¿Estados
Unidos se retira de Irak?
Por
Tom Hayden Entorno, boletín de Cubarte, 07/12/06
Documentos
revelan conversaciones secretas entre los Estados Unidos y la
resistencia armada de Irak.
Los
fracasos en el campo de batallas y en las recientes elecciones
estadounidenses están impulsando al gobierno de Bush a considerar
cambios importantes en la política hacia Irak. Después de otorgarle
el poder a la mayoría chiíta el gobierno, ahora se pregunta si el país
está siendo entregado a Irán. Después de haber combatido a la
insurgencia liderada por los sunitas durante tres años, el gobierno
se pregunta ahora si las negociaciones son la única forma de reducir
las bajas estadounidenses. No es para vacacionar que Bush y Rice se
reunirán con el primer
ministro iraquí Nouri al Maliki mientras Cheney se apresura a llegar
a Arabia Saudita. La única pregunta que aún tiene el pueblo
estadounidense es que se tratará en estas conversaciones de alto
nivel.
El
22 de noviembre revelé en The Huffington Post que los
funcionarios estadounidenses contactaron a los insurgentes
nacionalistas sunitas para explorar un cese al fuego y la sustitución
del gobierno de al–Maliki por uno provisional. Este plan reduciría
las bajas estadounidenses contra la insurgencia liderada por los
sunitas (recientemente 100 muertes mensuales) , concordando así con
el deseo del Pentágono de centrar el arsenal de fuego en el ejército
chiíta Mahdi, liderado por el “clérigo radical” Moktada al–Sadr,
el líder chiíta más prominente que exige la retirada de los Estados
Unidos de Irak. El actual obstáculo para una ofensiva con todo de los
Estados Unidos contra el bastión de al–Sadr en la ciudad Sadr es el
primer ministro al–Maliki, cuya coalición dominante incluye a al–Sadr.
Las
explosiones de los carros bomba ocurridas
en la ciudad Sadr y los ataques violentos contra el ministerio
de salud de Bagdah están dirigidos a dos importantes bases de poder
de al–Sadr (sus representantes dirigen el ministerio de salud).
Al
percibir que al–Maliki estará de acuerdo con cualquier cosa que
exija Bush, al–Sadr ahora está exigiendo que al–Maliki suspenda
su reunión con el presidente.
Se
han suscitado algunas preguntas en los medios de difusión con
respecto a las pruebas que utilicé para hacer mi informe del 22 de
noviembre de que los estadounidenses se han visto involucrados en
contactos directos con la resistencia armada sunita. Las pruebas están
confirmadas por una reciente reunión improvisada en Amman entre un
representante de la resistencia y el congresista estadounidense Jim
McDermott, en el curso de dos días de discusiones facilitadas por un
antiguo diplomático jordano, Munther Haddadin.
Son
más específicos los documentos fechados 13 y 16 de noviembre por un
contratista estadounidense, los cuales bosquejan discusiones
detalladas en curso con los líderes insurgentes sunitas que tienen
como objetivo el cese del fuego. Los planes sólo pueden ser
parafraseados y el nombre del contratista debe permanecer oculto por
razones de confidencialidad. No está claro si el plan esperaba una
aprobación en el nivel superior desde el 16 de noviembre, o si seguiría
adelante con verosímil denegación.
El
plan
Aquí
está el plan, parafraseado brevemente, como propuso una fuente de la
Zona Verde que sirve como un enlace back channel autorizado para los
grupos insurgentes:
Líderes
de los grupos de la resistencia organizada están buscando hacer
reuniones inmediatas con altos generales estadounidenses con el
objetivo de lograr un cese al fuego. Ya se han celebrado reuniones con
funcionarios de más bajo nivel.
Los
grupos de resistencia no aceptan la capacidad del gobierno al–Maliki
para unificar su gobierno, por consiguiente quieren un gobierno
provisorio impuesto antes de que se puedan efectuar las nuevas
elecciones.
El
ejército nacional, los servicios de inteligencia y la policía,
antiguamente dominados por los Baasistas y cuyos líderes actualmente
encabezan la resistencia clandestina, serían autorizados, restaurados
y reintegrados a las estructuras nacionales bajo este plan.
Las
actividades de la fuerza multinacional (MNF–1) se dirigían a
controlar la expansión de las milicias.
Se
le cambiaría la disposición a la fuerza multinacional (MNF–1)
controlada por los Estados Unidos para controlar la frontera oriental
con Irán.
Se
negociaría inmediatamente un acuerdo de estatus de fuerzas
permitiendo la presencia de las tropas estadounidenses en Irak hasta
10 años. La reducción de las tropas y los cambios de disposiciones
se permitirían con el tiempo.
La
amnistía y la libertad de los prisioneros sería negociada entre las
dos partes, con la garantía por parte de los estadounidenses de
finalizar las torturas de los prisioneros en los centros de detención
y las prisiones del estado iraquí actualmente controlado por los chiítas.
Se
anularían las órdenes para deshacerse de los baas dadas a conocer
por Paul Bremer, permitiendo a decenas de miles de antiguos baasistas
a volver a asumir el servicio militar y profesional.
Continuaría
un compromiso por parte de los Estados Unidos para financiar la
reconstrucción y el nuevo régimen iraquí garantizaría incentivos
para que las compañías privadas estadounidenses participaran en la
reconstrucción.
Exoneración
de la deuda de guerra para Kuwait y otros países
Esencialmente
estas propuestas son similares a las ofrecidas por los nacionalistas
sunitas y los grupos de resistencia armada desde el 2005. Contactos de
bajo nivel han sido reportados anteriormente. Por lo visto lo nuevo
son los resultados de las elecciones de noviembre en los Estados
Unidos que muestran una exigencia pública para la retirada y la
brusca reducción de los niveles de bajas de los Estados Unidos. Los
neoconservadores estadounidenses han sido desacreditados y en su
lugar, una facción de “realistas” bipartita ha emergido en el
grupo de estudio de Irak liderado por James Baker. Se piensa que
Condoleeza Rice se ha alineado a los realistas.
Ni
el Pentágono ni los realistas se comprometen a regresar al país las
tropas estadounidenses en un futuro cercano. Por el contrario, buscan
reducir las bajas estadounidenses, verificar la influencia en Irán, y
cambiar la disposición de las tropas estadounidenses hacia las bases
permanentes. El anteproyecto del Acuerdo de Estatus de Fuerzas se basa
en los modelos de Alemania y Japón.
Una
posición más realista, aunque no es todavía una aceptable, es la
del antiguo director de la CIA John Deutch, que exige una retirada de
las tropas estadounidenses combinada con una iniciativa diplomática
para Irán, buscando la no intervención de Teherán a cambio de la
retirada de los Estados Unidos.
Las
guerras reservadas incluyen una diplomacia reservada. El pueblo
estadounidense será el último en enterarse de cual es el futuro que
se está preparando en el aluvión de acontecimientos que comienza
ahora.
.–
Fuente: The Huffington Post.
Tom Hayden fue líder del movimiento en
contra de la guerra durante la era de Vietnam. Se ha alistado como
cronista de los planes del gobierno para Iraq y autodenominado
estratega de internet en pos del movimiento en contra de la guerra
desde el 2003.
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