Nuevas
revelaciones sobre la corrupción estadounidense en Iraq
Iraq,
“Zona de libre–fraude”
Por
Jeff Lincoln
World Socialist Web Site, 21/04/06
IraqSolidaridad, 11/05/06
Traducción de Beatriz Morales
"Estos
contratistas gozan de protección legal contra acusaciones criminales
porque unos días antes de entregar formalmente la soberanía al
gobierno iraquí respaldado por EEUU en junio de 2004, la APC impuso
una ley que concedía a los constructores estadounidenses inmunidad
judicial. Alan Grayson, un fiscal de Virginia involucrado en juicios
archivados contra constructores, declaró al 'Globe' que esta ley
'[...] en efecto [...] convierte a Iraq en una zona de
libre–fraude'."
Esta semana se dieron
a conocer documentos judiciales que revelan que en febrero [de 2006]
el hombre de negocios Philip Bloom fue declarado culpable de
conspiración, soborno y blanqueo de dinero. Bloom reconoció haber
dado más de dos millones de dólares en efectivo y en regalos a
funcionarios estadounidenses para obtener la cesión de contratos de
reconstrucción a compañías de su propiedad. Nuevos informes sobre
sobornos y corrupciones en los que se han visto implicados
funcionarios militares, hombres de negocios y funcionarios de la
ocupación estadounidenses han puesto de relieve el carácter criminal
de la intervención estadounidense en Iraq [1].
El 19 de abril el
diario The Washington Post informó de que las compañías de Bloom
habían recibido un total de 8.600.000 dólares en contratos de
reconstrucción, que fueron estructurados para dar a las compañías
un margen de beneficios superior al 25%. La acusación solicita hasta
40 años de cárcel.
Los documentos
judiciales detallan cómo Bloom fue capaz de aprovecharse de lo que
este diario denomina el "[...] ambiente caótico, despreocupado y
acaudalado" del Iraq posterior a la invasión. Bloom dio dinero
en metálico, coches, joyas y billetes de avión a muchos funcionarios
militares y civiles que entonces le concedieron los contratos. Algunos
beneficiarios de la generosidad de Bloom estipularon minuciosamente lo
que querían del empresario estadounidense. Un funcionario pidió un
[coche] GMC Yukon SUV automático, blanco por fuera y de cuero con
tono de arena en el interior. Otro funcionario, el jefe de personal de
la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) en Hilla [Babilonia],
encargado de supervisar la reconstrucción de toda la región
centro–sur de Iraq, pidió un Nissan 350z azul metálico
descapotable. Los archivos judiciales incluyen correos electrónicos
entre Bloom y quienes aceptaron sus sobornos. En uno de los correos un
oficial de la reserva del Ejército escribió: "¡El camión es
fantástico! Necesitaba uno nuevo [...]. La gente con la que trabajo
no puede dejar de decir lo mucho que les gusta". Los documentos
también indican que Bloom proporcionó mujeres que ofrecían favores
sexuales a cambio de ayuda a las empresas de Bloom.
Otro individuo,
Robert Stein, un ex–alto funcionario contratista estadounidense en
Iraq, también fue considerado culpable de conspirar con Bloom y otras
personas para embolsarse dinero destinado a la reconstrucción. Stein
fue contratado como interventor por la APC, cargo en el que actuó en
connivencia con Bloom para apropiarse de dinero destinado a la
construcción de una biblioteca en Hilla y otras mejoras de
infraestructura, y utilizarlo para comprar joyas, coches y armas, y
llevar fraudulentamente cientos de miles de dólares a EEUU. Stein fue
acusado de haber cometido un grave delito cuando fue convocado en su
despacho en el Iraq posterior a la invasión. A mediados de los
noventa fue acusado de fraudes federales y se enfrentaba entonces a
una demanda de fraude hecha por un ex–empleado cuando el Pentágono
le concedió en control de 82 millones de dólares para distribuirlos
en Hilla.
Stuart W. Bowen Jr.,
inspector general especial para la reconstrucción de Iraq, cuya
oficina destapó los crímenes de Bloom, afirma que estaba
investigando otros 70 casos que implicaban acusaciones criminales.
La
coronel Garner y 'Meteoric'
Otro caso, del que
informa el Los Angeles Times del 19 de abril, implica a Kimberly
Olson, una de las primeras mujeres piloto y coronel de la Fuerza Aérea
muy condecorada. Fue llevada ante un tribunal militar acusada de
utilizar su posición como segundo comandante de Jay Garner para
embolsarse más de tres millones de dólares en contratos para una
empresa privada de seguridad con la que estaba asociada. Garner, un
general retirado convertido en contratista del Ejército, fue el
primer administrador estadounidense del Iraq posterior a la invasión.
Fue cesado en mayo de 2003 y sustituido por Paul Bremer.
A la empresa de Olson
se le concedieron contratos para suministrar protección a altos
funcionarios de los ejércitos estadounidense y británico, así como
a KBR, una empresa subsidiaria de la antigua empresa del
vice–presidente Cheney, Halliburton.
Olson negó las
acusaciones más graves, pero el año pasado fue declarada culpable de
cargos más leves. Fue reprendida y se le permitió dimitir de las
Fuerzas Aéreas con una paga honorable y sin reducción en su rango.
También se le prohibió recibir otros contratos del gobierno durante
tres años, pero ha recurrido esta prohibición.
Según el reportaje
de Los Angeles Times, Olson, que entonces era una alta funcionaria de
la oficina de interventores del Pentágono, fue elegida por Garner
como su "mano derecha" cuando a principios de 2003 éste
estaba preparando encabezar la ocupación estadounidense de Iraq. Hay
que indicar que esto sucedió casi tres meses antes del inicio de la
guerra, cuando el presidente Bush insistía en que todavía no se había
tomado ninguna decisión de invadir el país. Garner contrató un
destacamento de seguridad integrado por ex–miembros de las fuerzas
especiales de Sudáfrica. Por aquella misma época Olson ayudó a
crear delegaciones estadounidenses para Meteoric, una compañía de
seguridad sudafricana en la que posteriormente obtuvo un puesto como
directora.
Después de que
Garner fuera reemplazado por Bremer los miembros del destacamento de
seguridad de Garner empezaron a trabajar para Meteoric. Según el
Times:
"Olson se quedó
para trabajar para el Programa del Consejo Inspector de la APC, que
era responsable de aprobar los contratos que utilizaban fondos
destinados a Iraq. La investigación del Pentágono afirma que Olson
empezó a ayudar a que Meteoric obtuviera los contratos e hizo otros
trabajos para la compañía."
Ente los contratos
concedidos a Meteoric había uno para proporcionar seguridad a Bernard
Kerik, que entonces estaba encargado de crear una fuerza de policía
iraquí leal a EEUU. Kerik, un ex–jefe de policía de Nueva York,
era la primera opción del presidente Bush para suceder a Tom Ridge
como secretario del Departamento de Seguridad Interior. Kerik retiró
su candidatura cuando aparecieron en la prensa unas revelaciones
acerca de acciones dudosas y asociaciones de negocios en las que había
estado implicado cuando formaba parte de la plantilla de Nueva York y
después, cuando emprendió negocios privados.
Ex–funcionarios
estadounidenses relacionados con la ocupación de Iraq se han unido en
defensa de Olson. Garner la califico como "[...] una de las
personas más honestas que he conocido nunca". El Times escribió:
"El certificado
de penales de Olson está lleno de avales y cartas de recomendación
de Garner y de su sucesor como administrador estadounidense de Iraq,
Paul Bremer III, así como de altos funcionarios civiles y militares
en Iraq y Washington. Algunos temen que las acciones contra ella sean
una acción judicial excesivamente minuciosa que puede incidir en los
esfuerzos de reconstrucción."
Magnitud
de la corrupción
El diario Boston
Globe de 17 de abril publicaba un artículo que daba algún sentido a
la magnitud de la corrupción en el Iraq ocupado por EEUU. Citando a
investigadores del Congreso, el periódico informaba de que
"[...] constructores estadounidenses estafaron cientos de
millones de dólares de los fondos destinados a Iraq". El artículo
describe cómo inmediatamente después de la invasión funcionarios
estadounidenses se apoderaron de los ingresos petrolíferos de Iraq y
del dinero que había en las cuentas de los bancos y colocaron el
dinero, un total de 20.700 millones de dólares, en el llamado Fondo
de Desarrollo para Iraq (DFI, en sus siglas en ingles) [2]. Este
dinero fue entonces repartido a los contratistas, especialmente a
empresas estadounidenses, sin ningún tipo de control elemental o de
contabilidad.
El Globe citaba una
auditoria del Congreso que mostraba que en 154 contratos de unos
doscientes no había ninguna prueba de que se hubieran suministrado
ninguno de los servicios o productos prometidos. "En algunos
casos se pagaba a los contratistas dos veces por el mismo
trabajo", informaba el Globe, "En otros se les pagaba por un
trabajo que no habían hecho". El periódico continuaba:
"Entre los
contratos pagados fuera de los fondos iraquíes estaba el
controvertido contrato Halliburton para restaurar la infraestructura
petrolífera de Iraq por valor de 2.400 millones de dólares. Los
auditores del Pentágono encontraron 263 millones en excesivos o no
fundamentados costes de importar gasolina a Iraq, pero el Pentágono
declaró en febrero que había accedido en pagar a una subsidiaria de
Halliburton todo el dinero cuestionado excepto 10 millones de dólares."
Estos contratistas
gozan de protección legal contra acusaciones criminales porque unos días
antes de entregar formalmente la soberanía al gobierno iraquí
respaldado por EEUU en junio de 2004, la APC impuso una ley que concedía
a los constructores estadounidenses inmunidad judicial.
Alan Grayson, un
fiscal de Virginia involucrado en juicios archivados contra
constructores, declaró al Globe que esta ley "[...] en efecto
[...] convierte a Iraq en una zona de libre–fraude". Al hablar
sobre el efecto que tiene el robo masivo sobre las riquezas iraquíes,
Grayson afirma que "[...] igual que un poder colonial, el
gobierno de Bush se apropió del dinero iraquí del petróleo y lo
gastó. Lo iraquíes lo saben bien. Esa es una de las razones por las
que disparan a los soldados estadounidenses".
Estos escándalos de
corrupción no son meras aberraciones o productos secundarios de la
invasión de Iraq. Más bien reflejan la esencia criminal de una
guerra imperialista injustificada, preparada por medio de
provocaciones y mentiras, y emprendida con el propósito de apoderarse
de las riquezas petrolíferas y obtener ventajas estratégicas sobre
potencias rivales. No pocos de quienes se han aprovechado
personalmente todo lo posible de la devastación desatada en Iraq
(incluyendo la muerte y mutilación de miles de estadounidenses y de
cientos de miles de iraquíes) son compinches de empresa de Cheney y
Bush y el resto de la camarilla militar que dirige el gobierno
estadounidense.
Notas
de IraqSolidaridad:
1.
Véase sobre este tema en IraqSolidaridad: Dave Whyte: El pillaje de
las corporaciones empresariales de EEUU en Iraq | Nicole Colson:
Despilfarro, pillaje y miseria: El coste de la guerra para EEUU e
Iraq. La malnutrición entre los niños iraquíes se ha duplicado
desde el inicio de la ocupación | Zaid al–Ali: La corrupción y la
mala administración están detrás de la quiebra de la economía La
catástrofe económica de Iraq
2.
Establecido por el Consejo de Seguridad de NNUU inmediatamente después
de culminada la invasión. A esta cuenta fueron destinados los fondos
del Programa Petróleo por Alimentos.
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