Irak para armar - Nueva ley del petróleo
Pierde Bush, pero gana el
negocio
IAR Noticias,
07/07/07
En términos
reales, y al margen de cualquier otra consideración geopolítica o
estratégica, Irak fue una "guerra" inventada para hacer
negocios. Como nunca en la historia, la economía capitalista y la
geopolítica estratégica del Imperio se complementaron con la ocupación
de Irak, en abril de 2003. Con sus tropas y bases desplegadas en el país
petrolero, EEUU cerró su dispositivo de control militar estratégico
en Medio Oriente con proyección al Asia, y las corporaciones
capitalistas del Complejo Militar y de Wall Street contaron con un
nuevo enclave para hacer negocios, al costo de la muerte de 120 iraquíes
y dos soldados USA por día. Muertos que poco interesan en las frías
matemáticas de rentabilidad capitalista que guiaron la invasión
militar de Bush y los halcones, más allá del mito de la "locura
fundamentalista" utilizado para desviar la atención del
verdadero objetivo que encubre la invasión militar.
En el escenario de
los números y de los muertos, cuando se habla del "fracaso de
la estrategia militar" de EEUU en Irak, también hay que
hablar del triunfo de los negocios del capitalismo sionista en el país
ocupado.
El jueves, la Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM), máxima
autoridad suní en Irak, emitió una "fatua"
censurando la nueva ley del petróleo, que el Gobierno iraquí ratificó
hace dos días, porque dice que dividirá el país y lo dejará en
manos de empresas extranjeras.
En el edicto religioso, los ulemas prohíben al Parlamento iraquí
que apruebe esa ley, que le ha sido remitida por el Ejecutivo del
primer ministro chií, Nuri al Maliki.
"Esta ley forma parte de un trato entre algunos políticos
(iraquíes) y los ocupantes para dilapidar la riqueza nacional de los
iraquíes", señalaron los ulemas en la "fatua",
emitida un día después de que la norma fuera ratificada por el
Gobierno.
Según los religiosos suníes, "nadie que no tenga una
voluntad libre, puede firmar un contrato o un acuerdo en nombre de la
nación".
La "fatua" prohíbe a los parlamentarios votar a favor de
esa ley porque "el petróleo es un fondo público y nadie
tiene derecho a decidir sobre este asunto a no ser que lo haga
amparado en la Sharia (ley islámica)".
La nueva ley del petróleo y del gas se ha convertido en una de las
más controvertidas aprobadas por el Gobierno iraquí tras el
derrocamiento del régimen anterior del fallecido Saddam Hussein.
El borrador de la misma ha sido rechazado de forma contundente por
diputados suníes que aseguran que es el primer paso para la partición
de Irak y que dejará el país en manos de las compañías extranjeras.
La nueva ley permitirá que operadores locales y extranjeros de
capital privado construyan y exploten plantas de extracción y refinerías
durante 50 años.
Esto, y tal como lo viene adelantando IAR-Noticias desde hace
cuatro años, prueba que cuando EEUU invadió Irak no lo hizo
solamente por la aventura "mesiánica y militarista" de Bush
y sus halcones, sino principalmente para apoderarse del petróleo y
el mercado iraquí, una realidad que es tapada a diario por la
prensa internacional interesada en mostrar la derrota militar de Bush.
En marzo pasado, la copia de un proyecto de ley sobre el petróleo
iraquí celosamente ocultado tanto por las autoridades de la ocupación
estadounidense (comando militar y embajada de EEUU, el poder real)
como por el gobierno colaboracionista ("gerenciador" local
de la ocupación) integrado en su mayoría por chiíes y kurdos,
trascendió en varios blogs y sitios de internet.
El conocimiento masivo de este proyecto
de ley, por el cual se "legaliza" el saqueo petrolero de
Irak y pone al desnudo el verdadero objetivo de la ocupación
militar, se produjo cuando la periodista estadounidense Amy Goodman
entrevistó en su programa al periodista iraquí, Raed Jarrar, quien
consiguió una copia de la ley petrolera propuesta, la tradujo al inglés,
y la publicó en su blog.
De esta manera, y de acuerdo al marco regulatorio de la nueva
ley en proyecto para el petróleo, así como EEUU "legalizó"
la ocupación militar con un gobierno de mayoría chií (aliado de la
invasión) elegido en las urnas, de la misma manera, utiliza a esa
administración y su parlamento para convertir en "ley" un
proyecto diseñado por la embajada norteamericana y los representantes
de las transnacionales del petróleo, las beneficiarias directas de
la conquista de Irak.
En resumen, y según lo explicado por Raed Jarrar, el proyecto de
ley (del cual se conocen unas 30 páginas a través de Internet)
legaliza formatos que obligarán a Irak a cumplir contratos a largo
plazo que pueden durar hasta 35 años, y dejará en manos de las
corporaciones estadounidenses todo el proceso de extracción,
comercialización y elaboración de la industria iraquí del petróleo.
Esta fragmentación de la riqueza petrolera iraquí, además
de la guerra civil, divide y enfrenta a los sectores iraquíes que se
disputan el poder en medio de la ocupación militar estadounidense.
En términos concretos y reales, Irak ya está partido: los
kurdos, en el norte, quieren la "independencia" para
controlar su petróleo; los chiíes proiraníes, en el sur, quieren el
petróleo del sur y el armado de un "gobierno
fundamentalista" con los ayatolas de Irán; y los sunies quieren
sacarse de encima a los chiíes, a los kurdos y a los estadounidenses
y armar su propio gobierno como en la época de Saddam.
Por su parte, la estación de la CIA local, que cuenta con más de
1000 agentes operativos en Irak, no mata directamente sunies sino
que organiza la masacre programada con escuadrones de la muerte
conformados por chiíes y kurdos para alimentar la guerra civil de
división (divide y reinarás).
Este es el punto central para comenzar a entender los negocios y la
estrategia del "caos controlado" con que la embajada
norteamericana y el alto mando militar controlan Irak, cuya
"violencia en espiral" con muertes masivas la paran cuando
quieren, como ya se demostró cuando, 72 horas antes de la elección
del 7 de noviembre pasado en EEUU, no hubo un sólo ataque en Irak.
La ola de violencia recomenzó solo 24 horas después de la votación
y el resultado de los comicios en EEUU.
Y esta combinación de guerra civil programada con
los negocios de la ocupación, a su vez, explica la lógica
que hoy esgrime el establishment económico estadounidense para
oponerse al retiro de las tropas de Irak.
En la valoración de los más reputados analistas militares de la
derecha conservadora estadounidense, si los soldados
norteamericanos se retiran de lo que hoy es una "masacre
controlada" por la CIA y el Pentágono, el país se convertiría
en una "triple guerra" entre kurdos, chiíes y sunies.
La apariencia formal del "gobierno de Irak" (que contiene
a las facciones y le da una unidad política y económica) estallaría,
y con él también estallarían los negocios con el petróleo,
las armas, los servicios de "seguridad" y la
"reconstrucción" de las corporaciones beneficiarias de la
ocupación.
En resumen, cuando se habla de Irak, hay que empezar por la búsqueda
de negocios capitalistas que guió -y sigue guiando- a la ocupación
militar.
Y en este sentido hay que ser precisos: El imperio puede padecer
derrotas o perder batallas militares, pero sus bancos y
trasnacionales siempre ganan.
El mejor ejemplo es Vietnam (la mayor derrota militar de
EEUU) cuya economía hoy está perfectamente integrada al sistema
trasnacional capitalista con base operativa central en Wall Street y
en la Reserva Federal.
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