboya fueron arrasados por implacables bombardeos
usamericanos igual que Vietnam. Después del fin de las guerras de
Indochina, esas naciones también vivieron la “política
tradicional” de cero reconstrucción de Usamérica. Luego vinieron
los bombardeos usamericanos de Grenada y Panamá en los años ochenta.
Panamá y
Grenada
Cientos de panameños
elevaron una petición a la Organización de Estados Americanos,
controlada por Washington, así como ante tribunales usamericanos,
hasta llegar a la Corte Suprema de USA, solicitando una “compensación
justa” por el daño causado por la Operación Causa Justa (no-fue-señal-de-burla:
es el nombre con el que bautizaron a la invasión y el bombardeo
usamericanos). Lo que recibieron fue peor que nada, lo mismo que
recibió la gente en Grenada.
Sudán
En 1998, Washington,
en su interminable sabiduría, disparó más de una docena de misiles
crucero contra un edificio en Sudán del que afirmó que producía
armas químicas y biológicas. El edificio, completamente pulverizado,
era en realidad una importante planta farmacéutica, vital para el
pueblo sudanés. Usamérica admitió efectivamente su error al liberar
los activos del propietario de la planta, que había congelado.
Seguramente había llegado el momento de la compensación. Sucede que
al dueño, que presentó una demanda, no se le ha pagado un centavo;
tampoco a los heridos en el bombardeo. [8]
Yugoslavia
Un año después
sobrevino el caso de Yugoslavia: 78 días de bombardeos permanentes,
que virtualmente transformaron ese Estado avanzado en pre-industrial;
las necesidades de reconstrucción eran sobrecogedoras. Han pasado
seis años y medio desde que los puentes yugoslavos cayeron al Danubio,
las fábricas y casas del país fueron arrasadas, sus carreteras
inutilizadas, el transporte destruido. Pero el país no ha recibido
ningún medio para la reconstrucción de parte del arquitecto y
principal perpetrador de la campaña de bombardeos: Usamérica.
El día después del
anuncio mencionado sobre el fin de los esfuerzos de reconstrucción de
USA en Iraq, se informó que Usamérica también terminaba su
compromiso de reconstruir Afganistán [9]. Esto, después de varios años
del usual lanzamiento de bombas y misiles contra ciudades y aldeas,
con la destrucción y la ruina de costumbre.
Esas extrañas
costumbres tribales
El 7 de diciembre, el
programa "All things considered" de National Public Radio
presentó un informe sobre el asesinato “por honor” de una joven
en Iraq que había sido secuestrada. Tuvo que ser muerta por su
familia por la simple posibilidad de que habría sido violada por sus
captores; la familia tenía que proteger su honor; era una hija muy
amada y admirada, pero a pesar de ello, su primo la mató a tiros. No
tenía nada que ver con el Islam, dijo la información, fue una
“costumbre tribal”.
Este informe fue
seguido de inmediato por Gary Anderson, coronel en retiro de los
Marines de USA, que argumentó que Usamérica tiene que mantener su
curso en Iraq. Está preocupado de que bin Laden et al, pensarán que
Usamérica es “un rajado”. Dice que irse ahora “deshonraría”
a los iraquíes y que al parecer él está dispuesto a seguir
asesinando cualquier número de personas de ese mismo pueblo iraquí
para preservar su honor. Los antropólogos dicen que parece ser una
especie de “costumbre tribal” en el país de Anderson.
Presumiblemente al buen coronel no le preocupa que una gran mayoría
de la gente informada del mundo piense que Usamérica es un poder
imperialista asesino – probablemente se enorgullece de ello – sino
la posibilidad de que piense que es un “rajado”. Tendrán que
pasar por sobre su cadáver. O sobre el cadáver de alguna otra
persona.
Karma yanqui
Los problemas sobre
la inmigración a Usamérica desde el sur de la frontera continúan de
año en año, y cada vez se discuten los mismos temas una y otra vez:
¿Cómo bloquear el flujo hacia el país? Una amnistía, un programa
de trabajadores visitantes, si los inmigrantes contribuyen a la economía,
que los inmigrantes cobran asistencia social, el control de los
empleadores que contratan a inmigrantes… etc. etc., y así sigue el
tiovivo, durante décadas. De vez en cuando, alguien opuesto a la
inmigración cuestionará si Usamérica tiene alguna obligación moral
de aceptar a esos inmigrantes latinos. Una respuesta a esa pregunta
sería: Sí mister, Usamérica tiene una obligación moral porque
tantos de los inmigrantes escapan de situaciones en sus patrias que se
han hecho desesperadas por las intervenciones usamericanas. En
Guatemala, Washington derrocó al gobierno progresista que estaba
sinceramente comprometido con la lucha contra la pobreza. En
Nicaragua, intervino a través de terroristas asesinos desde países
vecinos. En El Salvador, USA tuvo un papel importante en la represión
de un movimiento que trataba de lograr un gobierno semejante, y en
menor medida, tuvo ese rol en Honduras.
El resultado final de
esas políticas ha sido un ejército de gente desesperada que va hacia
el norte en busca de una vida mejor, y al hacerlo se suma al lastre de
pobreza de México, induciendo a numerosos mexicanos a emprender la
marcha hacia Yanquilandia.
Aunque Washington no
ha intervenido militarmente en México desde 1919, durante los años
USA ha estado suministrando entrenamiento, armas y tecnología de
vigilancia a la policía y a las fuerzas armadas de México para
mejorar su capacidad de reprimir las aspiraciones de su propio pueblo,
como en Chiapas, y esto se ha sumado a la afluencia de los
empobrecidos hacia Usamérica. Además, el Acuerdo de Libre Comercio
de Norteamérica (NAFTA), ha provocado una inundación de granos
baratos subvencionados de USA a México y llevado a numerosos
agricultores mexicanos a abandonar sus campos y a unirse a la
corriente inmigratoria hacia el norte.
Bacterias
letales en Washington
¡Um!, tal vez
corremos realmente un peligro de un ataque biológico… pero no de al
Qaeda. Una semana después de la masiva manifestación contra la
guerra en Washington del 24 de septiembre, se reveló que bacterias
letales han sido detectadas en varios lugares de la ciudad, incluyendo
el Lincoln Memorial, situado muy cerca de la manifestación. Controles
de biopeligros instalados en varios lugares dieron resultados
positivos el 24 y el 25 de la bacteria francisella tularensis, que
causa la enfermedad infecciosa tularemia, una dolencia parecida a la
neumonía que puede ser adquirida a través de la inhalación de
bacterias transportadas por el aire y que puede ser fatal. Este agente
biológico está en la “lista A” de biopeligros del Departamento
de Seguridad Interior, junto con el ántrax, la plaga y la viruela.
[10]
Mi primera reacción
al leerlo fue: Esos hijos de puta… les gustaría castigar a la gente
que protesta contra la guerra. Los considero capaces de cualquier
cosa.
La segunda fue: ¡Déjate
de ser tan paranoico! Las noticias citaron a funcionarios federales de
la salud que dijeron que la bacteria tularemia puede ocurrir
naturalmente en el suelo y en pequeños animales.
La tercera idea se me
ocurrió más de un mes después, cuando leí por casualidad que en
los años sesenta hubo un programa del Ejército de USA que realizó
numerosos ejercicios con la fumigación aérea de barcos de guerra
usamericanos con miles de soldados a bordo. Utilizaron una amplia
variedad de agentes químicos y biológicos para saber más sobre la
vulnerabilidad de esos barcos y del personal a bordo ante tales
ataques y para desarrollar procedimientos para reaccionar si ocurren.
Entre los agentes químicos y biológicos utilizados estuvo
pasteurella tularensis (otro nombre para francisella tularensis), que,
dijo luego el Departamento de Defensa, causa tularemia, que puede
causar síntomas muy serios, y que tiene una tasa de mortalidad de
aproximadamente un seis por ciento. [11]
Estos ensayos
utilizaron, en efecto, a miembros de las fuerzas armadas como
conejillos de indias, sin su consentimiento informado y sin una atención
médica posterior adecuada. Fue un guión implementado en numerosas
ocasiones durante la Guerra Fría, y después, involucrando
literalmente a millones de militares, con frecuentes efectos dañinos,
incluyendo por lo menos varias muertes, militares y civiles. No deja
de ser posible que en alguna fecha futura oigamos que ensayos
similares siguen ocurriendo como parte de la guerra contra el
terrorismo. De todo esto concluyo que si a nuestros gloriosos
dirigentes no les preocupa en particular la salud y el bienestar de
sus propios soldados, los desdichados soldados que reclutan para
combatir las guerras del imperio, ¿cómo nos puede sorprender que no
les importe la salud y el bienestar de aquellos de nosotros que nos
oponemos al imperio?
Las libertades cívicas
tienen un lugar importante en el centro de la retórica de la
administración Bush: “Éste es un programa limitado diseñado para
prevenir ataques contra los Estados Unidos de [Norte] América y,
repito, limitado,” dijo el presidente Bush hablando del espionaje
interior de la Agencia Nacional de Seguridad contra usamericanos, sin
orden judicial. [12]
Por malo que sea, el
hombre sabe lo que dice. Es fácil criticar el programa de espionaje
interior, pero la realidad es que el presidente tiene razón,
evidentemente es un programa limitado. Limitado a los que son
espiados. Nadie – repito, nadie – al que no se espía, es espiado.
Por otra parte, ha habido eruditos legales, como el ex juez de la
Corte Suprema Lewis Brandeis, que opinan seriamente que todas las
escuchas gubernamentales deberían ser consideradas como una
investigación inconstitucional bajo la Cuarta Enmienda, que, hay que
recordar, indica: "El derecho de los habitantes de que sus
personas, domicilios, papeles y efectos se hallen a salvo de pesquisas
y aprehensiones arbitrarias, será inviolable y no se expedirá al
efecto mandamientos que no se apoyen en un motivo verosímil, estén
corroborados mediante juramento o protesta y describan con
particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas
que han de ser detenidas o embargadas".
Thomas Jefferson dijo
que el precio de la libertad es la vigilancia eterna. Pero, como
alguien ha señalado, hablaba de que los ciudadanos vigilaran al
gobierno, no al revés.
Notas:
[1] Los Angeles
Times, 28 de diciembre de 2005, p.1; Agence France Presse, 23 de
diciembre de 2005
[2]
Johann Hari, "Why Are We Inflicting This Discredited Market
Fundamentalism on Iraq?" The Independent (Gran Bretaña),
22 de diciembre de 2004; Sí, 2004, ha sido un trabajo que ha
progresado cuidadosamente desde hace bastante tiempo.
[3]
http://www.informationclearinghouse.info/article11330.htm
[6] Washington Post,
2 de enero de 2006, p.1
[7]
Ibíd.
[8]
William Blum, "Freeing the World to Death: Essays on the American
Empire", p.134-8
[9] Washington Post,
3 de enero de 2006, p.1
[10] Washington Post,
2 de octubre de 2005, p.C13
[11]
Parte de “Project Shipboard Hazard and Defense (SHAD)”, Department
of Defense “Fact Sheets” publicadas en 2001-2, "Shady Grove"
test; http://www.deploymentlink.osd.mil/current_issues/shad/shad_intro.shtml
Vea
también Associated Press, 0 de octubre de 2002, The New York Times 24
de mayo de 2002, p.1
[12]
Associated Press, 2 de enero de 2006
(*)
William Blum es autor de “Killing Hope: US Military and CIA
Interventions Since World War 2”, “Rogue State: A Guide to the
World's Only SuperpowerWest-Bloc Dissident: A Cold War Memoir”,
“Freeing the World to Death: Essays on the American Empire”
www.killinghope.org
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