Informe de ‘Global Policy Forum’ - II (*)
EEUU y el Reino Unido usan fósforo blanco,
napalm, municiones de racimo y revestidas con uranio empobrecido
Global Policy Forum, marzo de 2007
IraqSolidaridad, 23/04/07
Traducido por Paloma Valverde
“La legislación humanitaria
internacional establece principios claros para llevar a cabo
operaciones militares y limita los medios permisibles y los métodos
de guerra. Esos principios prohíben el uso de armas que no distinguen
entre objetivos militares y civiles, e infligen un daño
indiscriminado o un sufrimiento innecesario. Sin embargo, las fuerzas
de la Coalición han utilizado, repetidamente, armas especialmente dañinas
e indiscriminadas, tales como fósforo blanco, napalm, municiones de
racimo y uranio empobrecido, que tienen efectos desproporcionados,
mucho más allá de los objetivos militares planificados. Esas armas
se consideran, mayoritariamente, inaceptables e inhumanas.”
“A los generales les gusta el napalm tiene
un gran efecto psicológico.” Coronel Randolph Alles, Cuerpo de
Marines de EEUU [1]
Estados Unidos y Reino Unido han utilizado armas
indiscriminadas y especialmente dañinas limitadas por las
convenciones internacionales o consideradas por amplia mayoría
inaceptables e inhumanas. EEUU ha usado elementos incendiarios, como
el MK-77 [2], un tipo de armamento de napalm, así como municiones de
fósforo blanco [3]. El fósforo blanco se ha empleado contra
objetivos terrestres en zonas civiles densamente pobladas [4]. Esas
armas son extremadamente crueles: se introducen en la piel y abrasan a
la víctima hasta [causarle] la muerte. Los gobiernos de EEUU y Reino
Unido negaron en un principio la utilización de esas armas, pero
posteriormente se vieron obligados a retractarse.
Durante la invasión [de Iraq] de 2003, EEUU y
Reino Unido también utilizaron profusamente municiones [revestidas]
con uranio empobrecido [5] y municiones de racimo [6]. Las municiones
de racimo matan y mutilan indiscriminadamente cuando se utilizan en
zonas pobladas y además dejan mini-bombas sin explotar que
posteriormente causan muertos y heridos civiles. Las armas con uranio
empobrecido, argumentan sus detractores, pueden producir efectos
nocivos en la salud a largo plazo y varios organismos internacionales
han apelado a una moratoria en su uso. El uso tanto de munición con
uranio empobrecido como de racimo viola la prohibición de [utilización
de] armas que causan sufrimiento innecesario y daño indiscriminado.
Bombas incendiarias tipo napalm
El napalm es una mezcla inflamable de gasoil y de
materiales glutinosos que se emplean en una bomba incendiaria. Durante
la guerra de Vietnam, EEUU utilizó masivamente el napalm, el cual se
desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial, lo que originó críticas
y protestas populares. Actualmente, la mayoría de los países se
abstienen de la utilización de esas bombas incendiarias porque se
consideran especialmente crueles e indiscriminadas. Las fuerzas
armadas estadounidenses se valen una nueva forma de napalm conocida
como MK-77 Modelo 5 [7].
Las bombas tipo napalm detonan al impacto creando
una bola de fuego. El gel incendiario impacta contra estructuras
[materiales] y los cuerpos de las víctimas a las que mata por
quemaduras internas y asfixia. Las víctimas que sobreviven
normalmente padecen quemaduras extremadamente graves y traumas en el
cuerpo. Muchos fallecen tras períodos de intenso sufrimiento y dolor.
Durante e inmediatamente después de las
operaciones militares iniciales [en Iraq] en 2003, hubo una gran
información acerca de que EEUU había utilizado bombas incendiarias
en Iraq. Los periodistas empotrados informaron de que aviones
estadounidenses lanzaron armas similares a las de napalm en el Monte
Safwan, limítrofe con la frontera de Kuwait [8], al sur de Iraq [9].
Los pilotos y los comandantes del Cuerpo de Marines estadounidense han
confirmado que utilizaron napalm cerca de los puentes del Canal de
Sadam y del río Tigris, al sur de Bagdad. El coronel Randolph Alles,
comandante de la Unidad Aérea de marines afirma:
“[…] Bombardeamos con napalm en las
proximidades de esos puentes […] Desgraciadamente allí había gente
[…], se les veía en la pantalla del piloto […]. Había soldados
iraquíes. No es una buena forma de morir.” [10]
En un primer momento, el ejército estadounidense
negó las acusaciones sobre la utilización de napalm [11]. Sin
embargo, en agosto de 2003, el Pentágono reconoció que se habían
usado bombas MK-77 [12]. Su primera negativa se basó en la falsa
distinción entre el napalm y las nuevas bombas incendiarias MK-77,
compuestas de una mezcla algo distinta de gasoil [combustible para
reactores en lugar de benceno y gasolina] [13]. El Pentágono
finalmente admitió que las dos armas son “[…] extraordinariamente
parecidas” [14], con efectos idénticos sobre las víctimas. Como señaló
el director de estudios militares del grupo Global Segurity:
“[…] Se le puede llamar de otra manera, pero
sigue siendo napalm. [El napalm] Se ha reformulado en el sentido de
que ahora utiliza un petróleo destilado distinto, pero es napalm.
EEUU es el único país que emplea napalm desde hace mucho tiempo.”
[15]
En respuesta a una pregunta formulada en la Cámara
de los Comunes [de Reino Unido], Adam Ingram, ministro británico de
las fuerzas armadas, negó explícitamente que las bombas incendiarias
MK-77 se hubieran utilizado en Iraq [16]. Más tarde, Ingran se vio
obligado a retractarse de su declaración [17], afirmando no saber que
los soldados estadounidenses habían informado a la prensa y que el
Pentágono ya lo había reconocido.
Los grupos de derechos humanos consideran que las
bombas incendiarias son inhumanas. “[…] Las bombas incendiarias
producen quemaduras que son difíciles de curar”, afirma Robert
Musil, director de Physicians for Social Responsibility [18].
Una convención internacional legalmente
vinculante restringe el uso de armas incendiarias en combate y prohíbe
estrictamente su uso en zonas pobladas. El Protocolo III de la
Convención de Naciones Unidas (NNUU) sobre el empleo de ciertas armas
que pueden ser excesivamente dañinas o tener efectos indiscriminados
(1980), prohíbe la utilización de armas incendiarias contra civiles
o contra objetivos militares en zonas con concentración de civiles
[19]. Además, normalmente la ley humanitaria prohíbe los ataques
indiscriminados y que causan daños evitables.
El fósforo blanco
El fósforo blanco es un agente incendiario
[aglutinante] parecido al lacre, que se utilizaba para hacer señales,
como cortina de humo y con fines incendiarios. EEUU utilizó de forma
regular el fósforo blanco en Vietnam. El WP [siglas inglesas para fósforo
blanco, White Phosphorous], o “Willie Pete”, como se conoce entre
los soldados, normalmente explosiona en el aire y se usa para iluminar
el cielo nocturno, para destruir el arsenal enemigo o para limitar la
visión [20]. También se ha utilizado en Iraq como un arma
incendiaria contra objetivos humanos, un uso comúnmente considerado
contrario a la ley humanitaria internacional.
Cuando el fósforo blanco entra en contacto con
el oxígeno arde con un olor amargo similar al del ajo y no deja de
arder hasta que el oxígeno se agota [21]. Quema la piel de las víctimas
y atraviesa la ropa, lo que tiene como consecuencia profundas heridas
y dolor abdominal, ictericia, necrosis de los huesos e insuficiencia
multiorgánica (fundamentalmente hepática y renal), tras lo cual muy
pocos sobreviven [22].
Al igual que el napalm, la utilización de fósforo
blanco contra las personas fue negada por el gobierno de EEUU. La
emisión de un documental en la televisión estatal italiana, RAI,
reveló que las tropas estadounidenses utilizaron fósforo blanco
contra objetivos terrestres durante los combates iniciales en 2003 y
en la batalla de Faluya, en noviembre de 2004. El documental mostraba
a los habitantes de Faluya que describían “[…] una lluvia de
fuego que se abatía sobre la ciudad” y presentaba material gráfico
de los cuerpos de civiles abrasados y derretidos [23], identificados
con posterioridad, con la supervisión de las autoridades
estadounidenses, gracias al registro del cementerio [24]. En el
momento del asalto estadounidense sobre la ciudad [de Faluya], el
diario The Washington Post informaba de que “[…] algunas armas de
artillería dispararon ráfagas de fósforo blanco” y añadía:
“[…] los resistentes han informado de que los
han atacado con una sustancia que derrite la piel, un comportamiento
compatible con las quemaduras por fósforo blanco. Kamal Hadeethi, médico
del hospital regional afirma que ‘los cuerpos de los combatientes
que he recibido estaban quemados y algunos cuerpos estaban
derretidos’.”[25]
En una carta al The Independent, Robert Tuttle,
embajador estadounidense en Reino Unido, negó esta declaración
afirmando que “[…] las fuerzas estadounidenses que participan en
la operación Libertad iraquí siguen utilizando las armas legales
convencionales apropiadas contra objetivos legítimos” [26]. El Pentágono
explicó que el fósforo blanco se utilizó sólo para iluminar por la
noche y para crear cortinas de humo [27].
Sin embargo, las publicaciones militares
estadounidenses contradicen este intento [de justificación] del
Ministerio de Relaciones Públicas. La edición de mayo-junio de 2004
de la revista Infantry, informaba que se había usado fósforo blanco
para atacar directamente, y no para crear una cortina de humo [28]. Un
informe militar posterior en la revista Field Artillery confirmó que
el fósforo blanco “[…] ha demostrado ser una munición efectiva y
versátil […] una potente arma psicológica contra los resistentes
[…]. Lanzamos operaciones de ‘acoso y derribo’ contra los
resistentes y utilizamos el fósforo blanco para que salgan [de sus
escondites]” [29]. Una serie de informes distintos apoyan el hecho
de que el fósforo blanco se utilizó deliberadamente en zonas
pobladas [30].
Como recordaba el The New York Times en un
editorial de noviembre de 2005, “[…] de hecho, uno de los crímenes
que se adjudicaron a Sadam Huseín fue el de disparar fósforo blanco
contra los rebeldes kurdos y los civiles en 1991, una de las razones
invocadas para la guerra de Iraq” [31].
El manual del ejército de EEUU estipula
claramente que “[…] es contrario a la ley de guerra por tierra el
empleo de fósforo blanco contra objetivos personales” [32]. La
legislación internacional, incluido el Protocolo III de la Convención
de NNUU sobre el empleo de ciertas armas que puedan considerarse
excesivamente nocivas o tener efectos indiscriminados (1980), prohíbe
el uso de armas incendiarias contra civiles o contra objetivos
militares en zonas pobladas [33]. Por tanto, el ejército de EEUU violó
sus propias leyes así como la legalidad internacional cuando atacó
una ciudad utilizando esta terrible sustancia incendiaria.
Uranio empobrecido
El uranio empobrecido es un producto de deshechos
radioactivos atenuados provenientes del proceso de enriquecimiento del
uranio, que se utiliza [como revestimiento de la munición
convencional] en un tipo de armas para penetrar el blindaje de los
tanques y de otros vehículos blindados desde gran distancia [34].
Según el The Guardian, los expertos han
calculado que las fuerzas de la Coalición utilizaron entre 1.000 y
2.000 toneladas de obuses antitanque [recubiertos] de uranio
empobrecido durante la invasión [de Iraq] de 2003 y en los combates
inmediatamente posteriores [35]. El informe del programa de
medioambiente de NNUU coincide con esta apreciación [36].
Destacados expertos sanitarios han afirmado que
el polvo proveniente de la explosión de munición [revestida de
uranio empobrecido] puede causar efectos negativos a largo plazo sobre
la salud humana [37]. Mientras el ejército estadounidense insiste en
que el uranio empobrecido no supone una amenaza para la salud, muchos
veteranos estadounidenses y británicos de la guerra del Golfo de 1991
han sufrido inexplicables enfermedades que conllevan fatiga, desórdenes
del sueño y pérdida de memoria (denominadas genéricamente “Síndrome
de la Guerra del Golfo”). El 19 de diciembre de 2005, el ministerio
de Asuntos de Veteranos entregó una cantidad compensatoria a la
familia de un veterano que había muerto por cáncer metastático del
apéndice, debido a que el cáncer estaba médicamente relacionado con
la exposición al uranio empobrecido [sufrida] durante el servicio
prestado [en el ejercito] por el veterano [38]. En Iraq, se han
producido informaciones sobre el aumento del cáncer y de las
malformaciones congénitas en los nacimientos en zonas en las que se
habían utilizado municiones con uranio empobrecido [durante la Guerra
del Golfo de 1991] [39].
Veteranos, organizaciones médicas e
instituciones internacionales como la Organización Mundial de la
Salud [40] han instado a la realización de estudios científicos
sobre los efectos concretos del uranio empobrecido en el cuerpo
humano.
Una subcomisión de la Comisión de Derechos
Humanos de NNUU [41] autorizó un estudio preliminar sobre derechos
humanos y “[…] armas de destrucción masiva o [armas] con efecto
indiscriminado o cuya naturaleza cause daño excesivo o sufrimiento
innecesario”. El informe de 2002 incluía el uranio empobrecido como
arma. El autor se refiere a una serie de hechos e informaciones
“[…] que señalan muertes y enfermedades graves relacionadas con
la inhalación de uranio empobrecido. Los efectos médicos claves son:
el cáncer, de aquellos que han estado expuestos [al uranio
empobrecido], y las malformaciones congénitas en los nacimientos de
niños que han inhalado uranio empobrecido” y califica las armas con
uranio empobrecido de “mortales e indiscriminadas” [42].
A pesar de que las armas con uranio empobrecido
se usan normalmente contra objetivos militares, las municiones dejan
residuos químicos y radiactivos que contaminan el aire y las aguas
subterráneas como [ocurre] en Bosnia y Herzegovina [43]. En 2001,
después de que la OTAN usara armas con uranio empobrecido en Kosovo,
el Consejo de Europa exigió la prohibición de la producción, los
experimentos y la venta de armas con uranio empobrecido, afirmando que
“[…] los efectos en la salud y en la calidad de vida durarán muchísimo
y afectarán a las futuras generaciones de manera similar” [44].
Carla del Ponte, jefa de la Fiscalía del Tribunal Internacional de
NNUU para la ex Yugoslavia, afirma que la utilización de armas con
uranio empobrecido se podría investigar como un posible crimen de
guerra [45]. En 2005, desde el Programa de Medioambiente de NNUU se
emitió un informe en el que se afirmaba que en Iraq había 311
lugares contaminados con uranio empobrecido [46]. Al mismo tiempo, el
Parlamento Europeo ha reiterado su exigencia de una moratoria en el
uso del uranio empobrecido como arma, con vistas a introducir una
prohibición absoluta sobre la base legal del Tratado de no
proliferación de armas nucleares (1968), de la Convención sobre
Armas Biológicas y Tóxicas (1972), la Convención de Armas Químicas
(1993) y el exhaustivo Tratado sobre Prohibición de Experimentos
Nucleares (1997) [47].
En vista de las posibles consecuencias para la
salud, probablemente la utilización de uranio empobrecido contraviene
los principios ya establecidos de la legislación humanitaria, lo que
incluye los [principios] fundamentados en las Convenciones de Ginebra
y sus Protocolos y la guía de NNUU relativa a la protección de
civiles, a la prevención del sufrimiento humano innecesario y al daño
al medioambiente.
Municiones de racimo
Las municiones de racimo contienen cientos de
mini-bombas o sub-municiones diseñadas para explosionar con el
impacto. La munición de racimo se puede lanzar desde el aire o
disparar desde tierra. En un principio, [las municiones de racimo]
explotan en el aire y liberan las sub-municiones, las cuales se
dispersan hasta impactar contra los objetivos terrestres. Algunas no
detonan (entre el cinco y el 30 por ciento, dependiendo del tipo)
[48], dejando mini-bombas sin explosionar, que amenazan a los civiles
durante décadas después de un conflicto. Durante las operaciones de
2003, tanto las fuerzas de la Coalición como las fuerzas del gobierno
de Iraq dispararon municiones de racimo desde tierra y aire.
Cuando las municiones de racimo alcanzan a las víctimas
explosionan de forma sucesiva debido a su efecto de fragmentación.
Los fragmentos penetran en el cuerpo, produciendo a menudo heridas
internas. “[…] Los fragmentos atraviesan la piel y los músculos e
impactan en el hueso, generando ondas expansivas en el organismo y
causando hemorragias internas” [49]. Alrededor de un 30 por ciento
de las víctimas mueren como consecuencia de las heridas [50].
Se dice que durante los ataques aéreos de 2003,
las fuerzas estadounidenses y británicas lanzaron miles de municiones
de racimo “[…] en zonas densamente pobladas por todo Iraq,
incluidas Bagdad, Basora, Hilla [Babilonia], Kirkuk, Mosul, Nasiriya y
otras ciudades y núcleos urbanos” [51]. Según un exhaustivo
reportaje de investigación del USA Today, desde marzo hasta
principios de abril de 2003, EEUU utilizó 10.782 armas [con munición]
de racimo y Reino Unido casi 2.200 [52]. La fuerza aérea
estadounidense también confirmó la utilización de 63 municiones de
racimo CBU-87 entre el 1 de mayo de 2003 y el 1 de agosto de 2006
[53], que contenían un total de 12.726 mini-bombas [54]. Mientras
declaraban limitar el “daño colateral”, la Coalición lanzó
cerca de dos millones de sub-municiones, muchas dirigidas a barrios,
que causaron la muerte o hirieron a más de 1.000 civiles [55].
Según Human Rights Watch, “[…] las
municiones de racimo lanzadas desde tierra que explosionaron causaron
cientos heridos de civiles en todo Iraq, incluidas las ciudades de
al-Halilla, Nayaf, Karbala, Bagdad y Basora […]. Una de las causas
fundamentales de las bajas de civiles en la guerra fue la conversión
de los barrios en objetivo militar, teniendo que soportar los barrios
los efectos de esas armas” [56].
Amnistía Internacional describe escenas en el
hospital de Hilla en las que “[…] los cuerpos de hombres, mujeres
y niños, vivos y muertos, que llevaron al hospital estaban perforados
con fragmentos de metralla de las municiones de racimo”. Un médico
informó que casi todos los pacientes eran víctimas de las municiones
de racimo. “[…] Los supervivientes heridos contaron a los
periodistas que los explosivos caían ‘como uvas’ del cielo y que
las mini-bombas rebotaban a través de las ventanas y las puertas de
sus casas antes de explosionar” [57].
Un gran número de mini-bombas no explosionan
cuando alcanzan su objetivo [58]. Según un informe del ministerio de
Defensa remitido al Congreso de EEUU en 2000, “[…] esas
sub-municiones tienen un porcentaje de fallos del 16 por ciento. De
forma que una típica descarga de 12 misiles MLRS podría convertirse
en más de 1.200 sub-municiones sin estallar diseminadas al azar en un
área de entre 120.000 y 240.000 metros cuadrados de la zona de
impacto [59]. Las mini-bombas que no explosionan se quedan en el suelo
hasta mucho después del fin del conflicto, lo que supone una amenaza
a largo plazo para los civiles. A la postre podrían explosionar
cuando los niños las cojan o cuando accidentalmente los agricultores
las golpeen con un apero. Al igual que con las minas, las municiones
de racimo hay que localizarlas y destruirlas una por una. A pesar de
los esfuerzos conjuntos de la Autoridad Provisional de la Coalición,
NNUU y las ONG, las municiones sin explosionar siguen hiriendo y
matando civiles iraquíes o a cualquiera que pase por las zonas en las
que se han lanzado municiones de racimo [60].
Debido a las muertes indiscriminadas, tanto en el
espacio como en el tiempo, que producen, las municiones de racimo son
armas particularmente discutidas y se puede afirmar que violan los
principios de la legalidad internacional sobre protección de civiles
(incluido el artículo 48 del Protocolo I de la IV Convención de
Ginebra). También violan los principios de la ley que prohíben los
ataques indiscriminados y el infligir sufrimiento innecesario, así
como los principios que exigen una precaución real para minimizar los
daños y la muerte de civiles. Muchas organizaciones humanitarias y de
derechos humanos, incluidos el Comité Internacional de la Cruz Roja,
Human Rights Watch, Amnistía internacional y Landmine Action, han
exigido reiteradamente la prohibición del uso de munición de racimo
en zonas civiles, incluidos los objetivos militares situados en zonas
habitadas. En una conmovedora petición al Consejo de Seguridad de
NNUU, Jan Egeland, Subsecretario General de Asuntos Humanitarios [de
Naciones Unidas], exigió una moratoria en el uso de municiones de
racimo, cuya utilización, argumentó “[…] por cualquiera, en
cualquier parte del mundo […] es inmoral” [61]. Iraq es uno de los
lugares más contaminados junto con Afganistán, Camboya, Laos, Kosovo
y Vietnam.
Conclusión
La legislación humanitaria internacional
establece principios claros para llevar a cabo operaciones militares y
limita los medios permisibles y los métodos de guerra. Esos
principios prohíben el uso de armas que no distinguen entre objetivos
militares y civiles, e infligen un daño indiscriminado o un
sufrimiento innecesario. Sin embargo, las fuerzas de la Coalición han
utilizado, repetidamente, armas especialmente dañinas e
indiscriminadas, tales como fósforo blanco, napalm, municiones de
racimo y uranio empobrecido, que tienen efectos desproporcionados,
mucho más allá de los objetivos militares planificados. Esas armas
se consideran, mayoritariamente, inaceptables e inhumanas.
Notas de ‘Global Policy Forum’ e
IraqSolidaridad:
(*) Segunda parte del informe de marzo de
2007 “War and Occupation in Iraq” (www.globalpolicy.org),
elaborado por ‘Global Policy Forum’ como balance de los cuatro
primeros años de ocupación de Iraq, y que IraqSolidaridad irá
editando en castellano en sucesivas entregas.
1.
James W. Crawley, “Officials Confirm Dropping Firebombs on Iraqi
Troops” San Diego Union-Tribune (5 de agosto de 2003).
2.
Iraq Analysis Group, Fire Bombs in Iraq: Napalm by Any Other Name
(marzo-abril de 2005).
3.
Jason E.Levy, “TTPs for the 60mm Mortar Section” Infantry Magazine
(mayo-junio de 2004). and Captain James T. Cobb, First Lieutenant
Christopher A. LaCour and Sergeant First Class William H. Hight,
“The Fight for Fallujah” Field Artillery (marzo-abril de 2005).
4.
RAI News 24, “Fallujah: La Strage Nascosta” [Fallujah: The Hidden
Massacre] (noviembre de 2005).
5.
Scott Peterson, “Remains of Toxic Bullets Litter Iraq” Christian
Science Monitor (15 de mayo de 2003).
6.
Human Rights Watch, Off Target: The Conduct of the War and Civilians
Casualties in Iraq (diciembre de 2003).
7.
Iraq Analysis Group, op.cit.
8.
“Dead Bodies Are Everywhere” Sydney Morning Herald (22 de marzo de
2003).
9.
Martin Savidge, “Protecting Iraq's Oil Supply” CNN (22 de marzo de
2003).
10.
Crawley, op.cit.
11.
Sydney Morning Herald, op.cit.
12.
Crawley, op.cit.
13.
GlobalSecurity.org, "MK-77750lb Napalm".
14.
Crawley, op.cit.
15.
Cited in “US Admits It Used Napalm Bombs in Iraq”. The
Independent (10 de agosto de 2003).
16.
British Parliament, Written Answers to Questions. Defense Minister
Adam Ingram Denies US Use of Firebombs (11 de enero de 2005).
17.
British Parliament, Written Answers to Questions. Defense Minister
Adam Ingram Admits US Use of Firebombs (28 de junio de 2005).
18.
Crawley, op.cit.
19. EEUU sigue formando parte de un pequeño
grupo [de países] que no ha firmado este Protocolo. El Protocolo ha
sido ratificado por 94 países, convirtiéndose en una norma,
ampliamente aceptada, de la legislación internacional. Debido a que
la Coalición actúa bajo mandato del CS de NNUU, se deben aplicar los
principios más exigentes de la legalidad internacional.
20.
Globalsecurity.org. "Incendiary Weapons: White Phosphorus".
21.
Ibíd.
22.
US Department of Health and Human Services, Agency for Toxic
Substances and Disease Registry (ATSDR). White Phosphorus.
23.
RAI News 24. “Fallujah: La Strage Nascosta” [Fallujah: The
hidden massacre] (noviembre de 2005). Sobre el uso de este tipo de
armamento en Faluya, léase en IraqSolidaridad: Faluya: uso por EEUU
de bombas de fósforo y de fragmentación durante el asalto de
noviembre de 2004 y enlaces relacionados, particularmente La delegación
de la CEOSI se entrevista con su director y entrega una primera
partida de ayuda sanitaria .
24.
Marc Wells, “An Interview with Sigfrido Ranucci, Director of The
Hidden Massacre” World Socialist Website (14 de diciembre de 2005).
25.
Jackie Spinner, Karl Vick and Omar Fekeiki, “US Forces Battle Into
Heart of Fallujah” Washington Post (10 de noviembre de 2004).
26.
“US Forces Used 'Chemical Weapon' in Iraq”. The Independent (16 de
noviembre de 2005).
27.
US Department of Defence, Office of the Assistant Secretary of Defence
(Public Affairs). News Briefing with Secretary of Defense Donald
Rumsfeld and Gen. Peter Pace (29 de noviembre de 2005).
28.
Jason E.Levy: “TTPs for the 60mm Mortar Section”. Infantry
Magazine (mayo-junio de 2004).
29.
Captain James T. Cobb, First Lieutenant Christopher A. LaCour and
Sergeant First Class William H. Hight: “TF 2-2 IN FSE AAR: Indirect
Fires in the Battle of Fallujah” Field Artillery Magazine
(marzo-abirl de 2005), pág. 5.
30.
“Violence Subsides for Marines in Fallujah” North County Times (10
de abril de 2004).
31.
“Shake and Bake” New York Times (29 de noviembre de 2005).
32.
Army's Command and General Staff College at Fort Leavenworth, KS. The
Battle Book. ST 100-3 (julio de 1999).
33. Se puede objetar que el fósforo blanco no
está “diseñado esencialmente” para causar efectos incendiarios y
[que] por lo tanto no está sometido al Protocolo III sobre ciertas
armas convencionales. Sin embargo, si se emplea deliberadamente para
causar tales efectos, esto implica un incumplimiento legal del
Protocolo III y, en cualquier caso, tal uso es contrario a los
principios fundamentales que prohíben infligir sufrimiento
innecesario y daño indiscriminado.
34.
Globalsecurity.org: “Military: Depleted Uranium”.
35.
Paul Brown, “Uranium Hazard Prompts Cancer Check on Troops” The
Guardian (25 de abril de 2003).
36.
United Nations Environment Programme. “Assessment of Environmental
‘Hot Spots’ in Iraq” (noviembre de 2005).
37.
The Royal Society, “The Health Hazards of Depleted Uranium
Munitions” (2001). [“[…] En Iraq existen más de 400
lugares contaminados de radiactividad que suponen un grave riesgo para
la salud de la población y que, según los especialistas del gobierno
iraquí, hay que descontaminar con urgencia. ‘[…] La situación es
muy grave. Hay lugares que deberían ser descontaminados lo antes
posible para garantizar que el pueblo iraquí no sufra graves
enfermedades por este motivo’, afirma Fuad Abdel-Sattar,
investigador medioambiental del ministerio de Medio Ambiente [iraquí],
quien añade que el ministerio no tiene fondos ni recursos humanos
para llevar a cabo el trabajo. ‘[…] Existe el riesgo de que surjan
una serie de enfermedades debido a que en la mayoría de los lugares
cercanos a los núcleos urbanos hay productos químicos dañinos,
entre ellos [carcasas de munición revestida con] el uranio
empobrecido’, añade. Según los especialistas, durante los últimos
cinco años el número de casos de cáncer se ha incrementado de forma
drástica, en parte como resultado de la exposición a materiales
radiactivos durante las guerras de los pasados 25 años. ‘[…]
Hemos sido testigos de más de seis nuevos casos de cáncer a la
semana en nuestro hospital. Hace años, tratábamos a 4.000 enfermos
al año, pero en los últimos tres años el número ha aumentado hasta
más de 9.000 casos al año’, afirma Basima Juaad, oncóloga del
Hospital Cancer Radiation de la capital, y añade, ‘[…] Lo más
preocupantes es que muchos de esos pacientes han estado expuestos a la
radiación de forma distinta. Algunos vivían en lugares cercanos a
zonas contaminadas, otros eran niños cuando se produjeron las últimas
guerras y jugaron cerca de sitios peligrosos y los efectos se
manifiestan ahora, en ellos y en sus propios hijos’. Según el
ministerio de Sanidad, alrededor de un 52 por ciento de todos los
enfermos de cáncer en Iraq son niños menores de 5 años.” IRIN, 19
de abril de 2007: http://www.irnnews.org (traducido del inglés para
IraqSolidaridad por Paloma Valverde). Nota de IraqSolidaridad.]
38.
In the Appeal of David L. Larson, in the case of Janet E. Larson,
Docket No. 01-05 766, XSS 001 56 2047 (19 de diciembre de 2005).
39.
Larry Johnson, “Iraq Cancers, Births Defects Blames on US Depleted
Uranium” Seattle Post Intelligencer (12 de noviembre de 2002); y
Robert Collier, “Iraq Links Cancers to Uranium Weapons” San
Francisco Chronicle (13 de enero de 2003).
40.
54th World Health Assembly. Provisional Agenda Item 13.10: “Health
Effects of Depleted Uranium (Report by the Secretariat)” A54 19 Add.
1 (26 de abril de 2001).
41.
Sub-Commission on the Promotion and Protection of Human Rights.
42.
Commission on Human Rights: Sub-Commission on the Promotion and
Protection of Human Rights, Fifty-fourth Session, Item 6 of the
Provisional Agenda: “Human Rights and Weapons of Mass Destruction,
or With Indiscriminate Effect, or of a Nature to Cause Superfluous
Injury or Unnecessary Suffering”, Working Paper Submitted by Y.K.J.
Yeung Sik Yuen in Accordance with Sub-Commission Resolution 2001/36. E/CN.4/Sub.2/2002/38
(27 de junio de 2002).
43.
United Nations Environment Program. Depleted Uranium in Bosnia and
Herzegovina (marzo de 2003).
44.
Parliamentary Assembly of the Council of Europe. Environmental Impact
of the War in Yugoslavia on Southerneast Europe, Recommendation 1495
(2001) (24 de enero de 2001).
45.
“Use of DU Weapons Could Be War Crime” CNN (14 de enero de 2001).
46.
UN Environment Program. Assessment
of Environmental ‘Hot Spots’ in Iraq (noviembre de 2005).
47.
European Parliament. Resolution on Non-Proliferation of Weapons of
Mass Destruction: A Role for the European Parliament (2005/2139(INI)),
P6_TA-PROV(2005)0439. Text Adopted by Parliament (17 de noviembre de
2005).
48.
Cluster Munitions Coalition, Technical Analysis of Cluster Munitions.
49.
Medact, “The Question of the Legality of Inhumane Weapons Used
During the 2003 Iraq Conflict”, Working Paper No. 2.
50.
H. Gilbert Husum and T.M. Wisborg, “Save Lives, Save Limbs: Life
Support for Victims of Mines, Wars and Accidents” Third World
Network (2003) quoted in UK Working Group on Landmines, “Cluster
Bombs: the Military Effectiveness and Impact on Civilians of Cluster
Boimbs” (2003), pág. 20.
51.
Landmine Monitor. Report 2003: Toward a Mine-Free World.
52.
Paul Wiseman, “Cluster Bombs Kill in Iraq, Even After Shooting
Ends” USA Today (16 de diciembre de 2003).
53.
Letter from the Department of the Air Force, 20th Fighter Wing (ACC),
Shaw Air Force Base, South Carolina (23 de agosto de 2006) signed by
Mary F. Huff, Base Freedom of Information Act Manager as quoted by the
Mennonite Central Committee.
54.
Mennonite Central Committee, “Use of Cluster Munitions in Iraq after
the Initial Invasion”.
55.
Human Rights Watch, “Minimize Civilian Casualties in Iraq” (17 de
marzo de 2006); Human Rights Watch, “Off Target: The Conduct of the
War and Civilian Casualties in Iraq” (2003); véase también
Handicap International, “Fatal Footprint: The Global Human Impact of
Cluster Munitions” (noviembre de 2006).
56.
Human Rights (2003) op.cit. pág. 85.
57.
Amnesty International, “Iraq: Civilians under Fire” (8 de abril de
2003).
58.
B Rappert and R Moyes, “Out of Balance – The UK Government's
Efforts to Understand Cluster Munitions and International Law”
Landmine Action (noviembre de 2005), pág.18.
59.
Cited in Human Rights Watch, “US Using Cluster munitions in Iraq”
(1 de abril de 2003).
60.
Medact, “The Question of the Legality of Inhumane Weapons Used
During the 2003 Iraq Conflict”, Working Paper No.2.
61.
Statement by Under-Secretary-General Jan Egeland to the Security
Council on the protection of civilians in armed conflict (4 de
diciembre de 2006).
|