El
teniente Kendall–Smith reitera que la guerra es ilegal
Condenan
a ocho meses de cárcel a oficial británico que se negó a ir a Irak
The
Independent / La Jornada, 14/04/06
Aldershot, 13 de
abril.– El primer oficial británico que se negó a ir a Irak por
considerar que era una guerra "ilegal", fue sentenciado el
jueves a ocho meses de cárcel, tras ser hallado culpable por un
tribunal militar que lo juzgó por desobediencia, en la base de
Aldershot, en el sur de Inglaterra.
El médico y teniente
de la Real Fuerza Aérea británica (RAF), Malcolm Kendall–Smith,
que rechazó servir en Irak alegando que la invasión y ocupación del
país árabe es ilegal, fue hallado culpable de cinco cargos, al término
de tres días de un proceso militar.
Cinco oficiales de la
RAF juzgaron en una corte marcial al médico de 37 años, y lo
hallaron culpable de negarse a viajar a Basora (sur de Irak), y de
rehusar recibir entrenamiento militar antes de partir.
El juez, Jack
Bayliss, no permitió que los abogados de Kendall–Smith usaran el
argumento de que el médico actuó de acuerdo con su conciencia,
alegando que en el momento en que se le dio orden de ir a Basora, las
fuerzas británicas y estadounidenses ya estaban en Irak "por
invitación del gobierno iraquí", y no como invasores.
Bayliss tampoco
permitió que la defensa llamara a testigos como Ben Griffin, un
miembro del ejército británico quien se negó a dar servicio,
convencido de que la guerra en Irak era ilegal y se rehusó a apoyar a
las fuerzas estadounidenses por considerar que éstas han cometido
numerosos excesos contra la población iraquí.
El juez también
prohibió al equipo defensor de Kendall–Smith trasladar a Gran Bretaña
a un médico iraquí que iba a describir sus experiencias de lo que ha
sucedido en el país tras la invasión.
Durante las
audiencias, el acusado reiteró que, a su juicio, desplegar tropas
británicas en Basora era ilegal y comparó las acciones de los
estadounidenses en Irak con las de los nazi.
Tras la sentencia,
Kendall–Smith, que tiene nacionalidad británica y neozelandesa,
reafirmó en una declaración leída por su abogado que, con base en
la legislación internacional, Gran Bretaña no tenía potestad para
atacar Irak, por lo que su deber era desobedecer las órdenes de ir a
Basora.
El oficial estuvo
destacado en Irak dos veces, pero en junio pasado rehusó regresar,
alegando que la invasión de Irak era ilegal porque el país árabe
nunca atacó a Gran Bretaña ni a ninguno de sus aliados.
En la declaración leída
por su abogado, Hugheston Roberts, el acusado insistió en que sus
acciones "fueron totalmente justificadas".
"Si estuviera
otra vez en la misma situación, volvería a desobedecer las órdenes
de servir en Irak", afirmó el médico y militar, quien informó
que apelará el fallo del tribunal militar.
El martes, en el
primer día del juicio, Kendall–Smith declaró que había adquirido
conciencia de "la ilegalidad" de la guerra lanzada por
Estados Unidos y Gran Bretaña contra Irak desde julio de 2004, 10
meses antes de que le ordenaran ir a Basora.
Bayliss afirmó, al
leer la sentencia, que la ofensa cometida por el oficial era tan seria
que merecía la cárcel. La "obediencia a las órdenes está en
el corazón de cualquier fuerza con disciplina", dijo.
"Los que escogen
vestir el uniforme de la reina no pueden elegir qué órdenes
obedecen. Y los que así lo hacen, deben enfrentar las
consecuencias", declaró el juez.
Tras la sentencia,
organizaciones de derechos civiles y la coalición contra la guerra en
Irak anunciaron que van a respaldar el recurso de apelación que
presentará el oficial británico. "Sabemos que hay muchos
oficiales, hombres y mujeres, que piensan como él", declaró
Lindsey German, de la coalición contra la guerra en Irak, tras el
anuncio del fallo del tribunal militar.
Por otra parte, este
jueves entraron en vigor en Gran Bretaña nuevas leyes que castigan la
glorificación del terrorismo y que permitirán prohibir más fácilmente
a grupos que se considere alaban actos terroristas o inducen a
cometerlos. Entre ellos se menciona a los "predicadores del
odio" que actúan dentro de la comunidad islámica.
Las nuevas leyes
fueron aprobadas a pesar de la oposición de numerosos legisladores,
incluso oficialistas, que las consideraron perjudiciales para los
derechos civiles.
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