Ninguna previsión de cambio interno tras
la muerte de al-Zarqaui
El
proyecto de la resistencia
Por
Carlos Varea Rebelión,
15/06/06
EEUU
y Reino Unido transitan por su cuarto año de ocupación militar de
Iraq en una coyuntura extremadamente delicada, pese a la reciente
designación del nuevo Gobierno iraquí de Nuri al-Maliki. El modelo
de ocupación de este país inicialmente imaginado en Washington y en
Londres –una cómoda dominación– no se ha cumplido en absoluto y
las perspectivas de una normalización de la situación interna en
Iraq no se concretan. En el interior de EEUU y Reino Unido crece la
percepción de fracaso. Muy especialmente para la Administración
Bush, en año electoral, el dilema de su continuidad en Iraq parece
sintetizarse en la frase siguiente: ni poder irse, ni poder quedarse.
El
fracaso de los ocupantes es doble: en lo militar, por cuanto no han
podido erradicar a una resistencia que se nutre de los mayúsculos
errores cometidos y del deterioro de las condiciones básicas de vida
de la población; en lo político, por cuanto se han visto atrapados
en la propia lógica confesional y sectaria que imprimieron al proceso
de institucionalización interna diseñado por Paul Bremer, máximo
responsable civil de la Autoridad Provisional de la Coalición [1].
EEUU
en ‘Fantasilandia’
No
es, sin embargo, nueva la consideración de que la ocupación ha
fracasado, una constatación en la actualidad ya generalizada en ámbitos
mediáticos, políticos y de análisis estadounidenses. En diciembre
de 2004 dos instancias internacionales avanzaron ya la consideración
de la grave crisis por la que atravesaba la ocupación [2] . Anthony
Cordesman, profesor de la universidad de Georgetown, reputado analista
estadounidense, especializado en cuestiones estratégicas de Oriente
Medio, que ha trabajado para el Pentágono en anteriores
Administraciones, en un informe elaborado para el Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales (CEEI) [3] , resumía a finales de
2004 las percepciones, actuaciones y previsiones de la Administración
Bush respecto a la situación en Iraq como si aquélla viviera
–literalmente decía Cordesman– “en Fantasilandia".
Cordesman
desgranaba entonces el sinfín de errores cometidos por EEUU durante
la primera fase de la ocupación, "[...] como si [la primera
Administración Bush] hubiera dispuesto de años para reconstruir Iraq
según sus propios planes, en vez de disponer tan solo de unos meses
para establecer el clima adecuado en el cual los iraquíes pudieran
hacerlo". Washington, señalaba el informe del CEEI, "[...]
fracasó [en esos primeros meses] en afrontar la insurgencia iraquí
[...] en literalmente todas las dimensiones importantes" al
considerar que "[...] estaba frente a un limitado número de
insurgentes que las fuerzas de la coalición podrían derrotar
perfectamente antes de la elección" de un nuevo Gobierno iraquí.
"En resumen, [Washington] fracasó a la hora de establecer
honestamente los hechos sobre el terreno, de una manera que recuerda a
Vietnam" [4] .
Más
demoledor si cabe fue el informe elaborado por las mismas fechas por
otra institución internacional el Grupo Internacional de Crisis (GIC)
[5] . El informe del GIC llevaba por título "¿Qué puede hacer EEUU en
Iraq" [6], y la respuesta a tal pregunta era igualmente contundente, y
por partida doble: "[...] un desenganche político y militar
gradual de EEUU de Iraq, y, no menos importante, un claro desenganche
político de [las instancias oficiales de] Iraq de EEUU". El GIC,
remitiéndose a los mismos "hechos sobre el terreno" del
informe de Cordesman, señalaba entonces que EEUU debía renunciar a
los objetivos inicialmente previstos, una vez asumida la paulatina y
creciente hostilidad de la población iraquí frente a los ocupantes.
Implicada en una guerra abierta quizás ya perdida, en la que
"[…] la insurgencia no está restringida a un número de fanáticos
aislados de la población y opuestos a la democracia en Iraq, sino que
está alimentada por sentimientos nacionalistas, expandidos por la
amplia desconfianza en las intenciones de EEUU y por el resentimiento
hacia sus acciones", a la Administración Bush le resta solo una
reevaluación radical de su estrategia global en Iraq, incluida la
militar, concluía el informe.
Desde
la redacción de ambos informes, la situación no ha mejorado. El más
reciente documento sobre Iraq disponible ha sido elaborado por una
instancia oficial estadounidense, la agencia gubernamental United
States Government Accountability Office (GAO) [7] , y presenta un
panorama desolador de la situación interna en el país a punto de
cumplirse el tercer aniversario del inicio de su invasión. El
documento constata el drenaje del dinero destinado a la reconstrucción
hacia la seguridad, el empobrecimiento generalizado de la población y
el crecimiento en “complejidad, intensidad y letalidad” de la
resistencia armada. Hasta casi una cuarta parte de los fondos
inicialmente destinados por EEUU para la reconstrucción (poco más de
18.000 millones de dólares) se han perdido en gastos de seguridad, y
una buena parte del resto simplemente no han podio ser empleados o se
han esfumado en los vericuetos de la corrupción o la intermediación
[8] .
Con
la reducción drástica en estos tres años del abastecimiento de luz
y agua potable, con las prestaciones sanitarias y educativas
desmanteladas, el informe considera a todas luces insuficientes los
56.000 millones de dólares establecidos por los organismos
internacionales para la reconstrucción de Iraq hasta 2007, una cifra
miserable cuando se recuerda que EEUU se gasta en la lucha contra la
resistencia al mes casi 6.000 millones de dólares. El informe de GAO
es además extremadamente pesimista a la hora de aportar algún atisbo
de esperanza para la Administración Bush o el Gobierno Blair en
relación a la estabilización de Iraq, ya sea tanto en el campo de la
seguridad como en el de mejora económica o de las condiciones básicas
de la población iraquí.
Ciertamente,
las condiciones de vida del iraquí medio siguen empeorado desde el
inicio de la ocupación, más en los últimos meses, tras la imposición
por parte de los organismos financieros internacionales de la
eliminación de los subsidios a los carburantes, lo que ha determinado
un incremento inmediato de la tasa oficial de inflación en enero de
2006 del 5,8% al 22%, y del precio medio de los alimentos del 24%. Una
tercera parte de las familias iraquíes vive ya por debajo del umbral
de la pobreza; la malnutrición aguda y la mortalidad infantiles se
han duplicado, según datos oficiales iraquíes, y según un nuevo
informe de mayo de 2006 la malnutrición aguda se ha duplicado desde
el inicio de la ocupación hasta alcanzar el 9% de los menores iraquíes.
La
abierta adscripción de los miembros del nuevo Gobierno de al-Maliki
al dogma neoliberal [9] no permite más que vaticinar un mayor
empeoramiento de la situación interna de la población.
La
quiebra de la ocupación: Caracterización de la resistencia
Precisados
de triunfos, EEUU y el nuevo Gobierno iraquí han presentando la
muerte de al-Zarqaui, el evanescente líder de al-Qaeda en Iraq, como
un “punto de inflexión” en la situación interna iraquí. Como ha
ocurrido en anteriores ocasiones –por ejemplo, tras la captura de
Sadam Husein- los hechos demostrarán inmediatamente que no es así.
Las dimensiones de la actividad armada contra los ocupantes no pueden
atribuirse al grupo de Zarqaui, que, según documentos recientes de la
propia organización, apenas cuenta con unas pocas decenas de
militantes [10] .
Medios
árabes y occidentales confirman abiertos enfrentamientos armados
desde noviembre de 2005 en la provincia occidental de al-Anbar (y en
su propia capital, Ramadi) entre organizaciones de la resistencia
iraquí y la red de al-Qaeda en Iraq de al-Zarqaui [11] , que se estarían
extendiendo a otras provincias del país (por lo pronto a Diyala y
Saladino, al norte de la de Bagdad), enfrentamientos de los que daba
cuente el propio portavoz del Pentágono en Iraq, el general Rick
Lynch, a comienzos de año [12] .
En
noviembre de 2005 se da a conocer la creación del Frente Patriótico
Nacionalista e Islámico (FPNI), quedando "[…] agrupados en
este Frente político tanto las formaciones de la resistencia como los
partidos políticos que las apoyan, junto a personalidades iraquíes
[independientes]. [Este Frente] será a partir de ahora el
representante político de la resistencia armada, convirtiéndose en
interlocutor de las organizaciones y del movimiento contra la guerra
internacionales con el objetivo de obtener el reconocimiento de la
resistencia iraquí y de su legitimidad como represente del pueblo
iraquí” [13] . Como su nombre indica, el FPNI agrupa sin hegemonías
ideológicas a formaciones islamistas no taqfiristas (anatemizadoras,
de la línea de al-Qaeda) junto a las corrientes disidentes de
izquierda y nacionalista del régimen de Sadam Husein no vinculadas a
EEUU y Reino Unido, al Partido Baaz del interior y a grupos comunistas
disidentes de la línea colaboracionista de la dirección del Partido
Comunista Iraquí, además de a algún partido creado en el interior
tras el inicio de la ocupación [14] . Los documentos constitutivos
del FPNI incluyen referencias explícitas a la reconstrucción democrática
de Iraq, constituyéndose así como el único referente interno que
combina al tiempo un proyecto de liberación armada del país con el
rechazo del sectarismo y el confesionalismo [15] .
La
resistencia en Iraq y su mantenimiento es, ciertamente, un fenómeno
genuinamente interno. El repaso a algunos datos oficiales del Pentágono
permite así confirmarlo.
A
finales de mayo, el secretario de Defensa de EEUU, Donald Runsfeld,
reconocía ante el Senado de su país que no cabe imaginar una reducción
significativa de tropas estadounidenses a lo largo de 2006, en la
actualidad, 133.000 efectivos. Tan alto número de efectivos solo se
puede mantener con rápidas rotaciones de retorno a Iraq, la
prolongación más allá de un año de la permanencia en el escenario
de combate y el recurso abusivo a contingentes de la Guardia Nacional
y de la Reserva, mal preparados para el combate. De nuevo un informe
del Pentágono [16] , el redactado en esta ocasión por Andrew
Krepinevich, oficial retirado del Ejército y en la actualidad
director del Center for Strategic and Budgetary Assessments, define el
despliegue de las tropas estadounidenses en Oriente Medio como “una
delgada línea verde" a punto de quebrarse en cualquier momento.
Por primera vez en años, en 2005 el reclutamiento descendió por
debajo de las previsiones, y hasta 50.000 soldados han visto
prorrogado contra su voluntad su servicio en el Ejército [17] . Ann
Scott Tyson, resumía hace poco más de un año en The Washington Post
de este modo la situación:
“Dos
años después de que EEUU iniciara una guerra contra Iraq con un
despliegue de poder aplastante, un conflicto de guerrillas está
reduciendo los recursos del Ejército de EEUU y extendiendo un manto
de inseguridad sobre la capacidad de respuesta de todas las fuerzas
voluntarias, según dirigentes militares, legisladores y expertos en
Defensa estadounidenses. Las inesperadas y firmes exigencias de
mantener los combates en tierra están forzando a desplegar reservas
militares y a enviarlas [a Iraq] más deprisa de lo que pueden ser
reemplazadas. Problemas en el reclutamiento y retrasos en los
equipamientos necesarios están pasando factura; un número creciente
de unidades han sido divididas o puestas a prueba con reiterados
redespliegues, especialmente de la Guardia Nacional y en la Reserva
del Ejército.” [18]
El
coste humano de la ocupación de Iraq comienza además a ser relevante
para EEUU. En los cinco primeros meses de 2006 se mantiene la cifra
oficial de 2005 de entre dos y tres soldados estadounidenses muertos
al día en combate como media [19] , mientras que el número total de
heridos supera los 17.000, de los cuales 8.000 no han podido retornar
al combate por sus graves secuelas (son los clasificados como WIA not
RTD, Wounded in Action not Returned to Duty, "Heridos en combate
que no retornan al servicio") [20] . El Pentágono reconoce un
incremento de este tipo de heridos graves, esencialmente causados por
la detonación al paso de sus convoyes de las denominadas "bombas
de fabricación casera" (IED, de su nombre en inglés), el arma más
mortífera y habitual de la resistencia. Estos datos confirmarían
que, pese a las medidas de autoprotección (reducción de movimiento
de tropas) y exploración de técnicas de detección y desactivación
de este tipo de bombas (para lo que EEUU ha recurrido a Israel [21] ),
así como a la intensidad de las operaciones militares lanzadas a lo
largo de la segunda mitad de 2005, la resistencia iraquí está siendo
capaz de mantener un nivel ascendente de actuación, incluido ya en el
sur del país. Siempre según datos del Pentágono, el número de
ataques armados en Iraq se incrementó en 2005 en un 30% respecto a
2004, hasta más de 34.000, es decir, casi 100 diarios. De ellos,
menos del 1% fueron ataques suicidas o coches-bomba [22] , acciones
atribuibles en buena medida a la red al-Qaeda, cuando no a opacas
tramas de servicios secretos. Los datos muestran que el esfuerzo
esencial de la actividad armada recae en los ataques directamente
dirigidos contra las fuerzas de ocupación por parte de la resistencia
y que, pese a centrarse en ellos la atención pública internacional,
los atentados masivos y sectarios son muy escasos comparativamente,
aunque sus efectos sean muy graves.
Según
la Institución Brookings de Washington, las fuerzas estadounidenses
dan muerte cada mes a una media aproximada de al menos 3.000
combatientes iraquíes [23] . Por otra parte, el pasado 21 de abril el
Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas para Iraq,
Gianni Magazzeni, indicaba en Bagdad que casi 30.000 personas están
detenidas en Iraq (más de 14.000 bajo control de las fuerzas de
ocupación), una cifra que no deja de aumentar pese a las recurrentes
excarcelaciones. Si se recuerda la estimación oficial del Pentágono
de que la resistencia iraquí podría estar integrada por unos 20.000
combatientes, las cifras no cuadran: o bien el número de iraquíes
involucrados en la resistencia es muy superior al reconocido, o bien
su capacidad de renovación -su apoyo popular, en suma- es admirable.
"El número de ataques de la resistencia sigue en aumento y no
hay previsión de una reducción debido a que [los grupos de la
resistencia] son parte intrínseca de la población iraquí",
sintetizaba un alto oficial estadounidense destinado en Iraq en el
documento antes citado de GAO del pasado 6 de febrero.
Mientras
apenas se avanza en el proceso de creación del nuevo ejército iraquí,
tras un otoño de intensísimos operativos en la provincia de al-Anbar
a lo largo del río Éufrates, EEUU está procediendo a un repliegue
efectivo sobre el terreno, sin duda a fin de limitar el número de
bajas. El Pentágono ha cuadruplicado en los últimos meses de 2005
los bombardeos aéreos y con misiles [24] , mientras acuartela el máximo
tiempo posible a sus tropas en bases distribuidas por todo el país
[25] y cerca con muros las ciudades rebeldes [26] .
El
resultado de todo ello es imaginable: el incremento de destrucción y
de víctimas civiles, además de la pérdida efectiva del control
territorial, ya precario incluso en la capital. Las proyecciones del
estudio de la Universidad John Hoskins de Baltimore, publicado en
octubre de 2004 en la revista Lancet, sitúan en la actualidad en una
orquilla de entre 125.000 y 250.000 el número de iraquíes muertos
desde el inicio de la ocupación esencialmente debido al uso masivo de
la fuerza militar por parte de los ocupantes contar núcleos
habitados.
El
proceso político, malogrado: el peligro de guerra civil
El
único alivio que le restaría a EEUU y Reino Unido tampoco se
materializa: la consolidación del proceso político interno, que ha
abierto, más mal que bien, su última fase tras las elecciones de
diciembre de 2005 [27] . En estos comicios, llevados a cabo en un
clima de guerra abierta y sin supervisión internacional alguna, la
lista confesional chií Alianza Unida Iraquí (AUI), cuyos dos
principales integrantes son las formaciones Dawa y el Consejo Supremo
de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII) [28] , si bien no ha
obtenido la mayoría absoluta, sigue siendo la fuerza hegemónica en
las nuevas instituciones, tan solo contrapesada por el bloque kurdo de
la Alianza Patriótica del Kurdistán y el Partido Democrático del
Kurdistán, respectivamente liderados por los hermanos enemigos
Talabani –el presidente del país– y Barzani –el presidente del
región autónoma kurda–. Ambas listas coinciden en su voluntad
federalista, consagrada en el borrador de Constitución de agosto de
2005, que incluye de facto la disolución del marco jurídico estatal
e igualmente, por imposición de la AUI, graves restricciones en
libertades y derechos civiles –muy particularmente en los relativo a
la mujer iraquí- al establecer la preeminencia legal de la ley islámica.
De
las 37 carteras –incluida la de Interior- del nuevo Gobierno de
al-Maliki, 19 han ido a miembros de formaciones confesionales chiíes
muy vinculadas a Irán [29] . Sin embargo, incluso ya antes de
iniciarse la invasión, EEUU había otorgado a las formaciones del
confesionalismo político chií un papel en la gestión de la ocupación
de Iraq que inevitablemente abría –como así ha sido– el país a
la directa influencia iraní. Ocupado Iraq, a fin de poder presentar
en casa resultados tangibles, el presidente Bush se empecinó en
mantener el calendario del proceso político, aún en contra de sus
tradicionales aliados opositores al régimen de Sadam Husein [30] . El
resultado inevitable ha sido convertir a las formaciones confesionales
proiraníes de la lista AUI en fuerzas hegemónicas en las nuevas
instituciones iraquíes.
Esta
situación es hoy particularmente desasosegante para EEUU y Reino
Unido: sus principales interlocutores en Iraq mantienen estrechos vínculos
con Irán, quedando con ello cautivos ambos Gobiernos del conjunto de
la negociación de la agenda iraní, concretamente de la resolución
del problema del desarrollo de su programa nuclear. Según informaba
un portavoz de la Casa Blanca el pasado 16 de marzo, la Administración
Bush había autorizado al embajador estadounidense en Iraq, Zalmay
Jalilzad, a abrir un diálogo directo con Irán “sobre cuestiones
relacionadas con Iraq”. Sería así el primer contacto oficial entre
ambos países desde la crisis de los rehenes de la embajada de EEUU en
Teherán de 1979. La idea parece haber surgido de Irán, pero quien la
ha formulado ha sido Abdul Aziz al-Hakim, máximo dirigente del CSRII.
La clave del proceso, si es que avanza en él, se basaría en el
complejo juego de intereses que afectan a EEUU e Irán. Según narra
el historiador y analista Gareth Porter:
“El
4 de enero [de 2006], el periódico al-Hayat de Londres, citaba
fuentes iraníes e iraquíes que aseguraban que [el embajador de EEUU
en Bagdad] Jalilzad había enviado una carta a Irán, a través de una
delegación del ministerio de Defensa iraquí, en la que proponía que
los dos países coordinaran su política sobre Iraq. Esto quiere decir
que la actual política diplomática estadounidense se basa en que la
Casa Blanca considera que todavía puede coaccionar a los iraníes
para cumplir sus órdenes en Iraq. El Gobierno iraní, sin embargo,
cree sin duda que, debido a la gravedad de la situación en Iraq,
dispone de las mejores bazas en su negociación con EEUU a pesar de
las continuas amenazas militares estadounidenses.” [31]
Como
señalaba tras este anuncio de negociaciones bilaterales un analista
iraní “[…] actualmente Irán está en una situación de fuerza
debido a que EEUU no logra un consenso en el Consejo de Seguridad
sobre el dossier nuclear iraní, lo que podría dar pie a una
negociación doble: sobre Iraq y sobre la cuestión nuclear iraní”.
Por el momento, es el propio Irán quien se ha negado a iniciar el diálogo
con EEUU sobre Iraq, demostrando con ello su clara posición de fuerza
[32] .
No
ajeno a este escenario, a la confrontación de estos tres años entre
la resistencia, de un lado, y los ocupantes y fuerzas
colaboracionistas, de otro, se ha superpuesto en los últimos meses un
nuevo fenómeno de violencia cuya lógica y objetivos parecen atentar
tanto contra la integridad y convivencia comunitaria de Iraq, como
contra la pretensión de EEUU y Reino Unido de estabilizar la situación
interna a fin de poder disminuir su implicación directa sobre el
terreno. Nos referimos a la emergencia de los escuadrones de la
muerte, cuya vinculación directa con el ministerio del Interior,
instancia dominada por el CSRII, es un secreto a voces [33] . Estos
escuadrones de la muerte parapoliciales o de milicias confesionales
chiíes habrían sido responsables del asesinato de más de 6.000
personas tan solo en el área de Bagdad y en los primeros cinco meses
de 2006. [34]
Ciertamente,
estos primeros meses del año muestran claros indicios de que los
ocupantes están perdiendo igualmente el control interno a favor de
sus socios del campo confesional chií, cuya fidelidad, por sus
propios orígenes e intereses, se orienta más hacia Teherán que hacía
Washington o Londres. Podría opinarse legítimamente que la guerra
sucia de los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes ha sido alentada
por los ocupantes (sería la denominada Opción El Salvador [35] ),
dado que cuando menos ayuda a éstos a aplastar a la resistencia,
habida cuenta que las víctimas selectivas de los escuadrones de la
muerte pertenecen a los sectores secularizados [36] y anti-ocupación
de la sociedad iraquí.
Pero
sin que lo anterior deje de ser cierto, la brutal irrupción de la
guerra sucia en Iraq constituye sobre todo un torpedo a la línea de
flotación del ya precario proyecto anglo-estadounidense de
estabilización de la situación interna, ya que parece abocar al país
a su violenta partición territorial sectaria: ciertamente la actuación
más brutal e indiscriminada de los escuadrones de la muerte está
teniendo como objetivo el desalojo de la población sunní del perímetro
meridional de Bagdad y de las provincias de las zonas centro-sur y sur
del país, ya abierto proceso de limpieza étnica destinado a crear un
área pura confesional chií directamente vinculada a Irán, a
semejanza de la kurda en el norte [37] , estratégicamente asociada a
Israel. Es innecesario recordar que en una y otra se sitúan las zonas
de explotación petrolífera de Iraq.
Por
todo ello, el apoyo comprometido a la resistencia civil y militar
iraquí ya no es solo un deber internacionalista derivado de que ésta
expresa la legitimidad de la lucha del pueblo iraquí contra la
ocupación extranjera de su país, sino por que aquélla representa la
única alternativa frente al afianzamiento y triunfo en Iraq -y ya en
el conjunto de Oriente Medio- de corrientes regresivas, sectarias o
confesionales, que por ende encuentran en el Estado de Israel su
modelo especular.
.-
Carlos Varea es coordinador de la Campaña Estatal contra la
Ocupación y por la Soberanía de Iraq (www.iraqsolidaridad.org).
Este texto es su ponencia presentada al IV Encuentro de Red de
Redes “En Defensa de la Humanidad”, celebrado en el Estado de
Anzoátegui, Venezuela, del 4 al 6 de junio de 2006.
Notas:
[1]
En el otoño de 2003, Paul Bremer, máximo responsable civil de la
Autoridad Provisional de la Coalición (APC), anuncia a su regreso de
Washington la puesta en marcha de un proceso político interno cuyas
etapas serán: enero de 2004, aprobación de la denominada Ley
Administrativa Transitoria, redactada por el propio Bremer y que
contiene el calendario del propio posterior; junio de 2004, disolución
de la APC y cesión formal de la soberanía a un primer Gobierno
interino presidido por Iyad Allawi; enero de 2005, elecciones
legislativas, de las que se formará un segundo Gobierno transitorio,
cuyo primer ministro será al-Yaafari; agosto de 2005, aprobación del
borrador de Constitución; y diciembre de 2005, nuevos comicios
legislativos para la formación de un Gobierno ya definitivo, con
mandato de cuatro años, en marzo de 2006, aún no establecido.
[2]
Aún más tempranas consideraciones sobre el error de la invasión y
la ocupación de Iraq pueden repasarse en Carlos Varea, 2005, “Iraq:
un «éxito catastrófico»”, en Iraq, diario de la resistencia,
Icaria-Al Fanar.
[3]
http://www.csis.org/features/iraq_deviraqinsurgency.pdf.
[4]
Meses atrás, Cordesman ya había advertido a la Administración Bush
de que debía preparar "[...] un plan de contingencia ante [un
posible] fracaso [en Iraq]" (citado en Paul Krugman, "A
no-Win Situation", ABS-CBN Interactive, 1 de septiembre de 2004).
Entonces Cordesman no imaginaba una estabilización en Iraq antes de
finales de 2005, fecha de culminación del calendario de transición
política en Iraq. Ya rebasada esa fecha, la realidad sobre el terreno
incluso es aún peor de lo por él previsto.
[5]
En el Comité Ejecutivo de esta institución se encuentran figuras de
círculos de poder político y económico tan notorias como George
Soros y Emma Bonino; sus dos copresidentes son Leslie H. Gelb, ex
presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de EEUU, y el británico
Christophen Patten, ex comisionado europeo de Relaciones Exteriores.
[6]
International Crisis Group Middle East Report, n. 34, 22 de diciembre
de 2004, http://www.crisisweb.org/home/index.cfm?l=1&id=3196.
[7]
"Rebuilding Iraq. Stabilization, Reconstruction, and Financing
Challenges", de la agencia gubernamental estadounidense United
States Government Accountability Office, GAO, de 6 de febrero de 2006.
[8]
7.500 millones de euros del Fondo para el Desarrollo de Iraq (FDI) no
han podido ser justificados. El FDI es una instancia de gestión
presupuestaria de Iraq establecida por resolución del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas en 2003, que otorga a los ocupantes, bajo
la supervisión de los organismos financieros internacionales, la
gestión de los haberes iraquíes, incluidos el fono de dinero remante
del programa “Petróleo por Alimentos”.
[9]
Véase: http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/econ_11-05-06.html y
http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/econ_25-05-06.html.
[10] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/ocup_9-05-06.html.
[11]
Mohammad al-Dulaimy, Knight Ridder Newspapers, 9 de noviembre de 2005.
El anuncio en enero en Internet por parte de al-Qaeda de la creación
de un "Consejo de Combatientes" de coordinación de grupos
armados marginales, que no incluye a Ansar al-Sunna y otros grupos
islamistas sunníes, se ha evaluado como preludio de una escalada del
enfrentamientos entre la red de al-Zarqaui y la resistencia iraquí
(al-Jazeera, 15 de enero, 2006).
[12]
Al-Jazeera, 19 de enero de 2006, y The New York Times, 12 de enero de
2006. El punto álgido de estos enfrentamientos lo ha constituido el
asesinato el 5 de febrero de 2006 del alcalde de Faluya, Kamal Shakir
al-Nazar al-Duleimi, sheij de su principal mezquita, acción atribuida
a al-Qaeda. Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_17-11-05.html.
[13] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_22-11-05.html.
[14] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/ceosi_7-02-06.html.
[15]
Véanse los documentos:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ceosi-iraq_fln_17-05-05.html
y http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_20-09-05.html.
[16]
Disponible en http://thinkprogress.org/wp-content/uploads/2006/.
[17]
Reuters, 29 de enero, 2006
[18]
The Washington Post, 19 de marzo de 2005.
[19]
Iraq Coalition Casualties Count.
[20]
Respecto a los ocupantes británicos, en una reciente carta, el
ministro británico de Defensa, John Reed, reconocía que el número
oficial de bajas en Iraq, al menos en lo que a heridos evacuados se
refiere, ha sido rebajada, al limitarse los datos aportados públicamente
a los militares heridos en combate evacuados del Hospital de Campaña
británico de Shaibah, en Basora, 230 desde el inicio de ocupación.
El ministro reconoce que, teniendo en cuenta los datos de evacuación
desde otras unidades militares británicas, entre febrero de 2003 y
diciembre de 2005 "[...] unos 4.000 militares y personal
civil" de Reino Unido habrían sido evacuados de Iraq tras
haberse sido heridos en ataques de la resistencia.
[21]
Amir Oren en Ha'aretz, 12 de noviembre, 2005. Fuentes israelíes
desvelaban el 27 de febrero de 2006 que Israel viene suministrando
armamento sofisticado de láser a EEUU para sus operaciones militares
en Iraq desde "hace mucho tiempo atrás". La filtración fue
efectuada por responsables de la empresa militar israelí Rafael.
Recogido de prensa israelí en al-Quds al-Arabi, 28 de febrero, de
2006.
[22]
UPI, 23 de enero de 2006.
[23]
UPI, 28 de noviembre de 2005.
[24]
UPI, 1 de enero, 2006. El Pentágono reconoce "centenares de
misiones" en las que está empleando el nuevo avión Predator y
los habituales F-16 y F-15 de la Fuerza Aérea (principalmente con
base en Balad, al norte de Bagdad), y los F-16 de los navíos de la
Armada situados en el Golfo (además de sus misiles) y de la base del
Cuerpo de Marines de al-Asad, en al-Anbar. En algunos de estos ataques
se habría ya usado, en apoyo a operaciones de combate terrestre, la
nueva bomba de 500 toneladas guiada por láser GBU-38. En la primera
semana de marzo, la agencia AP ha informado en la primera semana de
marzo del traslado secreto a bases en Iraq de los mortíferos aviones
de ataque aéreo AC-130 Spectre, que no operaban desde el asalto a
Faluya de noviembre de 2004.
[25] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/ocup_4-05-06_bases.html.
[26]
Ya cinco: Samarra, Tal Afar, Mosul, Siniya y Rutba.
[27]
Ver nota 1.
[28]
A esta lista se ha unido en estas elecciones de diciembre la corriente
del clérigo as-Sáder, que tiene cuatro ministerios en el nuevo
Gobierno de al-Maliki.
[29] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/analisis_23-05-06.html.
[30]
Antiguos interlocutores de EEUU y Reino Unido como Iyad Allawi, Ahmad
Chalabi, Yalal Talabani y Masud Barzani pidieron a la Administración
Bush que se aplazaran los primeros comicios de enero de 2005, ante la
previsión de un triunfo electoral de la candidatura chií pro-iraní,
en buena medida logrado por el fuerte apoyo financiero y coercitivo
iraní, además de la alteración del censo y el escrutinio.
[31]
En “Bush Seeks His Enemies' Help in Iraq”, IPS News, 16 de enero
de 2006
[32] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/analisis_1-06-06.html.
[33]
Como así ha denunciado en febrero el enviado de Naciones Unidas John
Pale tras visitar Iraq. Pale no ha dudado en acusar a las milicias del
CSRII, amparadas dentro del ministerio del Interior, de estar detrás
de una oleada de asesinatos selectivos e igualmente masivos con los
que se estaría procurando alentar la confrontación comunitaria en
Iraq, quizás con el ánimo de que el país bascule ya definitivamente
hacia su división definitiva en entidades confesionales puras (Andrew
Buncombe y Patrick Cockburn, “And Now Come the Death Squads”, The
Independent, 27 de febrero, 2006).
[34]
Según las estadísticas del Instituto Anatómico Forense de Bagdad:
1.068 cadáveres en enero, 1.110 en febrero, 1.294 en marzo, 1.155 en
abril y 1.375 en mayo (Deutsche Presse-Agentur, 5 de junio, 2006).
[35] Véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/salvador_11-01-05.html.
[36]
A ellos se atribuye el asesinato de al menos casi dos centenares de
profesores de universidad (véase:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/represion_11-11-05.html).
[37]
En la que la táctica de limpieza étnica se centra en Mosul contra
las comunidades árabe y turcomana.
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