Michael
Gordon, jefe de los corresponsales de guerra del New York Times, sigue
defendiendo sus artículos sobre las ficticias armas de destrucción
masiva de Irak
Entretelones
de la invasión y ocupación bajo óptica de EEUU (Parte II)
Por
Ernesto Carmona ()
Argenpress,
20/03/06
A
tres años del comienzo de la invasión a Irak, el principal
corresponsal militar del New York Times, Michael Gordon, no exhibe
pesadumbre por haber escrito mentiras sobre las supuestas armas de
destrucción masiva (WND, su sigla en inglés) en poder de Saddam
Hussein inventadas por el gobierno de George W. Bush para justificar
una guerra que ha cobrado cerca de 200.000 víctimas civiles, 2.313
estadounidenses muertos hasta el último fin de semana y unos 8.000
lisiados.
Gordon
fue entrevistado el viernes 17 de marzo por Amy Goodman y Juan González
en la estación de radio y televisión progresista “Democracy
Now!” de Nueva York, a propósito del libro “Cobra II”, que
acaba de escribir a medias con el general retirado de la Marina
Bernard Trainor, para develar “la interna” de la guerra en la Casa
Blanca y el Pentágono. En la entrevista también participó Trainor,
quien actualmente se desempeña como analista de la cadena.
El
libro revela entretelones internos de la aventura imperial que para
sus autores fue concebida y manejada por la triada de George W. Bush,
el vicepresidente Richard B. Cheney y el ministro de defensa Donald
Rumsfeld, un círculo de hierro que excluyó de la información y de
las decisiones clave a la entonces consejera de Seguridad Nacional
Condoleezza Rice y al ex canciller Colin Powell.
Más
allá del interés que ofrece el libro, su contenido no cuestiona la
invasión en sí misma, sino el fracaso de la ocupación de tres años.
La
entrevista exhibe aspectos escalofriantes de la mentalidad de la clase
dirigente estadounidense. Por ejemplo, el periodista Gordon, quien se
hallaba en Irak durante la invasión, insistió hoy en que la televisión
iraquí fue un blanco legítimo para los atacantes, pero quizás sin
bombas.
El
periodista, quien atizó la hoguera de la guerra escribiendo mentiras
desde Irak con Judith Miller, dijo por CNN que la televisora fue un
blanco legítimo para los bombarderos estadounidenses. Hoy cambió
ligeramente de opinión: dijo que la televisión debió silenciarse
mediante métodos distintos al bombardeo, por ejemplo cortándole la
electricidad, porque tiene amigos entre los técnicos que trabajaban
allí.
Gordon
sigue comportándose como “periodista beligerante”, no como
“periodista imparcial”. Sus “trabajos” periodísticos, al
igual que los de Miller, motivaron un mea culpa del New York Times por
“haber mantenido una cobertura distanciada de la realidad respecto a
la existencia de armas biológicas y de destrucción masiva en
Irak”, publicado en la tapa de la edición del 26 de mayo de 2004.
La
Miller fue despedida en octubre de 2005, por ocultarle al diario sus
estrechos vínculos oscuros con la Casa Blanca en el affaire Valerie
Plame, la esposa del embajador Joseph Wilson que fue “quemada”
como agente CIA en venganza contra su marido, por oponerse a la
“tesis” de las WMD. Gordon, en cambio, sigue trabajando en el
diario.
En
la mentalidad estadounidense subyace que EEUU es el único país del
planeta con pleno derecho a fabricar WMD, aunque dotó de armas
nucleares a Israel y a Pakistán, entre otros aliados. Corea del Norte
fue dejada momentáneamente de lado, mientras la tríada examina como
atacar a Irán antes que construya su bomba atómica. Pareciera que
las armas nucleares son la mejor garantía para frenar la expansión
del imperio, porque los estadounidenses las temen y la política
guerrerista se basa en el miedo y la paranoia de una población con su
cerebro lavado por los grandes medios de comunicación.
En
la primera parte de esta entrevista (),
Trainor reclamó la legitimidad de la “métrica” de 30 civiles
muertos como daño colateral mínimo del bombardeo a objetivos específicos.
Los autores no especificaron si atacar a un país lejano para
destruirlo estuvo bien o mal, porque ése sería un “juicio político”,
sino que critican “cómo” se administró la ocupación de tres años,
al parecer un tema ”apolítico”.
Mentiras
mediáticas
En
esta traducción de la segunda parte de la entrevista, los periodistas
Goodman y González, sacaron al pizarrón de la audiencia de Democracy
Now a Michael Gordon-periodista, después de hablar exhaustivamente
con el Gordon-escritor. (1) Un material para el archivo de cualquier
periodista del planeta.
Saliéndose
del tema del libro “Cobra II”, pero a propósito de los “errores
mediáticos” entre las muchas chambonadas de la ocupación descritas
en el libro, Amy Goodman le enrostró a Michael Gordon haber publicado
en el New York Times del 8 de septiembre de 2002 un artículo escrito
en sociedad con Judith Miller para avivar los argumentos WMD del plan
militar de la Casa Blanca. Ese y otros textos motivaron el “mea
culpa” del diario publicado el 26 de mayo 2004, cuando la intriga
WMD ya estaba convertida en basura periodístico-política. (1)
Amy
Goodman: Déjeme preguntarle apenas algo más. ¿Lamenta Usted haber
hecho ese artículo? ¿Esta apesadumbrado por ese artículo?
Michael
Gordon: No. No estoy. Pienso que…, no sé si usted entiende cómo
trabaja el periodismo, pero los trabajos del periodismo son de esta
manera: usted escribe sobre lo que usted sabe y lo que usted conoce y
en ese momento intenta transportarlo lo mejor posible que usted pueda,
pero entonces usted no detiene su trabajo.
AG:
Bien, déjelo, dejémoslo…
MG:
¿Puedo contestar a su pregunta?, puesto que usted me hizo una
pregunta.
AG:
No. Sólo deseaba obtener…
MG:
No, espere un segundo. Si usted me hace una pregunta me place
contestar a todas sus preguntas, pero intento explicarle a usted una
cosa. Eso fue lo que sabía en ese entonces. Es verdad que era el
juicio dominante. Es la misma información que presentaron a Colin
Powell, a propósito, y es lo que persuadió a embarcarse a Naciones
Unidas al hacer caso de los tubos nucleares. Escribí el caso
contrario, dando a la IAEA (sigla en inglés de la Agencia
Internacional de Energía Atómica) igual atención. Ellos se
disputaron. No tengo un perro en esta pelea. No sabía cuál era la última
verdad. Cuando la IAEA apareció en enero contrariando esa tesis, yo
lo divulgué.
AG:
Michael Gordon me dejó apenas responder. Nosotros tenemos un tiempo
limitado para el programa, pero apenas…
MG:
Bueno, entonces usted debe dejarme contestar a sus preguntas.
AG: …
MG: No. Usted no me ha dejado contestar a sus preguntas.
AG:
Entonces, usted está apesadumbrado, lo tiene apesadumbrado eso que
apareció en la primera página del New York Times.
MG:
No pienso que 'apesadumbrado' sea la palabra que utilizó el New York
Times [en su mea culpa].
Mea
culpa del NYT
AG:
Bien, déjeme citar al New York Times [26 de mayo 2004]. En el artículo
que escribieron a los lectores, titulado 'Desde los redactores del
Times en Irak', que muchos entendieron como un mea culpa del diario,
dijeron: “El 8 de septiembre de 2002, el primer párrafo del artículo
del diario titulado “EEUU dice que Hussein intensifica la búsqueda
de piezas para la Bomba-A”. Ese informe se refirió a los tubos de
aluminio que el gobierno anunció con insistencia como componentes
para aprovisionar combustible para la fabricación de armas nucleares.
La demanda no vino de iraqueses desleales sino de las mejores fuentes
de la inteligencia disponibles en ese tiempo. No obstante, debió
haber sido presentada más cautelosamente. Allí se dijo de manera
indirecta que la utilidad de los tubos para la fabricación de
combustible nuclear no era una cosa segura, pero las indirectas fueron
enterradas profundamente, en un artículo de 1.700 a 3.600 palabras,
pero los funcionarios del gobierno en adelante se permitieron un
esfuerzo por utilizar esa evidencia de las intenciones nucleares de
Irak para exigir que Saddam Hussein fuera desalojado del poder”.
“’Las
primeras señales de humo de guerra, arguyeron ellos, pudieron ser un
volador de luces’. Cinco días después, los reporteros del Times
supieron que los tubos estaban convertidos en un tema de discusión
entre las agencias de inteligencia y las profundas dudas aparecieron
en un artículo de la página A-13, bajo un título que no dio ningún
indicio de que estábamos revisando nuestra opinión anterior. El título
fue “La Casa Blanca enumera los pasos de Irak para construir armas
prohibidas”. El Times dio tribuna a los escépticos de los tubos el
9 de enero, cuando el documento clave sobre la evidencia fue desafiado
por la Agencia Internacional de Energía Atómica. Ese desafío se
divulgó en la página A-10. Y continúa en A-1'.
MG:
¿Puedo contestar a su pregunta?
AG:
Sí.
MG:
Okey. Soy la persona que escribió la historia de la IAEA cuando la
desafiaron y la persona que sugirió la portada del New York Times. Lo
escribí dos veces. La segunda vez lo escribí con un reportero
llamado Jim Risen, de quien usted pudo haber oído hablar. He
trabajado con un montón de gente diversa.
Esta
edición, este debate acerca de si esos tubos fueron pensados para
propósitos nucleares, fue presentado en un foro público en Naciones
Unidas bastante antes de la invasión, así que todos sabían, el
Congreso, el público estadounidense, cualquier persona que prestó
alguna atención a esto, supo que hubo un debate.
En
efecto, en su presentación Colin Powell reconoció que hubo una
discusión interna, entre expertos, sobre la utilidad de los tubos. El
uranio es una cuestión muy distinta. Eso es algo que emergió después
de la guerra. Simplemente, no prestó atención al debate cualquiera
que no supiera que hubo una discusión sobre la utilidad de los tubos,
si tenían propósitos nucleares o meramente servirían para cohetes.
Todo esto fue ventilado antes de la guerra.
Tuve
información perfecta, y tenía… La tenían muchos de estos expertos
que surgieron ahora, después de la guerra, como Joe Wilson, decidido
a compartir sus reservas con nosotros. Tenían y compartieron todo
esto con nosotros… En ese tiempo habrían estado felices con más
advertencias y visiones disidentes, pero en esa época los disidentes
no eran tales para el New York Times. Pero tan pronto como la IAEA
hizo pública su aseveración, la cubrí y, a propósito, si usted
sabe como trabajan los periódicos, no soy quien realmente decide qué
va en la primera página del New York Times y pienso que el NYT hizo
lo mejor, usted lo sabe, y ciertamente tuvo una agenda para esta
cuestión e intentó darle cobertura a este tema.
AG:
Los disidentes discrepan entre ellos mismos y dicen que entraron en
contacto con el New York Times. Por ejemplo…
MG:
No. Lo siento. Eso no es verdad.
AG:
Déjeme exponer mi punto y, entonces, usted puede contestarme.
MG:
Bien.
AG:
Por ejemplo, David Albright, quien es inspector de armas de la ONU, y
estoy citando una carta de Michael Massing al editor del diario, en
respuesta a su objeción a su artículo de la Revista de Libros de New
York (New York Review of Books). El escrito de Albright dice que la
historia del 13 de septiembre, que usted también co-escribió con
Judith Miller, estuvo pesadamente inclinada a la postura de la CIA y
que los puntos de vista del otro lado fueron trivializados. Y lo dice
Albright, quien fue el hombre que entró en contacto con el Times. Déjeme
citarlo exactamente para nuestra audiencia. Esta es la frase de
Albright: 'Un funcionario de la administración me hace aparecer
diciendo que los mejores expertos técnicos y científicos nucleares
de laboratorios, como Oak Ridge, apoyaron el dictamen de la CIA. Estas
inexactitudes hicieron a su manera la historia, a pesar de las varias
conversaciones que tuve con Miller el día anterior a la aparición de
la nota, algunas ya entrada la noche. Al final, nadie fue citado
cuestionando la posición de la CIA, como habría esperado”. Esto
dijo.
MG:
¿Usted me a dejar hablar ahora?
AG:
Si usted puede responder a eso, por favor.
Sacando
trapos al sol
MG:
Sí. Usted no está bien informada sobre esta cuestión porque no
tengo ninguna, usted sabe, ninguna crítica a usted como individuo,
pero usted no está muy bien informada sobre esto, porque si usted
estuviera bien informada sobre esto, [sabría que] soy amigo de David
Albright. Pienso que David Albright es una persona bien parada que está
haciendo un trabajo muy bueno. Yo no soy realmente Judith Miller, así
que no soy la persona con quien él tuvo la conversación, pero
ciertamente David defendió temprano el punto de vista de que los
tubos de aluminio no fueron pensados para propósitos nucleares y
merece mucho crédito por esto. Eso es absolutamente verdadero y él
hizo este análisis como persona ajena al gobierno.
Sin
embargo, y éste es un punto muy importante para que usted y sus
espectadores lo tengan presente, David Albright, al mismo tiempo que
hacía este análisis, creía que Irak probablemente perseguía las
armas nucleares y muy al mismo tiempo, David Albright desafió los
tubos publicando un documento en su sitio web, diciendo que había un
lugar sospechoso en Al Khaim, en Irak occidental, que posiblemente
podría estar implicado en el proceso del uranio para propósitos de
armas nucleares. Y he hablado con David sobre esto.
La
opinión de David es una visión interesante y es una visión técnica.
David cree que Saddam estuvo interesado en armas nucleares y puede ser
que las estuviera persiguiendo. Sin embargo, David no creyó que los
tubos de aluminio eran para ese propósito. Esta opinión de David
Albright, y qué gente como Michael Massing y, desafortunadamente,
usted ahora, han escogido --la opinión de David Albright-- como una
cereza para hacer ver que Saddam no estuvo implicado en propósitos
nucleares. La opinión de David es muy similar a la del gobierno británico.
El gobierno británico cree que los tubos no estaban destinados a propósitos
nucleares. Pero asumieron que Saddam revivía su programa de armas
nucleares. Fue una serie complicada de acontecimientos como para estar
seguros y –eso es lo importante– mucha gente ve retrospectivamente
su posición como muy diferente a la que sostuvo entonces.
AG:
Pero los tubos fueron clave, y tanto fue así como importante fue
también la sincronización. El vicepresidente Cheney, por supuesto,
teniendo frente a él el New York Times, dijo: 'Si usted no cree lo
que digo, remítase al New York Times de hoy”. Pero yendo al artículo
de Massing refiriéndose a Albright, quien no creyó que los tubos
fueron utilizados en esto, aunque el Times lo afirmó, Albright observó
que él escribió una serie de informes que criticaron las
especulaciones del gobierno sobre los tubos y su uso erróneo en la
información de prensa para construir una caja de resonancia para la
guerra y esto se convirtió en la base de un artículo que publicó en
el Washington Post del 19 de septiembre de 2002, sobre las…
MG:
Dentro del periódico.
AG:
…dudas que algunos expertos tenían sobre la conveniencia de
utilizar tubos en centrifugadoras. En cuanto Albright comenzó a hacer
públicas sus observaciones en el artículo del Times del 13 de
septiembre, se produjo un rápido despido de altos funcionarios con
opiniones disidentes y esto puso nerviosos a los disidentes como para
continuar el debate. Por el contrario, reporteros de diarios como
Knight Ridder, comenzaron a recibir llamadas de fuentes impacientes
por hablar después de escribir sobre la disensión en la comunidad de
inteligencia. Así, la exagerada confianza del Times en las fuentes
oficiales y el despido de otras fuentes pudo haber desalentado a
disidentes potenciales dispuestos a debatir sus opiniones con sus
reporteros.
MG:
¿Usted querría que yo dijera algo?
AG:
Su respuesta, por favor.
Los
gatos se defienden “de espalda”
MG:
Sí. No estoy de acuerdo con eso. Y actualmente, meses atrás, usted
sabe, en noviembre, diciembre, yo realmente no estuve en EEUU, estuve
fuera, realmente estuve la mayoría del tiempo en el área de la Península
Arábiga cubriendo desarrollos militares, así que no estuve siempre
presente cuando se revelaban todas esas cosas. No coincido en que esto
desalentó las fuentes. Pienso que nunca esa gente salió al frente.
Aparecieron después, usted sabe, en ambos diarios. Después de la
guerra, el Washington Post hizo un trabajo excelente y también lo
hizo el New York Times, que desenredó públicamente los tubos con
gran detalle, hablando con gente que hasta entonces no se mostró
dispuesta.
Pero
voy a hacer apenas un… y pienso que usted puede batir este caballo
muerto para siempre, pero pienso que voy a hacer un punto… El mismo
individuo que escribió esa historia, escribió un artículo --dos artículos--
a principios de 2003, señalando que Mohamed ElBaradei, la Oficina de
Inteligencia del Departamento de Estado, el gobierno británico y el
departamento de Energía, discrepaban todos con la visión dominante
de la CIA, de que los tubos estaban para ese propósito. Y escribí
eso en una ocasión bajo mi propio nombre y en otra ocasión, en un
artículo co-escrito con Jim Risen. Y esos artículos, si la memoria
sirve, aparecieron en el Times en Enero-Febrero. Así pues, pienso,
usted puede verificarlo en el archivo público de Internet. Todo está
allí.
AG:
El archivo público Internet a menudo muestra esto, pero no se acentúa
cuando aparece en el papel. Eso estaba en la página A9 y un artículo
más corto en la página 10. Y de hecho, déjeme aclarar un punto: en
ese fin de semana que apareció su primer artículo del 8 de
septiembre de 2002, que fue el fin de semana en que el primer ministro
británico Tony Blair y el presidente Bush se encontraron en Camp
David y hablaron de un informe de la IAEA mostrando nueva información
sobre los esfuerzos de Saddam Hussein por conseguir armas de destrucción
total, particularmente armas nucleares. En efecto, el presidente Bush
dijo: 'No sé para qué necesitamos más evidencia'. Bien,
efectivamente, cualquier evidencia hubiera ayudado. No existía tal
informe de la IAEA, pero pocos periodistas de la gran prensa
estadounidense, incluyendo en ese entonces al Times, cuestionaron las
mentiras absolutas de los líderes.
MG:
Puedo… Nunca escribí sobre la IAEA, escribí exactamente lo
opuesto. Escribí que la IAEA desafió eso. Yo no dije que la IAEA la
apoyó. Pero deseé…
AG:
Muchos meses después. Eso fue en enero, yo estoy hablando de
septiembre [2002], la época en que salió su artículo.
MG:
Excúseme, yo la dejé hablar. Usted debe dejarme hablar. Escribí
sobre el dictamen de la IAEA cuando…, tan pronto como la IAEA hizo pública
su resolución. Usted sabe, no podría escribir sobre cuál era el
dictamen de la IAEA antes de que lo evacuaran.
AG:
Pero usted habría podido desafiar al presidente Bush en la Casa
Blanca…
MG:
No estuve en la Casa Blanca. Lo siento, yo no estaba en…, puedo…
AG:
El artículo y el Times habrían podido desafiar al presidente Bush y
a Tony Blair, cuando dijeron que un nuevo informe de la IAEA había
demostrado que Irak tuvo armas nucleares durante seis meses en un
edificio, en circunstancias que nunca hubo tal informe. Y además, en
el Times publicaron un artículo de portada ese mismo fin de semana,
que era el tuyo, hablando de Saddam Hussein consiguiendo armas
nucleares y tubos de aluminio.
MG:
Tengo un pensamiento interesante para su consideración, además de la
información que he proporcionado a usted sobre David Albright. Larry
Wilkerson, a quien pienso que probablemente usted ha entrevistado, es
una figura absolutamente bien conocida. Fue jefe de personal de Colin
Powell, ¿correcto? Usted pudo haberlo encontrado. De todas formas, él
es una persona muy locuaz y altamente crítico de los “neo-cons” y
del personal de Cheney, y lo he entrevistado de todos modos para mi
libro, por si usted no sabe. Y también él habla en público, en
ruedas de prensa. El no es ningún amigo de la administración, se lo
aseguro.
Bien,
Larry Wilkerson fue con Colin Powell a la CIA, cuando consiguieron el
resumen informativo antes de que el secretario Powell concurriera a
hacer su presentación a Naciones Unidas. Y Larry Wilkerson ha hablado
públicamente sobre esto en ruedas de prensa, antes grupos liberales
en Washington y también conmigo. Larry Wilkerson ¿creyó que la
evidencia de los tubos era persuasiva después que él consiguiera lo
resumido por John McLaughlin y la gente de la CIA, y Colin Powell? --¿correcto?--.
Quienes tuvieron reservas sobre ir a la guerra, también creyeron la
información persuasiva después que la resumieran en la CIA, aunque
la desafiaban sus propios expertos de la Oficina de Inteligencia e
Investigación [del departamento de Estado].
Así
pues, puedo decirle que en todos hubo una visión muy fuerte, en el
gobierno estadounidense, en la CIA, que persuadió al jefe de personal
de Colin Powell y al mismo Colin Powell, el hombre que dijo que la
“intriga” reinaba en nuestro gobierno, si usted recuerda el
comentario que él hizo hace algunos meses. Y ese mismo individuo creyó
que Irak tenía WMD basado en los informes conseguidos por él mismo
en la CIA. Ahora, yo no inventé esos informes, nunca los tuve, la CIA
no me llamó para dármelos. Usted sabe, no tuve participación en
nada de eso. Pero, usted sabe, todos pueden decirle, quienquiera que
sea, que hubo mucho de confusión dentro de la comunidad americana de
inteligencia sobre qué sucedía en Irak, pero los principales
fabricantes de políticas, incluyendo al hombre más escéptico sobre
la razón de ir a la guerra, en última instancia fueron persuadidos
sobre esto e inducidos sobre esto, con ElBaradei y el Consejo de
Seguridad...
Bueno
el bombardeo a la TV
Juan
Gonzalez: Michael…
MG:
Pero ahora creo que está…, pero estoy de acuerdo con usted hasta el
punto de creer ahora, de un modo u otro, se retracte o no de esto la
CIA, yo pienso que en un cierto plazo, basándome en lo que ahora
sabemos, porque estuvimos en Irak, hemos interrogado a científicos,
usted sabe que nosotros ahora sabemos realmente mucho más de lo que
sabíamos antes de la guerra... Ahora creemos que el análisis de la
CIA fue incorrecto.
Y
voy a lanzar fuera un hecho pasado para que usted lo considere. Saddam
Hussein quisiera que el mundo pensara que él construyó WMDs.
Nosotros también sabemos eso. La preocupación de Saddam era Irán.
Saddam había librado una guerra sangrienta con Irán por ocho años.
Se usaron armas químicas en ambos lados. Saddam deseó conformarse
con la carta de las inspecciones de la ONU, pero él tenía una política
llamada 'disuasión por la duda'. El no quería que los iraníes
supieran que su armario estaba vacío, porque esa referencia lo haría
vulnerable a una cierta clase de acción iraní. El caminaba por una línea
muy fina y entiendo cuál era su estrategia política respecto al
punto de vista de Irán, pero fue malinterpretada, ciertamente aquí
detrás, en Washington.
JG:
Michael Gordon, para cambiar el tópico agotado de los tubos de
aluminio, en su libro usted habla acerca de cómo el general Franks,
en sus preparativos, en su larga preparación de un año de la guerra,
habló y discutió mucho sobre la necesidad de ir después contra las
instalaciones de comando y de comunicaciones y ésa fue realmente una
referencia a “los medios como blanco'.
MG: Mm-hmm.
JG:
Hubo, por supuesto, el bombardeo a la televisión iraquí que ocurrió
en los días tempranos de la guerra. Y usted estuvo entonces en la
CNN, donde lo citaron diciendo: 'Personalmente, pienso que la televisión
fue un blanco apropiado, basándome en lo que he visto de la televisión
iraquí, con Saddam Hussein presentando propaganda'. Y ahora, viendo
retrospectivamente esto, el atacar a la televisión iraquí, que fue
condenado por muchas organizaciones del periodismo alrededor del
mundo, ¿qué piensa Ud. sobre ello?
MG:
Bien, pienso que cuando --usted sabe-- …yo no sabía qué estaba en
la mente del general Franks cuando él pensó hacer 'blanco en los
medios'. Pienso que el general Franks tiene una manera especial de
hablar, si usted quiere familiar. Si usted lo ha escuchado, él es muy
familiar y él no es… Yo no desearía echar ninguna aspersión sobre
él, sino que él no siempre es exacto en su lenguaje. Pienso que en
ese contexto, por 'apuntar a los medios' realmente significó el
comando y control de las comunicaciones.
Pero
aquí estaba la cuestión: en la primera guerra golpearon a la TV
iraquí desde el aire. No estoy llamando, y no debo ser interpretado
como invitando a EEUU a bombardear [televisoras], usted sabe, los técnicos
de televisión son algunos de mis mejores amigos. No distingo si son
americanos o iraquíes. No quisiera que bombardearan a la gente de las
estaciones de televisión “per se”, pero pienso que uno de los
problemas fue que hubo que sacar del aire a la televisión iraquí,
quizás con un corte eléctrico o algo así, usted sabe, si usted podría
derribar una antena o, usted sabe, golpear una cierta clase de…,
usted sabe, cablegrafía o, usted sabe, si había una cierta manera de
hacerlo…
Y
la razón de que esto se convirtió en un problema grande fue porque
los americanos invadían Irak y ellos esperaban que el chiísmo los
ayudaría y apoyaría. Pero, Saddam estaba en la TV a toda hora, en
efecto, diciendo a su público que los americanos estaban perdidos y
él ganaría, y tan pronto como los expertos americanos de
inteligencia intentaban decir '¿por qué no se levantan? En las
ciudades no se están levantando'… Bien, no se levantaban por dos
razones. Una es que en estas ciudades él [Saddam] tenía al Fedayeen
dispuesto a matar a cualquiera que se levantara. Eso, usted sabe, es
muy desalentador para la rebelión de la gente. Y la otra fue que
Saddam estaba en el aire a toda hora. Así pues, creo que hubiera sido
mejor si hubiéramos tenido cierta manera de golpear y dejar fuera a
esa capacidad de difundir [de la TV], no mediante la matanza de la
gente en un estudio de televisión, pero con cortes electrónicos o si
usted podría golpear una antena en alguna parte, usted sabe, la clase
de materia que manejaron hacer en la primera guerra del Golfo.
JG:
Y, general Trainor, finalmente, quisiera hacerle una pregunta rápida.
En términos de la insurrección, su comprensión de cómo es la
resistencia ahora en Irak. ¿Es, en gran parte, una resistencia de
combatientes extranjeros o es una resistencia doméstica a la ocupación?
AG:
Nos quedan diez segundos.
Gen.
BT: No. Pienso que los combatientes extranjeros han estado siempre allí,
pero pienso que han sido un porcentaje pequeño. Es lo que desea,
probablemente, sobre todo, la gente sunnita, que lucha por el poder en
cuanto a definir quién tiene que gobernar Irak al final del día y,
en cierto sentido, las fuerzas de EEUU en este punto son incidentales
a esa lucha por el poder.
AG:
Y tenemos que dejarlo así. Pero, Michael Gordon, pregunta rápida, y
lo digo así respecto al Times, ¿usted piensa que fue incorrecto
haber publicado su mea culpa y seleccionar su artículo como uno de
los menos rigurosos y que ellos dijeran estar apesadumbrados por todo
eso?
MG:
Usted tiene una mente de una sola pista. Pensé que íbamos a hablar
de la guerra de Irak. Pero no. Pienso que fue correcto que el Times
mirara la cuestión hacia atrás y pienso eso, usted sabe, con las
ventajas de la retrospección.
AG:
Tendremos que dejarlo hasta aquí. Soy Amy Goodman con Juan González.
Deseamos agradecerle ambos por estar con nosotros.
Notas:
.- Ernesto
Carmona es periodista y escritor chileno.
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