Más
soldados de EEUU, más violencia
Por
Dahr Jamail y Ali al-Fadhily
Inter
Press Service (IPS), 13/02/07
Bagdad. La violencia
en Iraq no hizo más que aumentar desde que Estados Unidos envió
21.500 soldados más a este país.
La presencia militar
estadounidense ha ascendido desde el inicio de la ocupación en abril
de 2003 a un promedio mensual de 142.000. Desde entonces, la violencia
contra esos soldados aumenta, pero también las agresiones a la
población civil iraquí.
Los iraquíes sufren
por el grave deterioro de la seguridad, de los servicios y de la
infraestructura y por el resentimiento de la cohesión social desde la
invasión encabezada en marzo de 2003 por Estados Unidos, a pesar de
las promesas de libertad, democracia y soberanía.
Muchos iraquíes
consideran, de hecho, que un aumento de las tropas estadounidenses sólo
empeorará la situación.
"Eso mejoraría,
sin duda, la situación de las tropas en el terreno, pero se necesitarán
mucho más de 20.000 soldados para cambiar la situación de derrota a
victoria", dijo a IPS el general iraquí retirado Ahmed al-Issa.
"Nadie lo
cuestiona: Estados Unidos perdió la guerra en todos los frentes. Las
únicas dos soluciones son aumentar a 200.000 la cantidad de soldados
o programar una retirada con ciertos arreglos previos con los
combatientes locales para evitar víctimas y un caos tremendo",
consideró Al Issa.
En enero había
132.000 soldados estadounidenses en Iraq, según el informe
"Buscando variables para la reconstrucción y la seguridad de
Iraq después de Saddam Hussein", publicado el 5 de este mes por
el independiente centro de estudios derechista Brookings Institution,
con sede en Washington.
Con 21.500 soldados más
no se llega a los 160.000 de diciembre de 2005.
El mismo documento
informa que hay 14.650 efectivos de otros países en Iraq, la cantidad
más baja hasta ahora.
Estrategas militares
iraquíes consideran que el último aumento de tropas no tendrá ningún
valor si lo que se pretende es garantizar la seguridad y el avance
económico de todos los iraquíes.
Pero el objetivo del
despliegue "es aplastar a la mayor cantidad posible de
opositores", dijo a IPS en Bagdad Duraid Aziz, abogado y analista
militar de 46 años que reside en la septentrional ciudad de Mosul.
"El primer paso
de su plan de seguridad fue atacar el área sunita de Adhamiya (en
Bagdad) mientras el Ejército Mehdi (milicia chiita del clérigo
Muqtada al-Sadr) sigue matando iraquíes ante la mirada del ejército
estadounidense", señaló.
Aziz considera que
Estados Unidos planea entregar el país a milicias como la Organización
Badr, brazo armado del chiita y proiraní Consejo Supremo para la
Revolución Islámica en Iraq, que integra el gobierno.
"El aumento de
efectivos estadounidenses sólo pretende matar a cualquiera que se
resista ante el invasor", añadió.
En los últimos días,
las tropas estadounidenses atacaron varias áreas sunitas de Bagdad,
incluido el distrito de Adhamiya.
El 7 de este mes el
portavoz del ejército de Estados Unidos en Iraq, general William B.
Caldwell, declaró que las fuerzas de su país y las iraquíes habían
comenzado a desarrollarse un plan conjunto para garantizar la
seguridad de Bagdad.
"El plan se está
implementando en su totalidad en este preciso instante", reveló
Caldwell.
Muchos iraquíes no
creen que el plan funcione y concuerdan con Duraid Aziz.
"Esto es un
genocidio y cualquiera que tenga ojos puede verlo", dijo a IPS
Muhammad Haddad, activista de derechos humanos en Bagdad.
Fuerzas iraquíes y
estadounidenses "cometieron hace poco otra masacre después de la
de (la central ciudad de) Nayaf" y se produjo "en Samra, al
sur de Bagdad", dijo a IPS Kamil Abbas, un profesor de
Iskandariya, también al sur de la capital.
"Van a seguir
haciéndolo porque no aceptan que ningún iraquí se sienta como un
ser humano libre", añadió.
El informe de
Brookings Institution contabilizó 185 ataques por día contra las
fuerzas de seguridad locales y extranjeras en diciembre. La mayor
cifra registrada hasta ahora, según esa institución.
En los últimos
cuatro meses murieron más soldados que en cualquier periodo similar
anterior, desde el comienzo de la ocupación en hace cuatro años.
Las autoridades iraquíes
anunciaron el 5 de este mes que al menos 1.000 ciudadanos habían
muerto la semana anterior a causa de la violencia política.
"El aumento de
efectivos estadounidenses sólo significa más agonía para el pueblo
iraquí", dijo a IPS Salam al-Dulaimy, un intelectual que estudió
en la Universidad de Bagdad.
El presidente
estadounidense George W. Bush "sólo sigue adelante mientras
espera un milagro, sin importar la gran cantidad de víctimas que deja
la guerra. Veo este aumento como otro factor de distorsión en Iraq y
otra forma de ganar tiempo con la sangre del pueblo iraquí",
afirmó.
Los sunitas la están
pasando mal con el lanzamiento de los nuevos planes de seguridad de
Estados Unidos y las fuerzas iraquíes.
La población de las
áreas sunitas considera que el aumento de efectivos y las medidas enérgicas
de seguridad obran en su contra.
De todos modos, la
mayor presencia militar no parece haber puesto nerviosa a la
resistencia.
"Dejemos que
Bush traiga más tarados a Iraq. Los mandaremos a todos al fuego
eterno. Esta gente parece no haber aprendido lo suficiente de las
lecciones anteriores. Nuestra escuela sigue abierta", dijo a IPS
un joven de la central ciudad de Faluya, de visita en Bagdad.
Pero los iraquíes
están pagando un alto precio por la falta de tranquilidad. Una de
cada siete personas abandona su hogar hacia lugares más seguros, según
funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se trata del mayor
desplazamiento de personas en Medio Oriente desde la guerra que siguió
a la creación del estado de Israel en 1948.
La violencia desplaza
a unos 1.300 iraquíes por día. Más de 1,7 millones se han
trasladado hasta el momento.
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