Informe
de ‘Global Policy Forum’ (I) (*)
Las
bases de EEUU y la nueva embajada en Bagdad
Global
Policy Forum, marzo de 2007
IraqSolidaridad, 16/04/07
Traducido por Beatriz Morales
“Estos colosales
proyectos de construcción, que cuestan miles de millones de dólares,
sugieren de manera contundente que sus autores consideran Iraq como un
Estado cliente y como una base para las operaciones militares
estadounidenses en la región de Oriente Medio. Como observó Ron Paul,
congresista estadounidense republicano por Texas: ‘[…] tanto la
embajada [de EEUU] en Bagdad, como las bases militares que se están
construyendo, envía un mensaje de que contamos con permanecer en Iraq,
y dirigir Iraq, durante mucho tiempo.’.”
Estados Unidos está
construyendo grandes bases militares, caras y con previsión de futuro
en Iraq, así como un enorme complejo para la nueva embajada en
Bagdad. Estos proyectos de construcción son muy controvertidos; como
han demostrado muchas encuestas de opinión, los iraquíes se oponen
abrumadoramente a [la creación en su país de] las bases y el
Congreso estadounidense también ha rechazado el gasto de fondos para
bases “permanentes” en Iraq. De forma muy generalizada las bases y
la embajada se consideran símbolos de que EEUU proyecta ejercer una
influencia militar y política excepcional en Iraq —y en la zona—
durante muchos años.
Bases
de operaciones y bases de contingencias
Durante los años
2003 y 2004, EEUU estableció en Iraq más de un centenar de bases de
diferentes tamaños, incluidas bases aéreas, centros de detención,
cuarteles generales del ejército de tierra, almacenes logísticos y
muchas pequeñas "bases de operaciones a largo plazo" cerca
del escenario de combate [1]. Al año de la ocupación, el Pentágono
ya había desarrollado hasta 14 bases más allá de lo que es un
campamento temporal [2]. Las tiendas de campaña o los remolques
dieron paso a infraestructuras más permanentes destinadas a vivir y
se realizaron inversiones en infraestructuras de carreteras, edificios
para cuarteles generales e instalaciones para los aviones.
A finales de 2006 había
55 bases estadounidenses en Iraq [3], de entre las que los mandos
militares habían elegido unas cuantas para convertirlas en
perdurables o "duraderas". Ahora el proceso de construcción
de bases está muy adelantado junto con la construcción de
importantes pistas de hormigón, comunicaciones, instalaciones y todo
tipo de servicios para los soldados.
Estas bases
especiales están situadas en diferentes regiones del país, lo que
permite el control militar de toda la superficie de Iraq. Las bases
están situadas en torno a los principales aeródromos militares,
reconstruidos desde la época de Sadam [Husein], lo que permite a las
fuerzas terrestres que viven allí proteger la capacidad
estadounidense para atacar desde el aire. Los aeródromos dan a las
bases cierto grado de independencia del soporte logístico por tierra
(que se puede atacar con facilidad), y permiten una coordinación
mayor entre las fuerzas de tierra y las operaciones tácticas aéreas.
Aunque los
presupuestos del Pentágono han hecho imposible determinar con
exactitud las cantidades destinadas a la construcción de bases en
Iraq, en estas bases especiales se ha gastado bastante más de mil
millones de dólares [4]. En el suplemento de crédito presupuestario
de 2006 se destinaron 348 millones de dólares para más
construcciones [5].
Las
bases clave son:
–
Al–Balad, también conocida como Campo Anaconda, a unos109
kilómetros al norte de Bagdad; toda la actividad aérea de la Coalición
en Iraq se coordina en esta base.
–
Al–Talil, a unos 22 kilómetros al sudoeste de Nasiriya, en
el sur [de Iraq].
–
Al–Asad, a unos 193 kilómetros al oeste de Bagdad, cerca de
la ciudad ribereña del Éufrates de Jan al–Bagdadi.
–
Al–Qayyara, a unos 80 kilómetros al sudeste de Mosul, en el
norte del país [6].
–
Campo Victoria o Campo Libertad, un complejo cerca del
Aeropuerto Internacional de Bagdad, donde el mando militar
estadounidense tiene su cuartel general.
Otras instalaciones
importantes que se han mejorado incluyen Campo Marez, cerca del
Aeropuerto de Mosul; Campo Cook, al norte de Bagdad, y una nueva base
cerca de Irbil, en el Kurdistán. Los documentos de planificación [de
las bases] se referían inicialmente a ellas como “bases
duraderas”, pero en febrero de 2005 el Pentágono cambió el término
por el de “bases de funcionamiento para contingencias” [7].
Imágenes de la
manipulación
Google hace
desaparecer las bases británicas en Iraq
Google
ha sustituido las imágenes de bases británicas en el sur de Iraq,
captadas por satélite y que aparecían en Google Earth, por imágenes
previas a la invasión del país. Las imágenes inferiores
corresponden a la base británica Campo Shat al–Arab (imágenes
superior: a la izquierda, en la actualidad, y a la derecha, antes del
inicio de la ocupación) y al antiguo complejo oficial ribereño de
Basora (imágenes inferiores). El gobierno británico habría pedido a
Google tal modificación, según informaba el diario británico
Telegraph.
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Según se informa,
quienes las han diseñado consideran que las bases desempeñan un
papel político en Iraq, en particular una capacidad para influir en
las zonas limítrofes y para intervenir tanto en conflictos locales
como nacionales o de Oriente Medio. Como declaró al [diario] The
Washington Post un general implicado en la planificación [de las
bases], “[…] No queríamos elegir lugares que estén muy cerca de
núcleos de población iraquí, sino lugares que nos permitieran
influir en una zona y nos dieran alguna capacidad de presión” [8].
El término “capacidad de presión” se refiere, aparentemente, a
potenciales ataques militares contra otros países, tales como Siria e
Irán.
Estas bases
estadounidenses clave son enormes. Al–Balad (Campo Anaconda) ocupa
24 kilómetros cuadrados [9] mientras que las bases al–Asad y al–Talil
ocupan algo más de 32 kilómetros cuadrados cada una [10]. Incluso
cerca de Bagdad, el complejo de la base estadounidense Victoria o
Libertad es tan grande que tiene cabida para una carrera de triatlón
de unos 224 kilómetros [11]. Un gran número de personal de servicio
estadounidense, así como equipos de constructores privados y otros
trabajadores de contratas, están destinados en estas instalaciones.
Por lo que se refiere únicamente al personal militar, [la base de]
al–Balad (Campo Anaconda) cuenta con 20.000 personas [12], al–Asad
con 17.000 [13] y Victoria o Libertad con 14,000 [14]. Los equipos de
construcción y contratas suman otros miles de personas más.
En el centro de estas
bases se ubican amplios y sofisticados aeródromos militares, con
pistas dobles de entre dos y tres kilómetros y medio que pueden dar
cabida a muchos aviones, incluidos los de combate, los teledirigidos,
los helicópteros y los grandes aviones de transporte. Al–Balad
alberga a un total de 250 de estos aviones, incluidos 120 helicópteros
y numerosos predadores teledirigidos, estacionados en vastas
plataformas de hormigón para el estacionamiento y pistas de rodaje
[15]. Las construcciones en esta base, cuyo presupuesto se ha aprobado
recientemente, incluyen una rampa de estacionamiento para el
descomunal avión de carga C–5A Galaxy de las fuerzas aéreas, así
como la mejora de la iluminación para las operaciones que se realizan
las 24 horas del día. Se dice que el tráfico aéreo de [la base de]
Balad está entre los más intensos del mundo, con operaciones aéreas
durante las 24 horas del día los siete días de la semana, comparable
con el del aeropuerto O’Hare de Chicago [16]. El aeródromo de la
base de al–Asad también cuenta con un nuevo sistema de iluminación
así como con un sofisticado sistema de control de tráfico aéreo
[17].
Las bases son
cumplidamente autosuficientes en lo relativo a sus instalaciones,
incluida la electricidad, los sistemas de telefonía, el aire
acondicionado y la calefacción, y las instalaciones hospitalarias
[18]. Mientras que el agua potable, la electricidad o el tratamiento médico
de calidad escasean en el país, las bases son un oasis de servicios
que funcionan a pleno rendimiento —un largo costoso camino muy
distante de las tiendas militares o de los barracones provisionales
levantados a toda prisa en el campo—. Resulta irónico que los
proyectos de las bases se terminen con prontitud mientras que otros
muchos proyectos de construcción en beneficio de los iraquíes, como
las plantas de tratamiento de aguas, las centrales eléctricas e
instalaciones sanitarias hayan sufrido un sin fin de retrasos,
recortes y fallos.
Las bases están
protegidas del exterior por un perímetro altamente fortificado y
actualmente el Pentágono está modernizando aún más los sistemas de
seguridad perimetral. En [la base de] al–Talil los constructores están
levantando una valla de seguridad de doble perímetro por valor de 22
millones de dólares con controles de alta tecnología en las puertas,
torres de control y una zanja de protección similar a un foso,
mientras que las vallas del perímetro de al–Balad se están
modernizando y extendiendo en tierra de nadie [19].
Las bases han
reforzado los edificios de hormigón, han hecho más sólidos los búnkeres
y han creado sistemas electrónicos que rara vez, si es que alguna, se
colocan en las instalaciones de las bases temporales. Las bases también
poseen amplios barracones de hormigón para los soldados y un gran
sistema de carreteras interiores. Asimismo disponen de importantes
centros logísticos que les permiten aprovisionar a las tropas
destinadas en esa zona del país de comida, combustible, municiones y
otros suministros.
Las bases disponen de
complejos servicios para llevar el estilo de vida estadounidenses a
las tropas. Además de cuatro comedores y una gran instalación
deportiva, Balad cuenta con dos enormes almacenes [tipo] economato y
varios establecimientos de comida rápida, incluidos un Burger King,
abierto 24 horas, un Pizza Hut, una imitación de Starbucks llamada
“Green Beans,” y una heladería Baskin Robbins, así como un
minigolf [20]. [La base de] al–Asad cuenta con un campo de fútbol,
una oficina de alquiler de coches Hertz, un ciber–café, una piscina
cubierta, un cine donde se exhiben los últimos estrenos e incluso un
concesionario de automóviles. También tiene un Burger King, un Pizza
Hut y otros establecimientos de comida rápida [21]. Del mismo modo,
[la base de] Victoria o Libertad dispone de establecimientos de comida
rápida, una sofisticada instalación deportiva y gimnasio, así como
el mayor almacén economato de Iraq [22]. Los soldados de estas bases
cuentan con aire–acondicionado, acceso a Internet vía satélite,
televisión por cable y un servicio telefónico internacional.
Estas bases
representan vastos proyectos de construcción que cuestan, cada uno de
ellos, cientos de millones de dólares. Ingenieros militares
declararon a un periodista que visitó al–Balad que para hacer la
mezcla de cemento destinada a la construcción de la base en el período
anterior a marzo de 2006 fueron necesarios 31.000 volquetes de camión
con arena y grava para las nueve plantas donde se hace el cemento
[23]. Además de pistas de aterrizaje, torres de control, carreteras,
edificios y fortificaciones periféricas, las bases tiene complejas
redes subterráneas de tuberías de agua y de comunicación por cable.
Debido a los opacos
presupuestos del Pentágono y, en especial, a los nada transparentes
suplementos de crédito, puede que nunca se sepa el coste total de
cada base ni el descomunal coste de las instalaciones a futuro [24].
Diferentes partidas presupuestarias se dedican a la construcción de
bases e incluyen el trabajo sin coste de las cuadrillas militares de
construcción, así como los contratos con grandes empresas de
ingeniería como la filial de Halliburton, KBR. Se dice que la base de
al–Balad ha costado, al menos de 230 millones de dólares de los
“fondos de emergencia” a lo largo de diciembre de 2005 y, al
menos, 50 millones de dólares más desde entonces [25]. Actualmente
se han presupuestado otros 110 millones de dólares para [la base de]
al–Talil [26], mientras que en la de al–Asad se han gastado 46
millones de dólares en mejoras tales como el perímetro de seguridad,
la iluminación y el control del tráfico aéreo [27].
¿Una
presencia militar permanente?
La cuestión de
nuevas bases estadounidenses en la región del Golfo Pérsico surgió
a finales de la década de 1990 en los debates de Washington
fomentados por el bloque neo–conservador ascendente. El Proyecto
para un Nuevo Siglo Estadounidense [The Proyect for a New American
Century] reunió entonces a un poderoso grupo de neo–conservadores
para presionar a favor de una postura internacional estadounidense más
agresiva [28]. Entre sus miembros estaban Richard Cheney y Donald
Rumsfeld, quienes más tarde llegarían a ser vice–presidente y
secretario de Defensa en el gobierno de George W. Bush
respectivamente. En un informe publicado en 2000, el Proyecto insistía
en la necesidad de una “sustancial presencia estadounidense en el
Golfo” para proteger el suministro de petróleo y disuadir a
potenciales adversarios [29]. En un momento en el que EEUU abandonaba
importantes bases en Arabia Saudí, estaba claro que los autores del
informe estaban presentando nuevos planes para crear bases en otros países.
Pero se dejó sin especificar su ubicación. En 2002, cuando se
avecinaba la invasión de Iraq, miembros clave del Proyecto desempeñaban
altos cargos [en el gobierno].
Distribución
de las principales bases de EEUU en la región |
Según estrategas políticos
y militares de EEUU, las bases estadounidenses de larga duración en
Iraq ofrecen importantes ventajas. El 19 de abril de 2003, mucho antes
de que las tropas estadounidenses tomaran el control de Bagdad, los
periodistas Thom Shanker y Eric Schmitt escribieron un artículo de
portada para el The New York Times indicando los planes del Pentágono
para “mantener” cuatro bases en Iraq de cara al futuro [30]. Mejor
que hablar de “bases permanentes”, los militares entonces preferían
hablar de “acceso permanente” a Iraq [31]. Aproximadamente en la
misma época, altos cargos del gobierno declararon al The New York
Times que EEUU estaba planificando “una relación militar a largo
plazo con el incipiente gobierno de Iraq, una relación que garantizaría
al Pentágono el acceso a bases militares y la proyección de la
influencia estadounidense en el corazón de la región” [32].
El secretario de
Defensa Rumsfeld negó rápidamente estos informes declarando ese
mismo mes a la prensa que hablar de una presencia militar
estadounidense permanente es “erróneo y desafortunado” [33].
Tanto el presidente Bush como el secretario Rumsfeld continuaron negándolo
incluso cuando la construcción de estas colosales instalaciones ya
estaba muy avanzada. El 17 de febrero de 2005, Rumsfeld declaró ante
el Comité del Senado para el Ejército: “[…] Puedo asegurarles
que en este momento no tenemos intención de establecer bases
permanentes en Iraq” [34]. Pero los miembros de Congreso empezaban a
dudar puesto que el Pentágono estaba pidiéndoles que autorizaran
cientos de millones de los presupuestos anuales para financiar la
construcción de las bases.
Mandos militares
sobre el terreno han sido relativamente francos al hablar acerca de
las bases y de su posible utilización a largo plazo. En 2005, Robert
Pollman, general de brigada del Ejército [estadounidense], declaró a
un periodista: “[…] ¿Es esto un cambio por las bases saudíes? No
lo sé (…) Cuando hablamos de bases duraderas aquí, estamos
hablando de la operación actual (…) Pero tiene sentido. Tiene mucha
lógica” [35]. El 14 de marzo de 2006, John Abizaid, el general
estadounidense al mando en Iraq comentó a la prensa que EEUU pudiera
querer mantener una presencia militar a largo plazo en Iraq para
reforzar a los [países] “moderados” pro estadounidenses y
“[…] proteger el flujo de petróleo en la región” [36].
Larry Diamond,
miembro de la conservadora Hoover Institution de la universidad de
Stanford y ex–consejero de Paul Bremer en Bagdad, indicó que el
gobierno Bush no declararía que no desea bases permanentes en Iraq
“[…] porque estamos construyendo bases militares permanentes en
Iraq”. James Glanz del The New York Times señala que a falta de
unas fuerzas aéreas iraquíes completamente funcionales, EEUU será
"[…] responsable de la defensa aérea" en Iraq "[…]
durante algún tiempo en el futuro". Y GlobalSecurity comenta que
la gigantesca torre de comunicaciones nueva de la base de al–Balad
es “[…] otro signo de permanencia” [37].
Un proyecto de ley
presupuestario esbozado en el Pentágono y aprobado por el Congreso en
mayo de 2005 afirmaba directamente que algunos proyectos de construcción
de bases en países no identificados serían “permanentes”. Sostenía
que los fondos cubrirían “[…] en algunos casos muy restringidos
instalaciones permanentes” que incluirían “[…] barracones,
zonas administrativas, instalaciones para el mantenimiento de vehículos,
instalaciones para la aviación, barracones de movilización y
desmovilización e instalaciones de apoyo a la comunidad”, en una
palabra, prácticamente todo lo que se está haciendo en las
principales bases que se están construyendo ahora en Iraq [38].
La preocupación
del Congreso de EEUU
Muchos miembros del
Congreso piensan que las grandes bases provocan el resentimiento de
los iraquíes respecto a EEUU. También los miembros del Congreso
tienen la sospecha cada vez mayor de que los proyectos de construcción
están diseñados para ser de larga duración. Con la creciente presión
por parte de los votantes, el Congreso empezó a debatir una legislación
restrictiva. Durante 2005, legisladores de ambos partidos se
expresaron en relación a este tema. En la legislación sobre el
suplemento de crédito presupuestario de defensa de la primavera de
2006, el Congreso introdujo una enmienda prohibiendo las bases
permanentes [39]. El Pentágono respondió con una intensa presión
para suprimir la enmienda, con lo que se sugería que el departamento
de Defensa realmente quería construir y operar en bases permanentes
[40]. Cediendo a la presión, las dos cámaras del Congreso
suprimieron la enmienda y posteriormente
la introdujeron de nuevo. Sorpresivamente el lenguaje sobre las
bases fue después eliminado por el comité de negociación. Por ello
no aparecieron [las bases] en el proyecto de ley final que aprobaba
cientos de millones de dólares para continuar con los proyectos de
construcción, fundamentalmente en las bases más importantes. Pero
junto con la legislación el Congreso publicó un informe que concluía
que el dinero era "[…] de una magnitud que se asocia
normalmente a [la construcción de] bases permanentes” [41].
Muy poco después,
las dos cámaras del Congreso votaron la prohibición de las bases
permanentes en las partidas presupuestarias de 2007 y la autorización
de gastos para el departamento de Defensa y el departamento de Estado
[42]. Los votos a favor de estas medidas fueron abrumadores (en el
Senado, 100 a 0). El Congreso también hizo un llamamiento al Pentágono
para que aportara un plan transparente para su proyecto de construcción
de bases. A pesar de estos avances, los legisladores todavía no han
utilizado todo el poder de control que poseen sobre el presupuesto
para detener la construcción de bases. Esto permite al gobierno
continuar con los proyectos de construcción de bases y seguir con el
argumento semántico acerca de la conveniencia de aplicar el término
“permanente” [43].
Pero en 2006, después
de las elecciones a mitad de la legislatura del gobierno, el nuevo
Congreso está obligado a aumentar la presión sobre la cuestión de
las bases. Las nuevas medidas podrían empezar con una legislación
sobre fondos suplementarios en la primavera de 2007. Pero mientras
tanto los proyectos de construcción continúan, los contratistas
siguen vertiendo más cemento y al menos tres colosales bases están a
punto de finalizarse.
Oposición iraquí
a las bases permanentes
Una gran mayoría de
los iraquíes se opone a la presencia estadounidense a largo plazo en
su país y consideran las bases como un símbolo negativo y
fundamental de la ocupación. Las encuestas de opinión han demostrado
que los iraquíes creen que EEUU está planeando asentar y mantener
estas bases, aun cuando el gobierno iraquí les pidiera que las
desmantelara [44].
Entre los políticos
iraquíes, aunque unos pocos dirigentes kurdos han afirmado ser
partidarios de las bases permanentes [45], una gran cantidad de
figuras destacadas del Parlamento ha rechazado firmemente la idea. En
septiembre de 2006, un portavoz de la coalición de partidos Frente de
Acuerdo Sunní [participante crítico en el proceso político iraquí
auspiciado por EEUU] afirmó que esta organización “[…] no
permitirá bases militares permanentes en suelo iraquí con el
pretexto de proteger Iraq” [46], y un portavoz del Frente de Diálogo
Nacional denunció que estas bases “[…] atentaban contra la
soberanía iraquí” [47]. La Asociación de Ulemas Musulmanes, [máxima
instancia religiosa] sunní, declaró rotundamente: “[…]
condenamos estas propuestas irresponsables” [48].
Con toda probabilidad
la cuestión de las bases de larga duración se convertirá en un
punto álgido en el sistema político iraquí si Washington insiste en
mantener durante largo tiempo las bases principales y a miles de
personas para tenerlas en funcionamiento. Con toda seguridad una
amplia oposición política se enfrentará a cualquier gobierno iraquí
que consienta tal idea.
El recinto de la
nueva embajada
El “recinto de la
nueva embajada” estadounidense, que se está construyendo en la Zona
Verde, en el centro de Bagdad, ocupará casi 260 hectáreas, diez
veces el tamaño medio de las embajadas estadounidenses y seis veces
el tamaño del recinto de Naciones Unidas en Nueva York [49]. Estará
compuesto por 21 edificios principales y otros muchos secundarios.
Se calcula que su
coste, incluido todo el perímetro de seguridad, todos los servicios
necesarios y otras instalaciones, ronda los mil millones de dólares
[50]. En la primavera de 2005 el Congreso aprobó los fondos para el
contrato principal por un total de 592 millones de dólares [51]. El
Servicio de Investigación del Congreso se ha quejado de que no se
podrá conocer con exactitud el coste real del programa de construcción
debido a los opacos presupuestos que impiden la supervisión efectiva
del Congreso [52].
El recinto con
aspecto de fortaleza que se está levantando en un parque a lo largo
del río Tigris está situado dentro de los seis kilómetros y medio
del enclave de alta seguridad de la Zona Verde, donde el gobierno
iraquí y los altos cargos estadounidenses tienen ahora sus despachos
y residencias. La propia Zona Verde está rodeada de kilómetros de
muros de hormigón, alambre de espino, torres vigías y sofisticadas
entradas de seguridad [53]. Pero dentro de la Zona Verde, la nueva
embajada estadounidense tendrá un sistema de seguridad aún más
complejo y un perímetro de seguridad aún más sólido con muros de
hasta cuatro metros y medio de anchura. Los edificios reforzarán dos
veces y media las especificaciones habituales, “se endurecerán”
para soportar ataques directos de mortero e incluso bombardeos aéreos
[54].
La embajada está
diseñada para tener su propia planta de tratamiento de aguas
residuales, pozos de agua y una central eléctrica, lo que le permite
ser “[…] 100 % independiente de los servicios de la ciudad”
[55].
Programado para
terminarse a finales del verano de 2007, el recinto incluirá dos
grandes edificios de oficinas así como seis edificios residenciales
con un total de más de 600 apartamentos. Según se informa, más de
mil diplomáticos y personal de apoyo trabajarán en el complejo. Habrá
una serie de viviendas para altos cargos, así como un edifico para el
ocio y los deportes que incluye un gimnasio, vestuarios y una piscina.
También habrá un cine, una bolera, peluquería masculina y salones
de belleza, comedores al aire libre y una zona para cenar, un colegio,
un economato, una central eléctrica, un taller de coches, cocheras y,
por supuesto, tiendas y restaurantes para ofrecer al personal de la
embajada comida y productos de consumo estadounidenses [56].
Más de 2.000
personas que pertenecen al personal de seguridad y defensa vivirán y
trabajarán en la zona, incluido un alto número de personal privado
que trabaja como guardaespaldas y una sólida fuerza de marines para
el sistema de defensa del perímetro propio [57]. Los marines vivirán
en el edifico de barracones, de gran envergadura. Llevarán armas
pesadas, incluidos misiles tierra–aire para protegerse contra
ataques aéreos [58]. Habrá cinco entradas de alta seguridad
equipadas con los últimos sistemas de control y de vigilancia electrónica
[59].
Informes de finales
de 2006 insinúan que el gobierno está planeando incrementar aún más
el personal de la embajada en 2007, lo que hará que el descomunal
recinto sea insuficiente incluso antes de que se termine [60]. La
vasta dotación de personal ha planteado problemas de incorporación y
ha puesto a prueba el sistema estadounidense del servicio en el
exterior. Según se ha informado, al personal seleccionado se le ha
ofrecido el doble del salario normal, destino de un año y cuatro
viajes fuera de Iraq durante su permanencia [61]. Un diplomático
comentó que “[…] [la embajada de EEUU en] Bagdad empequeñece
cualquier cosa; se está convirtiendo en un monstruo al que hay que
alimentar todos los años con una nueva tanda de voluntarios” [62].
Entre el personal
actual de unas mil personas hay doscientos diplomáticos de carrera,
cientos de personas procedentes de otros departamentos y agencias del
gobierno estadounidense (incluido un considerable contingente de la
CIA) y una gran cantidad de políticos nombrados, descritos
oficialmente como técnicos expertos pero que, según dicen algunos
diplomáticos, son leales republicanos no demasiado competentes [63].
Algunos informes sugieren que actualmente están trabajando en el
complejo estadounidense hasta 5.000 personas, una cifra que incluye el
personal de seguridad, el personal de servicio e incluso a los
trabajadores de la construcción [64]. Según un informe del Grupo de
Estudios de Iraq, solo el seis por mil del personal permanente de la
embajada habla árabe con fluidez [65].
El recinto ha causado
muchos comentarios en Bagdad, donde lo llaman “el palacio de George
W. Bush”, una referencia a las esmeradas estructuras construidas en
el pasado por Sadam Huseín. A diferencia de muchos proyectos fallidos
de reconstrucción en otros lugares de Iraq, se dice que el complejo
de la embajada estará bien construido y se acabará en el plazo
fijado [66].
La presencia de una
descomunal embajada estadounidense —la mayor del mundo— situada en
la Zona Verde junto al gobierno iraquí es un poderoso símbolo en el
centro de la capital de Iraq. Completamente aislada del exterior, con
la garantía de todos los servicios y grandes comodidades en medio del
sufrimiento, la embajada emerge en gran contraste con su vecino, el
soberano gobierno iraquí [67].
Conclusión
A pesar de la
creciente oposición dentro del Congreso estadounidense y del gobierno
iraquí, el gobierno Bush avanza rápidamente con sus programas de
construcción de las bases a largo plazo así como de su descomunal
embajada. Evidentemente, quienes concibieron estos proyectos tienen
poca sensibilidad respecto a cómo pudieran reaccionar los iraquíes y
poca conciencia de la poderosa imaginería y simbolismo que está
creando EEUU.
Estos colosales
proyectos de construcción, que cuestan miles de millones de dólares,
sugieren de manera contundente que sus autores consideran Iraq como un
Estado cliente y como una base para las operaciones militares
estadounidenses en la región de Oriente Medio. Como observó Ron Paul,
congresista estadounidense republicano por Texas: “[…] tanto la
embajada [de EEUU] en Bagdad, como las bases militares que se están
construyendo, envía un mensaje de que contamos con permanecer en Iraq,
y dirigir Iraq, durante mucho tiempo” [68].
Notas de ‘Global
Policy Forum’ e IraqSolidaridad:
(*) Primera parte del
informe de marzo de 2007 “War and Occupation in Iraq”, elaborado
por ‘Global Policy Forum’ como balance de los cuatro primeros años
de ocupación de Iraq, y que IraqSolidaridad irá editando en
castellano en sucesivas entregas.
1.
GlobalSecurity.org “Iraq facilities”. Según el Washington
Post, en mayo de 2005 todavía había más de 100 bases
estadounidenses en el país. Bradley
Graham, “Commanders Plan Eventual Consolidation of US Bases in Iraq”
(22 de mayo de 2005). Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea:
EEUU ha gastado 1.100 millones de dólares en instalaciones militares
en Iraq y Las fotos de la devastación del principal depósito de
munición de Iraq .
2.
Christine Spolar, “14 ‘Enduring Bases’ Set in Iraq” Chicago
Tribune (23 de marzo de 2004).
3.
Iraq Study Group, (New York de 2006).
4.
Peter Spiegel, “Bush’s Request for Iraqi Base Funding Make Some
Wary of Extended Stay,” Los Angeles Times (24 de marzo de 2006). Para
un debate más detallado sobre los gastos y los asuntos relacionados
con el problema de la construcción de bases secretas o clasificadas véase
Congressional Research Service, “Military Construction in Support of
Afghanistan and Iraq” (11 de abril de 2005).
5.
Ibid.
6.
Graham, op. cit.
7.
Ibid.
8.
Ibid.
9.
Dahr Jamail, “Permanent US Colony,” truthout (14 de marzo de
2006).
10.
“Extended Presence of US in Iraq Looms Large” Associated Press (21
de marzo 2006); GlobalSecurity.org, página sobre la base al–Talil.
11.
Sargento Andrew Miller, “Ironman Soldier Races Through Iraq”
DefendAmerica (7 de noviembre de 2005).
12.
Thomas E. Ricks “Biggest Base in Iraq Has Small–Town Feel”
Washington Post (4 de febrero de 2006).
13.
Charles J. Hanley, “Iraqis Think US in Their Nation to Stay”
Associated Press (20 de marzo de 2006).
14. Joshua Hammer,
“Digging In” Mother Jones (número de marzo/abril de 2005).
15.
Hanley op. cit.
16.
Ricks, op. cit.
17.
Hanley, op cit.
18. A principios de
2006 Thomas Ricks informó de que el hospital de la base de Balad operó
a 400 heridos al mes (Ricks, op. cit.).
19.
“Extended Presence of US in Iraq Looms Large” Associated Press (21
de marzo de 2006).
20.
Ricks op. cit.
21.
Oliver Poole, “Football and Pizza Point to US Staying for Long Haul”
Independent (2 de noviembre de 2006).
22.
Hammer, op. cit.
23.
Hanley, op. cit.
24.
Congressional Research Service, op. cit. El Pentágono utiliza
fondos de las operaciones actuales para construir estas bases así
como dinero de presupuestos especiales para la construcción.
Generalmente las peticiones de presupuesto proporcionan poca información
y el proceso de un suplemento de crédito no exige el detallado
proceso de supervisión típico de las partidas presupuestarias
normales.
25. Spiegel, op. cit.
26.
Hanley, op. cit.
27. Ibid.
28. Véase, por
ejemplo, la carta al presidente Clinton, Project for the New American
Century (26 de enero de 1998).
29.
Project for the New American Century, Rebuilding America’s Defenses:
Strategy, Forces, and Resources For a New Century (septiembre de
2000).
30.
Thom Shanker y Eric Schmitt, "Pentagon Expects Long–Term Access
to Four Key Bases in Iraq" New York Times (19 de abril de 2003).
31.
Ibid.
32.
Ibid.
33.
“Enduring Bases in Iraq” Iraq News Net (1 de octubre de 2004).
34.
Sam Graham–Felsen, “Operation: Enduring Presence” AlterNet (28
de julio de 2005).
35.
Ibid.
36.
Vicki Allen, “Abizaid Says US May Want to Keep Bases in Iraq”
Reuters (15 de marzo de 2006).
37.
Larry Diamond, “What Went Wrong in Iraq and Prospects for Democracy
and Stability” Speech at UCLA Law School (3 de febrero de 2005) y
James Glanz, “Hindered by Delays and Corruption, the Iraqi Air Force
is Flying Again, But Barely,” New York Times, 5 de febrero de 2007,
p. A6, y la página web GlobalSecurity.org, sobre al–Balad.
38.
Graham–Felsen, op. cit.
39.
Joseph R. Biden Jr., “Biden Asks Congress to Go on Record: No
Permanent Bases in Iraq” Comunicado de prensa Release (27 de abril
de 2006).
40.
Friends Committee on National Legislation, “Iraq, Conferees
Eliminate Ban on Permanent Bases” (9 de juniode 2006).
41.
Becky Branford, “Iraq Bases Spur Questions over US Plans,” BBC (30
de marzo de 20).
42. Las leyes
estatales prohíben que los fondos se gasten en la negociación de
derechos de bases permanentes en Iraq, mientras que la ley de Defensa
(H.R. 5631) prohíbe que los fondos se gasten en “establecer” esas
instalaciones para bases permanentes de las fuerzas estadounidenses.
43. Sobre los plazos
para la actuación del Congreso, véase la página web Friends
Committee on National Legislation (www.fcnl.org). Véase también
Spiegel, op. cit. David R. Francis, “US Bases in Iraq: a costly
legacy” Christian Science Monitor (3 de abril de 2006); “Congress
Heads off Permanent Iraq Bases” Reuters (30 de septiembre de 2006).
44.
World Public Opinion Poll, dirigido por el Program on International
Policy Attitudes, University of Maryland, “The Iraqi Public on the
US Presence and the Future of Iraq” (27 de septiembre de 2006) p.9.
45. “Iraq Is not in
Chaos” Washington Post (25 de septiembre de 2006).
46. Citado en
“Iraqi MPs Condemn Talabani for Welcoming American Military
Bases,” al–Hayat (26 de septiembre de 2006) traducido por Mideast
Wire.
47. Citado en ibid.
48. Citado en ibid.
49.
Charles Hanley, “US Building Massive Embassy in Bagdad” Associated
Press (14 de abril de 2006).
50.
“New US Embassy in Iraq Cloaked in Mystery” Associated Press (14
de abrilde 2006).
51. El artículo
formaba parte del proyecto de ley de la partida suplementaria de
emergencia y convertido en el 11 de mayo de 2005.
52. Susan B. Epstein,
“US Embassy in Iraq” Congressional Research Service (revisado el
24 de octubre de 2006).
53. A lo largo de
2007, la seguridad de la Zona Verde ha quedado abiertamente
cuestionada, creando gran preocupación entre los ocupantes. Al
atentado suicida en el interior del Parlamento (antes, Palacio de
Congresos) del día 12 de marzo, que causó la muerte al menos a ocho
personas (entre ellas, tres diputados), se unen los diarios ataques
con mortero y misiles desarrollados de la resistencia, que, por
ejemplo, causaban la muerte a un soldado y un civil estadounidense en
marzo. En la Zona Verde están también las dependencias de Naciones
Unidas. [Nota de IraqSolidaridad.]
54.
Tom Engelhardt, “A Permanent Basis for Withdrawal?” Tom
Dispatch (14 de febrero de 2006).
55. Citado en Hanley,
op. cit.
56.
Engelhardt, op. cit. Véase también Hanley, op. cit. y Paul McGeough,
“Bush ‘Palace’ Shielded from Iraqi Storm” Age (28 de agosto de
2006).
57.
Guy Dinmore, “US Twists Civilian Arms to Fill Fortress Bagdad”
Financial Times (8 de enerode 2007).
58.
McGeough, op. cit., “Bush ‘Palace’ Shielded from Iraqi Storm”
Age (28 de agosto de 2006).
59.
Hanley, op. cit.
60.
Dinmore, op cit. Hanley, op. cit.
61.
Dinmore, op. cit.
62.
Dinmore, op. cit.
63.
Dinmore, op. cit.
64.
Hanley, op. cit. State Department spokesman Justin Higgins told Fox
News in May 2006 that the embassy then had an “employee roster” of
5,747. Kelley Beaucar Vlahos, “US Embassy in Iraq a Fortress City
Inside a War Zone,” Fox News, 11 de mayo de 2006.
65.
Iraq Study Group, op. cit., p. 92. Según se informa el número
de personas en la embajada que habla árabe en algún grado es sólo
de 33 personas.
66.
McGeough, op. cit.
67.
Hanley, op. cit.
68. Representante
republicano Ron Paul (Texas), “Why We Fight”, discurso ante la Cámara
de Representantes estadounidense (8 de septiembre de 2005).
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