EEUU
apela a castigos colectivos
Por
Dahr Jamail y Ali al-Fadhily
Inter
Press Seviche (IPS),18/09/06
RAMADI, Iraq.- Las
fuerzas de Estados Unidos están realizando castigos colectivos contra
civiles en varias ciudades de la occidental provincia de Al Anbar, según
residentes y autoridades locales.
"Ramadi, capital
de la provincia de Al Anbar, todavía vive bajo el terror diario de
que su pueblo es asesinado por francotiradores y su infraestructura es
destruida. Esta ciudad ha afrontado lo peor del terrorismo
estadounidense por hace más de dos años, y el mundo sigue en
silencio", dijo a IPS un médico local que sólo quiso dar su
nombre de pila, Ahmad.
La destrucción de la
infraestructura y la interrupción del suministro de agua y de
electricidad "durante varios días y aun semanas son medidas de
rutina contra la resistencia" a la ocupación, señaló.
Pero los insurgentes
"no necesitan agua ni electricidad. Son las familias las que
resultan perjudicadas, y sus vidas están en riesgo", alertó.
Al menos 13 personas
murieron este lunes otras decenas resultaron heridos al estallar un
coche bomba conducido por un atacante suicida. El atentado se produjo
frente a una oficina en la que se reclutan personas para integra las
filas de la policía.
Estudiantes y
profesores de la Universidad de Al Anbar dijeron a IPS que su campus
es frecuente escenario de ataques.
"Casi todas las
semanas sufrimos redadas de los estadounidenses o de sus colegas iraquíes",
dijo a IPS un profesor a condición de permanecer en el anonimato.
Estudiantes señalaron que soldados de Estados Unidos ocuparon su
colegio la semana pasada.
"Hemos estado
bajo una gran presión de los estadounidenses desde los primeros días
de la ocupación de Iraq", dijo a IPS un estudiante.
Se han denunciado
este tipo de redadas en toda Ramadi. "La destrucción de
infraestructura es muy grande en los edificios gubernamentales del
centro de Ramadi, y están destruyendo el mercado también", dijo
el estudiante Alí Al Ani, de 24 años.
IPS informó el 5 de
este mes que las fuerzas de la coalición estaban demoliendo manzanas
enteras de edificios cerca de las oficinas del gobierno provincial
para obstaculizar los ataques de la resistencia contra éstas.
Esta acción parece más
severa en la provincia de Al Anbar, donde la resistencia es más
fuerte y donde se ha producido el mayor número de bajas
estadounidenses.
La ciudad de Hit, 80
kilómetros al oeste de Ramadi, fue rodeada por tropas estadounidenses
días atrás. Varios civiles fueron asesinados y al menos cinco fueron
detenidos. Estados Unidos colocó puestos de vigilancia en cada
entrada de la ciudad, lo que dificultó el movimiento de personas y dañó
la economía de la ciudad.
"Hubo un ataque
contra un convoy estadounidense, y tres vehículos fueron
destruidos", dijo a IPS un líder tribal que se identificó como
Nawaf.
"No fueron los
civiles quienes lo hicieron, pero ellos son castigados. Estos
estadounidenses tienen el mal hábito de cortar todos los servicios
esenciales luego de cada ataque (de la resistencia). Ellos dicen que
vinieron a liberarnos, pero miren la lenta muerte a la que nos someten
cada día", agregó.
Residentes de
Haditha, una ciudad de 75.000 sobre el río Éufrates, en Al Anbar,
denunciaron frecuentes castigos colectivos de parte de las tropas de
Estados Unidos.
Esta ciudad fue
escenario de una masacre de 24 civiles por parte de los infantes de
marina (marines) en noviembre de 2005.
"Los
estadounidenses continúan entrando a nuestras casas y amenazándonos
con más violencia", dijo a IPS el líder tribal Abu Juma.
"Pero si ellos
piensan que vamos a arrodillarnos ante estos actos criminales, están
equivocados. Si ellos aumentan la presión, la resistencia incrementará
la reacción", agregó.
"Yo rezo porque
los estadounidenses recuperen el sentido antes de que pierdan
todo", dijo Abu Juma.
En la central ciudad
de Faluya, la policía informó que los residentes apelan a ellos ante
las tácticas de castigos colectivos contra la población empleadas
por las fuerzas estadounidenses.
"Los
estadounidenses comenzaron a presionarnos para pelear contra la
resistencia a pesar de que nuestros contratos claramente nos asignan
deberes de protección a la población civil contra crímenes normales
como robo y riñas entre tribus", dijo un teniente de policía a
IPS.
"Ahora, 90 por
ciento de la fuerza decidió renunciar antes que matar a nuestros
hermanos o ser asesinados por ellos para complacer el deseo de los
estadounidenses", agregó.
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