Irán
espera obtener beneficios estratégicos del colapso de la ocupación
estadounidense
¿Puede
Irán ayudar a estabilizar Iraq?
Por
Scott Peterson (*)
The
Christian Science Monitor, 15/11/06
IraqSolidaridad,
30/11/06
Traducido
por Beatriz Morales
"Irán
quiere poner todos los temas encima de la mesa, desde su controvertido
programa nuclear y la reanudación de las relaciones EEUU–Irán,
hasta el apoyo iraní a Hezbolá en Líbano y a los militantes
palestinos. Por el momento, EEUU ha exigido límites estrictos sobre
los temas [a tratar]. EEUU también ha insistido en que Irán suspenda
las actividades de enriquecimiento nuclear antes de que se pueda
iniciar conversación alguna."
Irán
ya fue invitado por su archienemigo EEUU para ayudar en un problema de
seguridad regional: tras [los atentados de] el 11 de septiembre, Irán
ayudó exhaustivamente a EEUU en Afganistán para derrocar a los
talibanes y establecer un nuevo gobierno. Esto anticipaba mejores
relaciones a cambio de su ayuda. Pero pronto el presidente Bush
calificó a Irán de miembro del "Eje del Mal" en su
discurso sobre el Estado de la Nación de 2002. El resultado de esta
fluctuante cooperación puede aumentar los recelos de Irán si, pese a
todo, vuelve a recibir una petición de ayuda por parte de EEUU, esta
vez en Iraq."[...] Esto llevó a los iraníes a pensar que EEUU
intentó derrocar su régimen y que una actitud de cooperación no le
influiría", afirma Barnett Rubin, de la Universidad de Nueva
York.
La
implicación de Irán –y de Siria [1]– en un proceso regional para
estabilizar Iraq está siendo auspicianda por el primer ministro británico
Tony Blair y por el Grupo de Estudio de Iraq [2], la comisión
estadounidense que busca soluciones que tanto republicanos como demócratas
esperan que proporcionen un marco para un cambio que ayude a salvar
las apariencias en Iraq.
Pero
los cálculos han cambiado desde la invasión de Iraq en 2003. Como
EEUU se ha ido implicando más en la guerra, Irán ha ido confiándose
en que era poco probable enfrentarse a un "cambio de régimen"
maquinado por EEUU [contar Teherán]. Irán todavía tiene muchas
razones para implicarse, pero el precio a pagar por los
estadounidenses puede ser aún mucho más alto. "[...] [EEUU]
vamos a implicarse [en un negociación con Irán] con la desventaja de
habernos debilitado en estos tres últimos años y de tratar de
negociar sobre Iraq en un momento en el que el propio Iraq está en la
peor de las situaciones posibles", afirma Vali Nasr, un profesor
de seguridad nacional en la Escuela Naval de Postgrado de Monterey,
California. "[...] Estamos tratando con un Irán que es mucho más
desafiante y mucho más seguro de sí mismo", añade, "Por
consiguiente, puede que los iraníes no estén queriendo establecer
relaciones con EEUU [...] sino que lo consideran una oportunidad para
llevar a un segundo plano las relaciones EEUU–Irán".
Cambiar
de 'actitud'
El
presidente reformista y de discurso moderado que tenía Irán en 2001
también ha sido reemplazado por el archi–conservador Mahmud
Ahmadinejad, que habla a gritos, cada vez que puede, para revigorizar
los ideales de la revolución islámica de 1979, uno de cuyos pilares
era la consigna "Muerte al gran Satán." "[...]
Obviamente, un Iraq estable es de interés nacional para Irán",
afirma Rubin, que en 2001 asesoró a los equipos de negociación de
Naciones Unidas en Afganistán: "[...] La cuestión es si la
Administración Bush desea superar su consideración ideológica de Irán
como parte del 'Eje del Mal' [...] [y si] Ahmadinejad desea ser pragmático
[...] a pesar de sus compromisos ideológicos".
Ahmadinejad
afirmó el martes [14 de noviembre] que la postura de Irán sigue
siendo la de hablar con EEUU, pero sólo si los responsables
estadounidenses cambiaban su actitud respecto a la República Islámica
y "[...] corrigen su comportamiento". Ahmadinejad indicó
que estaba preparando un mensaje para los estadounidenses.
El
ministro de Asuntos Exteriores [iraní], Manucher Mottaki, ofreció
además pocas pistas respecto a la respuesta de Irán del martes [dad
por Ahmadinejad sobre un diálogo con EEUU sobre Iraq], y dijo que
considerarían cualquier oferta. El día anterior, altos cargos [iraníes]
se regodearon con la derrota de los republicanos [en las elecciones
estadounidenses] y afirmaron que esperaban que esto produjera un
cambio político de "180 grados".
Pero
por debajo de la acalorada retórica, tanto Irán como EEUU han
enviado durante meses señales de que están preparados para
relacionarse de alguna manera [3]. Incluso el dirigente religioso
supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, estuvo de acuerdo, a
principios de este año, con las conversaciones sobre Iraq que
Washington había autorizado a mantener al embajador estadounidense en
Bagdad.
Todos
los temas sobre la mesa
Irán
quiere poner todos los temas encima de la mesa, desde su controvertido
programa nuclear y la reanudación de las relaciones EEUU–Irán,
hasta el apoyo iraní a Hezbolá en Líbano y a los militantes
palestinos. Por el momento, EEUU ha exigido límites estrictos sobre
los temas [a tratar]. EEUU también ha insistido en que Irán suspenda
las actividades de enriquecimiento nuclear antes de que se pueda
iniciar conversación alguna.
Pero
esta línea dura se adoptó antes de la victoria demócrata en el
Congreso y de la sustitución del responsable de Defensa, Donald
Rumsfeld, por Robert Gates, quien en el pasado dejo claro su deseo de
ver un compromiso entre EEUU–Irán, y antes de que Hezbolá, con la
ayuda y las bendiciones iraníes, obtuviera lo que Teherán y Beirut
calificaron de victoria contra Israel en los combates de julio y
agosto.
"[...]
Se puede decir que existe un cauto optimismo [en Teherán] de que algo
está a punto de ocurrir", afirma Nasser Hadian–Jazy, un
especialista político de la Universidad de Teherán. Que prevalezca
la esperanza a pesar del ejemplo de Afganistán en 2001 hace a Irán
"[...] mucho más cuidadoso respecto a lo que ofrece y a lo que
quiere". "[...] No debería ser una relación de imagen que
trate los asuntos de manera superficial, con EEUU diciendo a Irán:
'Haz esto; haz lo otro'; eso no funcionará", afirma el profesor
Hadian–Jazy: "[...] Esto supone una verdadera reflexión estratégica
en ambas partes".
Ello
significa hacer frente a inevitables conflictos: Israel está
preocupado porque Washington está dando a Irán demasiada parte de la
tarta regional y es probable que las naciones sunníes locales se
quejen de que aumente [aún] más la influencia del Irán shií.
Pero
Irán también tiene mucho que ofrecer si desempeña un papel similar
al que jugó en Afganistán. Los mandatarios estadounidenses se quejan
sistemáticamente de que Irán está desestabilizando a Iraq [4]. Los
iraníes afirman que Irán ha decidido no hacerlo por ahora.
"[...] [Irán] ya ha creado una infraestructura muy importante en
Iraq –militar, de seguridad–, pero todavía no ha utilizado estos
recursos", afirma Hadian–Jazy. "[...] Es más bien una
garantía frente a una posible acción militar estadounidense. Quieren
que los responsables estadounidenses se lo piensen dos veces antes de
pasar a la acción."
Blair,
a favor
Esos
peligros ya los han comprendido en Washington y en Londres desde hace
tiempo. El primer ministro Blair habló el martes [14 de noviembre]
con el Grupo de Estudio de Iraq mediante videoconferencia. En un
discurso pronunciado el lunes anterior por la noche (en el que
reprendió a Irán por poner "[...] obstáculos en el camino a la
paz describiéndonos a nosotros [Occidente] como los agresores")
afirmó que Irán debe ser "parte de la solución".
"[...] Gran parte de la respuesta respecto a Iraq no está en el
propio Iraq, sino fuera, en el conjunto de la región, donde esas
mismas fuerzas están trabajando, donde se encuentran las raíces del
terrorismo global, donde florece el extremismo", afirmó Blair.
Irán tiene que desempeñar un papel positivo y suspender su programa
de enriquecimiento nuclear, afirmó, o "[...] asumir las
consecuencias de no hacerlo: su aislamiento". Pero este
aislamiento quizá podría tener mayores consecuencias para Bush y
Blair debido al papel influyente que Irán puede, potencialmente,
desempeñar con la población de Iraq de mayoría shií.
"[...]
Irán tiene suficiente influencia, dinero, armas, influencia política
y cultural", afirma Nasr Hadian–Jazy, "[...] y si hay una
fórmula política sobre la mesa [...] hay cierto grado de confianza,
para conseguir que [los shiíes iraquíes] acepten compromisos políticos
con los sunníes que antes no aceptarían". Una dinámica similar
se puso en juego durante décadas en las conversaciones árabo–israelíes,
afirma Hadian–Jazy, cuando "[...] siempre se necesitaba una
potencia regional para contener al interlocutor". Ése puede ser
el paso más importante de Irán, afirma, aunque también puede dejar
de financiar a partidos radicales y el tráfico de armas.
Pero
estas decisiones pueden depender de EEUU y de qué garantías de
seguridad –relativas a alguna demanda iraní estratégica–está
dispuesto a ofrecer a Irán si le llama en su ayuda. "[...] Irán
tendrá más deseos de cooperar si existe un mínimo entendimiento
[sobre seguridad]", afirma Hadian–Jazy, algo que no se aplica
solo a Irán: "[...] Todos los países en torno a Iraq están
cubriendo sus apuestas. No están seguros de lo que pasará, de qué
tipo de gobierno se instaurará, de si EEUU se quedará o se irá, [así
que] todos tienen una postura maximalista. [...] Limitando la
incertidumbre, EEUU puede traer cierta estabilidad".
(*)
Scott Peterson es redactor del 'The Christian Science Monitor'.
Notas
de IraqSolidaridad:
1.
Siria e Iraq han reestablecido este mes de noviembre relacionas diplomáticas,
rotas desde 1982, y el embajador de Exteriores sirio Moallen visitaba
inmediatamente Bagdad para sancionar el hecho, el primer mandatario de
este país que visita Iraq desde el inicio de la ocupación. Siria
acepta de hecho así la ocupación de Iraq, al reconocer las
instituciones impuestas por EEUU. Según algunos medios, el régimen
de al–Asad habría indicado a EEUU su intención de colaborar con
los ocupantes y las autoridades iraquíes (con medidas represivas
contra la presencia y redes de la resistencia iraquí en Siria, cabe
imaginar) a cambio de que la Administración Bush presione a Israel
para que se retire de los Altos del Golán (Associated Press, 19 de
noviembre, 2006).
2.
Véase en IraqSolidaridad: Joe Kay: Demócratas y republicanos:
Mantener la ocupación de Iraq. Antes que una retirada o reducción de
tropas, se prevé un incremento de hasta 30.000 efectivos y Peter
Grier: Grupo de Estudio de Iraq: Ni irse ni quedarse. El Partido Demócrata
y la Administración Bush buscan un consenso sobre la continuidad en
Iraq
3.
En relación al debate desde 2005 sobre un posible diálogo entre EEUU
e Irán sobre el futuro de Iraq, reiterado por ambas partes tras las
elecciones estadounidenses de noviembre, véase en IraqSolidaridad,
entre otros textos: EEUU e Irán negociarán sobre Iraq una vez
formado el nuevo gobierno de al–Maliki | Carlos Varea: EEUU e Irán,
dispuestos a negociar sobre Iraq | Pedro Rojo y Carlos Varea: ¿Está
jugando Irán a la 'resistencia' en Basora? | Gareth Porter: Los
ocupantes, as–Sáder e Irán. EEUU depende de Irán y de sus aliados
shiíes iraquíes para mantener la ocupación de Iraq, así como sus
enlaces relacionados.
4.
Según The New York Times de 28 de noviembre de 2006, Hezbolá habría
entrenado a miembros del Ejército del Mahdi de Moqtada as–Sáder,
una de las formaciones confesionales shiíes acusadas de nutrir los
escuadrones de la muerte. La intervención de Irán en Iraq para
debilitar la presencia estadounidense en este país y forzar a
Washington a un diálogo global bilateral, se estaría realizando a
través de la espiral de violencia sectaria desencadenada a lo largo
de 2006 por los paramilitares de los partidos confesionales shiíes
iraquíes, miembros éstos del gobierno de al–Maliki y estrechamente
vinculados a Irán, hegemónicos en los nuevos aparatos de seguridad.
Véase en IraqSolidaridad: Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles
de personas han sido asesinadas en los últimos meses por los
'Escuadrones de la muerte' – Carlos Varea: El pueblo iraquí
considera mayoritariamente que la ocupación empeora la situación
interna | Mahan Abedin: Badr, Irán y los nuevos cuerpos de seguridad
iraquíes | Tom Lasseter: Irán gana influencia y poder en Iraq a través
de las milicias – Paul Martin y Maria Cedrell: Militares iraníes al
frente de los centros de tortura en Iraq.
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