Nuevo gobierno en
Iraq
Inestable reparto
sectario
Por Carlos Varea
IraqSolidaridad,
23/05/06
"El
nuevo gobierno profundiza la lógica sectaria y confesional impuesta
por los ocupantes al proceso político interno iraquí y que ahora
EEUU pretenden rectificar para limitar la hegemonía del
confesionalismo político iraní y, a través de éste, la influencia
iraní en el país."
Tras más de cinco
meses desde las elecciones de diciembre, el nuevo primer ministro Nuri
al–Maliki [1] ha presentado el pasado fin de semana el nuevo
gobierno iraquí pero incompleto. El gobierno de al–Maliki tiene 37
carteras, sin contar el puesto de primer ministro y los dos
viceprimeros ministros. De ellas –además del propio al–Maliki,
que ostenta también la cartera de Interior–, 19 han ido a miembros
de los partidos o figuras independientes chiíes de la lista
confesional Alianza Unida Iraquí (AUI), esencialmente al Consejo
Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII), a ad–Dawa (el
partido de al–Maliki) y a la corriente de as–Sáder [2]. Otras
ocho carteras se han asignado a cada una de las listas árabe–sunní
Frente de Acuerdo Iraquí y a la unitaria kurda del Partido Democrático
del Kurdistán y la Unión Patriótica del Kurdistán; una cartera ha
sido asignada a una mujer cristiana [3].
El nuevo gobierno
profundiza la lógica sectaria y confesional impuesta por los
ocupantes al proceso político interno iraquí y que ahora EEUU
pretenden rectificar para limitar la hegemonía del confesionalismo
político chií y, a través de éste, la influencia iraní en el país.
Las dificultades habida a lo largo de 2004 y 2005 en cubrir las etapas
del proceso, fijadas por el administrador civil de la ocupación, Paul
Bremer, en el otoño de 2003 [4], se han reproducidas a la hora de
repartir entre las fuerzas colaboracionistas los cargos ministeriales
de este nuevo gobierno, incluso dentro del bloque de formaciones chiíes,
en concreto en relación a la asignación de la cartera de Petróleo.
El precario equilibrio consiste en preservar la hegemonía del
confesionalismo chií contrapesándolo con la influencia de los
bloques kurdo y sunní del nuevo Parlamento salido de las elecciones
de diciembre. Particular interés tiene para EEUU mantener la
participación de éste último –el mencionado Frente de Acuerdo
Iraquí– a fin de presentar ante la opinión pública doméstica
estadounidense e internacional un avance en el proceso político
interno, con la incorporación de "representantes de la comunidad
sunní", con la que –abundando en el discurso sectario
dominante– se identifica a la resistencia contra la ocupación. En
tal intento, según narra el diario estadounidense The New York Times
[5], y a diferencia de lo que ocurrió con la formación del anterior
gobierno de al–Yaafari en la época de John Negroponte, EEUU ha
ejercido toda su presión a través de su embajador en Bagdad,
Jalilzad, sobre al–Maliki para la designación de los miembros del
nuevo gabinete Y aún así los resultado son magros.
Carteras pendientes
El primer ministro y
los dos viceprimeros ministros asumen en funciones las carteras de
Interior –como hemos dicho–, de Seguridad Nacional y de Defensa.
Con ello, al–Maliki (además del propio presidente del país, Yalal
Talabani) incumple su inicial promesa de presentar ante el Parlamento
un gobierno cerrado. Tras el aplazamiento en designar las personas
definitivas para asumir estos tres ministerios se encuentran las
tensiones con los representantes sunníes y con EEUU, que pretenden
limitar la hegemonía chií, a cuyas formaciones se les acusa de estar
utilizando los nuevos aparatos de seguridad iraquíes para dar
cobertura a los Escuadrones de la muerte. Al–Maliki ha reiterado que
la resolución del tema de las milicias confesionales ha de basarse en
su inclusión en los nuevos cuerpos de seguridad, para lo cual se ha
remitido en estos días a la Orden 91 de 2003 promulgada por Bremen,
que se expresaba en tal sentido [6]. Mal arreglo: precisamente se
acusa a las formaciones chiíes de haber utilizado los nuevos cuerpos
de seguridad para insertar en ellos sus milicias (particularmente la
del CSRII, Badr, en el ministerio del Interior, y las del Ejército
del Mahdi de as–Sáder en Basora) [7].
El domingo, tras la
primera reunión de su gobierno, al–Maliki anunció el uso
"[...] de la máxima fuerza contra los terroristas", sin
renunciar al diálogo con los grupos armados que quieran unirse al
proceso político instaurado por los ocupantes [8]. Representantes de
la lista sunní del Parlamento han mostrado su rechazo a la
identificación sin matices de la resistencia con el terrorismo
realizada por al–Maliki, quien no hecho "[...] diferencia entre
la resistencia que tiene apoyo popular y el resto de acciones
violentas [indiscriminadas] rechazadas por la población" [9].
Sin embargo, no cabe
imaginar que el confesionalismo político chií renuncia a la cartera
de Interior a favor del bloque sunní. Para este cargo se barajan las
figuras –todas ellas chiíes– de Ahmad Chalabi, el anterior
favorito del Pentágono, Moafak al–Rubaie, hasta el momento asesor
Nacional de Seguridad, y un tercero de perfil desconocido, Naser
al–Feyadh. Para el cargo de Defensa se plantean por el contrario dos
representantes sunníes vinculados al Frente de Acuerdo Iraquí,
Thamir Sultan al–Trikriti –el favorito, un ex oficial represaliado
durante el régimen de Sadam Husein– y el ex general Mohamad Barra
al–Rubaie –vinculado al partido de Iyad Alaui–, además de otro
ex general de filiación chií, Naser Daam Fahad. Los negociadores del
Frente de Acuerdo Iraquí se habían mostrado seguros estos días de
que al menos la cartera de Defensa iría a parar a su campo [10]. Sin
embargo, la sesión del Parlamento de presentación del nuevo gobierno
terminó mal, con la salida de 10 parlamentario sunníes que
protestaban así por que las tres carteras de Interior, Defensa y
Seguridad Nacional quedaran vacantes [11]. Antes de ello, según
cuenta al–Jazeera, uno de ellos, Saleh al–Mutlaq, estuvo diez
minutos hablando con el micrófono apagado.
La cartera de
Exteriores sigue en manos de Hoshyar Zebari, durante 10 años,
portavoz de Exteriores del Partido Democrático del Kurdistán y desde
la década de los 90 interlocutor del Departamento de Estado de esta
formación kurda liderada por Mansud Barzani.
Nombramientos
polémicos
Polémico es el
mantenimiento en el gobierno de Bayan Jabr, chií, miembro del Consejo
Supremo de la Revolución Islámica en Iraq, a quien se le ha asignado
la cartera de Hacienda. Anteriormente fue ministro de Vivienda y
Reconstrucción en el primero Consejo Gubernativo designado por los
ocupantes y de Interior en el último gobierno de al–Yaafari, cargo
en el que fue acusado de estar favoreciendo la actuación de los
Escuadrones de la muerte.
Otra asignación polémica
ha sido la del ministerio de Petróleo a Husein al–Shahristani,
miembro independiente de la Lista Unida Iraquí, científico nuclear
encarcelado por el depuesto régimen y anteriormente vicepresidente
del Parlamento, a quien se le considera extremadamente conservador y
muy vinculado a Irán [12]. Esta habría sido la razón de la salida
de las negociaciones para la formación del gobierno del pequeño
partido al–Fadila, también de la AUI chií, que querían mantener
en su puesto al miembro de su partidos, Thamir al–Ghadhban. "Más
de mil milicianos del partido al–Fadila custodian los puertos desde
donde se exporta el petróleo, incluidos los ocho puertos clandestinos
desde donde se exporta ilegalmente petróleo a Emiratos Árabes Unidos
[13]. El jefe de las milicias de al–Fadila es Mohamad al–Uaili, el
hermano del gobernador de Basora. La financiación de este partido
viene en buena medida de este negocio. El hecho de que el ministerio
de Petróleo haya recaído en al–Shahristani, cuando había
correspondido en los dos gobiernos provisionales de al–Yaafari a
hombres de al–Fadila, ha provocado la salida de este partido de las
negociaciones", informa az–Zamán [14]. La designación de
al–Shahristani es presentada como un compromiso contra las
exportaciones ilegales de crudo y derivados. Por su parte la
organización al–Fadila ha acusado a EEUU de permanente injerencia
en la designación del nuevo gobierno [15].
El grueso de las
carteras de economía quedan en manos de los partidos confesionales
chiíes, abiertamente proclives a la transformación capitalista de la
economía iraquí, incluida la apertura del sector petrolífero a las
inversiones extranjeras.
Finalmente, aun
cuando se trate de un aspecto meramente formal, en el nuevo gobierno
ha habido una reducción de siete a cuatro mujeres respecto al
anterior de al–Yaafari, en unos momentos en que las denuncias por
agresiones contra las mujeres por parte de milicias confesionales y su
impunidad arrecian en la sociedad iraquí [16].
Retirada de las
tropas de ocupación
Las líneas del nuevo
gobierno, según al–Maliki en su intervención ante el Parlamento,
serán la seguridad y la recuperación de servicios, además de la
lucha contra la corrupción. Ningún comentario en su alocución a la
salida de las tropas de ocupación, excepto la mención indirecta a su
compromiso en establecer "[...] un calendario razonable para que
las fuerzas iraquíes puedan asumir plenamente las competencias en
seguridad, poniendo así fin a la misión de la Fuerza
Multinacional" [17].
Al–Maliki –quizás
anticipándose a la pretensión de EEUU de reocupar Bagdad tras el
verano– ha anunciado que centrará inicialmente en Bagdad sus nuevas
medidas de seguridad.
El gobierno británico
–Blair visitaba por segunda vez y de manera clandestina Bagdad para
saludar a al–Maliki tras la presentación de su parcial gobierno–
y la Administración Bush esperan que el nuevo gobierno favorezca una
reducción significativa de sus contingentes en Iraq a lo largo de
2006, como ya ha manifestado el embajador estadounidense Jalilzad
[18]. Que hayan quedado vacantes las tres carteras asociadas al
desarrollo de las fuerzas de seguridad iraquíes no debería permitir
a los ocupantes ser muy optimistas al respecto. De hecho tales
expectativas han coincidido con las declaraciones del general Peter
Pace ante un subcomité del Senado la pasada semana. Pace, que es
presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EEUU, reconoció en
su comparecencia que las fuerzas de ocupación de EEUU y de los
restantes países con presencia en Iraq no pueden retirarse aún ni de
una sola de las 14 provincias del país [19].
Notas:
1. Véase en
IraqSolidaridad: Nueva vuelta de tuerca en el afianzamiento del
sectarismo en el país: Al–Maliki, nuevo primer ministro de Iraq
2. Esta corriente,
que aunque formalmente anti–ocupación formaba parte del gobierno
al–Yaafari y ha ido integrada en diciembre en la lista chií
colaboracionista, tiene 35 de los 275 escaños del nuevo Parlamento y
ostentaba las carteras de Transporte y Educación en el anterior
gobierno.
3. AP, 20 de mayo,
2006.
4. En el otoño de
2003, Paul Bremer, máximo responsable civil de la Autoridad
Provisional de la Coalición (APC), anuncia a su regreso de Washington
la puesta en marcha de un proceso político interno cuyas etapas serán:
enero de 2004, aprobación de la denominada Ley Administrativa
Transitoria, redactada por el propio Bremer y que contiene el
calendario del propio posterior; junio de 2004, disolución de la APC
y cesión formal de la soberanía a un primer Gobierno interino
presidido por Iyad Allawi; enero de 2005, elecciones legislativas, de
las que se formará un segundo Gobierno transitorio, cuyo primer
ministro será al–Yaafari; agosto de 2005, aprobación del borrador
de Constitución; y diciembre de 2005, nuevos comicios legislativos
para la formación de un Gobierno ya definitivo, con mandato de cuatro
años, en marzo de 2006, ahora establecido.
5.
Burns, F., "For Some, a Last, Best Hope for U.S. Efforts in
Iraq", The New York Times 21 de mayo, 2006.
6.
www.osservatorioiraq.it
7. Véase en
IraqSolidaridad: Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles de personas
han sido asesinadas en los últimos meses por los 'Escuadrones de la
muerte' – Carlos Varea: El pueblo iraquí considera mayoritariamente
que la ocupación empeora la situación interna
8. Reuters, 21 de
mayo, 2006.
9. Al–Furat, 21 de
mayo, 2006, traducido por Revista de Prensa Árabe, 22 de mayo, 2006.
10.
AFP y The New York Times, 18 de mayo, 2006.
11. Un ejemplo más
de la actuación de de los ejércitos privados del Servicio de
Provisiones de Seguridad. Véase al respecto en IraqSolidaridad:
Carlos Varea: Iraq, Estado de terror. 146.000 iraquíes integran ejércitos
privados sin control alguno – Amenazados de muerte 461 intelectuales
en una nueva lista negra
12. Reuters, 11 de
mayo, 2006.
13. Al–Jazeera, 21
de mayo, 2006.
14. Az–Zamán 20 de
mayo, 2006, traducido por Revista de Prensa Árabe, 22 de mayo, 2006.
15. Al–Jazeera, 19
de mayo, 2006.
16. Az–Zamán 20 de
mayo, 2006, traducido por Revista de Prensa Árabe, 22 de mayo, 2006.
17.
www.osservatorioiraq.it
18. AFP, 20 de mayo,
2006.
19. AFP, 17 de mayo,
2006.
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