Otro
gambito peligroso de EEUU
Ahora,
la guerra contra los chiíes
Por
Patrick Cockburn (*)
CounterPunch, 10/02/07
Rebelión, 14/02/07
Traducido por Sinfo Fernández
Estados Unidos
intensifica su guerra en Iraq. A lo largo de casi cuatro años, ha
estado luchando contra la comunidad sunní iraquí. Ahora ha empezado
a enfrentarse también con los seguidores de Muqtada al–Sadr, el clérigo
chií nacionalista que dirige la poderosa milicia del ejército Mahdi.
Esa estrategia va a
resultar peligrosa para EEUU. Se arriesga a enajenarse a los chiíes
sin ganar a cambio el apoyo de los sunníes. Va a hacer que entre en
conflicto con el democráticamente elegido gobierno iraquí en Bagdad,
cuyos puntos de vista e intereses Washington ni siquiera visualiza.
El viernes pasado,
EEUU y los soldados iraquíes llamaron la puerta del ministro adjunto
iraquí de sanidad Hakil al–Zamili, seguidor de Sadr. Fue sacado
esposado y se le acusó de estar implicado en la muerte de varios
funcionarios gubernamentales en la provincia de Diyala y de desviar
dinero al Ejército Mehdi. Los empleados del Ministerio de Sanidad
huyeron asustados cuando las tropas asaltaron su sede.
En junio de 2004,
EEUU y el Reino Unido devolvieron, con toda solemnidad, la soberanía
a un gobierno iraquí. Esa actuación no fue más que un engaño
porque el poder real ha permanecido siempre en manos de EEUU. Además,
durante las últimas semanas, Washington ha tratado cada vez más al
gobierno del Primer Ministro Nuri al–Maliki como un títere
insignificante al que ahora se dedica a humillar casi a diario. En el
mes de enero, ocho helicópteros estadounidenses llevaron a cabo una
redada en Arbil, la capital kurda, en la oficina que Irán abrió allí
hace mucho tiempo, arrestando a cinco de sus funcionarios. El
Presidente Bush anunció que los iraníes son considerados en Iraq
como una amenaza de muerte para el personal estadounidense. Eso parece
abrir la puerta a una campaña de asesinatos. El domingo 4 de febrero,
los soldados de una unidad de comando iraquí en Bagdad, con fuerte
apoyo estadounidense, secuestraron a un diplomático iraní.
Es curioso que la política
estadounidense en Iraq sea ahora tan similar a la del partido Baaz que
el Presidente Bush solía denunciar con tanto fervor. Ambos, EEUU y el
Baaz, ven la no tan escondida mano de Irán tras las milicias y
partidos políticos chiíes. En Iraq, el Baaz es con diferencia el
partido más anti–iraní.
Desde que EEUU invadió
Iraq en 2003, ha tenido que confiar en el apoyo de la alianza chií–kurda.
Ha tratado de poner en el poder a los denominados “moderados”, políticos
iraquíes que dependen de hecho de EEUU pero que ganaron pocos votos
en las dos elecciones de 2005.
¿Podría alguna vez
EEUU conseguir el apoyo de los sunníes, el 20% de la población iraquí
que perdió el poder cuando Saddam Husein cayó en 2003? Eso es lo que
hace que las condiciones ofrecidas por Abu Salih al–Yilani,
dirigente del ejército sunní, sean tan interesantes. EEUU no va a
estar conforme con la petición de retirarse, pero Washington lleva
mucho tiempo queriendo abrir un diálogo con la resistencia sunní.
(**)
Observando la
creciente tendencia anti–chií y anti–iraní en la política de
EEUU, puede estar sucediendo que los insurgentes quieran tantear si
hay algún terreno común con Washington. El dirigente de la
resistencia pide “la disolución del gobierno actual y la revocación
de las espurias elecciones y constitución”. Fue en esas elecciones
en las que los chiíes y los kurdos demostraron que son el 80% de la
población. La constitución contempla un Iraq muy federalizado.
En el bastión sunní
de Bagdad se teme más a los milicianos chiíes y a los comandos de la
policía del Ministerio del Interior que al ejército estadounidense.
Los ataques contra este último se han hecho menos frecuentes. Pero el
único factor que une a la resistencia sunní es que todos,
nacionalistas e islámicos, se oponen a la ocupación estadounidense.
Por el momento, los
seguidores de Sadr quieren evitar responder militarmente a la ofensiva
estadounidense contra ellos. Confían en que sea valorada como un
ataque contra los chiíes como un todo. Diga lo que diga Washington
sobre los escuadrones de la muerte del ejército Mahdi, la comunidad
chií considera a sus milicianos como su única defensa contra los
coches bomba y los suicidas bomba sunníes. En los últimos meses,
estos han atacado una y otra vez los atestados mercados chiíes,
causando un número espantoso de víctimas. (***)
Oriente Medio se
desestabilizó desde que el Presidente Bush invadió Iraq en 2003. Las
elecciones legislativas estadounidenses y el informe Baker–Hamilton
exigían el comienzo de conversaciones con Irán y Siria como vía
para empezar a desactivar la crisis. La oportunidad se esfumó ya. Es
muy poco probable que EEUU consiga aplastar al movimiento Sadr, que
cuenta con inmenso apoyo entre los millones de chiíes iraquíes.
Tampoco hay posibilidad alguna de que EEUU pueda estabilizar Iraq si
se dedica al mismo tiempo a desestabilizar a Irán y a Siria.
Notas
del Traductor:
(*)
Patrick Cockburn es autor de “The Occupation: War, resistance and
daily life in Iraq”, finalista del Premio National Book Critics’
Circle al mejor libro de no ficción de 2006.
(**)
En relación con las informaciones aparecidas sobre ese ofrecimiento
de negociación por parte de la resistencia sunní, cabe aportar el
contenido del comunicado publicado a las 23,04 h. del pasado viernes 9
de febrero en la web Mafkarat al-Islam (www.islammemo.cc/article1.aspx?id=32313),
por el que la organización de la Resistencia Iraquí “Las Brigadas
de la Revolución de 1920”, representada por uno de sus altos
comandantes, el Sheij Abu Anmar az-Zawbi’i, declaraba que “esa
información era totalmente falsa y una mentira barata que ninguna
persona razonable podría creer”. Añadió que los integrantes de
las Brigadas estaban sorprendidos por la noticia y que nunca
traicionarían al resto de las organizaciones militantes de la
Resistencia que luchaban contra la ocupación y sus colaboradores,
facilitando el siguiente comunicado a Mafkarat al Islam:
“«En
nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Si un embustero te
lleva noticias, verifícalas» [Corán, 49.6].
“Me
gustaría aprovechar la oportunidad que me brinda Mafkarat al-Islam
para rechazar la información aparecida en el periódico conocido como
“The Independent” proclamando que las Brigadas han acordado
condiciones para negociar con el ocupante estadounidense. Declaramos
que nuestra opción es la lucha armada y sólo la lucha armada hasta
que el ocupante, agotado, sea expulsado por los combates de los
muyahedin y los héroes de la Resistencia…”
(***)
Véase en Rebelión artículo Akram Abdulrazzaq “¿Quién pone los
coches bomba en Iraq”: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=46361
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