Casi
un millón de iraquíes exigen en Nayaf el fin de la ocupación
Gara,
10/04/07
Nayaf.–
Con motivo del cuarto aniversario de la entrada de las fuerzas
militares de EEUU en Bagdad, cerca de un millón de iraquíes se
manifestaron ayer en Nayaf, al sur del país, para exigir la inmediata
retirada de las tropas ocupantes. La convocatoria había sido
realizada por el movimiento del dirigente chií Moqtada al Sadr y en
la misma también participaron religiosos suníes que portaron la
pancarta que encabezaba la marcha.
Cerca
de un millón de personas secundaron ayer en Nayaf el llamamiento a la
movilización realizado por el dirigente chií Moqtada al Sadr con
motivo del cuarto aniversario de la entrada de las tropas
estadounidenses y británicas en Bagdad. «¡Abajo América!» y «¡Abajo
Bush!» fueron los eslóganes más coreados y se quemaron banderas
estadounidenses, aunque la enseña que más se vio ayer en esta
movilización para reclamar la salida de las tropas ocupantes fue la
bandera iraquí.
Algunos
de los manifestantes habían recorrido más de 400 kilómetros para
acudir ayer a Kufa, una de las ciudades santas del chiísmo, desde
donde se desplazaron a Nayaf.
En
las imágenes que mostró Al Iraqiya, la televisión pública iraquí,
podían verse a miles y miles de personas marchando mientras portaban
banderas del país árabe y pisoteaban las enseñas estadounidense e
israelí, que habían sido arrojadas al suelo.
Religiosos
suníes, que fueron especialmente invitados por el movimiento del chií
Al Sadr, se encontraban en la cabecera de la manifestación.
«Todo
este gentío ha venido hasta aquí para mostrar su rechazo a los
ocupantes y exigir que se marchen», afirmó el diputado Falah Hassan
Chansil, perteneciente al movimiento de Al Sadr.
«Tras
cuatro años de ocupación, en Irak no tenemos más que sangre en las
calles, pero no hay ni servicios públicos ni agua», añadió su
colega Nasser al Rubaie.
Junto
a ello, Al Rubaie destacó que «no existe una soberanía parcial, ya
que la soberanía deber ser completa».
Por
su parte, Moqtada al Sadr denunció el domingo que «los Estados
Unidos están tratando de sembrar la cizaña entre los iraquíes en su
propio beneficio». Al Sadr no fue visto ayer en la movilización de
Nayaf. Según EEUU, el líder chií se habría refugiado en Irán, un
extremo que ha sido reiteradamente negado por la formación de Al Sadr,
que cuenta con 32 de los 275 diputados que forman el Parlamento iraquí
y seis ministros en el Gobierno.
En
2004 Al Sadr dirigió la rebelión del Ejército de El Mahdi contra
los ocupantes, que tuvo lugar en Nayaf y que le convirtió en uno de
los líderes más destacados del panorama político iraquí. Uno de
los objetivos del plan de seguridad que Bush puso en marcha en febrero
en Bagdad era neutralizar a los seguidores de Al Sadr, concentrados en
el barrio de Sadr City.
Toque
de queda en Bagdad
Con
motivo del cuarto aniversario de la entrada de las tropas ocupantes en
Bagdad, se decretó ayer el toque de queda en la capital iraquí,
prohibiéndose, además, la circulación de coches.
El
9 de abril de 2003, las tropas de EEUU entraron en Bagdad y derribaron
una estatua de Saddam Hussein. Desde entonces, el 9 de abril está
considerado festivo en Irak.
600.000
muertos
Según
«The Lancet», 600.000 iraquíes han muerto tras la invasión. ACNUR
destaca que dos millones se han visto forzados a abandonar el país y
que cerca de 1.800.000 se han desplazado dentro de Irak por los
ataques.
60
milicianos chiíes "muertos o capturados" en Diwaniya
Más
de 60 milicianos chiíes fueron «muertos o capturados el viernes
después de violentos enfrentamientos con el Ejército iraquí y
fuerzas de la coalición [ocupante]», según informó ayer el general
polaco Pawel Lamla.
El
coronel de EEUU Michael Garrett explicó que 3.300 soldados
estadounidenses e iraquíes entraron el viernes en Diwaniya y se
enfrentaron a milicianos chiíes, la mayor parte de ellos miembros del
Ejército de El Mahdi de Moqtada al Sadr.
Lamla
explicó que esta operación es una prolongación del plan de
seguridad que se aplica en Bagdad.
Cientos
de miles de chiítas exigen el fin de la ocupación estadounidense
Reuters,
09/04/07
Najaf.–.
Con las consignas "¡Abajo Bush! ¡Abajo Estados Unidos!",
cientos de miles de chiítas se manifestaron en la ciudad santa de
Najaf, al sur de Bagdad, contra la invasión estadounidense al
conmemorarse hoy el cuarto aniversario de la caída de Saddam Hussein.
La Casa Blanca minimizó las protestas y dijo que Irak "está
ahora en una situación en la que la gente puede reunirse libremente y
expresar sus opiniones".
Los
manifestantes, algunos de los cuales recorrieron más de 400 kilómetros
para responder al llamado del clérigo radical chiíta Moqtada Sadr,
se congregaron durante la mañana del lunes en Kufa, y luego se
dirigieron a la vecina ciudad santa de Najaf.
Imágenes
captadas desde un helicóptero por el canal de televisión público Al
Iraqia mostraban una marea humana que llevaba miles de banderas iraquíes.
En algunos lugares, banderas estadounidenses e israelíes fueron
pintadas en el suelo para que fueran pisoteadas por la multitud. También
se quemaron banderas estadounidenses.
Las
autoridades iraquíes tomaron medidas especiales de seguridad en
coordinación con el movimiento de Sadr para evitar atentados.
"Esta
multitud vino para mostrar su rechazo al ocupante y exigir su
partida", dijo el diputado Falah Hassan Chansil.
"Después
de cuatro años de ocupación en Irak no hay más que sangre
derramada; no hay servicios públicos ni agua", agregó otro
diputado, Nasser Rubaie.
"Nosotros
no decimos que hay una soberanía parcial, afirmamos que no hay
soberanía alguna", añadió.
Durante
la protesta los organizadores distribuyeron volantes en los que se leía:
"Estos cuatro años de ocupación no nos aportaron nada más que
la humillación y las molestias diarias".
Responden
a llamado de Sadr
Sadr,
quien culpa de la creciente violencia en Irak a la invasión liderada
por Estados Unidos, llamó ayer a los iraquíes a protestar contra la
presencia de las fuerzas estadounidenses en Irak.
En
2004 el poderoso y joven clérigo encabezó dos levantamientos contra
las fuerzas estadounidenses, y desde entonces ha asumido un importante
papel político. Su movimiento tiene un cuarto de las bancas de la
alianza chiíta gobernante del primer ministro, Nuri Maliki.
El
ejército de Estados Unidos dice que Sadr, quien encabeza la milicia
del Ejército del Mehdi, a quien culpa por alimentar las luchas
sectarias con la minoría sunita, está en Irán. Sus allegados
insisten en que se encuentra en Irak.
Hace
cuatro años el mundo vio a los iraquíes, ayudados por soldados
estadounidenses, derribar una estatua de Hussein en la plaza Firdous,
en el centro de Bagdad. Una multitud bailaba de alegría sobre los
restos del monumento.
Hussein
prometió derrotar a los ocupantes que irrumpieron el 20 de marzo de
2003, pero sus fuerzas ofrecieron poca resistencia al ejército
estadounidense mientras se abría paso hacia el corazón de la capital
iraquí. Fue capturado el 13 de diciembre de ese año y ejecutado el
30 de diciembre pasado.
La
Casa Blanca minimizó las manifestaciones antiestadounidenses en Najaf
y dijo que son un síntoma de libertad. "Aún tenemos mucho más
progreso por delante, Estados Unidos, la coalición y los iraquíes
tienen mucho más por hacer, este es un país que ha recorrido un
largo camino desde la tiranía de Saddam Hussein", dijo el vocero
presidencial Gordon Johndroe en Yuma, Arizona.
Pero
el contralmirante estadounidense Mark Fox señaló que estos cuatro años
de invasión en Irak estuvieron marcados por "avances
sustanciales", aunque también por decepciones y frustraciones.
"Aunque
en Irak se realizaron avances sustanciales desde 2003, reconocemos que
los cuatro años pasados también han sido decepcionantes, frustrantes
y cada vez más peligrosos en numerosas partes del país", declaró
Fox en una conferencia de prensa en Bagdad.
Así
las cosas, el ejército estadounidense dio la orden a 13 mil soldados
de la Guardia Nacional de prepararse para su despliegue en Irak a
partir de diciembre, anunció este lunes el Pentágono.
"El
Departamento de Defensa anunció hoy la puesta en alerta de unidades
suplementarias destinadas a remplazar" a los militares
actualmente desplegados en Irak, anunció el Pentágono en un
comunicado. Se trata de cuatro brigadas de combate de la Guardia
Nacional.
La
coalición en Irak aseguró que más de 60 milicianos chiítas
murieron o fueron capturados en la localidad de Diwaniya, al sur de
Bagdad, durante los combates mantenidos desde el viernes con tropas
iraquíes y estadounidenses.
Los
soldados iraquíes y de la coalición "mataron o capturaron a más
de 60 terroristas", afirmó el general polaco Pawel Lamla,
comandante de la fuerza multinacional en ese sector.
El
ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, estimó en
entrevista al diario británico The Guardian que la conferencia
internacional que reunirá a los países vecinos de Irak y a las
grandes potencias, en Sharm el Sheij en Egipto, el 3 y 4 de mayo, sólo
debe ser consagrada a la situación en Irak y no a los otros
conflictos regionales.
A
todo esto, Japón acordó un préstamo de 640 millones de euros a Irak
para reactivar su industria petrolera, con motivo de una visita a Japón
del primer ministro Nuri Maliki, anunció el Ministerio de Relaciones
Exteriores japonés.
Los
fondos financiarán en particular la construcción de un oleoducto en
Basora.
Cuarto
aniversario de la ocupación
Los
chiís conmemoran la caída de Sadam con una marcha anti–EEUU
El
Periódico, 10/04/07
Nayaf.–
Quienes debían celebrar ayer en Irak el cuarto aniversario del
derrocamiento del dictador que les masacró durante decenios, salieron
a la calle ayer, pero no para congratularse, sino para exigir la
retirada de las tropas que entonces ocuparon el país. Centenares de
miles de chiís acudieron al llamamiento del cabecilla radical Moktada
al Sadr y tomaron las calles de la ciudad santa de Nayaf para expresar
su rechazo a la presencia en el país de la coalición militar
multinacional encabezada por EEUU.
El
9 de abril del 2003, un grupo de soldados estadounidenses, a bordo de
sus blindados, derribó la gigantesca estatua de bronce de la plaza
del Paraíso, sita en el centro de Bagdad, ante una nutrida
representación de la prensa internacional que cubría desde el
cercano hotel Palestina las postrimerías de la segunda guerra del
Golfo. Ya entonces, en medio de un Bagdad arrasado por los
saqueadores, se alzaban voces dentro de Irak que temían lo que iba a
suceder: que el fin del régimen de Sadam había reavivado los odios
entre comunidades y etnias.
Ayer,
los chiís salieron en masa, haciéndose eco de esos temores, muchos
de ellos portando banderas nacionales, para exigir la salida de las
tropas extranjeras. "Después de cuatro años de ocupación, en
Irak solo se ha vertido sangre, pero no tiene servicios públicos, ni
agua", denunció el diputado Naser al Rubai. "Nosotros no
decimos que haya una soberanía parcial; decimos que no hay soberanía",
clamó.
Radicalización
chií contra EEUU
La
protesta, que demostró una vez más la radicalización de los chiís
y la marginación de los líderes espirituales moderados como el gran
ayatolá Alí al Sistani en favor de los cabecillas radicales como
Moktada al Sadr, fue pródiga en consignas contra las tropas
estadounidenses. "Muerte a América", coreaban los
manifestantes, reunidos en la plaza Sadr de Nayaf. "Toda esta
masa ha venido para mostrar su rechazo al ocupante y pedir su
salida", declaró el diputado Falá Hasán Chansil, fiel al
dirigente radical. El comunicado emitido por Moktada al Sadr, el
cabecilla radical chií, no daba lugar a dudas respecto a lo que
pensaban los chiís acerca de sus salvadores, hace ya cuatro años.
"Hay que hacer oír a todo el mundo el rechazo de los iraquís a
la ocupación; la permanencia de las tropas norteamericanas en Irak
depende del pueblo iraquí, por lo que nadie tiene el derecho a
prorrogarla o a pedirla", rezaba la carta de Sadr.
La
caída de la estatua de Sadam, que se convirtió en el símbolo del
fin de los 24 años de dictadura baazista, marcó el inicio de una
nueva etapa en la que la frustración y la amargura enseguida se
apoderó de la ciudadanía. "Estoy totalmente desesperado, como
todos los iraquís, por todo lo que se ha ido desmoronando durante
estos cuatro años", aseguró Saad Abás. Para algunos, como
Husein al Saidi, de 68 años, era meridianamente claro lo que iba a
suceder tras la desintegración del sistema político baazista.
"Etapa
de guerra"
"Desde
el primer momento en el que los estadounidenses pusieron el pie en
Bagdad, supe con toda seguridad que el país se enfrentaría a una
etapa de guerra y destrucción", afirma Saidi, que regenta un café
en la céntrica avenida Saadún.
Con
la perspectiva del tiempo, Saidi ve con escepticismo todos los
acontecimientos que se produjeron hace cuatro años. "Viví los años
de la ocupación británica de Irak y sé perfectamente lo que
significa la ocupación; por eso me reí de los que golpearon la
estatua de Sadam, después de que la tiraran los norteamericanos, que
gritaban lemas de libertad, democracia y una nueva vida", dijo.
El abogado Dauad al Abidi, mostró su apoyo incondicional a la
insurgencia y su repulsa de las tropas extranjeras: "Los que
llaman 'liberación' a la ocupación norteamericana del país son muy
pocos".
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