Más
desesperanzados y enemigos de EEUU
Por
Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 19/03/07
Cuatro años después
de verse invadidos por Estados Unidos, los iraquíes se muestran más
pesimistas sobre su futuro y más enemigos de sus supuestos
libertadores, afirma una encuesta difundida este lunes por BBC, ABC
News, USA Today y la cadena alemana de televisión ARD.
El sondeo, que abarcó
a unas 2.200 personas en todo Iraq, fue patrocinado por las
televisoras ARD, de Alemania, BBC, de Gran Bretaña, y ABC News, de
Estados Unidos, así como por el diario de mayor difusión en este país,
USA Today, y realizado por la consultora D3 Systems, con sede en el
oriental estado estadounidense de Virginia. Todos los encuestadores
fueron iraquíes.
La seguridad es por
lejos la preocupación más importante de los iraquíes,
particularmente en comparación con los resultados de sondeos
similares efectuados en 2004 y 2005.
Casi dos de cada tres
iraquíes dijeron estar preocupados "en gran medida" de que
ellos o alguien de sus familias pudiera convertirse en víctima de la
violencia que asuela el país, y casi la mitad (47 por ciento)
declararon tener un amigo personal o un familiar cercano fuera de sus
hogares, que resultaron físicamente dañados por algún ataque.
Cuarenta por ciento
de los encuestaron culparon de la mayor parte de la violencia a
Estados Unidos o a las fuerzas de la coalición que encabeza (31 por
ciento), o al presidente de este país, George W. Bush (nueve por
ciento). Por contraste, 18 por ciento responsabilizaron a la red
terrorista Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden, o a combatientes islámicos
extranjeros, 19 por ciento a milicias sunitas o chiitas o a conflictos
sectarios, y siete por ciento a Irán.
Setenta y ocho por
ciento de los consultados dijeron oponerse a la presencia de Estados
Unidos y de las fuerzas de la coalición ocupante. Esa oposición se
desglosa en 32 por ciento para quienes se manifestaron opuestos
"en cierta medida" y en 46 por ciento "firmemente"
contrarios.
En una encuesta
realizada por la BBC a fines de 2005 la proporción de quienes
rechazaban la ocupación era de 65 por ciento, y en otra de 2004 fue
de 51 por ciento.
Además, casi seis de
cada 10 consultados (59 por ciento) creen que ahora Estados Unidos
"controla" los acontecimientos en Iraq, comparados con
apenas 24 por ciento en 2005, año durante el cual se llevaron a cabo
dos elecciones.
Por contraste, la
proporción de quienes dicen creer que es el gobierno iraquí el que
tiene el control cayó de 44 por ciento hace dos años a 34 por ciento
hoy.
El estudio, realizado
mediante entrevistas cara a cara entre el 25 de febrero y el 5 de
marzo, también registra un aumento drástico de quienes consideran
aceptables los ataques a las fuerzas de la coalición: eran apenas 17
por ciento en 2004 y constituyen 51 por ciento ahora.
Esta porción, sin
embargo, es ligeramente menor al 60 por ciento que había asumido ese
punto de vista en un sondeo difundido en septiembre por el Programa
sobre Actitudes Políticas Internacionales (PIPA, por sus siglas en
inglés) de la estadounidense Universidad de Maryland.
Pero apenas 12 por
ciento opinaron que los ataques contra fuerzas del gobierno iraquí
podían ser considerados aceptables, mientras 88 por ciento los
consideró inaceptables.
Como en el estudio
del PIPA, la encuesta encontró importantes diferencias entre los
propios iraquíes, según sus identidades religiosas o étnicas.
Los kurdos, que
constituyen entre 15 y 20 por ciento de la población nacional, fueron
los menos pesimistas y antiestadounidenses de todos los grupos.
Mientras, los árabes sunitas, que representan alrededor de 20 por
ciento de la población, se mostraron como los más pesimistas y
antiestadounidenses. Y los chiitas, que son aproximadamente 60 por
ciento de los iraquíes, manifestaron una posición intermedia.
"Los puntos de
vista iraquíes parecen seguir una tendencia generalmente
negativa", dijo Stephen Weber, quien ayudó a diseñar la
encuesta del PIPA realizada en septiembre. "Las diferencias entre
grupos sectarios continúan siendo muy pronunciadas", evaluó,
haciendo énfasis en las respuestas sobre si la coalición liderada
por Estados Unidos estaba o no equivocada cuando invadió Iraq el 20
de marzo de 2003.
Mientras casi cuatro
de cada cinco consultados chiitas la creían justa, solamente dos por
ciento de los sunitas estuvieron de acuerdo, y 78 por ciento
contestaron que estaba "absolutamente equivocada".
Durante el derrocado
régimen de Saddam Hussein (1979–2003), la minoría sunita tuvo una
presencia predominante en el aparato del Estado y la economía, en
desmedro de la mayoría chiita y de los kurdos sojuzgados en el norte.
La encuesta confirmó
que los ciudadanos de Bagdad y la centro–occidental provincia de Al
Anbar –principales objetivos de unos 30.000 efectivos militares que
está despachando Bush para que se sumen a los 140.000 ya desplegados
en Iraq– son quienes se sienten más inseguros de todos los iraquíes.
Alrededor de 80 por
ciento de los consultados en la capital y la región central
describieron la situación como "bastante mala" o "muy
mala". Esto representa el doble del porcentaje registrado en
otras regiones.
En las últimas dos
semanas, altos funcionarios civiles y militares de Estados Unidos,
incluyendo al propio Bush, alegaron que la mayor presencia militar
redujo la violencia en Bagdad, en particular, aunque también
advirtieron que insumiría por lo menos seis meses más evaluar su
impacto.
"Llevará más
tiempo que la nueva estrategia tenga efecto", dijo Bush este
lunes, en un discurso conmemorativo del cuarto aniversario de la
invasión. "Y habrá días buenos y malos por delante, a medida
que se desarrolle el plan de seguridad", agregó, pidiendo al público
y al Congreso legislativo paciencia para evaluar la estrategia
contrainsurgente de Washington.
El último sondeo no
es completamente negativo respecto de los esfuerzos de Estados Unidos
en Iraq, aunque 69 por ciento dijeron creer que la presencia de esas
tropas había empeorado la seguridad y 82 por ciento afirmaron no
tener mucha confianza (30 por ciento) o ninguna en absoluto (52 por
ciento) en las fuerzas de ocupación estadounidenses y británicas.
Sin embargo, apenas
35 por ciento dijeron querer que las fuerzas estadounidenses "se
vayan ahora" (lo que supone un aumento en relación al 26 por
ciento registrado en 2005), mientras 38 por ciento opinaron que éstas
deberían "quedarse hasta que se restablezca la seguridad",
y 11 por ciento que deberían "quedarse hasta que las fuerzas de
seguridad iraquíes puedan operar de modo independiente".
Bush también podría
consolarse con una mayoría de 57 por ciento que no creen que Iraq
viva una "guerra civil". De ellos, 46 por ciento consideran
que es "en cierto modo improbable" que se trate de una
guerra civil y 11 por ciento que es "muy improbable".
Además, 47 por
ciento de los consultados –igual proporción que en 2005– dijeron
creer aún que la invasión estadounidense fue positiva.
Cuarenta y tres por
ciento de los iraquíes dijeron preferir un gobierno democrático a
uno encabezado por "un líder fuerte" (34 por ciento) o un
"Estado islámico" (22 por ciento).
No obstante, incluso
este aspecto mostró una marcada caída del optimismo en relación a
2005, cuando 57 por ciento de los encuestados habían elegido la
democracia. Cincuenta y tres por ciento expresaron la convicción de
que en cinco años Iraq tendrá un gobierno democrático.
Sin embargo, el
abrumador mensaje de la encuesta es de creciente insatisfacción y
pesimismo. Apenas 39 por ciento de los consultados –comparados con
71 por ciento en 2005– opinaron que las cosas estaban yendo
relativamente bien en sus vidas.
Cincuenta y ocho por
ciento afirmaron que sus vidas eran o iguales (22 por ciento) o peores
(36 por ciento) que antes de la invasión, y dos tercios dijeron que
las cosas iban peor para el país (comparado con 53 por ciento en
2005).
Cuarenta por ciento
de los consultados piensan que el país estará económicamente mejor
de aquí a un año, lo que representa una fuerte caída en relación a
69 por ciento que creían lo mismo en 2005.
La encuesta halló
una abrumadora insatisfacción con la provisión de servicios básicos.
Siete de cada 10 consultados calificaron mal la atención médica y el
acceso a agua limpia. Ocho de cada 10 tildaron de negativa la situación
del empleo y el suministro de combustible para cocinar o para vehículos
en ese país petrolero.
Y nueve de cada 10
catalogaron de malo el servicio de electricidad. También fueron
mayoritarios los que no expresaron esperanza de que la situación en
cada rubro mejore en el próximo año.
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