Las
diez corporaciones más beneficiadas con la ocupación de Iraq
El
negocio de la guerra
Por
Charlie Cray (*)
AlterNet, 05/09/06
IraqSolidaridad, 05/10/06
Traducción de Loles Oliván
"El
reto clave de las multinacionales es si pueden convencer al Parlamento
iraquí de que apruebe una nueva ley del petróleo para finales de
este año. Una provisión central de la nueva ley estipula el
compromiso de utilizar Acuerdos de Producción Compartida que blindarán
al gobierno [iraquí] en un compromiso a largo plazo –más de 50 años–
para compartir los beneficios del petróleo y restringirán su derecho
a introducir nuevas leyes que pudieran afectar a los beneficios de las
compañías. Bajo la nueva ley de petróleo, todos los yacimientos
nuevos y algunos de los ya existentes quedarían abiertos a las compañías
privadas mediante estos PSA. Si el gobierno de Iraq acepta firmar los
PSA ello podría costar al país cerca de 200 mil millones de dólares
en pérdidas de beneficios."
La
historia de los beneficios estadounidenses de la guerra está plagada
de egregios ejemplos de incompetencia, fraude, evasión de impuestos,
soborno y prácticas irregulares. Tal y como el historiador de la
guerra Stuart Brandes ha sugerido, cada nueva guerra está infectada
por nuevas maneras de [obtener] beneficios de guerra. Iraq no es una
excepción. Desde la delictiva mala gestión de los beneficios
generados por el petróleo iraquí hasta los contratistas de seguridad
privada armados que operan con total impunidad, la guerra de Iraq ha
creado las oportunidades para una descarada cantidad de corrupción.
Halliburton se ha convertido en sinónimo de beneficiario de la
guerra, aunque existen un montón de dedos codiciosos sobre el pastel.
Lo que sigue es una lista de los diez peores beneficiarios de la
guerra de Iraq que han estafado a los contribuyentes estadounidenses y
han minado la misión militar [1].
Números
1 y 2: CACI y 'Titan'
A
comienzos de 2005, oficiales de la CIA declararon a The Washington
Post que al menos el 50% de los 40 mil millones de dólares de su
presupuesto estimado para ese año se dirigiría a contratistas
privados, una cantidad sorprendente que sugiere que las preocupaciones
generadas por las fuentes de los servicios de inteligencia apenas se
ha sido tenidas en cuenta en la toma de decisiones políticas.
En
2004, el [periódico] Orlando Sentinel informaba sobre un caso que
ilustra lo que puede estar yendo mal: el empleado de Titan, Ahmed
Fathi Mehalba, traductor egipcio, fue detenido por poseer información
clasificada de la prisión de la Bahía de Guantánamo. Los críticos
afirman que los abusos en Abu Ghraib son otro ejemplo de cómo se
pueden borrar los límites cuando los contratistas se involucran en
tareas de inteligencia. CACI proporcionó un total de 36
interrogadores a Iraq, incluidos más de 10 a [la prisión de] Abu
Ghraib en algún momento, según esta compañía. Aunque ni CACI ni
Titan, ni ninguno de sus empleados han sido acusados de delito, una
investigación filtrada por el ejército implicó al empleado de CACI,
Stephen Stefanowicz en abusos contra presos. El papel de CACI y de
Titan en Abu Ghraib ha conducido al Centro por los Derechos
Constitucionales a llevar a las empresas y a sus empleados en los
tribunales de EEUU.
"[...]
Creemos que CACI y Titan formaban parte de una conspiración para
torturar a y abusar de los detenidos y que lo hicieron para obtener
dinero", declara Susan Burke, abogada del Centro de Derechos
Constitucionales cuya querella contra las compañías se está
siguiendo en el Tribunal Federal del distrito de Colombia. Las
denuncias privadas parecen haber surtido ya algún efecto: en
septiembre de 2005, CACI anunció que dejaría de hacer trabajos de
interrogatorios en Iraq.
Titan,
por su parte, se ha escapado hasta el momento de afrontar serias
consecuencias por sus problemas (a comienzos de 2005 fue considerada
culpable de tres cargos relacionados con sobornos internacionales y
acordó pagar 28,5 millones de dólares por [violar] el Acta de Prácticas
de Corrupción en el Extranjero). El contrato de la empresa con el Ejército
ha sido prorrogado numerosas veces y supera en la actualidad los mil
millones de dólares. El año pasado L–3 Communications compró
Titan cuando emergía como el conglomerado empresarial de [servicios
de] inteligencia más importante del mundo.
Número
3: 'Betchel', beneficios prefabricados
Este
gigante de la construcción y de la ingeniería con base en San
Francisco recibió uno de los más importantes contratos (de 2,4 mil
millones de dólares) para intervenir en la coordinación y
reconstrucción de una basta parte de la infraestructura iraquí. Pero
los fracasos de la empresa en materia de reconstrucción abarcan desde
las reparaciones mal hechas en escuelas hasta no haber podido acabar
en el plazo y sin salirse del presupuesto un gran hospital en Basora.
Recuérdese que el jefe de la USAID, Andrew Natsios, originalmente
denominó la reconstrucción [de Iraq] como un "Plan
Marshall" para Oriente Medio. Natsios debería haber sabido que
no todo sería fácil con Betchel a la cabeza: antes de vincularse a
la Administración Bush, había sido jefe ejecutivo de la
Massachussets Turnpike Authority donde supervisaba [la construcción
d]el Gran Dique cuyo coste se excedió de los 2,6 mil millones de dólares
a los 14,6 mil millones bajo la dirección de Betchel.
En
julio cayó inesperadamente como una losa de 12 toneladas de cemento
la reputación de la empresa por no haber conseguido acabar las obras
cuando Stuart Bowen, el inspector general especial para la
Reconstrucción de Iraq (SIGIR, en sus siglas en inglés) hizo pública
una auditoria sobre el Proyecto del Hospital Infantil de Basora, que
se había disparado del presupuesto inicial de 70 millones de dólares
a 90 millones un año y medio después de cuando estaba previsto [la
finalización de sus obras]. El contrato de Betchel para coordinar el
proyecto fue cancelado de forma inmediata. Ahora que el dinero se
escapa los funcionarios estadounidenses comienzan a culpar a los iraquíes
de que son ellos [los iraquíes] quienes gestionan mal sus propias
infraestructuras. Pero como advierte Bowen, contratistas como Betchel,
la [extinta] Autoridad Provisional de la Coalición (APC) [dirigida
por Paul Bremer] y otras agencias contratistas sólo podrán culparse
a sí mismas por no haber sido capaces de formar a los ingenieros
iraquíes en el funcionamiento de esas instalaciones (especialmente
sistemas de agua, depuradoras y electricidad) una vez que se hayan
ido.
Número
4: 'Servicios de Defensa Aegis'
La
Oficina General de Contabilidad (GAO, en sus siglas en inglés) estima
que están estacionados en Iraq unos 48.000 empleados de seguridad
privada y contratistas militares. La insistencia del Pentágono en
pasar por alto los requisitos de las fuerzas militares (evitando con
ello la necesidad de establecer unas pautas) es una de las razones de
ese crecimiento desorbitado que ha inflado las fortunas de los
"combatientes empresarios" hasta tal punto que los
observadores proyectan que la industria alcanzará los 200 mil
millones de dólares por año en 2010. Sin embargo, la introducción
de contratistas privados de seguridad (CPS) ha situado "[...]
tanto al ejército como a los proveedores de seguridad ante grandes
riesgos por daños", afirma la GAO, debido a que los CPS quedan
fuera de la cadena de mando y no operan bajo el código de la justicia
militar.
La
profesora de la Universidad George Washington, Deborah Avant, autora
de Market for Force, experta en industria, sostiene que aunque los CPS
pueden actuar profesionalmente, la voluntad del gobierno de contratar
a pocas compañías de cowboys como Aegis Defense Service (firma
ubicada en Gran Bretaña cuyo infame fundador Tim Spicer, de CEO,
estuvo implicado en romper el embargo de armas en Sierra Leona) únicamente
refuerza los temores de que la política exterior de EEUU está siendo
delegada amercenarios de las corporaciones. Un industrial declaró a
Avant que el contrato de 293 millones fue concedido a pesar de que los
competidores estadounidenses habían presentado costes más bajos,
sugiriendo que el gobierno quería emplear a la compañía extranjera
para blindar ambos lados de la transacción ante la responsabilidad
por cualquier "asunto sucio". Resulta duro decir con cuánta
frecuencia los CPS han cometido violaciones de los derechos humanos en
Iraq; el Charlotte News Observer informaba en marzo que los
contratistas de seguridad disparan sistemáticamente contra vehículos
civiles. El problema fue ampliamente ignorado hasta que un "video
trofeo" [que mostraba a] guardias de seguridad disparando con
rifles automáticos contra coches de civiles [iraquíes] fue colgado
en una página de Internet y se volvió contra AEGIS.
Como
la División de Investigación Penal del Ejército dice que no se
acusará ni a Aegis ni a sus empleados, los críticos consideran que
ello solo demuestra hasta qué punto los contratistas quedan fuera de
la ley bajo la actual legislación. Desde que comenzó la "Guerra
contra el terrorismo", únicamente un civil, el interrogador
contratado por la CIA David A. Passaro, ha sido hallado culpable de
felonía asociada a las tácticas en los interrogatorios. Incluso la
Asociación de Operaciones Internacionales de Paz, una asociación de
empresas de la industria que insiste en que la industria se guía por
códigos de conducta rigurosos, ha rechazado que Aegis se una a sus
socios.
Número
5: Bateles, el primer contratista condenado
En
marzo, Custer Battles se convirtió en el primer contratista de Iraq
hallado culpable de fraude. Un juez ordenó a la empresa el pago de más
de 10 millones de dólares por daños en 37 casos de fraude, incluida
falsa facturación. En agosto, sin embargo, el juez del caso retiró
la mayor parte de las acusaciones debido a un tecnicismo, y sentenció
que como la Autoridad Provisional de la Coalición no formaba parte
estrictamente del gobierno de EEUU, no existían bases para la demanda
ante los tribunales de EEUU.
El
abogado de Battles, Robert Rhoad, mantiene que "[...]
sencillamente no existía evidencia de fraude o intento de
fraude". De hecho el juez declaró que la empresa había expedido
"[...] falsas y fraudulentas facturas infladas". También
permitió que el veredicto del juzgado se declarase contra la empresa
por haber amenazado con represalias a quienes declararon contra ella
originando que el caso llegase hasta el Acta de Falsas Demandas (False
Claims Act), la ley que permite a los ciudadanos iniciar el derecho
privado de acciones [legales] para recuperar dinero en nombre de los
contribuyentes. Durante el juicio, el general retirado Hugo Tant III
testificó que el fraude "[...] era probablemente el peor que he
visto jamás en mis 30 años en el Ejército". Cuando Tant declaró
ante Mike Battles, uno de los propietarios de la empresa, que 34 ó 36
carros [de combate] proporcionados por la empresa no funcionaban, este
respondió:
"Usted
nos pidió carros y cumplimos nuestro contrato; que los carros
funcionaran o no, no es relevante."
El
caso de Custer Battle está siendo revisado a fondo por la comunidad
de contratistas ya que podrían salir a la luz otros muchos casos de
fraude. Aún hay pendientes unos 70 casos de fraude contra varios
contratistas. No se sabe quiénes son (un caso ha sido recientemente
establecido contra EGL, [empresa] subcontratista de Halliburton, por
cuatro millones de dólares) ya que los casos archivados bajo el Acta
de Falsas Demandas están bajo secreto hasta que el gobierno no decide
si se suma a las demandas. Ello significa que algunas compañías
acusadas de fraude aún tienen que ser identificadas públicamente, lo
que hace difícil a los funcionarios de contratos federales
suspenderlas o excluirlas de nuevos contratos. La Fuerza Aérea de
EEUU suspendió a Custer Battles para nuevos contratos en septiembre
de 2004, una vez que se reveló el supuesto fraude. Sin embargo, en
mayo, The Wall Street Journal informaba de la existencia de intentos
de poner fin a la orden de suspensión por parte de dos antiguos altos
cargos de la Armada que habían creado una compañía que había
comprado restos a Custer Battles. Mientras tanto, Alan Grayson, el
fiscal que llevó el caso contra Custer Battles, dice que debido a las
órdenes establecidas por la APC, los iraquíes no tienen posibilidad
de recuperar nada de los 20 mil millones de dólares usados para pagar
a los contratistas de EEUU. La APC efectivamente, creo una "Zona
de libre fraude", sostiene Grayson [2].
Número
6: 'General Dynamics'
La
mayoría de los grandes contratistas de defensa han tenido buenos
resultados como consecuencia de la guerra contra el terrorismo. El
balance de 5 años de Lockheed Martin, por ejemplo, revela que el
stock de la empresa ha doblado su valor desde 2001. Sin embrago, The
Washington Post informó en julio que, según los analistas de la
industria, quien ha recibido mayores beneficios directos de la guerra
contra Iraq entre los grandes contratistas de defensa es Gneral
Dynamics. Ello tiene que ver en buena medida con el hecho de que la
compañía ha enfocado su negocio de sistemas de combate al
abastecimiento al Ejército con todo tipo de materiales: balas,
tanques o vehículos Striker que se utilizaron por primera vez durante
la invasión de 2003.
En
julio, The Washington Post informaba que los beneficios de la empresa
se habían triplicado desde el 11–S. Ello debe haber causado
satisfacción a alguna gente, incluido a David K. Heebner, un antiguo
asistente del Jefe del Estado Mayor del Ejército, Eric Shinseki,
quien fuera contratado por General Dynamics en 1999, un año antes de
que se cerrase el contrato de los [vehículos] Striker. Según los
supervisores de defensa del Proyecto Gubernamental Oversight (POGOP,
en sus siglas en inglés). General Dynamics anunció formalmente que
iba a contratar a Heebner el 20 de noviembre de 1999, justo un mes
después de que Shinseki anunciase una nueva visión para transformar
el ejército deshaciéndose de los vehículos pesados y adquiriendo
nuevos vehículos armados más ligeros, y un mes y pico antes de que
se produjera el retiro oficial de Heebners, el 31 de diciembre de
1999.
En
menos de un año y medio después, Heebner fue presentado en la
presentación del primer Striker en Alabama donde fue alabado por
Shinseki por su trabajo en el Ejército en el proyecto Stryker. Aunque
el inspector general del Pentágono concluyó en una investigación
preliminar que Heebner se había retirado de cualquier relación en
proyectos que estuviesen relacionados con su empleado una vez que se
le había ofrecido el trabajo, los críticos mantienen que las
actuales normas de la ética son demasiado débiles. Está claro que
el ejército se inclinaba a dar un contrato de billones de dólares a
General Dynamics al mismo tiempo que Heebner estaba en negociaciones
con la compañía para un puesto ejecutivo" dice Jeffrey St.
Clair, autor de Gran Theft Pentagon, una arrebatadora revisión de
mercantilismo durante la "guerra contra el terrorismo".
El
caso de Heebner es similar a otro infame de Marlene Druyan, de Boeing,
una oficial de la Fuerza Aérea que fue condenada a nueve meses de
prisión y a siete de arresto domiciliario por haber pactado un
salario de 250.000 dólares al año parea ella al mismo tiempo que
estaba negociando contratos para la Fuerza Aérea que eran favorables
a Boeing. En marzo de este año, Heebner declaró haber ganado 33.500
acciones en la empresa que suponen más de cuatro millones de dólares
además de otras 21.050 opciones.
No
todo el mundo está satisfecho con el resultado del contrato de los
Striker. Toim Christie, el director de pruebas operativas y
evaluaciones del Pentágono envió una carta clasificada a Donald
Rumself antes de que se desplegasen en Iraq [los vehículos Stryker]
advirtiéndole de que el vehículo de 3 millones de dólares no estaba
preparado para recibir fuego de artillería. Para entonces, GAO
advirtió de serias deficiencias en el vehículo de entrenamiento que
se les había proporcionado, una preocupación que se convirtió en
algo serio cuando los soldados condujeron accidentalmente los Strykers
a las aguas del río Tigris. A pesar de las peticiones públicas de
altos oficiales del Ejército, un informe interno del Ejército
filtrado a The Washington Post en marzo de 2005 revelaba que los vehículos
desplegados en Iraq han dado multitud de problemas en su engranaje y
mantenimiento que "[...] están yendo a peor y no a mejor".
Quizá, como seguro contra cualquier denuncia, General Dynamics ha añadido
al ex Fiscal General [de EEUU] John Ashcroft entre los miembros de su
poderoso lobby. Entre ellos se encuentran Juleanna Glover Weiss,
secretaria de prensa del ex vicepresidente [estadounidense] Dick
Cheney, Lory Day Sharp, anterior asesora de Ashcroft, y Willie Gaynor,
un ex funcionario del Departamento de Comercio que trabajó igualmente
en la campaña para la reelección de Bush y de Cheney en 2004.
Número
7: 'Nour USA Ltd.'
Incorporada
poco después de que comenzase la guerra, Nour USA Ltd. ha recibido
400 millones de dólares en contratos en Iraq –incluido el contrato
de 80 millones para proporcionar seguridad a los oleoductos– que los
críticos dicen se concedieron a través de la intervención de Ahmad
Chalabi, el oportunista [opositor] número uno de Iraq, quien tuvo su
influencia en la escalada de EEUU hacia la pesadilla del presente con
engañosas afirmaciones sobre armas de destrucción masiva [del
anterior régimen iraquí].
Chalabi
ha negado los informes según los cuales habría recibido dos millones
de dólares pero otros licitadores en el contrato precisan que Nour no
tenía ninguna experiencia anterior relacionada y que su oferta en el
contrato de la seguridad del petróleo era demasiado baja para ser creíble.
Otro consultor de la compañía que no ha negado haber recibido dinero
por intervenir es William Cohen, el ex secretario de Defensa bajo [la
Administración] Clinton. Muchos iraquíes consideran que Chalabi es
la opción designada a dedo por EEUU para gobernar Iraq, a pesar de
ser un fugitivo buscado por la justicia en Jordania y a pesar de haber
sido acusado de pasar información clasificada a Irán.
Iyad
Allawi, un rival potencial por el poder en Iraq [y ex primer ministro
de Iraq], ha criticado públicamente a Chalabi por haber realizado
contratos de trabajos que según él deberían ser responsabilidad del
Estado.
Números
8, 9, y 10: 'Chevron' y 'ExxonMobil', y los 'petroimperialistas'
Tras
tres años de ocupación y después de una serie de hábiles maniobras
legales y de citas políticas manipuladoras, la toma de posesión del
crudo de Iraq por parte de los gigantes del petróleo está casi
completa [3]. La pieza clave del proceso tuvo lugar en septiembre de
2004, cuando el primer ministro designado por EEUU, Iyad Alaui adquirió
derecho de preferencia en las elecciones de enero de 2005 y en [la
elaboración d]el borrador de Constitución subsiguiente, redactando
las guías básicas para crear las bases de una nueva ley sobre el
petróleo. La política de Alaui excluyó de manera efectiva que el
gobierno [iraquí] pudiera tener en el futuro ninguna intervención en
la producción de petróleo al mismo tiempo que prometía la
privatización de la compañía nacional iraquí del petróleo. Aunque
Alaui ya no está en el poder, sus planes han influido de manera
decisiva en el pensamiento sobre política petrolera.
Dando
su apoyo para que el proceso siguiera adelante se encuentran los
economistas de Bearing Point, consultores cuyos últimos contratos
estipulan "[...] la intervención del sector privado en sectores
estratégicos, incluidas la privatización, ventas de activos,
concesiones, arriendos y contratos de gerencia, especialmente en la
industria del petróleo y en las relacionadas con ésta".
Por
su parte, los gigantes de la industria del petróleo han tomado un
perfil relativamente bajo en el proceso prestando tan solo una serie
de estadistas a la APC, incluido Philip Carroll (de Shell US Fluor),
Rob Mckee (de Conoco Philips y Halliburton) y Norman Szydlowski (de
Chevron Texaco), el enlace de la APC con el nuevo ministerio de Petróleo
de Iraq. Grez Muttitt de la plataforma británica Non profit declara
que Chevron, Shell y Conoco Phillips están entre las más ambiciosas
de todas las grandes compañías de petróleo en Iraq. Shell y Chevron
ya han firmado acuerdos con el gobierno iraquí y han comenzado a
formar equipos iraquíes y a conducir estudios; acuerdos que han dado
a estas compañías un acceso vital a los funcionarios del ministerio
del Petróleo y a datos geológicos.
A
pesar de que el ministro de Petróleo iraquí, Husain al–Shahristani
declaraba en agosto pasado que la competición final por el desarrollo
de los campos de petróleo iraquí sería abierta, los acuerdos
preliminares otorgarán a los gigantes del petróleo una ventaja
significativa cuando llegue el momento. El grado de interés de las
grandes compañías petroleras depende de su apetito por el riesgo y
de su necesidad de [obtener] reservas. Shell, por ejemplo, ha actuado
peor que ninguna para hallar nuevas reservas en los últimos años
–hecho subrayado por un escándalo sucedido en 2004 en el que se
desveló que la compañía estaba mintiendo a sus inversionistas.
En
este momento, el reto clave de las multinacionales es si pueden
convencer al Parlamento iraquí para que apruebe una nueva ley del
petróleo para finales de este año. Una provisión central de esta
nueva ley estipula el compromiso de utilizar los denominados Acuerdos
de Producción Compartida (PSA, en sus siglas en inglés) que blindarán
al gobierno [iraquí] en un compromiso a largo plazo (más de 50 años)
para compartir los beneficios del petróleo y restringirán su derecho
a introducir nuevas leyes que pudieran afectar a los beneficios de las
compañías. Greg Muttitt dice que estos acuerdos están diseñados
para favorecer a las compañías privadas a expensas de exportar
gobiernos y que esa es la razón de que ninguno de los grandes países
productores de petróleo de Oriente Medio los utilice. Bajo la nueva
ley de petróleo, todos los yacimientos nuevos y algunos de los ya
existentes quedarían abiertos a las compañías privadas mediante
estos PSA. Comoquiera que menos de 20 de los 80 yacimientos conocidos
en Iraq han sido ya explotados, si el gobierno de Iraq acepta firmar
los PSA ello podría costar al país cerca de 200 mil millones de dólares
en pérdidas de beneficios, según Muttitt, director de investigación
de "Designios del Crudo: la estafa del petróleo iraquí".
Mientras
tanto, en una especie de movimiento de pinza, el Parlamento ha
empezado a sentir la presión del Fondo Monetario Internacional para
que adopte la nueva ley de petróleo. Por supuesto presionar a un país
tan volátil como Iraq para que acepte cualquier tipo de acuerdo sin
permitir primero un debate parlamentario legítimo supone un gran
peligro. Es una manera aventurada de alimentar la democracia en un país
que parece que ya ha entrado en una guerra civil. "Si se toma a
la ligera –bien denegando un reparto justo a las regiones donde se
ubica el crudo, o dándoles demasiada autonomía a costa de la cohesión
nacional– esas decisiones sobre el petróleo podrían fracturar y,
en última instancia quebrar el país", apunta Muttitt.
Notas
de IraqSolidaridad:
1.
Véase en IraqSolidaridad: Sabah Ali: Tras los pasos de EEUU: corrupción
y violencia sectaria. Las formaciones confesionales shiíes pugnan por
el control del petróleo de Iraq | Dave Whyte: El pillaje de las
corporaciones empresariales de EEUU en Iraq | Ocupantes y
colaboracionistas imponen en Iraq una estratégica de liberalización
económica mientras se anuncia la suspensión de subsidios de
carburante y alimentos | Nicole Colson: Despilfarro, pillaje y
miseria: El coste de la guerra para EEUU e Iraq. La malnutrición
entre los niños iraquíes se ha duplicado desde el inicio de la
ocupación | Zaid al–Ali: La corrupción y la mala administración
están detrás de la quiebra de la economía La catástrofe económica
de Iraq
2.
Sobre esta denominación, véase en IraqSolidaridad: Jeff Lincoln:
Iraq, 'Zona de libre–fraude' (Nuevas revelaciones sobre la corrupción
estadounidense en Iraq)
3.
Véase en IraqSolidaridad: Philip Thornton: El petróleo de Iraq, botín
de guerra – El PDK y la petrolera noruega 'DNO' alcanzan un acuerdo
de perforaciones en Zakho | Las exportaciones de petróleo iraquí
alcanzan su punto más bajo en noviembre de 2005 – Heiko Flottau: El
acceso al petróleo iraquí: Objetivo frustrado de la invasión de
EEUU a Iraq – Brian Conley y Omar Abdullah: Iraq: Tanto petróleo y
tan poco | Miriam Amie: Crudos propósitos. EEUU considera que la
producción de petróleo iraquí permanecerá estrangulada durante años
– La compañía noruega 'DNO' perfora en tres nuevos campos petrolíferos
del Kurdistán | Mike Whitney: Guerra de guerrillas por el petróleo
iraquí – Joshua Frank: Crédito del Fondo Monetario Internacional
para Iraq | Kevin Zeese: Las corporaciones de EEUU se apoderan de la
economía iraquí – El nuevo ministro de Petróleo anuncia la
apertura del sector a las compañías extranjeras | ¿Cuánto petróleo
ha exportado Iraq? (BTC News) – El vicepresidente de Iraq marca el
compromiso de las nuevas autoridades con la liberalización de la
economía.
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