La
resistencia niega nuevas conversaciones con EEUU y rechaza el diálogo
con el primer ministro al–Maliki
Entrevista
con un comandante de la resistencia
Por
Maad Fayad
Asharq Al–Awsat, 23/10/06
IraqSolidaridad, 31/10/06
Traducido por Paloma Valverde
"Cuando
se le pregunta sobre la iniciativa de reconciliación nacional del
primer ministro al–Maliki, el dirigente afirma que '[...] esta
iniciativa no incluye los pasos necesarios a seguir para salvar Iraq y
no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo sobre el terreno,
especialmente con respecto al tema de las milicias armadas que están
apoyadas por partidos representados en el parlamento y en el
gobierno'."
Un
dirigente de un grupo armado iraquí ha negado la existencia de
cualquier diálogo con el actual gobierno iraquí o con el embajador
estadounidense en Iraq, Zalmay Jalilzad [1]. El dirigente armado,
conocido por el sobrenombre de Abu Umar, afirma que "[...]
facciones de la resistencia" han rechazado la iniciativa de
reconciliación nacional propuesta por el Primer ministro Nuri
al–Maliki "[...] porque no es un plan global y carece de muchos
objetivos por los cuales miles de iraquíes han muerto" [2]
En
relación con el diálogo con el embajador estadounidense Jalilzad,
que comenzó hace siete meses, el comandante de campo afirma a Asharq
al–Awsat en una entrevista telefónica desde un lugar no
identificado de Iraq:
"[...]
Sí, mantuvimos conversaciones con los estadounidenses, pero fueron
ellos los que cortaron esas conversaciones a pesar de que nuestro
acercamiento estaba apoyado desde los ámbitos políticos, religiosos
y populares. Podríamos haber logrado resultados positivos si las
conversaciones hubieran continuado. El gobierno estadounidense, sin
embargo, ignoró nuestras propuestas y formó el gobierno [de
al–Maliki] sin consultar nuestra opinión y sin nuestra participación.
En nuestro último memorando dirigido al embajador estadounidense, le
dijimos que la mayoría de los miembros del consejo de ministros
buscaban un puesto gubernamental y que no ofrecerían nada al pueblo
iraquí. Le dijimos que las operaciones armadas se incrementarían y
se doblarían en número."
Cuando
se le pregunta sobre la iniciativa de reconciliación nacional del
primer ministro al–Maliki, el dirigente afirma que "[...] esta
iniciativa no incluye los pasos necesarios a seguir para salvar Iraq y
no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo sobre el terreno,
especialmente con respecto al tema de las milicias armadas que están
apoyadas por partidos representados en el parlamento y en el
gobierno", [...] y añade:
"[...]
La iniciativa excluye la reconciliación con los baazistas y con las
organizaciones de la resistencia. Excluye a cualquiera que haya matado
a un soldado estadounidense, y a los llamados takfiristas (que
mantienen que los hermanos musulmanes [no sunníes] son infieles) [3].
La iniciativa protege a las milicias armadas [vinculadas a los
partidos del gobierno iraquí]. No sabemos con quien será tal
reconciliación."
La
resistencia es real
Hablando
sobre la resistencia iraquí, el dirigente de la facción [de la
resistencia] afirma:
"[...]
Hay un movimiento de resistencia real. Dejando de lado a los
takfiristas, si los propios estadounidenses y el presidente Bush
admiten que existe una resistencia, ¿por qué el gobierno de Iraq no
nos reconoce y habla con nosotros para acordar un calendario para la
retirada de las fuerzas extranjeras de los pueblos [primero] y de las
ciudades después, de sus bases y cuarteles antes de que se retiren de
Iraq? No estamos diciendo que las fuerzas estadounidenses tengan que
retirarse de forma inmediata, esto no es razonable. [...]. No
obstante, [sí] afirmamos que deben establecer un calendario de
retirada en un plazo aproximado de uno o dos años. Muchos iraquíes y
facciones de la resistencia apoyan esta idea. Si las fuerzas
estadounidenses anuncian su intención de retirada con calendarios
establecidos, nadie se atreverá a atacarlos."
Sobre
la resolución de la crisis de Iraq, Abu Umar afirma que "[...]
el gobierno estadounidense sabe perfectamente bien lo que quiere, y
tiene en su mano una solución para la crisis del país. Aquí
proponemos una repetición de las elecciones sin utilizar la religión
islámica, referencia sectaria o la doctrina [religiosa], es decir,
separando la religión de la política. No nos importa si la gente
realiza sus ritos, cada uno de acuerdo con su religión y doctrina,
pero estamos en contra de la utilización política [del Islam].
Proponemos la derogación de la ley de desbaazificación. Si el
gobierno no tiene miedo del [Partido] Baaz, ello permitiría llevar a
cabo elecciones, o darles a los baazistas alguna oportunidad para
tener representación". Y añade: "[...] Las corrientes
radicales islamistas, sean sunníes o shiíes, han fracasado en la
construcción del Estado del nuevo Iraq, y en las calles iraquíes
estas ideas se alimentan". [...]
"Nosotros,
los iraquíes, somos una nación. No quiero usar un lenguaje sectario.
No hay sunníes o shiíes, sino iraquíes, sean musulmanes o no. Los
enfrentamientos sectarios en Iraq los planificaron sunníes y shiíes
radicales. Rechazamos firmemente llamar a los hermanos de la Shía
infieles y también rechazamos el asesinatos de sunníes a manos de
las milicias de la Shía. Actualmente, las víctimas provienen de los
dos lados, cristianos también. Esto es inaceptable y muy doloroso.
Los bloques políticos tienen que llegar a un acuerdo para detener las
operaciones armadas. Si esas operaciones se detienen de verdad, esto
significa que esos bloques, o alguien de ellos, son los responsables
de esas operaciones. Si no se detienen, entonces significa que el
gobierno es débil e incapaz de controlar la situación, y por lo
tanto, debe dimitir. Y, ciertamente, así lo creemos."
Coordinación
guerrillera
"[...]
La verdadera resistencia no inflige daño a ningún civil iraquí,
incluso si eso nos cuesta la pérdida de un objetivo
estadounidense". El comandante de campo admite que existe una
coordinación entre las facciones armadas, y divide los ejes de las
organizaciones armadas, por orden de importancia, como se detalla: las
organizaciones del Partido Baaz; [las vinculadas] al movimiento islámico
de resistencia, que incluye varias facciones, y el Consejo de
Combatientes [Muyahidín] Shura (asociado Al Qaeda). También hay
facciones no coordinadas, que no actúan bajo un mando unificado, pero
que son muy influyentes en sus zonas. Algunas de ellas están
identificadas como el Ejército Islámico, Ejército de los Muyahidín,
Ansar al–Sunna y Ejército de Mohamad.
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