Conferencia en Iraq
y Medio Oriente

 

Reconoce el general Petraeus, nuevo comandante de Bush en Irak

"No existe una solución militar”

IAR-Noticias, 10/03/07

A Bush, desde que perdió, en noviembre pasado, el control del Congreso, menos cosas lindas, le pasa de todo en Irak.

Después de que tuviera que tirarle a las fieras demócratas la cabeza de Rumsfeld, un halcón genocida en serio, tuvo que lidiar con Robert Gates al frente del Pentágono (ex jefe de la CIA en los tiempos de "Papá Bush"), un tipo medio raro, que un día dice que la única solución para Irak es "negociar con Irán y Siria", y al otro día se despacha pidiéndole al presidente la incorporación de 90.000 soldados para las fuerzas estadounidenses de tierra, mar y aire desplegadas en Medio Oriente.

A esta galería de "raros" existenciales del plantel del Pentágono ahora se suma el general David Petraeus, de 54 años, llamado "el rey David" por sus colegas, ex comandante de la famosa 101 división aerotransportada, y designado por Bush para ganar la "guerra contraterrorista" en Irak.

Mezcla rara de general de oficina, adornado con un toque de teórico de manual, el nuevo comandante militar de Bush en Irak, es, por lo menos, un ejemplar medio "extraño" de militar imperialista que combina, en una rara ecuación, un lenguaje "psico-persuasivo" de la ocupación, mientras incrementa aceleradamente el plantel de soldados ocupantes en el país petrolero.

El nuevo comandante de las tropas de Estados Unidos en Irak advirtió este jueves que "no existe una solución militar" para los problemas que se enfrentan a diario en el país invadido y ocupado por EEUU desde marzo de 2003.

Con un detalle: Petraues, que no cree en una solución militar, antes de asumir solicitó y consiguió 21.500 soldados suplementarios para Irak.

Pero no conforme con eso, el jefe militar que no cree en una solución militar, pidió y consiguió 2.400 efectivos más designados para el apoyo al "nuevo plan de seguridad", que, desde su implementación, sólo ha conseguido el incremento de los ataques y atentados, en un país donde cada 24 horas siguen muriendo más de 100 personas promedio, según la ONU.

Petraeus, que sustituyó al general George Casey al comando de las tropas ocupantes, se jacta de haber estado elaborando en los últimos días sus planes "para devolver la seguridad al país".

En sus primeras declaraciones a la prensa desde que asumió el cargo el pasado 10 de febrero, Petraeus (que parece haber sido nombrado por los demócratas, no por Bush) dijo que la "reconciliación política" es vital para poner fin a la "insurgencia".

No obstante, y según los medios iraquíes, desde que asumió en el cargo, las redadas y operaciones de exterminio contra la resistencia, que incluye bombardeos sistemáticos de poblaciones con matanza indiscriminada de civiles, entre ellos, mujeres y niños, se ha incrementado en un grado notable respecto de su antecesor.

"Las fuerzas armadas no serán capaces de poner fin a la situación, y el diálogo político debería incluir a algunos grupos armados que se oponen al actual gobierno", indicó el jefe militar este jueves.

Petraeus -como ya lo dice en el "manual de contrainsurgencia" que escribió- subrraya la importancia de ganar "las mentes y los corazones" de los iraquíes.

Eso no le impidió al "extraño" general del Pentágono, que no cree en una "solución militar", ordenar desde que asumiera -según un conteo de la información de la prrensa diaria- el asesinato de más de 200 civiles en distintos bombardeos a poblaciones consideradas "refugios de terroristas".

Una curiosa manera de "ganarse las mentes y los corazones de los iraquíes".

El manual de Petraeus

"El general Petraeus es un experto en guerra no convencional", aseguró el jefe del Pentágono Robert Gates al presentarlo en la toma de posesión de su cargo.

Petraeus está considerado como uno de los intelectuales más importantes del Ejército, con un doctorado en la Universidad de Princeton que completa su formación en la academia militar de West Point.

En su nuevo rol de comandante de Irak, el general asegura que va a ganar lo que llama la "guerra de Bagdad" al poner en práctica el manual militar contra la "insurrección", publicado por el Pentágono en diciembre de 2006, del cual el propio Petraeus es uno de los autores.

El primer manual "contrainsurgente" estadounidense después de los ataques del 11 de septiembre se refiere a la inteligencia, al desarrollo e implementación de estrategias y al fortalecimiento de la seguridad local ante el "peligro terrorista".

Hay que aclarar de paso, que lo que el Pentágono califica como "insurgente" o "terrorista", son los combatientes o cuadros de la guerrilla armada que resisten a las fuerzas invasoras, como en Irak o en Medio Oriente.

El aggiornamiento en las nuevas tácticas de combate y en la relación con la población del país ocupado, no responde ya a los parámetros y necesidades de la "guerra contra el comunismo", sino en la "guerra contra el terrorismo" emergente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Aprendiendo las lecciones de casi cuatro años de "guerra contra la insurgencia" en Irak, la nueva doctrina contradice numerosas tácticas empleadas hasta el momento por el ejército estadounidense.

El manual afirma que se debe preparar a los soldados estadounidenses para ser recibidos "con una granada de mano, o con un apretón de manos", y a responder apropiadamente a cada una de estas situaciones.

Pero de la teoría a la práctica hay una gran distancia, y el ejército estadounidense tiene poca experiencia en materia de lucha contra la insurrección, sobre todo en el medio urbano de Irak donde sus derrotas son estrepitosas, como lo confirma a diario la realidad.

Pero si bien Petraeus, habla de "ganar las mentes y los corazones" de los iraquíes, su manual recuerda que "unos 20 soldados para mil habitantes es considerado como el mínimo requerido para operaciones antiguerrilleras", por lo que teniendo en cuenta los seis millones de habitantes de Bagdad, se necesitarían unos 120.000 hombres.

Los refuerzos anunciados de las tropas estadounidenses no son "suficientes" y llegan "demasiado tarde", comentó el ex comandante de la OTAN en Kosovo, el general americano Wesley Clark, estimando que "en Irak sería necesaria al menos una fuerza de 500.000 hombres".

Por lo que se puede apreciar, al general Petraeus no le va a alcanzar el manual "para ganar las mentes y el corazón de los iraquíes".