Guerra
por control remoto
Por
Ali AlFadhily y Dahr Jamail
Inter
Press Service (IPS), 03/10/06
Ramadi.- Las nuevas
milicias sunitas que operan en Iraq con respaldo de Estados Unidos
constituyen un nuevo factor de incertidumbre en un país ya sumido en
el caos.
Dirigentes sunitas de
la conflictiva provincia de AlAnbar, al oeste de Bagdad, se apartaron
de sus tribus para formar estas milicias, recibieron tempranos elogios
del primer ministro iraquí Nouri alMaliki y funcionarios de Estados
Unidos, según versiones de la prensa local.
Washington había
apelado al desarme de todas las milicias por el bien de la paz social
y la reconciliación, pero resulta evidente ahora que cambió de política.
Las fuerzas de la ocupación ahora respaldan a combatientes chiitas y
sunitas en diferentes zonas del país.
Otros jefes tribales
sunitas condenan con dureza a los nuevos grupos. "Son un grupo de
ladrones que arman a ladrones, y eso es algo peligroso y
desagradable", dijo a IPS el jeque Sa'adoon, jefe de una
importante tribu sunita ubicada cerca de la ciudad de Khaldiyah en
AlAnbar. "Eso sólo indica que tendremos más disturbios aquí y
una posible guerra civil local", indicó.
"Están haciendo
esto sólo para matar a tantos sunitas como sea posible, y está vez a
manos de sunitas", dijo a IPS otro líder tribal que no quiso
revelar su identidad.
Los verdaderos líderes
tribales deberían estar al mando de cualquier milicia que se forme,
no dando órdenes desde la "zona verde", "zona
internacional" o también conocida como "la burbuja",
el área más custodiada del centro de Bagdad.
Allí se encuentran
los principales palacios del ex presidente Saddam Hussein (19792003),
donde ahora viven y trabajan las autoridades estadounidenses y británicas
de las fuerzas de ocupación, así como las oficinas del gobierno y de
las principales empresas consultoras o contratadas para la
reconstrucción del país.
"Los líderes
deben guiar a sus soldados en el campo de batalla, pero esos llamados
jeques están bien protegidos detrás de las paredes de concreto
dentro de la zona sucia", señaló. "¿Cómo van a ganar una
guerra por control remoto?"
La polémica
iniciativa fue ampliamente criticada por académicos, altos mandos
militares iraquíes y hasta políticos chiitas. "Es una nueva
forma de hacer millones de dólares", dijo a IPS un profesor de
la Universidad de AlAnbar en Ramadi.
"No puedo
imaginar 30.000 armas más en territorio iraquí. Espero que desechen
la idea. Iraq necesita más ingenieros, y también políticos rectos
para resolver el dilema con los combatientes ya existentes, en vez de
reclutar otros para matar más iraquíes", indicó el general
Jassim Rashid alDulaimi sobre el nuevo ejército de AlAnbar.
"La idea me
suena a que el país se va a transformar en un centro de reclutamiento
de mercenarios", añadió.
El líder chiita
Jaafar alAssadi también consideró que esa medida aumentará la
violencia.
"Al Anbar tendrá
aún más enfrentamientos con las armas que se les dan a esos
tontos", dijo a IPS. "Con seguridad se las van a vender a
los terroristas o, tarde o temprano, sucumbir a ellas."
Varios líderes
tribales tomaron distancia de los nuevos grupos combatientes.
El jeque Hamid
Muhanna, jefe de la tribu AlBu Alwan, apareció en la cadena qatarí
de televisión satelital Al Jazeera para desacreditar las versiones
sobre la creación de tales milicias, En ese sentido, dijo que él y
otros jeques controlaban a sus tribus y que quienes se reunieron con
Al Maliki hablaban por ellos mismos.
La principal
organización religiosa de Iraq, la Asociación de Eruditos
Musulmanes, sigue oponiéndose con firmeza a la permanencia de la
ocupación. "Todo está en manos de los estadounidenses, estamos
tratando de tapar el sol con las manos", dijo en Bagdad a IPS el
jeque Ahmed, representante de la Asociación de Eruditos.
"Las fuerzas de
la ocupación son demasiado poderosas como para que cualquier jugador
fuerce un cambio significativo, así que debemos confiar en nuestra
propia capacidad sin soñar en soluciones provechosas de nuestro
enemigo". La Asociación se ha negado sistemáticamente a
participar en la política del país bajo la ocupación
estadounidense.
Las nuevas milicias
se aprovechan del controvertido federalismo, según el cual cada grupo
parece actuar según su voluntad.
Thafir alAni,
portavoz de AlTawafuq el mayor partido sunita del parlamento, renunció
la semana pasada a su cargo de presidente en el comité constituyente.
"Tendría que
haberme inclinado por dividir a Iraq bajo la bandera del federalismo,
lo que me hubiera marcado históricamente como uno de los que determinó
la división de mi país", indicó.
Las soluciones
propuestas obedecen a intereses personales y sectarios y consideran qué
es lo mejor para el país, dijo a IPS el analista político Maki
alNazzal desde Faluya.
"El cambio que
puede haber es una 'Revolución Naranja' de todos los iraquíes, sin
importar su identidad", indicó AlNazzal. Pero sería muy
peligroso sin la protección internacional pues los gobernantes y el
ejército estadounidense de hoy pueden masacrarlos".
Se llamó Revolución
Naranja a las manifestaciones populares de noviembre de 2004 en
Ucrania contra un gobierno y unas elecciones consideradas ilegítimas.
Hay un amplio convencimiento de que las protestas contaron con
respaldo estadounidense.
Un integrante de la
no gubernamental organización iraquí Derechos Humanos sostuvo que la
ONU tiene que asumir una posición más fuerte en Iraq. "La
comunidad internacional debe tener un rol real en el país", dijo
a IPS.
La "Unami (Misión
de Asistencia de las Naciones Unidas para Iraq) tiene las manos atadas
y sólo observan la desastrosa situación sin hacer nada para ayudar a
frenar la hemorragia en Iraq".
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