Iraq

 

Informe de ‘Global Policy Forum’ - II (*)

EEUU y el Reino Unido usan fósforo blanco, napalm, municiones de racimo y revestidas con uranio empobrecido

Global Policy Forum, marzo de 2007
IraqSolidaridad, 23/04/07
Traducido por Paloma Valverde

“La legislación humanitaria internacional establece principios claros para llevar a cabo operaciones militares y limita los medios permisibles y los métodos de guerra. Esos principios prohíben el uso de armas que no distinguen entre objetivos militares y civiles, e infligen un daño indiscriminado o un sufrimiento innecesario. Sin embargo, las fuerzas de la Coalición han utilizado, repetidamente, armas especialmente dañinas e indiscriminadas, tales como fósforo blanco, napalm, municiones de racimo y uranio empobrecido, que tienen efectos desproporcionados, mucho más allá de los objetivos militares planificados. Esas armas se consideran, mayoritariamente, inaceptables e inhumanas.”

“A los generales les gusta el napalm tiene un gran efecto psicológico.” Coronel Randolph Alles, Cuerpo de Marines de EEUU [1]

Estados Unidos y Reino Unido han utilizado armas indiscriminadas y especialmente dañinas limitadas por las convenciones internacionales o consideradas por amplia mayoría inaceptables e inhumanas. EEUU ha usado elementos incendiarios, como el MK-77 [2], un tipo de armamento de napalm, así como municiones de fósforo blanco [3]. El fósforo blanco se ha empleado contra objetivos terrestres en zonas civiles densamente pobladas [4]. Esas armas son extremadamente crueles: se introducen en la piel y abrasan a la víctima hasta [causarle] la muerte. Los gobiernos de EEUU y Reino Unido negaron en un principio la utilización de esas armas, pero posteriormente se vieron obligados a retractarse.

Durante la invasión [de Iraq] de 2003, EEUU y Reino Unido también utilizaron profusamente municiones [revestidas] con uranio empobrecido [5] y municiones de racimo [6]. Las municiones de racimo matan y mutilan indiscriminadamente cuando se utilizan en zonas pobladas y además dejan mini-bombas sin explotar que posteriormente causan muertos y heridos civiles. Las armas con uranio empobrecido, argumentan sus detractores, pueden producir efectos nocivos en la salud a largo plazo y varios organismos internacionales han apelado a una moratoria en su uso. El uso tanto de munición con uranio empobrecido como de racimo viola la prohibición de [utilización de] armas que causan sufrimiento innecesario y daño indiscriminado.

Bombas incendiarias tipo napalm

El napalm es una mezcla inflamable de gasoil y de materiales glutinosos que se emplean en una bomba incendiaria. Durante la guerra de Vietnam, EEUU utilizó masivamente el napalm, el cual se desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial, lo que originó críticas y protestas populares. Actualmente, la mayoría de los países se abstienen de la utilización de esas bombas incendiarias porque se consideran especialmente crueles e indiscriminadas. Las fuerzas armadas estadounidenses se valen una nueva forma de napalm conocida como MK-77 Modelo 5 [7].

Las bombas tipo napalm detonan al impacto creando una bola de fuego. El gel incendiario impacta contra estructuras [materiales] y los cuerpos de las víctimas a las que mata por quemaduras internas y asfixia. Las víctimas que sobreviven normalmente padecen quemaduras extremadamente graves y traumas en el cuerpo. Muchos fallecen tras períodos de intenso sufrimiento y dolor.

Durante e inmediatamente después de las operaciones militares iniciales [en Iraq] en 2003, hubo una gran información acerca de que EEUU había utilizado bombas incendiarias en Iraq. Los periodistas empotrados informaron de que aviones estadounidenses lanzaron armas similares a las de napalm en el Monte Safwan, limítrofe con la frontera de Kuwait [8], al sur de Iraq [9]. Los pilotos y los comandantes del Cuerpo de Marines estadounidense han confirmado que utilizaron napalm cerca de los puentes del Canal de Sadam y del río Tigris, al sur de Bagdad. El coronel Randolph Alles, comandante de la Unidad Aérea de marines afirma:

“[…] Bombardeamos con napalm en las proximidades de esos puentes […] Desgraciadamente allí había gente […], se les veía en la pantalla del piloto […]. Había soldados iraquíes. No es una buena forma de morir.” [10]

En un primer momento, el ejército estadounidense negó las acusaciones sobre la utilización de napalm [11]. Sin embargo, en agosto de 2003, el Pentágono reconoció que se habían usado bombas MK-77 [12]. Su primera negativa se basó en la falsa distinción entre el napalm y las nuevas bombas incendiarias MK-77, compuestas de una mezcla algo distinta de gasoil [combustible para reactores en lugar de benceno y gasolina] [13]. El Pentágono finalmente admitió que las dos armas son “[…] extraordinariamente parecidas” [14], con efectos idénticos sobre las víctimas. Como señaló el director de estudios militares del grupo Global Segurity:

“[…] Se le puede llamar de otra manera, pero sigue siendo napalm. [El napalm] Se ha reformulado en el sentido de que ahora utiliza un petróleo destilado distinto, pero es napalm. EEUU es el único país que emplea napalm desde hace mucho tiempo.” [15]

En respuesta a una pregunta formulada en la Cámara de los Comunes [de Reino Unido], Adam Ingram, ministro británico de las fuerzas armadas, negó explícitamente que las bombas incendiarias MK-77 se hubieran utilizado en Iraq [16]. Más tarde, Ingran se vio obligado a retractarse de su declaración [17], afirmando no saber que los soldados estadounidenses habían informado a la prensa y que el Pentágono ya lo había reconocido.

Los grupos de derechos humanos consideran que las bombas incendiarias son inhumanas. “[…] Las bombas incendiarias producen quemaduras que son difíciles de curar”, afirma Robert Musil, director de Physicians for Social Responsibility [18].

Una convención internacional legalmente vinculante restringe el uso de armas incendiarias en combate y prohíbe estrictamente su uso en zonas pobladas. El Protocolo III de la Convención de Naciones Unidas (NNUU) sobre el empleo de ciertas armas que pueden ser excesivamente dañinas o tener efectos indiscriminados (1980), prohíbe la utilización de armas incendiarias contra civiles o contra objetivos militares en zonas con concentración de civiles [19]. Además, normalmente la ley humanitaria prohíbe los ataques indiscriminados y que causan daños evitables.

El fósforo blanco

El fósforo blanco es un agente incendiario [aglutinante] parecido al lacre, que se utilizaba para hacer señales, como cortina de humo y con fines incendiarios. EEUU utilizó de forma regular el fósforo blanco en Vietnam. El WP [siglas inglesas para fósforo blanco, White Phosphorous], o “Willie Pete”, como se conoce entre los soldados, normalmente explosiona en el aire y se usa para iluminar el cielo nocturno, para destruir el arsenal enemigo o para limitar la visión [20]. También se ha utilizado en Iraq como un arma incendiaria contra objetivos humanos, un uso comúnmente considerado contrario a la ley humanitaria internacional.

Cuando el fósforo blanco entra en contacto con el oxígeno arde con un olor amargo similar al del ajo y no deja de arder hasta que el oxígeno se agota [21]. Quema la piel de las víctimas y atraviesa la ropa, lo que tiene como consecuencia profundas heridas y dolor abdominal, ictericia, necrosis de los huesos e insuficiencia multiorgánica (fundamentalmente hepática y renal), tras lo cual muy pocos sobreviven [22].

Al igual que el napalm, la utilización de fósforo blanco contra las personas fue negada por el gobierno de EEUU. La emisión de un documental en la televisión estatal italiana, RAI, reveló que las tropas estadounidenses utilizaron fósforo blanco contra objetivos terrestres durante los combates iniciales en 2003 y en la batalla de Faluya, en noviembre de 2004. El documental mostraba a los habitantes de Faluya que describían “[…] una lluvia de fuego que se abatía sobre la ciudad” y presentaba material gráfico de los cuerpos de civiles abrasados y derretidos [23], identificados con posterioridad, con la supervisión de las autoridades estadounidenses, gracias al registro del cementerio [24]. En el momento del asalto estadounidense sobre la ciudad [de Faluya], el diario The Washington Post informaba de que “[…] algunas armas de artillería dispararon ráfagas de fósforo blanco” y añadía:

“[…] los resistentes han informado de que los han atacado con una sustancia que derrite la piel, un comportamiento compatible con las quemaduras por fósforo blanco. Kamal Hadeethi, médico del hospital regional afirma que ‘los cuerpos de los combatientes que he recibido estaban quemados y algunos cuerpos estaban derretidos’.”[25]

En una carta al The Independent, Robert Tuttle, embajador estadounidense en Reino Unido, negó esta declaración afirmando que “[…] las fuerzas estadounidenses que participan en la operación Libertad iraquí siguen utilizando las armas legales convencionales apropiadas contra objetivos legítimos” [26]. El Pentágono explicó que el fósforo blanco se utilizó sólo para iluminar por la noche y para crear cortinas de humo [27].

Sin embargo, las publicaciones militares estadounidenses contradicen este intento [de justificación] del Ministerio de Relaciones Públicas. La edición de mayo-junio de 2004 de la revista Infantry, informaba que se había usado fósforo blanco para atacar directamente, y no para crear una cortina de humo [28]. Un informe militar posterior en la revista Field Artillery confirmó que el fósforo blanco “[…] ha demostrado ser una munición efectiva y versátil […] una potente arma psicológica contra los resistentes […]. Lanzamos operaciones de ‘acoso y derribo’ contra los resistentes y utilizamos el fósforo blanco para que salgan [de sus escondites]” [29]. Una serie de informes distintos apoyan el hecho de que el fósforo blanco se utilizó deliberadamente en zonas pobladas [30].

Como recordaba el The New York Times en un editorial de noviembre de 2005, “[…] de hecho, uno de los crímenes que se adjudicaron a Sadam Huseín fue el de disparar fósforo blanco contra los rebeldes kurdos y los civiles en 1991, una de las razones invocadas para la guerra de Iraq” [31].

El manual del ejército de EEUU estipula claramente que “[…] es contrario a la ley de guerra por tierra el empleo de fósforo blanco contra objetivos personales” [32]. La legislación internacional, incluido el Protocolo III de la Convención de NNUU sobre el empleo de ciertas armas que puedan considerarse excesivamente nocivas o tener efectos indiscriminados (1980), prohíbe el uso de armas incendiarias contra civiles o contra objetivos militares en zonas pobladas [33]. Por tanto, el ejército de EEUU violó sus propias leyes así como la legalidad internacional cuando atacó una ciudad utilizando esta terrible sustancia incendiaria.

Uranio empobrecido

El uranio empobrecido es un producto de deshechos radioactivos atenuados provenientes del proceso de enriquecimiento del uranio, que se utiliza [como revestimiento de la munición convencional] en un tipo de armas para penetrar el blindaje de los tanques y de otros vehículos blindados desde gran distancia [34].

Según el The Guardian, los expertos han calculado que las fuerzas de la Coalición utilizaron entre 1.000 y 2.000 toneladas de obuses antitanque [recubiertos] de uranio empobrecido durante la invasión [de Iraq] de 2003 y en los combates inmediatamente posteriores [35]. El informe del programa de medioambiente de NNUU coincide con esta apreciación [36].

Destacados expertos sanitarios han afirmado que el polvo proveniente de la explosión de munición [revestida de uranio empobrecido] puede causar efectos negativos a largo plazo sobre la salud humana [37]. Mientras el ejército estadounidense insiste en que el uranio empobrecido no supone una amenaza para la salud, muchos veteranos estadounidenses y británicos de la guerra del Golfo de 1991 han sufrido inexplicables enfermedades que conllevan fatiga, desórdenes del sueño y pérdida de memoria (denominadas genéricamente “Síndrome de la Guerra del Golfo”). El 19 de diciembre de 2005, el ministerio de Asuntos de Veteranos entregó una cantidad compensatoria a la familia de un veterano que había muerto por cáncer metastático del apéndice, debido a que el cáncer estaba médicamente relacionado con la exposición al uranio empobrecido [sufrida] durante el servicio prestado [en el ejercito] por el veterano [38]. En Iraq, se han producido informaciones sobre el aumento del cáncer y de las malformaciones congénitas en los nacimientos en zonas en las que se habían utilizado municiones con uranio empobrecido [durante la Guerra del Golfo de 1991] [39].

Veteranos, organizaciones médicas e instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud [40] han instado a la realización de estudios científicos sobre los efectos concretos del uranio empobrecido en el cuerpo humano.

Una subcomisión de la Comisión de Derechos Humanos de NNUU [41] autorizó un estudio preliminar sobre derechos humanos y “[…] armas de destrucción masiva o [armas] con efecto indiscriminado o cuya naturaleza cause daño excesivo o sufrimiento innecesario”. El informe de 2002 incluía el uranio empobrecido como arma. El autor se refiere a una serie de hechos e informaciones “[…] que señalan muertes y enfermedades graves relacionadas con la inhalación de uranio empobrecido. Los efectos médicos claves son: el cáncer, de aquellos que han estado expuestos [al uranio empobrecido], y las malformaciones congénitas en los nacimientos de niños que han inhalado uranio empobrecido” y califica las armas con uranio empobrecido de “mortales e indiscriminadas” [42].

A pesar de que las armas con uranio empobrecido se usan normalmente contra objetivos militares, las municiones dejan residuos químicos y radiactivos que contaminan el aire y las aguas subterráneas como [ocurre] en Bosnia y Herzegovina [43]. En 2001, después de que la OTAN usara armas con uranio empobrecido en Kosovo, el Consejo de Europa exigió la prohibición de la producción, los experimentos y la venta de armas con uranio empobrecido, afirmando que “[…] los efectos en la salud y en la calidad de vida durarán muchísimo y afectarán a las futuras generaciones de manera similar” [44]. Carla del Ponte, jefa de la Fiscalía del Tribunal Internacional de NNUU para la ex Yugoslavia, afirma que la utilización de armas con uranio empobrecido se podría investigar como un posible crimen de guerra [45]. En 2005, desde el Programa de Medioambiente de NNUU se emitió un informe en el que se afirmaba que en Iraq había 311 lugares contaminados con uranio empobrecido [46]. Al mismo tiempo, el Parlamento Europeo ha reiterado su exigencia de una moratoria en el uso del uranio empobrecido como arma, con vistas a introducir una prohibición absoluta sobre la base legal del Tratado de no proliferación de armas nucleares (1968), de la Convención sobre Armas Biológicas y Tóxicas (1972), la Convención de Armas Químicas (1993) y el exhaustivo Tratado sobre Prohibición de Experimentos Nucleares (1997) [47].

En vista de las posibles consecuencias para la salud, probablemente la utilización de uranio empobrecido contraviene los principios ya establecidos de la legislación humanitaria, lo que incluye los [principios] fundamentados en las Convenciones de Ginebra y sus Protocolos y la guía de NNUU relativa a la protección de civiles, a la prevención del sufrimiento humano innecesario y al daño al medioambiente.

Municiones de racimo

Las municiones de racimo contienen cientos de mini-bombas o sub-municiones diseñadas para explosionar con el impacto. La munición de racimo se puede lanzar desde el aire o disparar desde tierra. En un principio, [las municiones de racimo] explotan en el aire y liberan las sub-municiones, las cuales se dispersan hasta impactar contra los objetivos terrestres. Algunas no detonan (entre el cinco y el 30 por ciento, dependiendo del tipo) [48], dejando mini-bombas sin explosionar, que amenazan a los civiles durante décadas después de un conflicto. Durante las operaciones de 2003, tanto las fuerzas de la Coalición como las fuerzas del gobierno de Iraq dispararon municiones de racimo desde tierra y aire.

Cuando las municiones de racimo alcanzan a las víctimas explosionan de forma sucesiva debido a su efecto de fragmentación. Los fragmentos penetran en el cuerpo, produciendo a menudo heridas internas. “[…] Los fragmentos atraviesan la piel y los músculos e impactan en el hueso, generando ondas expansivas en el organismo y causando hemorragias internas” [49]. Alrededor de un 30 por ciento de las víctimas mueren como consecuencia de las heridas [50].

Se dice que durante los ataques aéreos de 2003, las fuerzas estadounidenses y británicas lanzaron miles de municiones de racimo “[…] en zonas densamente pobladas por todo Iraq, incluidas Bagdad, Basora, Hilla [Babilonia], Kirkuk, Mosul, Nasiriya y otras ciudades y núcleos urbanos” [51]. Según un exhaustivo reportaje de investigación del USA Today, desde marzo hasta principios de abril de 2003, EEUU utilizó 10.782 armas [con munición] de racimo y Reino Unido casi 2.200 [52]. La fuerza aérea estadounidense también confirmó la utilización de 63 municiones de racimo CBU-87 entre el 1 de mayo de 2003 y el 1 de agosto de 2006 [53], que contenían un total de 12.726 mini-bombas [54]. Mientras declaraban limitar el “daño colateral”, la Coalición lanzó cerca de dos millones de sub-municiones, muchas dirigidas a barrios, que causaron la muerte o hirieron a más de 1.000 civiles [55].

Según Human Rights Watch, “[…] las municiones de racimo lanzadas desde tierra que explosionaron causaron cientos heridos de civiles en todo Iraq, incluidas las ciudades de al-Halilla, Nayaf, Karbala, Bagdad y Basora […]. Una de las causas fundamentales de las bajas de civiles en la guerra fue la conversión de los barrios en objetivo militar, teniendo que soportar los barrios los efectos de esas armas” [56].

Amnistía Internacional describe escenas en el hospital de Hilla en las que “[…] los cuerpos de hombres, mujeres y niños, vivos y muertos, que llevaron al hospital estaban perforados con fragmentos de metralla de las municiones de racimo”. Un médico informó que casi todos los pacientes eran víctimas de las municiones de racimo. “[…] Los supervivientes heridos contaron a los periodistas que los explosivos caían ‘como uvas’ del cielo y que las mini-bombas rebotaban a través de las ventanas y las puertas de sus casas antes de explosionar” [57].

Un gran número de mini-bombas no explosionan cuando alcanzan su objetivo [58]. Según un informe del ministerio de Defensa remitido al Congreso de EEUU en 2000, “[…] esas sub-municiones tienen un porcentaje de fallos del 16 por ciento. De forma que una típica descarga de 12 misiles MLRS podría convertirse en más de 1.200 sub-municiones sin estallar diseminadas al azar en un área de entre 120.000 y 240.000 metros cuadrados de la zona de impacto [59]. Las mini-bombas que no explosionan se quedan en el suelo hasta mucho después del fin del conflicto, lo que supone una amenaza a largo plazo para los civiles. A la postre podrían explosionar cuando los niños las cojan o cuando accidentalmente los agricultores las golpeen con un apero. Al igual que con las minas, las municiones de racimo hay que localizarlas y destruirlas una por una. A pesar de los esfuerzos conjuntos de la Autoridad Provisional de la Coalición, NNUU y las ONG, las municiones sin explosionar siguen hiriendo y matando civiles iraquíes o a cualquiera que pase por las zonas en las que se han lanzado municiones de racimo [60].

Debido a las muertes indiscriminadas, tanto en el espacio como en el tiempo, que producen, las municiones de racimo son armas particularmente discutidas y se puede afirmar que violan los principios de la legalidad internacional sobre protección de civiles (incluido el artículo 48 del Protocolo I de la IV Convención de Ginebra). También violan los principios de la ley que prohíben los ataques indiscriminados y el infligir sufrimiento innecesario, así como los principios que exigen una precaución real para minimizar los daños y la muerte de civiles. Muchas organizaciones humanitarias y de derechos humanos, incluidos el Comité Internacional de la Cruz Roja, Human Rights Watch, Amnistía internacional y Landmine Action, han exigido reiteradamente la prohibición del uso de munición de racimo en zonas civiles, incluidos los objetivos militares situados en zonas habitadas. En una conmovedora petición al Consejo de Seguridad de NNUU, Jan Egeland, Subsecretario General de Asuntos Humanitarios [de Naciones Unidas], exigió una moratoria en el uso de municiones de racimo, cuya utilización, argumentó “[…] por cualquiera, en cualquier parte del mundo […] es inmoral” [61]. Iraq es uno de los lugares más contaminados junto con Afganistán, Camboya, Laos, Kosovo y Vietnam.

Conclusión

La legislación humanitaria internacional establece principios claros para llevar a cabo operaciones militares y limita los medios permisibles y los métodos de guerra. Esos principios prohíben el uso de armas que no distinguen entre objetivos militares y civiles, e infligen un daño indiscriminado o un sufrimiento innecesario. Sin embargo, las fuerzas de la Coalición han utilizado, repetidamente, armas especialmente dañinas e indiscriminadas, tales como fósforo blanco, napalm, municiones de racimo y uranio empobrecido, que tienen efectos desproporcionados, mucho más allá de los objetivos militares planificados. Esas armas se consideran, mayoritariamente, inaceptables e inhumanas.


Notas de ‘Global Policy Forum’ e IraqSolidaridad:

(*) Segunda parte del informe de marzo de 2007 “War and Occupation in Iraq” (www.globalpolicy.org), elaborado por ‘Global Policy Forum’ como balance de los cuatro primeros años de ocupación de Iraq, y que IraqSolidaridad irá editando en castellano en sucesivas entregas.

1. James W. Crawley, “Officials Confirm Dropping Firebombs on Iraqi Troops” San Diego Union-Tribune (5 de agosto de 2003).

2. Iraq Analysis Group, Fire Bombs in Iraq: Napalm by Any Other Name (marzo-abril de 2005).

3. Jason E.Levy, “TTPs for the 60mm Mortar Section” Infantry Magazine (mayo-junio de 2004). and Captain James T. Cobb, First Lieutenant Christopher A. LaCour and Sergeant First Class William H. Hight, “The Fight for Fallujah” Field Artillery (marzo-abril de 2005).

4. RAI News 24, “Fallujah: La Strage Nascosta” [Fallujah: The Hidden Massacre] (noviembre de 2005).

5. Scott Peterson, “Remains of Toxic Bullets Litter Iraq” Christian Science Monitor (15 de mayo de 2003).

6. Human Rights Watch, Off Target: The Conduct of the War and Civilians Casualties in Iraq (diciembre de 2003).

7. Iraq Analysis Group, op.cit.

8. “Dead Bodies Are Everywhere” Sydney Morning Herald (22 de marzo de 2003).

9. Martin Savidge, “Protecting Iraq's Oil Supply” CNN (22 de marzo de 2003).

10. Crawley, op.cit.

11. Sydney Morning Herald, op.cit.

12. Crawley, op.cit.

13. GlobalSecurity.org, "MK-77750lb Napalm".

14. Crawley, op.cit.

15. Cited in “US Admits It Used Napalm Bombs in Iraq”. The Independent (10 de agosto de 2003).

16. British Parliament, Written Answers to Questions. Defense Minister Adam Ingram Denies US Use of Firebombs (11 de enero de 2005).

17. British Parliament, Written Answers to Questions. Defense Minister Adam Ingram Admits US Use of Firebombs (28 de junio de 2005).

18. Crawley, op.cit.

19. EEUU sigue formando parte de un pequeño grupo [de países] que no ha firmado este Protocolo. El Protocolo ha sido ratificado por 94 países, convirtiéndose en una norma, ampliamente aceptada, de la legislación internacional. Debido a que la Coalición actúa bajo mandato del CS de NNUU, se deben aplicar los principios más exigentes de la legalidad internacional.

20. Globalsecurity.org. "Incendiary Weapons: White Phosphorus".

21. Ibíd.

22. US Department of Health and Human Services, Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR). White Phosphorus.

23. RAI News 24. “Fallujah: La Strage Nascosta” [Fallujah: The hidden massacre] (noviembre de 2005). Sobre el uso de este tipo de armamento en Faluya, léase en IraqSolidaridad: Faluya: uso por EEUU de bombas de fósforo y de fragmentación durante el asalto de noviembre de 2004 y enlaces relacionados, particularmente La delegación de la CEOSI se entrevista con su director y entrega una primera partida de ayuda sanitaria .

24. Marc Wells, “An Interview with Sigfrido Ranucci, Director of The Hidden Massacre” World Socialist Website (14 de diciembre de 2005).

25. Jackie Spinner, Karl Vick and Omar Fekeiki, “US Forces Battle Into Heart of Fallujah” Washington Post (10 de noviembre de 2004).

26. “US Forces Used 'Chemical Weapon' in Iraq”. The Independent (16 de noviembre de 2005).

27. US Department of Defence, Office of the Assistant Secretary of Defence (Public Affairs). News Briefing with Secretary of Defense Donald Rumsfeld and Gen. Peter Pace (29 de noviembre de 2005).

28. Jason E.Levy: “TTPs for the 60mm Mortar Section”. Infantry Magazine (mayo-junio de 2004).

29. Captain James T. Cobb, First Lieutenant Christopher A. LaCour and Sergeant First Class William H. Hight: “TF 2-2 IN FSE AAR: Indirect Fires in the Battle of Fallujah” Field Artillery Magazine (marzo-abirl de 2005), pág. 5.

30. “Violence Subsides for Marines in Fallujah” North County Times (10 de abril de 2004).

31. “Shake and Bake” New York Times (29 de noviembre de 2005).

32. Army's Command and General Staff College at Fort Leavenworth, KS. The Battle Book. ST 100-3 (julio de 1999).

33. Se puede objetar que el fósforo blanco no está “diseñado esencialmente” para causar efectos incendiarios y [que] por lo tanto no está sometido al Protocolo III sobre ciertas armas convencionales. Sin embargo, si se emplea deliberadamente para causar tales efectos, esto implica un incumplimiento legal del Protocolo III y, en cualquier caso, tal uso es contrario a los principios fundamentales que prohíben infligir sufrimiento innecesario y daño indiscriminado.

34. Globalsecurity.org: “Military: Depleted Uranium”.

35. Paul Brown, “Uranium Hazard Prompts Cancer Check on Troops” The Guardian (25 de abril de 2003).

36. United Nations Environment Programme. “Assessment of Environmental ‘Hot Spots’ in Iraq” (noviembre de 2005).

37. The Royal Society, “The Health Hazards of Depleted Uranium Munitions” (2001). [“[…] En Iraq existen más de 400 lugares contaminados de radiactividad que suponen un grave riesgo para la salud de la población y que, según los especialistas del gobierno iraquí, hay que descontaminar con urgencia. ‘[…] La situación es muy grave. Hay lugares que deberían ser descontaminados lo antes posible para garantizar que el pueblo iraquí no sufra graves enfermedades por este motivo’, afirma Fuad Abdel-Sattar, investigador medioambiental del ministerio de Medio Ambiente [iraquí], quien añade que el ministerio no tiene fondos ni recursos humanos para llevar a cabo el trabajo. ‘[…] Existe el riesgo de que surjan una serie de enfermedades debido a que en la mayoría de los lugares cercanos a los núcleos urbanos hay productos químicos dañinos, entre ellos [carcasas de munición revestida con] el uranio empobrecido’, añade. Según los especialistas, durante los últimos cinco años el número de casos de cáncer se ha incrementado de forma drástica, en parte como resultado de la exposición a materiales radiactivos durante las guerras de los pasados 25 años. ‘[…] Hemos sido testigos de más de seis nuevos casos de cáncer a la semana en nuestro hospital. Hace años, tratábamos a 4.000 enfermos al año, pero en los últimos tres años el número ha aumentado hasta más de 9.000 casos al año’, afirma Basima Juaad, oncóloga del Hospital Cancer Radiation de la capital, y añade, ‘[…] Lo más preocupantes es que muchos de esos pacientes han estado expuestos a la radiación de forma distinta. Algunos vivían en lugares cercanos a zonas contaminadas, otros eran niños cuando se produjeron las últimas guerras y jugaron cerca de sitios peligrosos y los efectos se manifiestan ahora, en ellos y en sus propios hijos’. Según el ministerio de Sanidad, alrededor de un 52 por ciento de todos los enfermos de cáncer en Iraq son niños menores de 5 años.” IRIN, 19 de abril de 2007: http://www.irnnews.org (traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde). Nota de IraqSolidaridad.]

38. In the Appeal of David L. Larson, in the case of Janet E. Larson, Docket No. 01-05 766, XSS 001 56 2047 (19 de diciembre de 2005).

39. Larry Johnson, “Iraq Cancers, Births Defects Blames on US Depleted Uranium” Seattle Post Intelligencer (12 de noviembre de 2002); y Robert Collier, “Iraq Links Cancers to Uranium Weapons” San Francisco Chronicle (13 de enero de 2003).

40. 54th World Health Assembly. Provisional Agenda Item 13.10: “Health Effects of Depleted Uranium (Report by the Secretariat)” A54 19 Add. 1 (26 de abril de 2001).

41. Sub-Commission on the Promotion and Protection of Human Rights.

42. Commission on Human Rights: Sub-Commission on the Promotion and Protection of Human Rights, Fifty-fourth Session, Item 6 of the Provisional Agenda: “Human Rights and Weapons of Mass Destruction, or With Indiscriminate Effect, or of a Nature to Cause Superfluous Injury or Unnecessary Suffering”, Working Paper Submitted by Y.K.J. Yeung Sik Yuen in Accordance with Sub-Commission Resolution 2001/36. E/CN.4/Sub.2/2002/38 (27 de junio de 2002).

43. United Nations Environment Program. Depleted Uranium in Bosnia and Herzegovina (marzo de 2003).

44. Parliamentary Assembly of the Council of Europe. Environmental Impact of the War in Yugoslavia on Southerneast Europe, Recommendation 1495 (2001) (24 de enero de 2001).

45. “Use of DU Weapons Could Be War Crime” CNN (14 de enero de 2001).

46. UN Environment Program. Assessment of Environmental ‘Hot Spots’ in Iraq (noviembre de 2005).

47. European Parliament. Resolution on Non-Proliferation of Weapons of Mass Destruction: A Role for the European Parliament (2005/2139(INI)), P6_TA-PROV(2005)0439. Text Adopted by Parliament (17 de noviembre de 2005).

48. Cluster Munitions Coalition, Technical Analysis of Cluster Munitions.

49. Medact, “The Question of the Legality of Inhumane Weapons Used During the 2003 Iraq Conflict”, Working Paper No. 2.

50. H. Gilbert Husum and T.M. Wisborg, “Save Lives, Save Limbs: Life Support for Victims of Mines, Wars and Accidents” Third World Network (2003) quoted in UK Working Group on Landmines, “Cluster Bombs: the Military Effectiveness and Impact on Civilians of Cluster Boimbs” (2003), pág. 20.

51. Landmine Monitor. Report 2003: Toward a Mine-Free World.

52. Paul Wiseman, “Cluster Bombs Kill in Iraq, Even After Shooting Ends” USA Today (16 de diciembre de 2003).

53. Letter from the Department of the Air Force, 20th Fighter Wing (ACC), Shaw Air Force Base, South Carolina (23 de agosto de 2006) signed by Mary F. Huff, Base Freedom of Information Act Manager as quoted by the Mennonite Central Committee.

54. Mennonite Central Committee, “Use of Cluster Munitions in Iraq after the Initial Invasion”.

55. Human Rights Watch, “Minimize Civilian Casualties in Iraq” (17 de marzo de 2006); Human Rights Watch, “Off Target: The Conduct of the War and Civilian Casualties in Iraq” (2003); véase también Handicap International, “Fatal Footprint: The Global Human Impact of Cluster Munitions” (noviembre de 2006).

56. Human Rights (2003) op.cit. pág. 85.

57. Amnesty International, “Iraq: Civilians under Fire” (8 de abril de 2003).

58. B Rappert and R Moyes, “Out of Balance – The UK Government's Efforts to Understand Cluster Munitions and International Law” Landmine Action (noviembre de 2005), pág.18.

59. Cited in Human Rights Watch, “US Using Cluster munitions in Iraq” (1 de abril de 2003).

60. Medact, “The Question of the Legality of Inhumane Weapons Used During the 2003 Iraq Conflict”, Working Paper No.2.

61. Statement by Under-Secretary-General Jan Egeland to the Security Council on the protection of civilians in armed conflict (4 de diciembre de 2006).