Iraq resiste

 

Entrevista con los periodistas Steve Connors y Molly Bingham, autores del documental "Encuentro con la resistencia"

Cara a cara con la resistencia iraquí

Por Kevin Prosen (*)
CounterPunch, 18/04/07
Rebelión, 25/04/07
Traducido por Germán Leyens

“Meeting Resistance” [Encuentro con la resistencia] es un nuevo documental sin precedentes que llega a lo profundo del corazón de la insurgencia contra las fuerzas estadounidenses en Iraq. Durante diez meses, los periodistas Steve Connors y Molly Bingham entrevistaron a diez miembros anónimos de la resistencia centrados en el vecindario al–Adamiya de Bagdad. Mediante francas entrevistas con los diversos miembros de la insurgencia, la cinta cuestiona muchos de los mitos oficiales sobre la resistencia iraquí divulgados por la prensa occidental y desnuda las complejas motivaciones psicológicas, políticas, y religiosas de los diversos grupos e individuos que comenzaron a organizar células de la resistencia casi de inmediato después de la caída de Bagdad. Tuve la oportunidad de hablar con Steve Connors y Molly Bingham después del estreno de la película en el Full Frame Documentary Film Festival durante el fin de semana pasado.

Para comenzar, ¿podrían describir cómo comenzaron a hacer su reportaje en Iraq?

Molly Bingham: Yo estuve en Iraq en marzo durante la invasión. Steve y yo llegamos a Bagdad poco después de la caída de la estatua y trabajamos como fotógrafos independientes hasta cerca de junio de 2003, y luego hicimos una pausa de seis semanas. Comenzamos “Meeting Resistance” en agosto de 2003.

Una de las historias en las que estaba trabajando como reportera independiente era sobre los sitios en los que Sadam Husein fue visto antes de que desapareciera. Así que fui a la mezquita Abu Hanifa en el vecindario Adamiyeh de Bagdad, donde se decía que habían visto a Sadam. Encontré a un señor que me ofreció mostrarme el lugar y terminé conversando un rato con él. Después de un momento mi traductor me dijo que estaba en la resistencia. Me sorprendí, cómo “¿ese tipo?” Tenía unos cincuenta años, una panza, maneras suaves y cortesas, y me dio la bienvenida como extranjera en el país. Volví al hotel y hablé con Steve sobre el asunto. Habíamos comenzado a notar ataques en pequeña escala contra los soldados, y decidimos investigar un poco.

¿Qué clase de peligros enfrentasteis al trabajar como “periodistas no encastrados” en Iraq?

Steve Conners: Uno fue que nos acercábamos a gente que estaba claramente involucrada en la violencia, y era bastante peligrosa; no sabíamos si iba a ser peligroso para nosotros. Nuestra principal defensa era en realidad nuestra indefensión; éramos Molly y yo y un traductor y un conductor. No teníamos guardaespaldas, sólo íbamos por ahí y éramos lo que somos. Cuando encontramos por primera vez a cada uno de los personajes de la película, nos dijeron en términos bien claros que nos matarían si algo iba mal, lo que interpretamos como que si trabajábamos para los militares o los servicios de inteligencia estadounidenses. Sabían donde vivíamos.

Otro fue que generalmente andábamos por Bagdad. Estallaban bombas por todo el lugar, circulaban montones de convoyes estadounidenses, no les gustaba nada que alguien se acercara demasiado a un convoy. Muchos iraquíes fueron muertos por conducir demasiado cerca de los convoyes. Ya en aquel entonces Iraq era un sitio muy peligroso.

¿Les sorprendió algo respecto a la composición social y política de la resistencia?

MB: Pienso que lo que descubrimos es que era socialmente diversa, algunos habían servido en las fuerzas armadas, otros no. Había algunos suníes y algunos chiíes, como el Viajante y el Sirio. Lo que nos sorprendió fue de alguna manera lo comprensibles, normales que eran cuando al escucharlos mientras explicaban por qué combatían, sus motivaciones. Comenzó a tener más sentido. No sabíamos lo que íbamos a encontrar, pero fue un poco sorprendente. Dijeron: “defendemos a nuestro país, no queremos ser ocupados. Nuestro honor es atacado por tropas extranjeras en nuestro suelo.”

Generalmente su sentimiento no era odio anti– estadounidense, u odio de EEUU “por nuestra libertad.” Era porque había soldados extranjeros en el terreno. No habría importado si esas tropas hubieran sido francesas, chinas o estadounidenses.

SC: En algunas cosas no nos sorprendimos, en otras nos sorprendimos realmente. Siempre estábamos en una curva de aprendizaje. Hubo una cita sorprendente del Maestro, no quedó en el corte final de la película. Dijo que querían tener una buena relación con EEUU, pero envíennos ingenieros o eruditos, no a sus guerreros que lo ametrallan todo.

Ustedes entrevistan en la película a un profesor iraquí que ha estudiado las células de la resistencia. Describe sus motivaciones como primordialmente nacionalistas y patrióticas. Sin embargo, gran parte de la gente en la película se refiere al Islam como la bandera bajo la cual se forman estos grupos. ¿Cuál es su impresión del papel jugado por la ideología islámica en la resistencia?

MB: De nuevo, cada individuo en la película tenía una experiencia personal separada y única en cuanto a sus motivaciones. Algunos eran muy nacionalistas, con un poco si algo de Islam, y luego había cambios. Dentro de la película, hay ligeras contradicciones o matices sobre los diferentes motivos por los que se unió la gente.

Al comienzo hubo una actitud muy nacionalista, o más bien secular, y más adelante en el proyecto comenzamos a detectar un cambio en el tono, con más fundamentos islámicos. Hablamos mucho con el Imán, aproximadamente cuando capturaron a Sadam Husein. Básicamente nos explicó que porque Iraq había sido invadido por no–musulmanes, se hace imperativo librar la Yihád. El nacionalismo se sumó al pensamiento islámico, Muchos de ellos tenían características nacionalistas que convergían con el Islam.

SC: Es una de las cosas que realmente aprendimos, lo que fue muy valioso para nosotros. Es un lugar tan común, particularmente para los suníes, que esos muchachos no requieren liderazgo, porque lo que hacen ya está gobernado por el Corán y el Hadit, lo que es como el equivalente islámico de los evangelios. Esta es la primera insurgencia en la historia a la que no se le puede cortar la cabeza porque no hay cabeza. El liderazgo va donde tus seguidores quieren que vayas. Fue una lección realmente valiosa para nosotros.

Sé que los militares estadounidenses pensaron que los Imanes eran los dirigentes de la insurgencia, porque llamaban a la Yihád en las mezquitas. Iban por ahí arrestándolos, cuando en realidad sólo articulaban las demandas de su congregación.

El movimiento de Moqtada al–Sadr realizó una inmensa manifestación a semana pasada, y a comienzos de esta semana retiró sus seis ministros del gabinete. Según el informe del Grupo de Estudio Iraq, se calcula que el ejército Mehdi tiene 60.000 combatientes. Extrañamente, sin embargo, no se menciona al movimiento sadrista en la película. ¿Obtuvieron una idea de la influencia de Sadr durante el tiempo que pasaron en Iraq?

MB: Hay una mención muy breve hacia el final. Justo después de que los contratistas fueron muertos en Faluya en abril de 2004, hubo un levantamiento sadrista, después de la clausura del periódico sadrista por la Autoridad Provisoria de la Coalición, y la expedición de mandatos de arresto para Sadr.

SC: El motivo por el cual no pusimos más sobre Sadr fue ante todo que el proyecto fue de muy corta duración. Hablamos con este movimiento de resistencia, mientras los sadristas esperaban una orden de su sayed, tratamos de explicar parte de esa diferencia en la cinta.

MB: La principal diferencia entre suníes y chiíes en este contexto es que los suníes toman sus propias decisiones individuales. Tienen una relación directa más “protestante” con Dios, toman sus propias decisiones sobre la Yihád. Los chiíes tienen una perspectiva más “católica,” seguirán las reglas y las fatuas expedidas por sus dirigentes.

Algunos siguen a Sistani, otros siguen a Sadr, y hay otros dirigentes. Si consideras el control que los dirigentes chiíes tienen sobre la población, es casi como un grifo. Sadr puede abrir el grifo y decir: “Quiero que se manifiesten,” o puede decir: “Quiero que todos se queden en casa, así que existe ese control realmente directo de la dirigencia chií que no existe del lado suní.”

SC: Hay una cita en la película: el Sirio dijo que le sorprende que los iraquíes no se alcen “como una sola mano,” pero que si los suníes y los chiíes se juntaban, si Sistani llegaba a saberlo, no podrían levantarse como una mano y expulsar a los estadounidenses. El Guerrero dijo algo similar, en un momento, cuando pregunta “dónde está Sistani en esto.” Sadr es probablemente ahora mismo el hombre más subestimado en Iraq.

MB: Las recientes manifestaciones fueron una tremenda fuerza desde el punto de vista político, y muestran lo controlados que pueden ser los chiíes. Es realmente importante: los chiíes no dan unánimemente la bienvenida a la presencia extranjera en su suelo. Al sacar a sus miembros del gabinete esta semana, Sadr dice que quiere que esas posiciones sean llenadas con tecnócratas, para reducir los elementos sectarios en el gobierno.

SC: No sé si usted lo vio, pero existe una especie de “re–nacionalismo” que aumenta, después de ese ataque con la bomba en la Zona Verde el otro día, que supuestamente fue hecho por un atacante suicida. Se habla de la formación de un gobierno en la sombra, un bloque político no–sectario de sadristas y nacionalistas suníes. Así que esto se desenvuelve de un modo muy interesante. Es una historia que hay que vigilar en las próximas semanas.

Esta película acaba de tener su estreno mundial. ¿Cómo fue la reacción del público?

SC: Sorprendente. Teníamos un teatro con 275 asientos, y 60 personas afuera que no pudieron entrar. Estaba repleto. Mucha gente se quedó para las preguntas y respuestas, y la gente se nos acercó durante el resto del festival de cine.

MB: Hemos estado trabajando en esto básicamente en aislamiento durante los últimos cuatro años, así que salir finalmente al público con este proyecto, y la manera como esta cinta informa el debate sobre Iraq, es realmente maravilloso para nosotros que obtengamos esta reacción.

SC: Mucha gente se ha mostrado muy sospechosa respecto a lo que se les ha dicho sobre Iraq, pero no pueden definir lo que no parece no tener sentido. “Meeting Resistance” logra responder a parte de esas preguntas y luego permite a la gente que tenga un marco desde el cual formular más preguntas. Hemos descubierto que existe un sentido de alivio en eso, eso de que “Mira, no me estoy volviendo loco, no se trata de monstruos de dos cabezas, es como si fueran seres humanos normales y motivaciones normales.” Una vez que comprendes ese primer año de resistencia, muchas otras cosas encuentran su lugar.

MB: También hemos mostrado esta película a más de 200 oficiales de carrera en Quantico, en West Point, en el Colegio Real de Estudios de la Defensa en Gran Bretaña, y la reacción de esas instituciones ha sido sorprendente, tuvieron muchas preguntas. Es un tremendo honor, como periodista, que se valorice tan altamente tu trabajo. Mediante documentales y trabajos de televisión, los estadounidenses han sido muy expuestos a la experiencia de los soldados estadounidenses en Iraq. Esta es la primera vez que los estadounidenses son expuestos a los iraquíes hablando con sus propias voces y con una oportunidad de formar sus propias opiniones.

¿Qué puede hacer la gente que lee esta entrevista para ayudar a que esta película llegue a un público más amplio?

MB: Nuestro sitio en la Red es www.meetingresistance.com, contiene secuencias de la película. Para miembros de universidades o de grupos que quieran ver la película, pueden contactarnos a través del sitio en la Red. Nos encantaría ser invitados a proyectar la cinta ante universidades u otros grupos interesados.


(*) Kevin Prosen creció en Milwaukee, y ahora es escritor y activista independiente que vive Durham. Para contactos, escriba a:kprosen@gmail.com