El descalabro del petróleo
iraquí
Instalaciones
petrolíferas y oleoductos, a merced de los sabotajes de la
resistencia
Por
Scott Johnson y Michael Hastings
Newsweek, 30/01/06
IraqSolidaridad, 09/02/06
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde González
"El año pasado
se produjeron cerca de 20 asaltos a gran escala en 'Fatah' o en sus
alrededores, que forma parte del mayor complejo de producción [petrolífera]
de Iraq, el de Baiyi, en pleno 'triángulo sunní' al noroeste de
Bagdad. El mes pasado Baiyi cerró completamente durante dos semanas.
Reabrió con el Año Nuevo pero tres días después, los resistentes
inmovilizaron allí un convoy de 60 camiones de petróleo durante una
larga hora de disparos. Por todo el país los resistentes preparan un
ataque cada vez mayor contra las instalaciones de petróleo, alrededor
de una vez cada tres días y la situación va a peor."
Vigilar la refinería
Fatah era un trabajo bastante sencillo. Los resistentes atacaban el
complejo solo de forma esporádica, por la noche, y generalmente
dejaban de lado objetivos importantes. Pero desde principios del año
pasado los atacantes vienen usando granadas de propulsión, morteros y
armamento pesado en descarados asaltos diurnos. Parecen conocerlo todo
y a todo el mundo en la refinería. Las emboscadas han sido
frecuentes. "Teníamos miedo incluso de coger vacaciones y
marcharnos", afirma Saif Mohamed, un guarda de seguridad iraquí
de 26 años, cuyo trabajo es intentar proteger la vasta red de
oleoductos ennegrecidos y chimeneas. "La gente que trabajaba con
nosotros solía sobornar a los combatientes. Querían estar en ambos
lados: no perder sus trabajos e informar a los terroristas".
Cuando el pasado abril los resistentes asesinaron al hombre con quien
Mohamad compartía su anterior trabajo y después le amenazaron a él
mismo, decidió marcharse.
Baiyi, paralizado
El año pasado se
produjeron cerca de 20 asaltos a gran escala en Fatah o en sus
alrededores, que forma parte del mayor complejo de producción [petrolífera]
de Iraq, el de Baiyi, en pleno triángulo sunní al noroeste de Bagdad
[1]. El mes pasado Baiyi cerró completamente durante dos semanas.
Reabrió con el Año Nuevo pero tres días después, los resistentes
inmovilizaron allí un convoy de 60 camiones de petróleo durante una
larga hora de disparos. Por todo el país los resistentes preparan un
ataque cada vez mayor contra las instalaciones de petróleo, alrededor
de una vez cada tres días y la situación va a peor [2].
Diciembre fue el tercer
mes en el que la producción iraquí de petróleo disminuyó, señalando
el nivel más bajo de las exportaciones desde la invasión. En un
momento en el que las reservas globales están disminuyendo, el
descalabro del petróleo iraquí ayuda a mantener los precios
mundiales en máximos históricos. En lugar de perseguir el objetivo
de que el país sea autosuficiente tras los resultados finales en las
elecciones [de diciembre] para la formación de un nuevo gobierno
iraquí -ya finalmente- permanente, los iraquíes se enfrentan a una
brutal subida de los precios del petróleo y del gas, destinada a
proveer parte de los fondos de la abrumadora deuda de 120.000 millones
de dólares [3].
Hace solo tres años,
antes de que EEUU iniciara la invasión de Iraq, la Administración
Bush soñaba con liberar el país con un coste mínimo. Miles de
millones de dólares en reservas de petróleo no explotadas podrían
pagar la reconstrucción y la construcción nacional. Pero después de
cientos de miles de millones de dólares en impuestos estadounidenses,
el petróleo iraquí todavía no ha llegado a los niveles de producción
anteriores a la guerra. Y en un país en el que el 90 por ciento de
los 35.000 millones de dólares de beneficios [anuales] del gobierno
provienen del petróleo, la vieja promesa parece una maldición.
"Algunas personas desean que no hubiéramos tenido todo ese petróleo",
manifiesta el portavoz de la [nueva] Asamblea Nacional, Hajim
al-Hassani, "porque es lo que nos ha traído todos esos
problemas".
¿Qué ha pasado?
¿Qué ha pasado? No
queda duda de que la Administración Bush, plagada de veteranos de la
industria petrolífera, se centró en la importancia del petróleo
para la economía iraquí. Incluso mientras que en abril de 2003 se
dejó en manos de los saqueadores el resto de Bagdad, el ministerio
del Petróleo estuvo custodiado por las tropas estadounidenses. Pero
no se pusieron tropas para proteger las bombas de extracción y los
oleoductos. Al final, en agosto de 2003, los estadounidenses
entregaron 40 millones de dólares a una empresa de seguridad privada
para que entrenara a 5.500 iraquíes. A los reclutados,
mayoritariamente sunníes, se les hizo un contrato de un año como
guardas de refinerías y de centros de distribución. Pero el contrato
se canceló por ser demasiado caro, según manifestó en su día un
responsable estadounidense. Entonces, el ejército estadounidense
asumió la responsabilidad de las [denominadas] Oil Protection Force
(Fuerza del Protección del Petróleo), pero nunca se desplegó a los
guardas para cubrir los 7.000 kilómetros de oleoductos, ni siquiera
en los oleoductos vitales para las exportaciones. Esos oleoductos se
convirtieron muy pronto en los objetivos principales de la
resistencia.
Cuando el Congreso
estadounidense invirtió 18.400 millones de dólares en la
reconstrucción iraquí, no se destinó dinero para seguridad en el
sector petrolífero, de forma que esa tarea pasó al [nuevo] ejército
iraquí [la Guardia Nacional] y a las unidades de policía. Tras las
elecciones de enero [de 2005], la tarea de proteger el recurso más
valioso de la nación pasó al ministerio del Petróleo.
Posteriormente, ya en el verano pasado, se empezó a entrenar a una
nueva unidad de 4.000 hombres, denominada Batallones de
Infraestructura Estratégica (BIE, de su sigla en inglés).
Pero los BIE muy pronto
cayeron en la burocratización. "Los ministros han pasado
momentos muy difíciles averiguando incluso hasta para quién trabajan
los BIE", afirma el general de Brigada William H. MacCoy,
comandante en Bagdad del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. En
octubre el caos en las instalaciones petrolíferas más importantes,
como la de Fatah, donde trabajaba Saif Mohamad, la hicieron vulnerable
a al menos un ataque a la semana.
Coordinación y
dureza
Los resistentes son muy
precisos en la coordinación y en la dureza a la hora de elegir sus
objetivos. A menudo esperan hasta que estén terminadas las
reparaciones antes de atacar de nuevo el mismo lugar, a veces al día
siguiente de que el petróleo vuelva a manar. "Arreglamos las
instalaciones y simplemente las vuelven a atacar una y otra vez",
afirma el ministro iraquí del Petróleo, Ibrahim Mohamad Bahar
al-Alum. El personal también es objetivo. El 4 de enero, los
resistentes atacaron la propia sede del ministerio del Petróleo,
matando al director general Rahim Ali al-Sudani y a su hijo [4].
Washington ha invertido
1.700 millones de dólares para financiar los proyectos de
reconstrucción relativos al petróleo por todo el país, pero de esta
cantidad sólo 77 millones han sido utilizados. Al-Alum manifiesta que
el descontrol estadounidense y la incompetencia han permitido que el
trabajo se enmarañe con la burocracia: "La mayoría de esos
proyectos supuestamente se tenían que haberse realizado el año
pasado. Si el dinero estadounidense hubiera estado disponible, los
iraquíes hubieran podido hacer más deprisa". Sin embargo, EEUU
ha dejado claro recientemente que ya no quiere ser el principal
donante. Otros inversores extranjeros están ofreciendo su tiempo con
la esperanza de que se reestablezca algún tipo de paz. "Mires
donde mires a corto plazo te topas con [el problema de] la
seguridad", afirma Lawrence Eagles de la Agencia Internacional de
la Energía en París.
Bajo una creciente
presión los responsables iraquíes intentan ser optimistas. Al-Alum
ha decorado el salón de su casa con carteles de propaganda: "Con
el petróleo conseguimos nuestras ambiciones", asevera uno de
ellos. Pero para los trabajadores, más preocupados con las
emboscadas, esas ideas parecen perderse en un futuro distante.
Notas
de IraqSolidaridad:
1.
Véase en IraqSolidaridad: Dahr Jamail y Arkan Hamed: Siniya, una
ciudad convertida en cárcel. El ejército de EEUU levanta muros en
torno a numerosas ciudades iraquíes.
2.
Véase en IraqSolidaridad: Las exportaciones de petróleo iraquí
alcanzan su punto más bajo en noviembre de 2005 - Heiko Flottau: El
acceso al petróleo iraquí: Objetivo frustrado de la invasión de
EEUU a Iraq - Brian Conley y Omar Abdullah: Iraq: Tanto petróleo y
tan poco.
3.
Véase en IraqSolidaridad: Miriam Amie: Crudos propósitos. EEUU
considera que la producción de petróleo iraquí permanecerá
estrangulada durante años - La compañía noruega 'DNO' perfora en
tres nuevos campos petrolíferos del Kurdistán | Mike Whitney: Guerra
de guerrillas por el petróleo iraquí - Joshua Frank: Crédito del
Fondo Monetario Internacional para Iraq y enlace de nota 2.
4.
Ver esta misma página el texto de la columna de la derecha "Diez
ataques contra la red petrolífera del norte desde el inicio de
2006".
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