"Opción
El Salvador" para Iraq
El
Pentágono estudia enviar fuerzas especiales para la creación de
Escuadrones de la muerte iraquíes
Por
Michael Hirsh, John Barry y Mark Hosenball
Newsweek /
IraqSolidaridad, 11/01/05
Tradución de Paloma Valverde
"Con lo que
todo el mundo está de acuerdo es con que no podemos seguir como hasta
ahora", afirma un funcionario veterano de la Casa Blanca a
Newsweek: "Tenemos que encontrar la forma de llevar a cabo una
ofensiva contra los insurgentes. Hasta ahora estamos jugando a la
defensiva y estamos perdiendo".
¿Qué podemos hacer
con el tremendo atolladero de Iraq? El ultimo intento del Pentágono
ha venido en denominarse "Opción El Salvador", y el hecho
de que se este discutiendo da la medida de cuán preocupado está [el
secretario de Defensa de EEUU] Donald Rumsfeld. "Con lo que todo
el mundo está de acuerdo es con que no podemos seguir como hasta
ahora", afirma un funcionario veterano [de la Casa Blanca] a
Newsweek: "Tenemos que encontrar la forma de llevar a cabo una
ofensiva contra los insurgentes [iraquíes]. Hasta ahora estamos
jugando a la defensiva y estamos perdiendo". Algo en lo que la
mayoría de los analistas están de acuerdo es que la última operación
en Faluya, en noviembre [de 2004], no tuvo tanto éxito en romper la
retaguardia de la insurgencia que el general del [Cuerpo] de Marines
John Sattler afirmó optimistamente en ese momento como en
diseminarla.
Newsweek ha sabido
que el Pentágono está debatiendo en profundidad una opción que se
remonta a una estrategia aún secreta de la Administración Reagan en
su lucha contra la guerrilla insurgente de El Salvador en los primeros
años de la década de los 80. Entonces se enfrentaban a una guerra
perdida contra los rebeldes salvadoreños. El gobierno de EEUU financió
o apoyó entonces a fuerzas nacionalistas que al parecer incluían a
los denominados Escuadrones de la muerte, cuyo objetivo era la caza y
el asesinato de los líderes rebeldes y de sus simpatizantes.
Finalmente la insurgencia fue aplastada y muchos de los conservadores
estadounidenses consideraron entonces que esta estrategia había sido
un éxito pese a las muertes de civiles inocentes y el subsiguiente
escándalo de las armas entregadas a Irán [1]. Entre los funcionarios
de la presente Administración [estadounidense] que trabajaron
entonces en Centroamérica está John Negroponte, actual embajador de
Iraq. Bajo el mandato Reagan fue embajador en Honduras.
Siguiendo este
modelo, una propuesta del Pentágono sería enviar equipos de fuerzas
especiales para asesorar, apoyar y posiblemente entrenar escuadrones
iraquíes (muy similares a los ya creados cuerpos de peshmerga
[guerrilleros] kurdos y de milicianos shi'íes para luchar contra los
insurgentes sunníes y sus simpatizantes), incluso atravesando la
frontera siria, según [declaraciones] de militares que participan y
están familiarizados con estas conversaciones. No queda claro, sin
embargo, si esto sería una política de asesinatos o de las llamadas
"operaciones de rapto", en las que los objetivos son
llevados a instalaciones secretas para someterles a interrogatorio. Lo
que se considera a día de hoy es que mientras las fuerzas especiales
podrían llevar a cabo operaciones, por ejemplo en Siria, las
actividades dentro del propio Iraq se llevarían a cabo por fuerzas
paramilitares iraqués, han manifestado a Newsweek varios
funcionarios.
¿El
Departamento de Defensa o la CIA?
Lo que también se
está discutiendo es a qué cuerpo de la Administración de EEUU (a
[la secretaría de] Defensa o a la CIA) se le atribuiría la
responsabilidad de tal operación. El Pentágono [bajo mando] de
Rumsfeld ha pretendido de forma agresiva la creación de su propio
equipo de inteligencia y de su capacidad de acción clandestinidad con
una operación llevada a cabo bajo la responsabilidad del
subsecretario de Defensa, Stephen Cambone. Pero desde el escándalo de
los interrogatorios de Abu Ghraib algunos responsables militares son
extremadamente precavidos con cualquier operación que pueda llevarse
al margen de los códigos éticos del Código Común de Justicia
Militar. Eso, afirman, es la razón por la cual tales operaciones
encubiertas siempre han sido responsabilidad de la CIA y autorizadas
por una orden presidencial especial: en una actividad encubierta el
personal estadounidense que opera bajo la cobertura del gobierno, en
caso de ser capturado no confirmará jamás que la Administración es
la instigadora o quien ha ordenado la acción.
Entretanto, en el
seno del Comité del Senado sobre Inteligencia de Defensa, están
teniendo lugar intensas discusiones sobre los esfuerzos del
departamento de Defensa para aumentar la implicación del personal de
las fuerzas especiales en las misiones de los equipos de inteligencia.
Históricamente, los equipos de inteligencia de las fuerzas especiales
han estado limitados a objetivos directamente relacionados con el
resultado de las operaciones militares: la "preparación del
escenario", en jerga militar. Pero, según oficiales de
inteligencia y de Defensa, algunos civiles del Pentágono han
intentado durante años utilizar las fuerzas especiales para otras
misiones de inteligencia.
Civiles del Pentágono
y personal de las fuerzas especiales creen que los directivos civiles
de la Agencia han sido tradicionalmente muy conservadores en la
planificación y ejecución de la clase de misiones encubiertas que
los soldados de las fuerzas especiales han llevado a cabo realmente.
Se considera categóricamente que los tradicionalistas de la CIA se
niegan a ceder autoridad alguna al Pentágono. Hasta ahora, las
propuestas del Pentágono respecto a la capacidad para enviar soldados
al extranjero en misiones de inteligencia sin la aprobación directa o
participación de la CIA han sido abortadas. Pero la lucha
antiterrorista, incluso operando encubiertamente, podría considerarse
inserta en el área de influencia del departamento de Defensa.
Se afirma que el
gobierno interino [iraquí] del primer ministro Ayad Allawi se
encuentra entre los que más firmemente apoyan la Opción El Salvador.
El general Muhammad Abdallah al–Shahwani, director del Servicio
Nacional de Inteligencia iraquí, podría haber allanando el camino
para [sembrar] esta idea con una serie de entrevistas llevadas a cabo
durante los pasados diez días. Shahwani declaró al periódico en árabe
con sede en Londres al–Sharq al–Awsat que los líderes insurgentes
(y nombró a tres antiguos dirigentes del régimen de Sadam Husein,
incluyendo al hermanastro de este último) estaban a salvo al otro
lado de la frontera en un santuario sirio. "Estamos completamente
seguros de que están en Siria y que se mueven con facilidad en los
territorios sirios e iraquíes", afirmó, añadiendo que los
esfuerzos por extraditarlos [desde Siria] "[...] no han dado aún
sus frutos".
Shahwani también
manifestó que la ocupación estadounidense ha fallado en la solución
del problema del amplio apoyo a la insurgencia. Los insurgentes, dijo
"[...] están fundamentalmente en zonas sunníes donde la población
simpatiza con ellos". Añadió que la mayor parte de los iraquíes
no apoyan activamente a los insurgentes o les proveen de apoyo
material o logístico, pero al mismo tiempo no se lo niegan. Una
fuente militar que participa en las reuniones del Pentágono está de
acuerdo en que este es el eje del problema y sugiere que son
necesarias nuevas operaciones ofensivas que generaría el miedo a
alistarse en las filas de la insurgencia. "La población sunní
no está pagando ningún precio por su apoyo a los terroristas
–manifestó [Shahwani]–. Desde su punto de vista [el apoyo a la
insurgencia] les sale gratis. Nosotros tenemos que cambiar esta ecuación".
Fuentes del Pentágono
subrayan que aún no se ha tomado una decisión sobre si lanzar la
Opción El Salvador. La semana pasada Rumsfeld decidió enviar a Iraq
a un general retirado, Gary Luck, para llevar a cabo una misión
inacabable: revisar toda la estrategia militar en la región. Pero con
el ejército estadounidense agotado hasta la extenuación, los
estrategas militares son conscientes de que es necesario un drástico
y nuevo enfoque, quizás uno tan potencialmente explosivo como es la
"Opción El Salvador".
Nota
de IraqSolidaridad:
1.
Referencia a la denominada trama Irán–Contra, por la que Irán
recibió armas de forma encubierta de EEUU vía Israel durante la
guerra con Iraq, en un procedimiento clandestino de financiación de
la guerra sucia en Centroamérica finalmente puesto en evidencia.
|