Iraq resiste

 

Según un oficial iraquí, hay hasta 10 cárceles clandestinas gestionadas por Badr

Militares iraníes al frente de los centros de tortura en Iraq

Por Paul Martin y Maria Cedrell
The Washington Times / IraqSolidaridad, 20/12/05
Traducción del inglés para IraqSolidaridad de Loles Oliván

"El general al-Samarae ha enumerado en detalle un número de instalaciones secretas de detención y de interrogatorio que han sido establecidas, a parte de la prisión de Jadriya. Cuatro se sitúan en la capital iraquí, incluyendo aquella en la que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo una incursión la semana pasada. El general mantiene que hay además dos centros de detención para mujeres en Bagdad en los que 'las presas son torturadas y violadas'."

Un general iraquí anteriormente al cargo de las fuerzas especiales del ministerio de Interior declaró el pasado 12 de diciembre que un oficial de los servicios de inteligencia iraníes está al cargo de la red de centros de detención donde supuestos insurgentes son torturados de manera rutinaria y a veces asesinados. El general Muntadhar Muhi al-Samarae habló para The Washington Times justo cuando el primer ministro Ibrahim al-Yafaari declaraba que había ordenado una investigación urgente sobre las quejas de abusos y tortura en los centros de detención del país. El primer ministro, que ha recibido las presiones de Washington y de responsables de Naciones Unidas para que ponga fin a los abusos en las prisiones, prometió en una conferencia de prensa un "muy rápido" anuncio público sobre las investigaciones.

El general al-Samarae ha declarado que el oficial de inteligencia iraní Tahsir Nasr Lawandi trabaja directamente para el viceministro [de Interior] kurdo, general Husein Kamel, y que se le conoce dentro del ministerio como el ingeniero. "El ingeniero está detrás de la tortura y los asesinatos que han tenido lugar en el ministerio; igualmente estaba al cargo de la prisión de Jadriya", sostiene el general al-Samarae, quien abandonó el ministerio tras mantener una discusión con sus superiores y quien reside en la actualidad en Jordania.

Las tropas estadounidenses llevaron a cabo una incursión en la prisión de Jadriya a mediados de noviembre y hallaron 166 presos muchos demacrados y con obvios signos de haber sido torturados. En otra incursión la semana pasada en una segunda instalación de Bagdad se hallaron 625 presos acurrucados en masa y en condiciones degradantes, incluidos al menos 13 que han requerido hospitalización. La existencia de esta presión fue ya revelada por The Washington Times el pasado sábado. El domingo, The Times ofrecía junto a World News & Features una investigación en la que se identificaban los lugares de al menos cuatro centros de detención en los que la tortura era rutinaria. El general al-Samarae declaró el 12 de diciembre que conocía 10 de dichas instalaciones.

La Brigada Lobo

A Lawandi, que ha sido coronel en los servicios de inteligencia iraníes, se le concedió la ciudadanía iraquí el 12 de mayo de 2004 y recibió el rango de general, según indica al-Samarrai por teléfono desde Amán, a donde se ha trasladado con su familia tras sufrir dos atentados para acabar con su vida.

El oficial iraní no solo es el cerebro de los interrogatorios, las torturas y las ejecuciones para las que se utilizan a menudo un taladro eléctrico, según el general al-Samarrai (algunos de los presos torturados fueron hallados en morgues con agujeros de taladro en sus piernas y ojos, según otra fuente de seguridad que ha declinado identificarse). El general al-Samarae mantiene que Lawandi además había trabajado con el ministro y viceministro [de Interior] en la formación de un servicio especial de seguridad para dirigir las operaciones de detenciones e interrogatorios, así como el grupo especial denominado Brigada Lobo para capturar sospechosos y trasladarlos a las instalaciones secretas, normalmente por las noches.

El general al-Samarae, un oficial de carrera de 46 años, fue expulsado del ministerio de Interior en una purga que afectó a unos 600 miembros del personal en julio pasado. Muchos fueron reemplazados por personal de la línea dura que apoyaba al nuevo ministro de Interior Bayan Yabr Solagh y a sus aliados en las Brigadas Badr, una milicia afiliada al mayor partido político confesional chií de Iraq, el CSRII.

El general mantiene que el ministro había situado a 17.000 combatientes de la organización Badr en puestos de las fuerzas del ministerio de Interior, una vez que las milicias iraquíes fueron oficialmente desarmadas. La mayoría recibieron entrenamiento militar en Irán y se infiltraron en Iraq muy poco después de la caída del dictador Sadam Husein. El general al-Samarae declara que había enfurecido a sus superiores por haber reemplazado a los 14 miembros de una ineficaz comisión de investigación y por haber liberado a 124 detenidos de una instalación situada al norte de Bagdad. Ello concuerda con los comentarios del dirigente religioso Abdel Karim Abdel Razzak, quien en una reciente comparecencia en un canal de televisión árabe afirmó que el general al-Samarae le había liberado de la prisión.

En el ministerio y en visitas a las instalaciones de detención con frecuencia oía a los oficiales y al personal de la prisión hablar entre sí en persa, la lengua de Irán, haciéndose eco de previas declaraciones de empresarios recogidas por The Washington Times que habían visitado el ministerio. Los iraquíes chiíes, aún perteneciendo a la misma rama del Islam [que los iraníes], hablan árabe y no persa.

El general al-Samarae añade que los salarios de muchos de los funcionarios del ministerio proceden de Irán. "[...] Muchos de los torturadores eran iraníes, o iraquíes que habían vivido en Irán y habían regresado a Iraq tras la invasión [en 2003]", declara.

El general al-Samarae ha enumerado en detalle un número de instalaciones secretas de detención y de interrogatorio que han sido establecidas, a parte de la prisión de Jadriya. Cuatro se sitúan en la capital iraquí, incluyendo aquella en la que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo una incursión la semana pasada. El general mantiene que hay además dos centros de detención para mujeres en Bagdad en los que "las presas son torturadas y violadas".