Iraq, tras la muerte
de al-Zarqaui
La resistencia y su
mantenimiento es un fenómeno genuinamente interno
Por Carlos Varea El Mundo, 11/06/06
IraqSolidaridad,
13/06/06
"Precisados de
triunfos, EEUU y el nuevo gobierno iraquí han presentando la muerte
de al-Zarqaui, el evanescente líder de Al Qaeda en Iraq, como un
'punto de inflexión' en la situación interna iraquí. Como ha
ocurrido en anteriores ocasiones -por ejemplo, tras la captura de
Sadam Husein- los hechos demostrarán inmediatamente que no es así.
Las dimensiones de la actividad armada contra los ocupantes no pueden
atribuirse al grupo de al-Zarqaui, que, según documentos recientes de
la propia organización, apenas cuenta con unas pocas decenas de
militantes. La resistencia en Iraq y su mantenimiento es un fenómeno
genuinamente interno."
EEUU y Reino Unido
transitan por su cuarto año de ocupación militar de Iraq en una
coyuntura extremadamente delicada, pese a la reciente designación del
nuevo gobierno de Nuri al-Maliki. El fracaso de los ocupantes es
doble: en lo militar, por cuanto no han podido erradicar a una
resistencia que se nutre de los mayúsculos errores cometidos y del
deterioro de las condiciones básicas de vida de la población; en lo
político, por cuanto se han visto atrapados en la propia lógica
sectaria que imprimieron al proceso de institucionalización interna,
diseñado en su día por Paul Bremer.
Precisados de
triunfos, EEUU y el nuevo gobierno iraquí han presentando la muerte
de al-Zarqaui, el evanescente líder de Al Qaeda en Iraq, como un
"punto de inflexión" en la situación interna iraquí [1].
Como ha ocurrido en anteriores ocasiones por ejemplo, tras la
captura de Sadam Husein- los hechos demostrarán inmediatamente que no
es así. Las dimensiones de la actividad armada contra los ocupantes
no pueden atribuirse al grupo de al-Zarqaui, que, según documentos
recientes de la propia organización, apenas cuenta con unas pocas
decenas de militantes. La resistencia en Iraq y su mantenimiento es un
fenómeno genuinamente interno. El repaso a algunos datos oficiales
del Pentágono permite así confirmarlo.
El apoyo a la
resistencia
Hace pocos días, el
secretario de Defensa de EEUU, Donald Runsfeld, reconocía ante el
Senado que no cabe imaginar una reducción significativa de tropas
estadounidenses a lo largo de 2006, en la actualidad, 133.000
efectivos. En estos meses se mantiene la cifra media de entre dos y
tres soldados estadounidenses muertos al día en combate, mientras que
el número total de heridos supera los 17.000, de los cuales 8.000 no
han podido retornar al combate por sus graves secuelas. Siempre según
datos del Pentágono, el número de ataques armados en Iraq se
incrementó en 2005 en un 30% respecto a 2004, hasta más de 34.000,
es decir, casi 100 diarios. De ellos, menos del 1% fueron ataques
suicidas o coches-bomba, acciones atribuibles en buena medida a la red
Al Qaeda, cuando no a opacas tramas de servicios secretos.
Según la Institución
Brookings de Washington, las fuerzas estadounidenses dan muerte cada
mes a una media aproximada de al menos 3.000 combatientes iraquíes.
El pasado 21 de abril el Alto Comisionado de Derechos Humanos de
Naciones Unidas para Iraq, Gianni Magazzeni, indicaba en Bagdad que
casi 30.000 personas están detenidas en Iraq (más de 14.000 bajo
control de las fuerzas de ocupación), una cifra que no deja de
aumentar pese a las recurrentes excarcelaciones [2]. Si se recuerda la
estimación oficial del Pentágono de que la resistencia iraquí podría
estar integrada por unos 20.000 combatientes, las cifras no cuadran: o
bien el número de iraquíes involucrados en la resistencia es muy
superior al reconocido, o bien su capacidad de renovación -su apoyo
popular, en suma- es admirable. "El número de ataques de la
resistencia sigue en aumento y no hay previsión de una reducción
debido a que [los grupos de la resistencia] son parte intrínseca de
la población iraquí", sintetizaba un alto oficial
estadounidense destinado en Iraq en un documento del Congreso de EEUU
del pasado 6 de febrero [3].
Mientras apenas se
avanza en el proceso de creación del nuevo ejército iraquí (ninguno
de sus 100 batallones ya creados se considera apto para combatir en
solitario), tras un otoño de intensísimos operativos a lo largo del
río Éufrates, EEUU está procediendo a una repliegue efectivo sobre
el terreno a fin de limitar el número de bajas. El Pentágono ha
cuadruplicado en los últimos meses los bombardeos aéreos y con
misiles sobre Iraq, mientras acuartela a sus tropas en bases [4]. El
resultado de todo ello es imaginable: el incremento de destrucción y
de víctimas civiles, además de la pérdida efectiva del control
territorial, ya precario incluso en la capital. Las proyecciones del
estudio de la Universidad John Hoskins de Baltimore, publicado en
octubre de 2004 en la revista Lancet, sitúan en la actualidad en una
orquilla de entre 125.000 y 250.000 el número de iraquíes muertos
desde el inicio de la ocupación [4].
Sectarismo
El único alivio que
le restaría a EEUU y Reino Unido tampoco se materializa: la
consolidación del proceso político interno, cuya última fase ha
sido la designación del nuevo gobierno de al-Maliki cinco meses después
de las elecciones de diciembre de 2005. En estos comicios, llevados a
cabo sin supervisión internacional alguna, la lista confesional chií
Alianza Unida Iraquí, si bien no obtuvo la mayoría absoluta, salió
revalidada como la fuerza hegemónica de las nuevas instituciones,
apenas contrapesada por los bloques kurdo y sunní. De las 37 carteras
del nuevo gobierno, 19 han ido a miembros de formaciones confesionales
chiíes [6]. Esta situación es hoy particularmente desasosegante para
EEUU y Reino Unido, dado que sus principales interlocutores en Iraq
mantienen vínculos directos con Irán, quedando con ello cautivos
ambos Gobiernos del conjunto de la negociación de la agenda iraní,
concretamente de la resolución del problema del desarrollo del
programa nuclear iraní [7].
Los primeros meses de
2006 muestran además claros indicios de que los ocupantes están
perdiendo el control interno a favor de sus socios del campo
confesional chií. La lógica de aplastamiento militar directo de la
resistencia, demostrada ineficaz, está siendo reemplazada por otra no
menos terrible de asesinatos y terror ejecutada por Escuadrones de la
muerte insertos -como denuncia Naciones Unidas- en los nuevos cuerpos
de seguridad iraquíes. Hasta 7.000 personas han sido ejecutadas, tras
ser secuestradas y torturadas, desde febrero solo en el área de
Bagdad [8].
Sin duda diferentes
sujetos internos y externos están interesados en llevar a Iraq a un
estallido violento. Matanzas sectarias y evidentes provocaciones están
alentando una confrontación civil en Iraq, sin duda con el ánimo de
que el país bascule definitivamente hacia su división efectiva en
entidades confesionales, lo cual, dada la complejidad y mixtura social
de Iraq, solo podría lograrse con un terrorífico baño de sangre. La
pregunta de si los ocupantes han generado conscientemente este
horizonte de confrontación civil puede resultar ya retórica a estas
alturas. La pregunta relevante es, más bien, cómo va a afrontar la
propia sociedad iraquí esta terrible espiral de violencia inoculada.
Sin embargo, nada hay
en la historia de Iraq que permita vaticinar como inevitable una
guerra civil. Todo lo contrario: las virtudes de este pueblo, su larga
historia compartida de creatividad y laboriosidad, de abnegación ante
la injusticia y las penalidades, son -junto con la retirada de los
ocupantes- los resortes que pueden permitir a Iraq salir adelante y
esquivar ese destino que, interesadamente, se considera ineludible.
Pero el tiempo corre en contra de ello.
.- Carlos Varea es
coordinador de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la
Soberanía de Iraq.
Notas:
1. Véase en
IraqSolidaridad: Pedro Rojo: La ejecución sumaria de al-Zarqaui y su
papel real en Iraq
2. Véase en
IraqSolidaridad: El número de presos en Iraq sigue aumentando. Se
extiende la oleada de asesinatos de los 'Escuadrones de la muerte'
3.
"Rebuilding Iraq. Stabilization, Reconstruction, and Financing
Challenges", de la agencia gubernamental estadounidense United
States Government Accountability Office, GAO, de 6 de febrero de 2006.
4. Véase en
IraqSolidaridad: Las bases militares de EEUU en Iraq. EEUU ha gastado
1.100 millones de dólares en instalaciones militares en Iraq y Doug
Lorimer: EEUU incrementa los bombardeos contra ciudades iraquíes. Al
menos 18 ciudades fueron atacadas en 2005 por aviones estadounidenses
- Carlos Varea: Aumenta el número de heridos en combate de EEUU en
Iraq
5. Véase en
IraqSolidaridad: Nicolas J. S. Davies: Enterrar el informe 'Lancet'...
y con él a las víctimas civiles de Iraq. Entre 120.000 y 500.000
iraquíes habrían sido asesinados por las fuerzas de ocupación y
Carlos Varea: Ocupación y resistencia: las bajas propias y ajenas de
la guerra de Iraq
6. Véase en
IraqSolidaridad: Carlos Varea: Nuevo gobierno en Iraq: inestable
reparto sectario - La lista del nuevo gobierno
7. Véase en
IraqSolidaridad: Pedro Rojo y Carlos Varea: ¿Está jugando Irán a la
'resistencia' en Basora? y enlaces relacionados.
Véase en
IraqSolidaridad: Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles de personas
han sido asesinadas en los últimos meses por los 'Escuadrones de la
muerte' - Carlos Varea: El pueblo iraquí considera mayoritariamente
que la ocupación empeora la situación interna | Sabah Ali:
'Escuadrones de la muerte' uniformados: aterrorizar a Iraq hasta su
disgregación. Cada mes aparecen 1.500 cadáveres con muestras de
torturas | El número de presos en Iraq sigue aumentando. Se extiende
la oleada de asesinatos de los 'Escuadrones de la muerte'.
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