Maliki
presenta el nuevo plan Bush: el ejército estadounidense sitiará y
bombardeará Bagdad y las tropas iraquíes realizarán la represión a
fondo en las calles y en los barrios
La
batalla de Bagdad
inSurGente
/ Prensa Latina, 14/02/06
De
las reuniones de Bush con sus políticos y sus generales parece
deducirse que el presidente esta tanteando una nueva estrategia:
incrementar sin límites la represión de la insurgencia y de sus
apoyos populares antes de iniciar la retirada. Los EEUU realizarán la
guerra que más le gusta: desde lejos y utilizando todo su potencial
de destrucción. Los mercenarios y el ejército cipayo cumplirán las
tareas de represión castigando brutalmente a la población civil:
aumentarán los asesinatos masivos y los cadáveres de personas que
aparecen amarradas y han sido previamente torturadas. Va a ser el
relanzamiento de la guerra artillera y los bombardeos aéreos contra
Bagdad, mientras los "contratados civiles" y los
"paramilitares de Miliki" incrementarán la guerra sucia a
niveles de ferocidad indescriptibles. Tierra arrasada para hacer
posible la retirada sin desbandada y disfrazar la derrota como una
victoria. La Patriot Act, la suprema ley del "honor de la
Patria", se va a trasladar a Iraq. Si ganan los militaristas fanáticos
en las próximas semanas, lo de Bagdad va a ser una "batalla de
Argel" multiplicada por mil. Ya lo está siendo.
Presentan
un plan para sitiar Bagdad con tropas iraquíes
El
gobierno iraquí propuso a Estados Unidos que las tropas del país árabe
asuman el control de la seguridad de Bagdad a inicios de 2007, pero el
plan aún es analizado por el Pentágono, reveló ayer The New York
Times. Según el diario, la sugerencia fue presentada al presidente
George W. Bush por el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, durante
la reunión que sostuvieron el 30 de noviembre pasado en Jordania.
De
acuerdo con el plan, las tropas estadounidenses deberían ser
desplegadas en la periferia de la capital, para dejar a las fuerzas
locales el control de la convulsa ciudad. "Es muy importante que
los estadounidenses reduzcan su presencia en Bagdad", declaró el
consejero nacional para la Seguridad Iraquí, Mowaffak al Rubaie.
Gordon
Johndroe, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados
Unidos, señaló que el proyecto es evaluado por el general George W.
Casey, jefe del contingente militar de su país en Iraq. El Times
precisa que si bien el plan puede resultar atractivo, a tono con las
voces que instan a la Casa Blanca a un repliegue de las tropas
estadounidenses, la iniciativa también acarrea riesgos, debido a las
diferencias sectarias que persisten en el país ocupado.
De
acuerdo con la propuesta, el gobierno iraquí tendría el mando
directo sobre dos divisiones locales que actuarían en Bagdad, las
cuales serían reforzadas con dos brigadas de soldados curdos. Esas
fuerzas quedarían desplegadas fundamentalmente en siete barrios, en
tanto las unidades estadounidenses permanecerían apostadas en la
periferia de la urbe, con la misión de impedir el acceso de
insurgentes.
Bush
se reunirá con los jefes del Pentágono
El
presidente George W. Bush visitará hoy la sede del Pentágono, se
reunirá con las Secretarías de Defensa entrante y saliente, y
contactará a los más importantes comandantes de las tropas
desplegadas en Iraq. De acuerdo con una información del diario Navy
Times, el gobernante republicano cruzará el Río Potomac para
encontrarse con su ministro Donald Rumsfeld, quien abandonará la
institución castrense el próximo día 18.
Bush
también planificó una junta especial con Robert Gates, nuevo jefe
del Pentágono que será jurado oficialmente en su cargo el próximo
lunes, precisaron las fuentes.
Finalmente,
asesores de Bush programaron una videoconferencia mediante la cual el
mandatario tejano prevé actualizar su información acerca de la
situación militar en el país árabe en plática con comandantes de
campos.
El
Grupo de Estudio sobre Iraq, dirigido por el ex canciller James Baker,
publicó la pasada semana un informe de 96 páginas con
recomendaciones para que la Casa Blanca resuelva el complejo escenario
bélico en el Medio Oriente.
Muchos
analistas y congresistas sugirieron al Jefe de Estado honrar las
sugerencias del comité bipartidista, para poner fin a una virtual
carnicería que ha costado casi tres mil vidas de soldados
estadounidenses y alrededor de 20.000 muertes civiles. Sin embargo,
desde el sector conservador están aumentando las críticas para el
informe Baker, al que se objeta por presentar un contenido
supuestamente derrotista.
Una
de las principales recomendaciones del Grupo es que las tropas
estadounidenses abandonen el combate directo de las fuerzas
insurgentes en el país árabe. En su lugar, tendrían que funcionar sólo
como militares entrenadores o asesores dentro del ejército iraquí.
Sin embargo, el Presidente se ha mostrado reticente y lacónico en sus
juicios sobre el plan Baker y aún no quedó claro si tendrá en
cuenta la totalidad de las conclusiones de los especialistas.
Bush
sigue su ronda de consultas sobre Iraq
El
presidente estadounidense, George W. Bush, continuará hoy los
contactos que pueden llevarlo a modificar su estrategia en Iraq.
El
gobernante tiene prevista una videoconferencia con los jefes militares
y su embajador en Iraq, Zalmay Khalilzad, para luego reunirse en la
Casa Blanca con el vicepresidente iraquí, el sunita Tariq Al Hashemi.
Bush
sostuvo consultas este lunes con la secretaria de Estado, Condoleezza
Rice, y a otros altos funcionarios diplomáticos sobre como variar la
estrategia en la nación árabe, lo que pudiera anunciar la semana próxima.
Este
despliegue de actividades le permitiría, según dijo, "cuando
hable con el pueblo estadounidense, ellos sepan que escuché todos los
aspectos del gobierno y que el camino propuesto es el camino para
lograr nuestro objetivo: tener éxito en Iraq".
La
Casa Blanca está bajo presión, acentuada en la última semana por el
informe de un panel bipartidista que estudió el problema iraquí y
calificó la situación de grave y en deterioro.
En
declaraciones a la prensa en su inusual visita al departamento de
Estado, Bush urgió a sus vecinos a que se unan a los esfuerzos
estadounidenses para sofocar la espiral de violencia en la nación del
Golfo Pérsico.
El
jefe de estado está presionado, por otro lado, para emprender
contactos directos con Irán y Siria, pese a que esto, al parecer, no
forma parte de sus planes.
El
Grupo de Estudios para Iraq (ISG) instó a Washington a sostener diálogos
con esos países, tomando en cuenta su potencial influencia en la región.
Durante sus declaraciones, Bush repitió conocidas alegaciones, sin
dar idea alguna de que se propone cambiar su estrategia.
La
Casa Blanca piensa obtener un éxito en la guerra lo que según el
mandatario "contribuirá a proteger a Estados Unidos a largo
plazo".
Mientras,
la política estadounidense en Iraq es blanco de variados análisis y
críticas. Al respecto, Shlomo Ben-Ami, ex primer ministro de Israel,
opinó que "el sombrío informe del ISG es una condena
devastadora a toda la política exterior de la Administración Bush".
Con
relación a la situación iraquí puntualizó que "una guerra que
no se puede terminar es peor que una guerra que se pierde".
"El informe no sólo es un claro rechazo de la obsesión de Bush
de "mantener el curso", sino también un consejo de concluir
y retirarse", puntualizó. Subrayó el político israelí que
Bush no tiene demasiadas opciones si quiere evitar que su presidencia
entre en la historia como un completo fracaso.
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