La
violencia sectaria es el resultado de la lógica inicial de dominación
de EEUU sobre Iraq
Responsabilidad
de EEUU en la violencia sectaria
Por
Stephen Zunes (*)
Antiwar.com, 07/03/06
IraqSolidaridad, 23/03/06
Traducido por Beatriz Morales
"El origen de
muchas de las actuales divisiones de Iraq se pueden encontrar en las
decisiones, tomadas por las autoridades de ocupación estadounidenses
inmediatamente después de la conquista, de abolir el ejército iraquí
y purgar la administración del Estado ambos, bastiones del
laicismo-, creando así un vacío rápidamente ocupado por partidos y
milicias sectarias. Además, las autoridades de ocupación
estadounidenses -en un aparente intento de 'Divide y vencerás'-
animaron el sectarismo dividiendo la autoridad no según las
habilidades técnicas o la afiliación ideológica, sino por la
identidad étnica o religiosa."
Hasta la invasión y
ocupación de Iraq por parte de EEUU en 2003 Iraq había mantenido una
historia de laicismo que venía de antiguo y una fuerte identidad
nacional entre su población árabe a pesar de su complejidad
comunitaria.
EEUU no solo ha
fracasado en traer una democracia funcional a Iraq, sino que además
ni el ejército estadounidense ni el gobierno iraquí respaldado por
EEUU han sido capaces de proporcionar una seguridad elemental a la
población iraquí. Esto ha llevado a que muchos ciudadanos corrientes
acudieran a los grupos sectarios extremistas en busca de protección,
lo que debilita aún más la insistencia de la Administración Bush en
que el ejército estadounidense debe permanecer en Iraq para evitar
una guerra civil.
Analistas de alto
nivel de la CIA y del Departamento de Estado así como un gran número
de expertos en Oriente Medio habían advertido de que la invasión
estadounidense de Iraq podía tener como resultado un violento
conflicto étnico y sectario. Incluso algunos de los arquitectos
intelectuales de la guerra reconocieron lo mismo: antes de convertirse
en las principales figuras del equipo de Exteriores de Bush, David
Wurmser, Richard Perle y Douglas Feith predijeron en un informe de
1997 que el Iraq post Sadam probablemente "sería
desgarrado" por el sectarismo y otras divisiones, pero apelaban a
EEUU a que "acelerara" este colapso de todos modos. Como
resultado de ello, la tendencia en EEUU de culpar de la violencia
entre sunníes y chiíes en Iraq al "conflicto sectario" y
"los odios de largo aliento" supone, en efecto, culpar a la
víctima.
Fomento
de la fragmentación y el conflicto
Uno de los objetivos
que viene de antiguo de estos intelectuales neoconservadores ha sido
el ver Oriente Medio desmembrado en mini-Estados étnicos o sectarios
más pequeños, que incluirían no solo amplias nacionalidades sin
Estado, como los kurdos, sino también cristianos maronitas, drusos y
chiíes árabes otros. Esta política no procede del respeto del
derecho de autodeterminación (además, los neocons han mantenido una
firme postura contraria al deseo de los palestinos de tener un Estado,
incluso al lado de un Israel seguro) sino de la búsqueda imperialista
del Divide y vencerás. La división de Oriente Medio ha sido
considerada durante mucho tiempo como una manera de contrarrestar la
amenaza del nacionalismo pan-árabista y, más recientemente, de los
movimientos pan-islamistas. Dado el mosaico de etnias y confesiones en
Oriente Medio, con diferentes grupos que se han mezclado durante
generaciones tanto en las zonas urbanas como rurales, el
establecimiento de estos mini-Estados étnicos o sectarios casi con
toda seguridad supondría transferencias forzadas de población,
limpieza étnica y otros sufrimientos humanos.
El riesgo de que Iraq
se rompa en un Estado kurdo sunní, un Estado árabe sunní y un
Estado árabe chií es actualmente muy grande. Y dada la mezcla de
estas poblaciones en Bagdad, Mosul, Kirkuk y muchas otras ciudades,
existe la posibilidad de la más violenta desintegración de un país
desde la partición de India hace 60 años. Las últimas semanas nos
han mostrados signos que no presagian nada bueno de lo que puede
suceder todavía a gran escala, cuando cientos de familias chiíes
fueron obligadas a huir de lo que antes eran barrios mixtos en Bagdad
y sus alrededores.
Aún evitando una
ruptura formal del país, las perspectivas de un país unificado
estable parecen sombrías. Como informaba el 26 de febrero Los Angeles
Times, "[...] las líneas generales de un futuro Iraq están
emergiendo: una nación en la que el poder está diseminado entre clérigos
convertidos en señores de la guerra; el control de las escuelas,
hospitales, ferrocarriles y carreteras está dividido en líneas
sectarias; los chanchullos y la corrupción subvierten el buen
gobierno y las potencias extranjeras sólo ejercen su influencia en un
débil gobierno central".
El origen de muchas
de las actuales divisiones de Iraq se pueden encontrar en las
decisiones, tomadas por las autoridades de ocupación estadounidenses
inmediatamente después de la conquista, de abolir el ejército iraquí
y purgar la administración del Estado ambos, bastiones del
laicismo-, creando así un vacío rápidamente ocupado por partidos y
milicias sectarias. Además, las autoridades de ocupación
estadounidenses -en un aparente intento de Divide y vencerás-
animaron el sectarismo dividiendo la autoridad no según las
habilidades técnicas o la afiliación ideológica, sino por la
identidad étnica o religiosa [1]. Sin embargo, como en Líbano, en
realidad estos intentos han exacerbado las divisiones, de tal manera
que prácticamente cada cuestión política que se debate no se hace
acerca de sus méritos sino acerca de a qué grupo puede herir o
perjudicar. Esto ha llevado a una gran inestabilidad, con partidos políticos,
bloques parlamentarios y ministros del gobierno divididos según líneas
sectarias.
Hasta las divisiones
del [nuevo] ejército [Guardia Nacional] están separadas, con
sectores del oeste de Bagdad patrullados por unidades militares
dominadas por sunníes mientras que el este de Bagdad está patrullado
por unidades dominadas por los chiíes. Sin la unificación de las
instituciones nacionales, sigue siendo muy posible la desintegración
del país.
Conflictos
sectarios
Desde el punto de
vista teológico hay menos diferencias entre sunníes y chiíes que
entre católicos y protestantes. En ciudades iraquíes pequeñas de
población mixta con una sola mezquita, sunníes y chiíes rezan
juntos. No son raros los matrimonios mixtos. Esta armonía se ve ahora
amenazada de desaparición.
A diferencia de los
musulmanes sunníes, los musulmanes chiíes tienen una clara jerarquía
(por ejemplo, los ayatolás equivalen básicamente a los cardenales
católicos). Por consiguiente, las ya existentes en la comunidad chiíta
estructuras sociales de base clerical fueron de las pocas
organizaciones que sobrevivieron al régimen totalitario de Sadam
Husein y, por lo tanto, más fácilmente fueron capaces de
auto-organizarse políticamente cuando en 2003 el ejército
estadounidense derrocó el gobierno de Bagdad. Los sunníes y los
grupos laicos se encontraron entonces en relativa desventaja cuando de
pronto se encontraron con libertad para organizarse.
Por consiguiente,
EEUU insistió inicialmente en un gobierno indefinido de iraquíes
elegidos directa o indirectamente por Washington. Sin embargo, cuando
cientos de miles de chiíes tomaron las calles en enero de 2004
pidiendo el derecho a elegir sus dirigentes, la Administración Bush
accedió a regañadientes a celebrar elecciones directas. Como habían
sido dominados por los sunníes bajo los baazistas, los hachemíes y
los otomanos, la mayoría chií estaba ansiosa de gobernar. No en
sorprendente que las elecciones [de enero y diciembre de 2005] hayan
llevado al poder a los partidos religiosos chiíes que desde entonces
han marginado a los demás grupos e impuesto su represiva y misógina
versión del Islám en aquellas partes de Iraq en las que dominan,
especialmente en el sur del país.
La oposición sunní
al dominio chií no proviene sólo del resentimiento de haber perdido
la privilegiada posición en la vida política de Iraq que gozaban
bajo la antigua dictadura. Además, Sadam Husein eliminó igualmente a
sus compañeros árabes sunníes junto con los kurdos sunníes y árabes
chiíes. Lo que los funcionarios estadounidenses no han sido capaces
de reconocer es que, independientemente de sus sentimientos acerca del
régimen de Sadam Husein, la minoría árabe sunní se ha identificado
desde hace mucho tiempo con el nacionalismo árabe. No es sorprendente
que la resistencia que emergió después de que el ejército
estadounidense derrocara el régimen de Sadam Husein hace tres años
proceda en su mayoría de la comunidad árabe sunní. El objetivo de
la resistencia ha sido también el gobierno iraquí dominado por los
chiíes y respaldado por EEUU, el cual llegó al poder como
consecuencia de la invasión estadounidense y al que muchos consideran
títeres de la ocupación estadounidense. También temen que el
gobierno iraquí pueda identificarse más con sus compañeros chiíes
de Irán que con otros árabes. Chovinistas sunníes más radicales,
muchos de los cuales son extremistas salafístas extranjeros como Abu
Musab al-Zarqaui, se han comprometido en generalizados ataques
terroristas contra civiles chiíes y sus santos lugares.
'Escuadrones
de la muerte'
Sin embargo, a pesar
de su dependencia de EEUU y sus vínculos con Irán, el gobierno iraquí
dominado por los chiíes tiene su propia agenda. Cultural y lingüísticamente,
los chiíes iraquíes son en todos los aspectos tan árabes como los
sunníes. Pero mientras la vasta mayoría de la mayoría árabe chiíta
del país no desea ser un títere de ni de Irán ni de EEUU, la
respuesta por parte del gobierno iraquí dominado por los chiíes y de
las milicias chiíes ha contribuido poco a disminuir el temor y la
hostilidad de los sunníes. Al ver a su gobierno enfrentado a una
creciente resistencia y a su comunidad ser víctima de la violencia
terrorista, los chiíes han respondido con una agresiva
contra-resistencia y operaciones contra-terroristas contra la
comunidad sunní. Las violaciones de los derechos humanos de la minoría
sunní por parte de los chiíes han aumentado de forma dramática y
polarizado aún más el país. Antes incluso del último
recrudecimiento de la violencia sectaria, la morgue de Bagdad estaba
informando de que cada semana podían llegar a la vez docenas de
cuerpos de hombres sunníes con heridas de bala en la parte de atrás
de la cabeza, incluyendo cientos de cadáveres con las manos atadas
con esposas de la policía.
John Pace, el
director saliente de grupo de NNUU de observación de los Derechos
Humanos en Iraq ha informado de que cada mes miles de sunníes están
siendo víctimas cada mes de ejecuciones sumarias y muerte por
torturas por parte de los escuadrones de la muerte del gobierno iraquí,
controlados fundamentalmente por el ministerio del Interior [2].
Funcionarios
estadounidenses de alto rango han informado de que la milicia del clérigo
Moqtada al-Sader [Ejército del Mahdi] mantiene una fuerte presencia
en las fuerzas regulares de policía, incluyendo hasta un 90% del los
35.000 agentes que actualmente trabajan en la parte noreste de Bagdad.
Además, la entrenada en Irán Brigada Badr domina unidades de mando
de la policía [3]. Una unidad de policía conocida como el Comité de
Castigo persigue a civiles que sospechosos, en particular sunníes, de
estar desobedeciendo las leyes islámicas o la autoridad de los
dirigentes de la milicia chiíta.
El gobierno de chiíta
de Irán, ampliamente citado tanto por la administración Bush como
por reconocidas organizaciones de derechos humanos a causa de sus
violaciones de los derechos humanos, ha apoyado activamente las
milicias chiíes dentro del gobierno iraquí y sus fuerzas de
seguridad. (A pesar de ello, la administración Bush y quienes la
apoyan -incluyendo muchos destacados Demócratas- han estado lanzando
la absurda teoría de que en realidad Irán está apoyando la
resistencia anti-chiíta y anti-estadounidense). El ministro del
Interior iraquí Bayan Jabr fue entrenado por la tristemente famosa
Guardia Revolucionaria y posteriormente actuó como dirigente en la
Brigada Badr, la milicia del Consejo Supremo de la Revolución Islámica
en Iraq.
Los estadounidenses
también han entenado a la policía y los comandos del ministerio del
Interior, aunque -a diferencia de algunos casos bien conocidos en la
historia reciente de América Latina- existen pocas pruebas de que
adiestradores estadounidenses hayan animado activamente la actividad
de los Escuadrones de la muerte [4]. Aún así, existen pocas dudas de
que las acciones del ejército estadounidense durante los últimos
tres años -como la tortura de los detenidos, los disparos aleatorios
en los checkpoints, el uso desproporcionado de la fuerza en barrios
densamente poblados y los asesinatos selectivos de sospechosos de ser
dirigentes de la resistencia- han contribuido al clima de impunidad
exhibido por las fuerzas del gobierno iraquí.
Pace también ha
observado cómo el ejército estadounidense está empeorando las cosas
al detener en redadas a muchos jóvenes sunníes inocentes y
mantenerlos detenidos durante meses. Tras indicar que esta "[...]
intervención militar ocasiona graves problemas de derechos humanos y
humanitarios a un amplio número de civiles inocentes", se lamentó
del hecho de que muchos de estos detenidos se unieron después, cuando
fueron liberados, a los grupos terroristas sunníes, como reacción a
los malos tratos sufridos.
Señales
de unidad
A pesar del ataque
terrorista del mes pasado al santuario chií y los trágicos
asesinatos que lo siguieron, sin embargo hubo también admirables señales
de unidad [5]. En ciudades de todo Iraq chiíes y sunníes se
movilizaron para proteger mutuamente sus mezquitas y barrios. Incluso
el joven agitador al-Sader insistió ante sus seguidores en que
"[...] no fueron los sunníes quienes atacaron el santuario, sino
más bien las fuerzas de ocupación y los baazistas", e instó a
sus seguidores a que no atacaran las mezquitas sunníes, ordenando al
Ejército del Mahdi proteger tanto los santuarios sunníes como chiíes:
"Mi mensaje al pueblo iraquí es que permanezca unido y con mutua
confianza, y que no caiga en la trampa de Occidente. Occidente está
tratando de dividir al pueblo iraquí." En una entrevista
posterior, Sadr declaró: "Afirmamos que los ocupantes son
responsables de esta crisis [provocada por el bombardeo de la mezquita
de Samarra]. Solo hay un enemigo: El ocupante".
De forma similar, los
sunníes rápidamente expresaron su solidaridad con los chiíes en una
serie de manifestaciones en Samarra y otros lugares. Estas
manifestaciones estaban plagadas de señales y consignas
antiestadounidenses. Además, existe la creencia generalizada de que
EEUU, y no personas musulmanas o iraquíes, es el responsable de la
tragedia. Incluso el vicepresidente iraquí, Adel Abdul Mehdi, afirmó
que EEUU era responsable de la voladura de la mezquita Dorada,
"[...] especialmente dado que las fuerzas de ocupación no
respetaron las órdenes de toque de queda impuestas por el gobierno
iraquí", y añadió que "[...] existen pruebas de que la
ocupación puede estar tratando de minar y debilitar al gobierno iraquí".
Aunque posiblemente
la acusación de una conspiración estadounidense sea infundada, todo
lo anterior pone de relieve la creciente oposición de ambas
comunidades a la actual presencia militar estadounidense en su país y
que a EEUU le queda poca credibilidad ante cualquiera de las dos
comunidades, ya sea como mediador, mantenedor de la paz, supervisor o
cualquier otra cosa. Y pone de relieve la urgencia de que EEUU se
retire de Iraq lo antes posible.
Notas
de IraqSolidaridad:
(*)
Stephen Zunes es profesor de Ciencias Políticas y titular de la Cátedra
del Programa de Estudios de Paz y Justicia de la Universidad de San
Francisco, así como editor de la revista de análisis sobre política
internacional 'Foreign Policy in Focus'.
1.
La primera instancia oficial iraquí creada por los ocupantes en junio
de 2003, el Consejo Gubernativo, seguía un criterio de cuotas
confesionales y sectarias, hasta el punto que el secretario del
Partido Comunista Iraquí, miembro del Consejo, contabilizaba como
representante chií.
2.
Véase en IraqSolidaridad: Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles
de personas han sido asesinadas en los últimos meses por los
'Escuadrones de la muerte' y El gobierno iraquí disuelve el Sindicato
de Abogados - El gobierno iraquí ordena que no se contabilicen los
asesinados por los 'Escuadrones de la muerte' vinculados al ministerio
del Interior.
3.
Véase en IraqSolidaridad: Tom Lasseter: Irán gana influencia y poder
en Iraq a través de las milicias - Paul Martin y Maria Cedrell:
Militares iraníes al frente de los centros de tortura en Iraq.
4.
Véase en IraqSolidaridad sobre la Opción El Salvador: Max Fuller:
Tortura y asesinatos extrajudiciales en Iraq y "Opción El
Salvador" para Iraq - El Pentágono estudia enviar fuerzas
especiales para la creación de Escuadrones de la muerte iraquíes.
5.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: ¿A quién beneficia ¿A quién
beneficia la violencia sectaria en Iraq? - Declaración del FPNI sobre
operativos de los cuerpos de seguridad iraquíes en Bagdad y su
periferia.
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