El
Grupo de Estudios sobre Iraq elude un calendario de retirada de tropas
y recomienda negociaciones con Siria e Irán
Continuidad
de la guerra
Por
Carlos Varea
IraqSolidaridad,
05/12/06
"La
opción elegida tanto por el Grupo de Estudios como por el comité del
Pentágono -menos combatientes, más asesores- pudiera parecer una
inversión de la estrategia seguida en Vietnam, pero de manera
inmediata abre la puerta a un recrudecimiento de la guerra en Iraq,
como de hecho está ocurriendo ya sobre el terreno en los primeros días
de diciembre."
El
Grupo de Estudios de Iraq [1] presentará mañana miércoles, 6 de
diciembre su informe final -de un centenar de páginas- con sus
recomendaciones al presidente Bush sobre cómo afrontar la situación
de crisis que vive la ocupación de Iraq, tras haber alcanzado un
consenso, el pasado miércoles, los representantes de los partidos Demócrata
y Republicano que lo integran [2]. Como resume un miembro del Grupo,
el informe plantea una estrategia para Iraq de "[...] ni de salir
corriendo, ni de quedarse". El documento final deja bien claro
que "[...] la implicación de las tropas [estadounidenses en Iraq]
no debe ser indefinida", pero elude tanto una reducción
inmediata de sus efectivos, como un calendario específico de
retirada, que tampoco se contempla como completa, consideraciones explícitamente
rechazadas por el presidente Bush y por el general John Abizaid,
comandante en jefe del Comando Central de EEUU para Oriente Medio y
Asia Central, y que los miembros republicanos del Grupo han logrado
imponer finalmente.
Según
el informe del Grupo, la retirada de las 15 Brigadas de combate que
EEUU tiene ahora en Iraq debería iniciarse en 2007 y haber alcanzado
a comienzos de 2008 una reducción a la mitad de los efectivos
actuales, es decir, hasta 70.000 soldados, una continuidad que se
define como "[...] significativa, [...] dado el carácter de
fuerzas empotradas [embedded]" en las unidades iraquíes que
tendrá este contingente, señala un miembro del Grupo de Estudios
sobre Iraq a The Washington Post. Estos efectivos serán esencialmente
de formación, asesoramiento y apoyo de la Guardia Nacional, el nuevo
ejército iraquí, así como unidades de despliegue rápido, todos
ellos estacionados en las bases que EEUU está construyendo en Iraq
[3]. En la actualidad hay en Iraq 5.000 asesores estadounidenses; el
informe del Grupo de Estudios plantea que se multipliquen por cuatro,
hasta 20.000.
La
fecha indicada de comienzos de 2008 para la reducción a la mitad de
los efectivos es considerada más como "[...] un objetivo
condicionado [a la evolución de la situación interna iraquí] que un
calendario cerrado"; pero al establecerla el Grupo ha procurado
sacar, si ello es posible, la cuestión iraquí de la primera fase de
la campaña electoral a las presidenciales, algo que interesa a ambos
partidos [4]. El informe no señala si la mitad del contingente ahora
destinado en Iraq saldrá de la zona o será estacionado en bases en
países limítrofes para servir como apoyo a las tropas iraquíes y
estadounidenses en Iraq en caso de emergencia.
El
contenido del informe del Grupo de Estudios sobre Iraq coincidirá
esencialmente con las conclusiones de otro informe paralelo realizado
por militares y encargado por la Junta de Jefes de Estado Mayor [5],
que recomendará un incremento temporal de tropas estadounidenses en
Iraq previo a una reducción posterior, así como el cambio de su
funcionalidad de unidades combatientes a unidades de apoyo, con una
continuidad en Iraq de entre cinco y 10 años: es la opción
denominada Go long, asimismo una opción intermedia entre las opciones
Go home y Go big. La primera opción -largarse ya-, supondría una
derrota estratégica para EEUU y el colapso inmediato de las
instancias colaboracionistas creadas en estos tres años y medio de
ocupación, por medio de las cuales EEUU aún espera llegar a un
dominio menos gravoso sobre Iraq, ya con el concurso obligado de regímenes
de la zona; la segunda -ir a más-, supondría una continuidad que la
Administración Bush no puede permitirse ni el Partido Demócrata
tolerarle cara a las presidenciales de 2008, cuando además (lo
reconocía el general Abizaid en su comparecencia ante el Congreso a
finales de noviembre [6]) ni el Ejército de Tierra ni el Cuerpo de
Marines de EEUU pueden aportar ya para las guerras en Iraq y Afganistán
más de 20.000 efectivos complementarios y para un periodo de tiempo
limitado [7].
La
opción elegida tanto por el Grupo de Estudios como por el comité del
Pentágono -menos combatientes, más asesores- pudiera parecer una
inversión de la estrategia seguida en Vietnam, pero de manera
inmediata abre la puerta a un recrudecimiento de la guerra en Iraq,
como de hecho está ocurriendo ya sobre el terreno en los primeros días
de diciembre.
Mensaje
para al-Maliki
El
mensaje encubierto de ambos informes va destinado, antes que al
presidente Bush -a cuyo reiterado lema de "acabar el
trabajo" (sic) en Iraq se acomodan muy bien-, al primer ministro
iraquí al-Maliki, sobre el que se hace recaer la tarea de poner en
pie fuerzas de seguridad que puedan eficazmente asumir el control en
Iraq, en el sentido de que los socios iraquíes de los ocupantes no
pueden esperar que éstos sigan protegiendo indefinidamente las
instituciones establecidas tras la invasión [8]. La consideración de
que debe incrementarse el número de asesores estadounidenses y
reducir el de fuerzas combatientes es también un punto central del
informe elaborado por el asesor de Seguridad Nacional Stephan J.
Hadley, presentado en noviembre al presidente Bush, memorando en el
que se muestra una demoledora imagen de al-Maliki, "[...] ni
capaz ni interesado" -señala literalmente el informe [9]- en
poner fin a la escalada de violencia sectaria impulsada por los
paramilitares de las formaciones confesionales shiíes de su propio
gobierno, a las que el propio embajador estadounidense en Iraq, Zalmay
Jalilzad, achaca ya el 77% de los asesinatos de civiles en la capital
[10].
Como
se ve, la cuestión de la reducción y re-despliegue (que no retirada)
de las tropas estadounidenses de Iraq sigue basándose en el
impredecible factor de la puesta en pie de los nuevos aparatos
policiales y militares iraquíes. En su último informe, Iraqi Forces
Development and the Challenge of Civil War, de noviembre de 2006 [11],
el analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de
Washington Anthony Cordesman acusa a la Administración Bush de estar
manipulando la información sobre los nuevos cuerpos de seguridad
iraquíes, integrados ya en teoría por 325.000 efectivos, pero
ineficaces y desmotivados o, lo que es aún peor, transformados en
escuadrones de la muerte de las organizaciones colaboracionistas
kurdas y shiíes, que alimentan, más que desactivan, la violencia
sectaria. El entonces aún secretario de Defensa Rumsfeld presentó el
31 de octubre una propuesta de dotación presupuestaría de mil
millones de dólares suplementarios para duplicar esa cifra de
efectivos iraquíes [12]. La previsión de que EEUU puede tener que
permanecer en Iraq al menos 10 años más se basa, precisamente, en la
estimación más pesimista de cuándo podrá el país contar con una
policía y un ejército eficaces en la lucha contraguerrillera, o
capaz de tener el más mínimo barniz democrático. Al-Maliki, con
motivo de su complicada cita con Bush en Amán de finales de noviembre
[13], ha anunciado que los cuerpos de seguridad iraquíes estarán
listos para junio de 2007 [14], algo que ningún mando militar
estadounidense o británico sobre el terreno puede tomarse en serio.
La ignorada "guerra civil" en provincias del centro y sur de
Iraq (se ha visto al menos en Amara y Basora) en el seno del propio
campo colaboracionista shií, entre distintas milicias dentro y fuera
de los aparatos de seguridad y del denominado Servicio de Protección
de Instalaciones [15], muestra la debilidad estructural de las
previsiones de los ocupantes, que prácticamente, por unas razones u
otras, ya no controlan más que muy precariamente algunas zonas del
territorio iraquí.
Diplomacia
y guerra
El
informe del Grupo de Estudios bipartidista no incluye, como se había
adelantado, la posibilidad de un incremento temporal de las fuerzas
estadounidenses en Iraq (de hasta 20.000 o 30.000 soldados
estadounidenses), como sí podría incluir el informe elaborado por el
Pentágono [16]. Sin embargo, todo parece indicar que será
inevitable, al menos entre 7.000 y 18.000 soldados inicialmente [17].
El
Pentágono está desplazando en estos días a Bagdad a más efectivos
(por lo pronto, 1.600 soldados [18]) de zonas menos conflictivas del
país. Desde el pasado viernes, 1 de diciembre, se desarrollan
intensos combates en el centro y en barrios de la capital en
operativos contrainsurgentes en los que el Pentágono recurre al
bombardeo desde helicópteros Apache [19], y en los que se respetan
los feudos de los paramilitares confesionales shiíes, como Medina as-Sáder,
donde los escuadrones de la muerte torturan, ejecutan y abandonan en
plena calle a sus víctimas. Al tiempo, EEUU está recurriendo
intensivamente al bombardeo aéreo de Ramadi, la capital de la
provincia de al-Anbar (un territorio de 1,25 millones de habitantes,
dado por perdido por oficiales del Cuerpo de Marines si no se
incrementan sustancialmente los actuales 30.000 efectivos de ocupación
allí desplegados [20]) y de Baquba, situada al noreste de Bagdad y
capital de la provincia de Diyala, bajo control de la resistencia en
estos días, que ha cortado los accesos a su interior [21].
El
recrudecimiento de la guerra en Iraq y de la violencia sectaria (3.709
civiles muertos en octubre, un incremento por encima del 40% sobre
esta cifra en noviembre, siempre según datos oficiales [22]) ha de
tener que ver necesariamente con dos cuestiones esenciales. La
primera, la recomendación que hace el Grupo de Estudios de Iraq en su
informe para que la Administración Bush abra conversaciones con Siria
e Irán con vistas a lo que se denomina la estabilización de Iraq,
opción explícitamente apoyada por el primer ministro británico Tony
Blair. La segunda, según fuentes oficiales estadounidenses, el cierre
por parte de EEUU de la vía de la negociación con la resistencia
iraquí. Veamos una y otra.
Las
claves del proceso de apertura de un diálogo entre EEUU y Siria e Irán
están bien establecidas de antemano. En el caso del gobierno de
Siria, su papel habrá de ser particularmente infame: EEUU procuraría
que el régimen de Damasco blinde su frontera con Iraq y limite los
-ya reducidos- movimientos de la resistencia iraquí en Siria a cambio
de que la Administración Bush anime a Israel para que inicie una
negociación sobre su retirada de los Altos del Golán y alivie la
presión sobre el régimen de al-Asad, a cuyos servicios secretos se
les acusa de estar implicados en los asesinatos de Hariri y Gemayel
[23]. Como anticipo de todo ello, Siria e Iraq restablecían este
pasado mes de noviembre relacionas diplomáticas, rotas desde 1982, y
el embajador de Exteriores sirio visitaba inmediatamente Bagdad para
sancionar el paso dado, que significa, de hecho, aceptar la ocupación
de Iraq al reconocer las instituciones impuestas y tuteladas por los
invasores.
Respecto
a Irán, no es en absoluto una novedad la posibilidad de apertura de
un diálogo con EEUU que, pivotado sobre la situación en Iraq,
permita abordar otros temas y la normalización de relaciones
bilaterales, algo que ambas partes ya habían aceptado matizadamente
con anterioridad y han vuelto a hacerlo en varias ocasiones a lo largo
del mes de noviembre [24].
Irán
ha vuelto a mostrar su incuestionable papel regional con la invitación
del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad a sus homólogos sirio e
iraquí a un cumbre a tres bandas el 25 y 26 de noviembre para hablar
sobre Iraq, a la que finalmente solo acudió Jalal Talabani, y que
contó con el visto bueno de la Administración Bush por boca del
portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey [25]. El presidente
iraquí Talani, un funambulista neto, viejo amigo al tiempo de EEUU,
Israel, Turquía e Irán, afirmaba al final de la cita con Ahmadinejad
"[...] que Iraq necesita seriamente de Irán para restablecer la
estabilidad y la seguridad", a lo que el presidente iraní asentía
con el compromiso de su país en tal sentido, advirtiendo al tiempo
sobre una retirada precipitada de EEUU de Iraq [26].
Y
es que EEUU no puede eludir que, a los tres años y medio del inicio
de la ocupación de Iraq, su continuidad en este país dependa
esencialmente, junto con la derrota de la resistencia iraquí, de que
Irán adopte una actitud positiva a través del gobierno iraquí y de
los partidos y milicias confesionales shiíes que lo integran, todos
ellos con muy fuertes vínculos con Irán, particularmente el Congreso
Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII) y su milicia Badr
y, más recientemente, la corriente de as-Sáder y su Ejército del
Mahdi. El Ejército del Mahdi puede contar ya -frente a los 10.000 de
la Organización Badr- con hasta 60.000 hombres en armas (mantenidos
gracias a una eficaz red de extorsión y corrupción en un país
empobrecido al máximo [27]), si bien hay dudas razonables de que su
referente inorgánico (no es un partido político), el clérigo
Moqtada as-Sáder, controle realmente las entre seis y 30 milicias
internas que se remiten a su liderazgo pero que actúan autónomamente
y que constituyen una impenetrable trama que entrelaza genuinas
corrientes anti-ocupación, mafias locales, escuadrones de la muerte y
redes de servicios secretos de más de un país.
La
ubicuidad de los aliados internos de EEUU del campo confesional shií
iraquí es tal que, al tiempo, el presidente Bush y la secretaria de
Estado Condoleezza Rice recibían este lunes en Washington al máximo
dirigente del CSRII, el clérigo Abdulaziz al-Hakim, mientras los
ministros y diputados de as-Sáder congelaban su participación en las
instituciones (pero no dimitían) en protesta por la entrevista de al-Maliki
con Bush en Amán. Esta pinza de fuerzas confesionales shiíes permite
a Irán ejercer sobre EEUU todo el peso de su influencia en Iraq y
ofrecer a Washington, en función de su talante en la discusión sobre
la agenda global bilateral, escenarios radicalmente opuestos: la
cooperación del campo confesional shií iraquí en un condominio de
facto sobre Iraq o la profundización de la violencia sectaria, la
fractura del país y el aliento del sentimiento anti-ocupación,
mayoritario también entre los shiíes de Iraq pero gestionado a
conveniencia por su clero, una nueva casta oligárquica en el Iraq
ocupado que asocia sus propios intereses tanto a los de los ocupantes
como a los de Irán [28]. Muy inteligentemente, como si de un consejo
encubierto se tratara, el presidente iraní Ahmadinejad señalaba en
su última carta abierta al pueblo estadounidense de finales del
pasado mes:
"Ahora
que Iraq tiene una constitución y una Asamblea y un gobierno
independientes, ¿no sería más beneficioso traer de vuelta [a casa]
a los oficiales y soldados estadounidenses y destinar el astronómico
gastos militar de EEUU en Iraq en bienestar y prosperidad para el
pueblo estadounidense?" [29]
La
realidad es que quienes cosechan los beneficios de la instalación en
Bagdad de un nuevo régimen no son quienes derribaron con una guerra
ilegal al anterior, sino los vecinos de Iraq, hurtándo con ello al
pueblo iraquí su decisión democrática y soberana sobre la resolución
de la ocupación de su país [30].
Fin
de los contactos con la resistencia
La
recomendación del Grupo de Estudios sobre Iraq de que la Administración
Bush inicie un diálogo con Irán y Siria sobre el futuro de Iraq
anticipa la decisión tomada por la Casa Blanca de poner punto final a
sus intentos de abrir una negociación con la resistencia iraquí
[31]. Según varios medios [32], la Administración Bush, en contra de
la opinión del embajador estadounidense en Bagdad Jalilzad y de
mandos militares en Iraq, habría decidido "dar por
fracasados" los contactos con sectores de la resistencia iraquí,
centrando a partir de ahora su estrategia de continuidad en Iraq en
fortalecer sus relaciones con las organizaciones colaboracionistas
kurdas y -esencialmente- confesionales shiíes. Particularmente las
segundas se habían mostrado estos meses muy enojadas por las
presiones que EEUU estaba desarrollando sobre al-Maliki para que,
paralelamente a los contactos estadounidenses con el campo anti-ocupación,
el primer ministro iraquí avanzara en el proceso de
"reconciliación nacional", una estratagema ideada por los
estadounidense para, a un tiempo, erosionar la hegemonía del
confesionalismo shií y dividir a la resistencia nacionalista [33]. La
escalada de violencia sectaria impulsada en los últimos meses por los
paramilitares shiíes y la tolerancia manifiesta del primer ministro
al-Maliki ante ella pueden explicarse así como los engranajes de un
mecanismo de presión sobre la Administración Bush, que ha visto cómo
la situación interna en Iraq se desestabilizaba muy rápidamente al
tiempo que la actividad armada de la resistencia aumentaba [34].
La
Administración Bush habría así sopesado el deterioro de sus
relaciones con sus aliados internos shiíes a cambio de una negociación
con una resistencia que exige que se incluya previamente un compromiso
de salida de las tropas de ocupación de Iraq, sino inmediata sí
incondicionalmente. Muy significativa es la enfática renovación del
respaldo dado por Bush a al-Maliki en su encuentro de Amán, como lo
es también la visita de al-Hakim a Washington de este lunes, por
tratarse del representante de la más fuerte organización confesional
iraquí vinculada a Irán, el Congreso Supremo de la Revolución Islámica
en Iraq. Al-Hakim, frente a as-Sáder, puede ofrecer a Washington las
garantías precisas para que ese largo proceso que dibuja el informe
del Grupo de Estudios sobre Iraq pueda llevarse a cabo, a cambio quizás
de la normalización de relaciones con Irán. La Administración Bush,
alcanzado el consenso entre el Partido Demócrata y el Partido
Republicano, precisa ahora al menos de un año de mínima estabilización
del campo colaboracionista para intentar, como se aprecia ya estos días,
aplastar militarmente a la resistencia nacionalista, antes de poder
reducir significativamente sus tropas en Iraq. En opinión del
embajador estadounidense Jalilzad, tal decisión coloca a EEUU
abiertamente en el bando de la violencia sectaria y la limpieza étnica
-si cabía alguna duda de ello- y alentará la profundización de la
resistencia armada contra los ocupantes, frente a la que, según
mandos militares estadounidenses en Iraq, no hay capacidad de triunfo
neto [35].
Notas:
1.
Véase en IraqSolidaridad: Peter Grier: Grupo de Estudio de Iraq: Ni
irse ni quedarse. El Partido Demócrata y la Administración Bush
buscan un consenso sobre la continuidad en Iraq y Joe Kay: Demócratas
y republicanos: Mantener la ocupación de Iraq. Antes que una retirada
o reducción de tropas, se prevé un incremento de hasta 30.000
efectivos.
2.
The New Yotk Times, 30 de noviembre, 2006; y The Washington Post, 30
de noviembre y 1 de diciembre, 2006.
3.
Véase en IraqSolidaridad: Las bases militares de EEUU en Iraq. EEUU
ha gastado 1.100 millones de dólares en instalaciones militares en
Iraq.
4.
The Washington Post, 1 de diciembre, 2006.
5.
The Washington Post, 20 de noviembre, 2006.
6.
The Washington Post, 22 de noviembre, 2006.
7.
Sobre las limitaciones del Pentágono, véase en IraqSolidaridad: Will
Dunham: El ejército estadounidense muestra síntomas de agotamiento.
Cinco años de guerra en Iraq y Afganistán ponen a prueba el ejército
voluntario en EEUU y enlaces incluidos.
8.
A petición del gobierno iraquí, el Consejo de Seguridad renovaba el
31 de noviembre el mandato de la llamada Fuerza Multinacional en Iraq,
tropas de ocupación, que han perdido este mes un socio importante,
Italia, que culminaba el 2 de diciembre la retirada total de sus 3.200
soldados. Corea del Sur ha indicado que retirará sus tropas a finales
de 2007, con una reducción al terminar 2006 (al-Jazeera, 30 de
noviembre, 2006). El ministro de Defensa de Reino Unido señalaba en
noviembre la intención de reducir en "millares" su actual
contingente de 7.100 soldados (al-Jazeera, 27 de noviembre ,2006).
Sobre la distribución de tropas de ocupación en Iraq, véase: Se
mantiene y extiende al sur la ofensiva de la resistencia. Además de
los 150.000 efectivos de EEUU, 23 países mantienen en Iraq otros
17.500 soldados.
9.
El contenido del informe al presidente Bush fue filtrado por The New
York Times el 29 de noviembre de 2006.
10.
Citado por Cordesman, noviembre de 2006, ver nota siguiente.
11.
English Iraqi Forces Development and the Challenge of Civil War, de
noviembre de 2006.
12.
Ídem, pág. 12.
13.
Complicada por cuanto se le impidió al anfitrión, el rey Abdullah,
participar en un encuentro a tres bandas con Bush y al-Maliki, al
parecer tanto por negativa de uno como del otro, que no querían que
el monarca jordana mezclara la guerra de Iraq con el conflicto
palestino-israelí.
14.
Al-Jazeera , 30 de noviembre, 2006.
15.
Véase en IraqSolidaridad: Dahr Jamail y Ali al-Fadily: El Servicio de
Protección de Instalaciones acoge a los 'escuadrones de la muerte'.
El 70% de las fuerzas de la policía iraquí está infiltrado por
milicias sectarias y mafias y enlaces relacionados.
16.
Times, 16 de noviembre de 2006. Véase también en IraqSolidaridad:
Joe Kay: Demócratas y republicanos: Mantener la ocupación de Iraq.
Antes que una retirada o reducción de tropas, se prevé un incremento
de hasta 30.000 efectivos.
17.
ABC News, 28 de noviembre, 2006.
18.
CNN.com, 29 de noviembre, 2006.
19.
Reuters, 1 de diciembre, 2006; y Al-Jazeera, 2 y 3 de diciembre, 2006.
20.
The Washington Post, 22 de noviembre, 2006. De
los 141.000 soldados estadounidenses desplegados en Iraq, 23.000 son
marines.
21.
Az-Zaman, 3 de diciembre, 2006.
22.
Reuters, 2 de noviembre, 2006.
23.
Associated Press, 19 de noviembre, 2006.
24.
Véase en IraqSolidaridad: Scott Peterson: ¿Puede Irán ayudar a
estabilizar Iraq? - Irán espera obtener beneficios estratégicos del
colapso de la ocupación estadounidense de Iraq y enlaces
relacionados.
25.
Associated Press, 21 de noviembre, 2006.
26.
Al-Jazeera, 27 de noviembre, 2006.
27.
La corriente de as-Sáder posee el control directo de al menos cuatro
ministerios: Agricultura, Sanidad, Transporte y Antigüedades.
Responsables de Antigüedades han acusado a las autoridades
ministeriales de as-Sáder en este ministerio de tráfico organizado
de piezas del patrimonio histórico iraquí. Véase en IraqSolidaridad:
Sandy English: El Director del Museo Nacional de Bagdad se exilia.
Donny George denuncia la corrupción oficial y el expolio del
patrimonio de Iraq.
28.
Miembros de la jerarquía shií iraquí, incluidos varios ayatolás
(al-Bagdadí, Fadel al-Malilki, al-Jalesi) rechazan la vinculación
con los ocupantes y mantienen posiciones nacionalistas nítidas.
29.
Al-Jazeera, 29 de noviembre, 2006.
30.
Véase en IraqSolidaridad: Iraq: La próxima masacre. Llamamiento del
Tribunal BRussells para detener la masacre del pueblo de Iraq.
31.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea y Pedro Rojo: EEUU y la
resistencia iraquí podrían abrir próximamente negociaciones.
Octubre ha sido un mes crítico para la continuidad de la ocupación
de Iraq y enlaces relacionados. El ex vicepresidente de Iraq Izar
Ibrahim ad-Duri negaba en una reciente carta la posibilidad de
negociaciones con EEUU.
32.
The Washington Post, 1 de diciembre, 2006, y Associated Press, 2 de
diciembre, 2006.
33.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: La resistencia rechaza el
plan de 'reconciliación nacional' de al-Maliki'. Las organizaciones
anti-ocupación reiteran que solo negociarán con los ocupantes su
retirada incondicional y Abdul Ilah al-Bayati: La oferta de al-Maliki:
Elegir el mal menor. El "plan de reconciliación" responde
esencialmente a los intereses de EEUU.
34.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea y Pedro Rojo: EEUU y la
resistencia iraquí podrían abrir próximamente negociaciones.
Octubre ha sido un mes crítico para la continuidad de la ocupación
de Iraq. En noviembre EEUU ha reconocido haber perdido 60 soldados en
combate (más 10 en "acciones no hostiles"), una cifra sin
duda inferior a la del mes anterior pero que sigue suponiendo una
media de dos muertos por ataques de la resistencia al día. Han muerto
también en combate en noviembre cinco soldados británicos.
35.
The Washington Post, 1 de diciembre, 2006.
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